MENORCA

LUGARES QUE HAY QUE VISITAR
Mahón y Ciudadela
Faros de Menorca
Faro de Favaritx
Faro de Cavalleria
El pasado Talayótica y los fuertes
Naveta des Tudons
Poblado de Talati de Dalt
Fuerte de Marlborough
Fuerte de Mola
Pueblos que tienes que visitar
Fornells
Binibeca
Playas del norte y del sur

MAHÓN Y CIUDADELA
Las dos poblaciones más grandes de Menorca rivalizan en muchas cosas. Ciudadela es posiblemente las más bella de las dos, con amplias zonas peatonales, más turística y con mucha más vida. En cambio Mahón para muchos es una ciudad algo de paso, pero si la conoces bien y callejeas por sus calles puedes encontrar lugares como la Iglesia de Santa María o los restaurantes marineros del muelle.

VISITAR MENORCA EN 7 DÍAS (OPCIÓN DE PROGRAMA)

Día 1. Cap de Cavallería y puesta de sol en Monte Toro
Dedica tu primer día en la isla a explorar el punto más septentrional de la isla, el Cap de Cavallería. No puedes perderte las vistas desde uno de los faros más representativos de la isla, dejar de visitar Cala Cavalleria, una de las más bonitas de la isla. Desde ella, puedes andar diez minutos por el famoso Camí de Cavalls hasta Cala Mica, más pequeña y con menos gente. Por la tarde te invitamos a subir al Monte Toro, el punto más alto de la isla. Desde ahí podrás disfrutar de las mejores vistas de Menorca y de una preciosa puesta de sol.

Día 2. Cala Morell y Ciutadella
Si visitas Menorca en verano te apetecerá disfrutar a diario de sus calas. Para tu segundo día en la isla te proponemos conocer Cala Morell, allí podrás pegarte un chapuzón desde la rocas y conocer la necrópolis talayótica. Por la tarde, cuando hayas tenido suficiente sol, pon rumbo a Ciutadella. Dedica tiempo a visitar la catedral, la Plaza Des Borne, el castillo de San Nicolás y el puerto. Si quieres darte un capricho, cena en uno de los bonitos restaurantes al lado del mar.

Día 3. Cala Excorxada y Cova d’en Xoroi
Continuamos nuestra ruta Menorca en 7 días. Es momento de dirigirte al sur de la isla, hacia Cala Escorxada. Por su difícil acceso es una de las más tranquilas de la isla. Al llegar te encontrarás una playa pequeña, con arena fina y aguas cristalinas de un color azul turquesa muy intenso. Permítete disfrutar de ella toda la mañana. Por la tarde te proponemos visitar la inmensa Cova des Coloms, uno de los lugares del interior de Menorca que debes visitar: 300 metros de largo, 15 metros de ancho y 24 metros de alto. Por último, pon rumbo hacia Cova d’en Xoroi para disfrutar de una puesta de sol sobre el mar. Esta cueva natural es como un balcón al Mediterráneo donde podrás sentarte y tomar una copa o cenar.

Día 4. Naveta des Tudons y Cala en Brut
Menorca es famosa por su pasado histórico en el que destaca la cultura Talayótica de los primeros pobladores de la isla. Si te apetece empezar el día con una visita cultural, no dejes de recorrer los poblados talayóticos que se encuentran repartidos por toda Menorca. El más destacado es la Naveta des Tudons, un monumento funerario que se ha convertido en el edificio más antiguo de Europa. Después, por la tarde vuelve a disfrutar de las calas de Menorca. Si ya te has aburrido de estar tendido sobre la arena, vete a Cala en Brut donde podrás saltar al agua desde las rocas que se encuentran a diferentes alturas.

Día 5. Las calas más bonitas de la isla
Cala Turqueta, cala Macarella, cala Macarelleta y cala Mitjana. Todas ellas muy próximas entre sí y a cada cual más bonita. Como te quedan pocos días en la isla disfruta de sus playas paradisíacas, aguas turquesas y arena fina. Desconecta, relájate y déjate llevar por los rincones más bonitos del Mediterráneo.

Día 6. Snorkel en Cala Tamarells y puerto de Mahón
Los fondos marinos de Menorca son una verdadera maravilla. En casi cualquier zona de la costa disfrutarás del buceo pero en Cala Tamarells, en pleno corazón del Parque Natural de S’Albufera des Grau, te encontrarás con uno de los tesoros de la isla:  una enorme pradera de posidonia que en la zona norte llega a formar un pequeño arrecife. Después de pasar el día sumergido, visita la ciudad de Mahón con el segundo puerto natural más grande del mundo. Disfruta de su historia y del famoso queso de Mahón.

