Hoy iniciamos un recorrido hacia el oriente del departamento. La ruta pasa por poblaciones como Marinilla, donde encontramos construcciones coloniales y una ferviente tradición religiosa; y por el Nuevo Peñol, un municipio que reemplazó al antiguo Peñol que fue inundado para construir el embalse Peñol – Guatapé, a finales de la década de 1970.
En este lugar realizamos un paseo en barca por el embalse, donde pudimos ver algunos restos de una de las residencias de Pablo Escobar, la Manolita, construida en honor de su hija, una enorme mansión que no llegando a ser como su gran mansión la finca Nápoles, donde llego a tener entre algunas cosas, más de 200 especies de animales exóticos, que en la actualidad, los hipopótamos son una grave problema para el gobierno colombiano, volviendo a Villa Manolita, tenia por ejemplo una pista de moto cross, un spa a orillas del embalse donde sólo el tenía acceso y que disponía de una gran sala de música y un spa en la primera planta.
Aún se conservan algunas dependencias, una de ellas en perfecto estado, la que era la casa del guardián de la finca, que actualmente está clausurada, ya que el guardián montaba visitas a la hacienda, algo que no estaba permitido por el gobierno.
Después de este agradable paseo, seguimos viaje hasta Guatapé donde se encuentra la roca del peñón, una recinto privado con todo tipo de instalaciones para disfrute de los turistas que venimos hasta aquí, para subir los 740 peldaños que hay hasta la cumbre, sin otra opción, todo en el recinto es de pago, la entrada, el parking, la subida, y evidentemente todos los complementos alimenticios, pero muy sinceramente merece la pena, ya que desde lo alto se divisa un maravilloso paisaje.
Almorzamos en Guatapé aprovechando para realizar un tour en algo parecido a un tuc-tucs, taxis para ellos, donde podremos admirar algo característico de la ciudad, los zócalos de las casas, casi todos ellos trabajados con bajo relieves, algo que inicialmente era lo que señalaba el oficio del propietario de la casa, actualmente es casi una competencia, incluso entre los artesanos que los realizan, los hay profesionales, pero hay renombrados artistas y alguna casa que muestra en sus paredes la historia del propietario, la mayoría de sus fachadas son del siglo XX, finalizamos la visita en el malecón.
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