Día 7. ¡Día libre!
Quedan pocas horas para que tengas que despedirte de Menorca, así que dedica el día a disfrutar de ese rincón que te ha enamorado o simplemente a descansar sobre la arena contemplando el maravilloso mar. Aprovecha, también, para hacer las últimas compras.

Después de esta ruta por Menorca en 7 días podrás decir que conoces la isla, que has visto su atardeceres, que te has bañado en sus aguas cristalinas y que has probado su sabor a través de su deliciosa gastronomía. ¡Estarás deseando volver!
MAHÓN
Como otras ciudades menorquinas, posee muchas riquezas que ofrecer a su visitante. El legado histórico incrustado en sus calles, sus diferentes estilos arquitectónicos, su patrimonio monumental, núcleos tradiciones, playas y calas, y su mágico y espectacular puerto natural, sitúa a esta ciudad como uno de los lugares turísticos más atractivos del Mediterráneo.
El Puerto de Mahón
A pie o en barco, el Puerto de Mahón, con sus cinco kilómetros, ofrece al turista uno de los paseos marítimos más seductores de España. Por su mar tranquila se convierte en uno de los lugares más deseados por cruceros y embarcaciones, mientras que a su vez, es el lugar predilecto de isleños y visitantes que disfrutan de la diversidad de servicios de que dispone. A lo largo de toda su extensión, ofrece mil cuatrocientos amarres para embarcaciones, mientras que su ribera favorece la integración de la ciudad a través de sus diversos servicios lucrativos

Su costa desde levante a poniente brinda diferentes puntos de interés: los almacenes originarios de la industrialización; los carpinteros de ribera y toda la industria subsidiaria de los astilleros; los edificios de la Autoridad Portuaria, antigua sede de Estación Marítima; la arquitectura de la antigua fábrica ‘La Minerva’-primera harinera industrial de Mahón-; los antiguos almacenes de pequeñas embarcaciones, algunos de con la puerta de entrada adaptada a la forma de la barca, y la sirenita Mô, obra del escultor Leonardo Lucarini y símbolo de la ciudad y de su puerto. Sin olvidar, la oferta comercial y de restauración que se esparce por toda la costa: locales que se hallan instalados en los almacenes y pequeñas fábricas antiguas que conformaban la zona industrial de Mahón.
Y si lo que deseas es disfrutar del deporte, dirigiéndote hacia la costa de Corea, se encuentra el Club Marítimo -recientemente remodelado con líneas modernistas e inspiración marinera- y la Cala Figuera, en donde todavía se conserva una fuente romana empleada durante muchos años como aguador de los barcos. 
Por otro lado, está su bajada hacia el puerto que se realiza por la costa de Ses Voltes donde están los jardines del parque Rochina, el monumento de la Cruz de San Pedro, que recuerda la existencia de una antigua ermita del gremio de pescadores dedicada al santo, y la explanada de esculturas de Gaspar Servera. El punto de llegada de los cruceros está en el Plan de Baixamar, una explanada que ha robado espacio al mar para extenderse y mostrar los modernos edificios que esconden tesoros como la Eléctrica, con su pequeña réplica de la estatua de la Libertad de Nueva York, y la única destilería que continúa fabricando el gin menorquín.
Pero aún hay más, como por ejemplo el Paseo de la Alameda del siglo XVIII, popularmente conocido como s'Hort Nuevo, en donde todavía hoy desde esa época se celebra el tradicional día de San Pedro; los terrenos des Coll des Vent, formado por un romántico jardín y una fachada sobre las paredes del peñasco; la zona final del puerto de Sa Colársega; la Plaza de la Miranda, el balcón del puerto que ofrece una estupenda panorámica; el arsenal de la Marina de construcción inglesa que se prolonga hacia la Isla de Pinto; la zona de s’Altra Banda, decorada con pinturas que describen las setecientas celebraciones de fiestas populares vividas en Río Plan y cala Rata, y en donde conviven las recientes y más antiguas casetas de verano; la costa de Reynés, que recuerda al barquero que trasportaba a la gente de un lado a otro; la finca de San Antonio; la Venecia de Mahón, rodeada por el mar como si de una isla se tratará; los antiguos cementerios franceses e ingleses, y por supuesto, las islas. 
Porque además, en el Puerto de Mahón existen varias islas: la del Rey, llamada así porque es donde desembarcó el rey Alfonso III de Aragón, y la Isla del Lazareto, actual sede regular de eventos científicos, congresos y cursos, aunque en sus orígenes fue la zona de las cuarentenas
Finalmente, tras Lazareto se alza la península La Mola, edificada a mediados del siglo XIX, y el pueblo de Es Castell – Georgetown para los ingleses- que surgió al abrigo del castillo de San Felipe, de cuyo recuerdo sólo quedan ruinas.
EL CASCO ANTIGUO DE MAHÓN
El caso antiguo de Mahón también dispone un interesante paseo cultural. Partiendo desde el mismo Ayuntamiento la ciudad ofrece su historia a través de sus más emblemáticos edificios, antaño protegidos tras fuertes murallas medievales. Es sorprendente la cantidad de estilos que contiene, desde el barroco afrancesado de su Ayuntamiento, el arte expresado a través del aire señorial de sus calles y plazas, hasta la mescolanza de épocas de sus iglesias.
RELOJ DEL AYUNTAMIENTO DE MAHÓN
El reloj público de Mahón fue construido en Londres por Mr. Windonill. Fue adquirido por orden de Richard Kane en el año 1731. En 1788 se colocó, en la fachada del Ayuntamiento en la torre central enmarcada por pilastras de capitel jónico y coronada con un campanario. Sobre el reloj se muestra un escudo de la ciudad en relieve. Se dice que fue el primer reloj, no solar, que hubo en toda Menorca.
Las iglesias de Mahón son fuente de riqueza arquitectónica que te trasladan en el tiempo. Cerca del ayuntamiento te encuentras la iglesia de Santa María, construida en el siglo XVIII sobre el emplazamiento de un templo gótico. Le sigue la iglesia y Convento de la Concepción, que fue erigida en el siglo XVII sobre terrenos de las antiguas murallas, y continuando por el casco de la ciudad, nos saluda el estilo gótico con interiores barracos de la Iglesia de San Francisco, del siglo XVIII. Otras se sitúan alrededor del Portal de San Roque, como es la ermita medieval de extramuros, de líneas neoclásicas, conocida ahora por el nombre de San Antonio. También, es interesante el templo de 1749 construido por una colonia griega, la iglesia de la Concepción, con planta de cruz griega y estilo bizantino, dedicada en sus orígenes al rito ortodoxo hasta que pasó al culto católico en 1868, fecha en que se reformó su fachada para eliminar los símbolos ortodoxos. Por último, pero no menos importante, están la iglesia neoclásica del Carmen, construida durante más de 70 años, y su claustro. Este recinto, que se utilizó en antaño como cárcel, tribunales de justicia y mercado, destaca por el conjunto de ménsulas esculturadas que adornan sus líneas sobrias. Afortunadamente en la actualidad, además del mercado, su uso se dedica al desarrollo de diferentes actividades culturales.
Muy interesante les Fornás de Torelló: Se trata de una pequeña iglesia del siglo VI, que tiene un mosaico romano en el suelo.
Visitando los emblemáticos edificios de Mahón te encuentras con la verdadera belleza de sus calles, como es la de Isabel II, que concentra el mayor número de casas señoriales construidas en Mahón durante el siglo XVIII; la calle de s'Arraval, donde nació Joan Ramis i Ramis, abogado, historiador y literato; o la calle de ses Moreres, barriada urbanizada por los ingleses en el siglo XVIII, en la que se recuerda al doctor Orfila a través de un .monumento.
De uno a otro barrio, además, se puede descansar en sitio privilegiados como son la Plaza Príncipe, situada a continuación de la Calle de Anuncivay, poblado de ricas casas decimonónicas, en donde se ubica la casa Soler- actual casino Mahonés- de inicios del XIX y de líneas neoclásicas; la Plaza de la Miranda, en cuya explanada se levanta el monumento a Augusto Miranda, realizado en 1927 por el escultor Waldermar, y que además, ofrece una de las panorámicas más espectaculares del puerto; la Plaza España, de inicios del siglo XX, que guarda otras riquezas de la época como son el edificio de la pescadería, obra de 1927 y la Casa Mir, ejemplo de modernismo mahonés, y la Plaza de la Conquista, famosa por su monumento a Alfonso III, erigido en 1950 en memoria del rey que conquistó la isla de Menorca a los musulmanes en el siglo XIII.
Pero aún hay más puntos de interés que merecen ser destacados, como son los palacios construidos sobre zonas medievales, que datan del siglo XVIII y XIX (la Biblioteca pública y el Palacio Can’Oliver); los espectaculares miradores que ofrecen las vistas del puerto de la ciudad, como por ejemplo: el Mirador del Puente es Castell, situado en el núcleo más antiguo de la ciudad, o el Mirador de San Francisco, zona de huertos y bancales, antigua propiedad de los franciscanos, que ahora sirve como área de descanso y disfrute para todo el pueblo; sus teatros (Teatro Principal y la Sala Augusta); los parques, pulmones de la ciudad, (Rubió i Tudurí y Es Freginal); la Explanada, cuya fisonomía se ha transformado en el trascurso del tiempo para llegar a ser el parque que acoge un mercado semanal is'orna y las esculturas de Timoner, Otero y Lucarini, y el Museo de Menorca, antiguo convento franciscano de bellas líneas barrocas.
Por último, que no hay que perderse de Mahón el Portal de San Roc, - Portal de Arriba o de en Servera- el único vestigio de las antiguas murallas de la ciudad de arquitectura típicamente medieval, que todavía hoy conserva las dos torres, con sus matacanes, enlazadas por el paso exterior que cubre su puerta.
PLAYAS DE MAHÓN
Mahón tiene la más variada diversidad de playas extendidas de norte a sur, cada una con sus peculiaridades y riquezas naturales: En el sur se halla Es Canutells, de grandes acantilados, en donde conviven con armonía el sector turístico y pesquero, y la cala de Binidalí, que conserva su entorno virgen.

Formando parte del Parque Natural de s'Albufera des Grau, está Es Grau, uno de los lugares de veraneo más antiguos adornados con casetas de finales del siglo XIX, que en la actualidad ofrece la mayor intensidad vida social. La playa, separada de la albufera por una masa boscosa, es grande y de arena fina, mientras que sus aguas profundas se abarrotan de múltiples barcas.
Le sigue la playa de Sa Mesquida, dividida en Arenal Grande y Pequeño. En esta playa se mantiene una vieja urbanización que crece manteniendo el ambiente pesquero y de colonia veraniego de antaño, así como la torre costera de 15 metros de alto que recuerda la dominación inglesa del siglo XVIII.
En la mayor isla que rodea el litoral menorquín, la de Colom, se descubre s'Illa S'Arenal des Moro, también incluida en el Parque Natural de s'Albufera des Grau como zona protegida de flora y fauna. Y dirigiéndote hacia el norte y a la zona más septentrional del término de Mahón se alinean: Es Murtar, cuyo nombre proviene de las bellas flores blancas que rodean a la más pequeña de las urbanizaciones de la costa norte, ocupada, básicamente, por familias mahonesa; la Punta de Mongofre, con islotes y playas que se abren entre acantilados altos y recortados, y las playas de Favàritx Arredossades, rodeadas de un sistema dunar y una zona húmeda considerada como una de las lagunas mejor conservadas de Baleares. 
CIUDADELA
Menorca Ciutadella es para mi la ciudad más bonita de la isla. Si visitas Menorca, sería un error irse sin haber visitado el que antaño fue el centro administrativo de la isla, cuyo nombre de viene del latín (Ciutadella es el diminutivo de ciudad).
Se nota que Ciutadella fue durante muchos años la capital de Menorca. Toda la ciudad tiene edificios de interés histórico y cultural en un estado de conservación muy bueno, y gracias a esto en 1964 se declaró la ciudad como un conjunto histórico-artístico español. A pesar del buen estado de los edificios hay que destacar que la ciudad fue destruida en 1558 durante un saqueo turco (ese año se recuerda como Any de sa Desgràcia), por lo que tuvo que ser reconstruida.
Las familias nobles construyeron en Ciutadella sus palacios durante los siglos XVII y XVIII, y todavía algunos de ellos se conservan, como los de la familia Saura, la familia Olives (hoy Olivar) o Martorell (hoy Salord).
El puerto de Ciutadella es una visita obligada en Ciutadella, no te lo puedes perder. A lo largo del puerto hay decenas de bares y restaurantes con terrazas donde puedes comer especialidades menorquinas además de pizzas, tapas y bocadillos. La oferta es muy grande, pero no creas que será fácil conseguir mesa en los lugares más solicitados como el Balear, s’Amarador o el Triton. Si vas a comer o a cenar puedes complementar la comilona con un helado o un granizado en la famosa heladería Sa Gelateria.
Una de las particularidades del puerto de Ciutadella es el fenómeno meteorológico conocido como Rissaga, que se producen pocas veces al año. Cuando se produce una Rissaga el nivel del mar puede oscilar en periodos muy cortos de tiempo hasta 2 metros. Ha habido a lo largo de la historia Rissagas muy destructivas (como la Rissaga del 2006) que han destrozado prácticamente todas las embarcaciones del puerto de Menorca.
Además de los bares y restaurantes, puedes encontrar tiendas y tenderetes en las dos bajadas que dan acceso al puerto (la bajada desde la plaza Es Born, y la bajada desde Can Faustino). A mi me gustan mucho más los que están en la bajada de Es Born (conocido como Firac), ya que venden productos artesanales y únicos (aunque más caros lógicamente).
SES VOLTES
La calle de Ses Voltes, también conocida como calle Josep Maria Quadrado, es posiblemente la calle más visitada y concurrida de Ciutadella. Ses Voltes empieza en la plaza de la Catedral y a lo largo de ella puedes encontrar tiendas y restaurantes de todo tipo. Si buscas Avarcas de Menorca es un buen sitio donde comprarlas. Si vas de compras, puedes comprar dulces en alguna de las pastelerías que hay en la calle. Las ensaimadas rellenas de chocolate están bastante buenas y puedes comprarlas grandes o individuales.
LA CATEDRAL SANTA MARIA
Se trata de un complejo arquitectónico emblemático en el mismo corazón del casco antiguo de Ciudadela, el cual le confiere un potencial enorme como punto de gran interés cultural. La iglesia de Santa María, constituida catedral el año 1795, fue construida por orden del rey Alfonso III después de la conquista de Menorca (1287). Pertenece al estilo gótico catalán de una sola nave de 14,5 m de anchura, cubierta con bóveda de crucería de seis tramos, con una altura de 23 m. Las capillas están separadas por pilastras trilobuladas que cierran en capiteles decorados con motivos vegetales.
La Catedral ha sufrido dos saqueos importantes, el primero, el asalto turco de 1558, y, el segundo, durante la Guerra Civil. Desde finales del siglo XVI el templo ha experimentado importantes reformas a lo largo de los siglos. Por ejemplo, la portada neoclásica de la fachada principal que oculta el antiguo portal gótico de singular relevancia.
En 1986 se puso en marcha un proceso de restauración integral, exterior e interior, que ha dado al templo una nueva fisionomía, que acentúa el espacio y da protagonismo a la luz. La sillería coral restaurada recuperó los asientos y la sede episcopal que pertenecían al antiguo coro del siglo XVIII.


Cabe destacar la capilla de las Almas, de finales del siglo XVII, de estilo barroco, la capilla neoclásica de la Purísima, de principios del XIX, y la capilla del Santísimo, construida a finales del mismo siglo. 
En la torre del campanario puede verse la parte inferior del mismo, que fue el antiguo minarete de la mezquita mayor de la medina musulmán.
En verano la Catedral ofrece recitales de órgano, que enriquecen cualitativamente la visita al templo. El órgano, construido en 1993 por Gabriel Blancafort i París, está situado sobre el Portal del reloj (Puerta de la Luz). Asimismo, el Museo de la Catedral invita a conocer el patrimonio mueble de la sede (vestimentas litúrgicas, piezas de orfebrería, tallas de madera, cuadros y otros objetos de gran interés).
MERCADO DE CIUTADELLA (MERCAT DES PEIX)
El mercado de Ciutadella es el lugar donde puedes comprar carne y pescado de muy buena calidad. Todos los días por la mañana puedes pasearte por las paradas de pescado y comprar algún ejemplar para cocinar en caso de tener un apartamento. Durante la temporada alta de turismo los restaurantes tienen las mejores piezas de pescado y marisco, pero puedes encontrar pescado igualmente. Si le preguntas a los vendedores no tendrán problemas en explicarte el origen del pescado que venden, no te cortes!
FARO SA FAROLA
El antiguo faro de sa Farola, que ya tiene 150 años, preside la entrada al puerto de Ciutadella. La casa de este faro es todavía la vivienda de la persona encargada de los 3 faros de Ciutadella (Artrutx, Punta Nati y Sa Farola). Si visitas el faro podrás pasear por el paseo marítimo de Sa Farola, remodelado y con 2 carriles bici que te llevan hasta Cala en Blanes o Cala En Brut.


LOS FAROS DEL NORTE
El norte de Menorca tiene una serie de singulares faros donde destacan sobre el resto el faro de Favaritx y el faro de Cavalleria.
EL PASADO TALAYÓTICA Y LOS FUERTES
Menorca podemos dividirla en dos periodos históricos muy interesantes. El del pasado Talayótica y el del colonialismo inglés con la reconquista española. Del primer nos quedamos con la famosa Naveta des Tudons y con el Taula i Talaiot de Talati de Dalt. Del segundo los fuertes de Mola y Marlborough, un legado que ha dejado estructuras y complejos realmente interesantes.
La prehistoria en Menorca abarca un amplio periodo cronológico que va desde el establecimiento del hombre en la isla, hacia el 2500/2100 aC, hasta la conquista romana, el 123 aC. Durante estos más de dos mil años se desarrollan diferentes etapas.
La denominación de la candidatura, Menorca Talayótica, se toma de uno de sus monumentos más característicos: el talaiot. Desde el siglo XIX hasta la actualidad la bibliografía científica utiliza esta denominación como título genérico para referirse a una amplia fase de la prehistoria insular.
Las construcciones de la Menorca talayótica son de gran autenticidad y se levantaron con una técnica constructiva de tipo ciclópeo aprovechando la piedra de la isla, gracias a las características geológicas de Menorca, que presenta una extensa plataforma calcárea en el sur, que es, de hecho, donde se localizan gran parte de los yacimientos.
La Menorca talayótica desarrolló una sociedad fuertemente cohesionada y desplegó estrategias comunales de gestión y control de los recursos insulares, de lo cual son testimonio sus monumentos. La mayoría de monumentos talayóticos tienen un alto nivel de conservación e integridad, preservan parte importante de su estructura y han llegado hasta nuestros días sin ningún elemento distorsionador.
Los grandes monumentos de Menorca se construyeron con la técnica ciclópea, es decir con piedras de grandes dimensiones  colocadas en seco, sin argamasa, con unas peculiaridades que los hacen únicos y singulares dentro del patrimonio mundial.
La investigación científica en torno a la Menorca talayótica, especialmente intensa en las últimas décadas, ha permitido identificar 15 tipos entre sus bienes inmuebles, diferenciados entre sí cronológicamente, morfológicamente y funcionalmente. Entre estos hay sepulcros megalíticos, sepulcros de triple paramento, hipogeos de planta alargada, hipogeos de planta sencilla con corredor, cuevas de horno, cuevas naturales con muralla, naviformes, pozos, talayots, hipogeos de planta compleja, salas con cubierta de losas, y sobre todo destacan las navetas y taulas, ya que son únicas y exclusivas de Menorca, sin paralelos en otros lugares del mundo.
De entre los más de 1.500 yacimientos arqueológicos que se encuentran en Menorca se han seleccionado para la candidatura una serie que sintetiza la prehistoria insular. Las construcciones destacan por la monumentalidad, por el estado de conservación, por el hecho de disponer de una exhaustiva investigación científica, además de representar cada uno de los elementos arquitectónicos tipificados, y porque aportan conocimientos de aspectos socioeconómicos, de organización territorial o de ritual funerario.
Los monumentos de la Menorca talayótica son de gran autenticidad y tienen un valor excepcional por la técnica constructiva con la que están hechos, el buen estado de conservación e integridad que presentan, su monumentalidad y la abundancia en que se encuentran, ya que en sólo 700 km2 de superficie hay más de 1.500 yacimientos, dos por km2. De entre todos se han seleccionado los que mejor sintetizan la prehistoria insular, por la cronología, tipología, funcionalidad y por el significado que tienen en el ámbito insular.
Hay gran número de poblados a alo largo y ancho de la isla, nosotros nos centramos en el d'en Galmés que comentamos a continuación.
POBLADO TALAYÓTICO DE TORRE D'EN GALMÉS
El poblado talayótico de Torre d'en Galmés, con una extensión de seis hectáreas, es el más extenso de Menorca y uno de los más grandes de las Baleares. El poblado es de gran monumentalidad y conserva una gran diversidad de construcciones de notable calidad.
Se sitúa sobre una colina, desde donde se tiene una perfecta panorámica de buena parte de la costa sur de Menorca. Esta privilegiada ubicación sumado a los tres talayots que tiene hacen pensar a los especialistas que el poblado de Torre d'en Galmés ejercía cierta supremacía sobre el resto de poblados de la isla.
El lugar fue ocupado durante el Bronce Inicial, hacia el 1.600 a. C., y, por los restos encontrados, fue ocupado hasta la época medieval. Su máximo esplendor, lo vivió desde 1.300 a. C. hasta la época romana, llegando a vivir unas 900 personas.
El yacimiento arqueológico de Torre d'en Galmés está formado por un gran número de construcciones, entre las que destacan sus tres talayots, numerosas casas talayóticas de planta circular, el recinto de taula, una sala hipóstila, un sistema de recogida de aguas y hasta cuatro hipogeos que en origen tenían una función funeraria.
La zona está museoizada y cuenta con un centro de interpretación muy recomendable antes de la visita.

PUEBLOS QUE NO PUEDES PERDERTE


ALAYOR
Alayor es la tercera localidad más grande de Menorca, tras Mahón y Ciutadella. A pesar de esto, sigue manteniendo el espíritu de un pueblo tranquilo con una maravillosa arquitectura que ejemplifica a la perfección el estilo propio de la isla. Es ideal para pasear, tapear y mezclarse con la gente.


BINIBECA VELL
Perderse entre sus imposibles callejuelas, donde la luz se cuela serpenteante por todos los rincones yendo a parar siempre al mar, es un auténtico divertimento para los sentidos. Aquí las fotos, como tocadas por una varita mágica, siempre quedan bien. Este poblado turístico fue creado en los años 60, imitando la arquitectura de los poblados de pescadores.

ES CASTELL
Nació como pueblo bajo el nombre ni más ni menos que de George Town, pues sus fundadores fueron los militares ingleses que necesitaron un pueblo cercano al estratégico Castillo de San Felipe, que entonces protegía la boca del codiciado puerto de Mahón. Hoy, Es Castell, sigue recordándonos esa etapa de dominación inglesa en cada rincón del pueblo. Vestigios de la influencia inglesa son, por ejemplo, las ventanas de guillotina o el rojo intenso que cubre muchas de las fachadas del pueblo, “rojo inglés” para los menorquines, porque imita el color del típico ladrillo británico. Es Castell es un pueblo lleno de vida. Asomado al mayor puerto natural del Mediterráneo, su gente ha vivido del puerto a lo largo de su historia. Es Castell ha sido tradicionalmente un pueblo de acogida, de ahí su carácter abierto y hospitalario. Desde los puntos más altos de la ciudad podemos observar la enorme fortaleza de La Mola que domina la entrada en la costa norte del puerto de Mahón. Desde ellos también podemos contemplar dos emblemáticos islotes del puerto de Mahón, espectaculares cuando se iluminan por la noche. Se trata de la isla del Rei y el Llatzaret.

FUERTE MARLBOROUGH
Situado en el lado sur de la bocana del puerto de Mahón, en la cala de Sant Esteve, fue construido por los británicos entre 1720 y 1726. Debe su nombre a Sir John Churchill, duque de Marlborough, el general británico más destacado de la época. Junto con el castillo de San Felipe y la torre de Stuart o d'en Penjat servía para proteger la entrada del puerto de Mahón. En el año 1782 fue parcialmente destruido por los españoles y tuvo que ser reconstruido, con algunas modificaciones, durante el último período británico (1798-1802).

CALES FONTS
Uno no puede irse de Menorca sin conocer este pequeño puerto dentro del gran puerto, capricho de algún dios que quiso diseñar la cuna perfecta para los llauts menorquines. Por la noche, las luces del pueblo asomado en el acantilado y las de los restaurantes a pie del muelle, bailan reflejadas en el agua acompañando a las pequeñas barcas de pesca amarradas. Es el escenario perfecto para una cena con sabor a mar... o con otro sabor, porque la variedad de restaurantes y bares nos dejará elegir el menú y el precio a nuestro gusto. En las noches de verano, el paseo se complementa con un entretenido mercadillo hippie.

SON GRANOT
Casa rural de estilo colonial inglesa que, según parece, perteneció a Patrick Mackellar, arquitecto encargado de diseñar el pueblo de Es Castell. Construida en 1712, es única en la isla por su arquitectura y ubicación estratégica. Cuenta con una magnífica panorámica sobre la entrada del puerto de Mahón. La finca tiene una superficie de 75.000 m2. Hoy Son Granot es un hotel rural con encanto, ambientado en la época británica y que ofrece un servicio de restaurante.


FORNELLS
Menorca regaló a los pescadores una bahía donde refugiarse de la tramontana en plena costa norte. Ese refugio se llama Fornells. Un encantador pueblo pescador que respira mediterraneidad entre sus callejuelas encaladas y su agradable paseo marítimo repleto de restaurantes. Será inevitable dejarse tentar por la degustación de la tradicional caldereta de langosta, pescada seguramente a unos pocos metros del puerto. La deliciosa bahía de Fornells forma parte de la reserva marina de Menorca. Para conocerla mejor, el pueblo ofrece también un sinfín de actividades deportivas, como el submarinismo, la vela o las rutas en kayak. La calle que da al mar, nos ofrece encantadoras imágenes de los barcos que entran y salen del puerto.  

TORRE DE FORNELLS
En este pueblo, la visita más típica es la Torre de Fornells, torre de defensa costera inglesa, construida entre los años 1801 y 1802. Es una de las de mayores dimensiones de todas las torres inglesas hechas en Menorca y su aspecto exterior es distinto al de las otras construidas en el mismo periodo, porque en la planta baja se hizo un refuerzo o talud y por el parapeto cilíndrico de la planta superior en voladizo moldurado, que sobresale todo él del paramento exterior de la torre y descansa en ménsulas.
La planta baja era un espacio dedicado a diferentes tipos de almacenes: el de pólvora, el de armas y munición y el de víveres. Desde esta planta hasta la planta superior, había una apertura por donde subían la munición de manera rápida con un sistema de poleas.
En la primera planta encontramos la sala del oficial, el lugar de alojamiento de la guarnición y el brocal o lugar, que permite proveerse de agua, y la zona del fuego. A la vez, encontramos la puerta de entrada, a la cual se accedía mediante una escalera de madera y que se podía sacar en caso de ataque. A la planta superior se accede por una escalera de caracol desde la primera planta y es el lugar de la plataforma artillera donde se instalaba, al menos, un cañón, protegido por un parapeto muy grueso que rodeaba toda la plataforma. En el parapeto había un pequeño horno de bala roja donde se calentaban los proyectiles que se disparaban a los barcos para incendiarlos. El matacán es un parapeto cubierto en voladizo sostenido por ménsulas. Entre las ménsulas quedan unas aperturas que servían para defender, en vertical, el acceso por la puerta de entrada del enemigo.

Se restauró y se abrió al público en 2000 con un sistema museográfico sencillo y cuidadoso. El visitante podrá conocer esta torre de defensa ante los peligros que llegaban por la mar, constantes en la historia de Menorca.

CASTILLO DE SANT ANTONI
El castillo de San Antonio es la génesis del pueblo de la bahía de Fornells, enclave estratégico de la isla, que nació ligado a esta fortificación. 1637 es el año del inicio de la construcción del castillo, durante el reinado de Felipe IV, hasta el año 1971. El castillo tenía forma cuadrada; aproximadamente de unos treinta metros de largo, por doce de ancho. En los cuatro extremos se ubicaban cuatro baluartes con los nombres de los cuatro evangelistas. En el interior había una modesta capilla, los almacenes, un gran aljibe, la vivienda de la tropa y la intendencia. En el centro, un pequeño patio de armas.

LLUCMAÇANES
Es un pequeño pueblo en mitad del campo donde las casitas de los vecinos de toda la vida se mezclan con las casitas de campo restauradas de los nuevos vecinos, la mayoría extranjeros, que se trasladaron hasta este escondido rincón en busca de luz mediterránea y tranquilidad. El carácter hospitalario de sus gentes se deja ver especialmente en las numerosas actividades que organizan para sus fiestas patronales, Sant Gaietà, donde además de la fiesta con los caballos, sacan a bailar a sus gigantes, orgullosos de ser el grupo con más gegants de Baleares.

MERCADAL
Aunque parezca sorprendente, no hace tantos años, aún se podían encontrar en el pueblo de Es Mercadal, algunos vecinos que en toda su vida no habían conocido el mar. Ubicado en el mismísimo corazón de la isla, hoy Es Mercadal es el pueblo mejor comunicado con cualquier punto de Menorca. Será por eso que en los últimos años ha vivido el mayor crecimiento en habitantes de la isla. 

Este pueblo blanco, al pie de Monte Toro, cuenta con una variada y destacada oferta gastronómica. En sus restaurantes podemos encontrar el sabor más antiguo de Menorca, con platos tradicionales elaborados con maestría desde hace siglos en el interior de la isla, así como otras tendencias mucho más innovadoras en las modernas cocinas de la localidad. principal curiosidad de este pueblo es que se encuentra muy cerca del Monte Toro, el punto más alto de toda la isla. Las islas y el paisaje hacen de este lugar un rincón único. En Mercadal no te puedes perder la visita al santuario de la Virgen del Toro, patrona de Menorca, y un lugar sagrado para sus habitantes.
En este pueblo se celebran, además, las tradicionales fiestas de San Martín donde es especialmente famoso el jaleo donde los caballos bailan al ritmo de la música.


MONTE TORO
Si elegimos un día claro para subir al punto más alto de Menorca, El Toro, podremos divisar todo el litoral de la isla. Podemos entretenernos en descubrir la tranquila bahía de Fornells, con sus pequeña velas cruzando sus aguas, el faro de Artrutx, indicando el fin de la isla por el sur-oeste, el extenso arenal blanco de Son Bou, tan diferente de la arena dorada de las playas del norte... hasta nos sorprenderá cuan boscosa es la isla, vista desde los 357 metros de este monte. En lo alto podremos visitar también el santuario de la Mare de Déu del Toro, regentado aún por una comunidad de monjas franciscanas.

ES MIGJORN
Es el municipio más joven de Menorca, pues hasta 1989 formaba parte de Es Mercadal, aunque sus vecinos siempre han tenido un fuerte sentimiento de pueblo. Se podría decir que este tranquilo pueblo guarda entre sus calles estrechas y el ritmo pausado de sus habitantes, el secreto de la longevidad, ya que a parte de contar entre sus vecinos con más de un centenario, aquí nació y vivió el abuelo del mundo, Joan Riudavets, fallecido en 2004 a los 114 años. Cuna de la cultura popular gracias a su hijo ilustre, el folklorista Francesc d’Albranca, el pueblo tiene el honor de contar en su biblioteca municipal con una apasionante colección sobre el folklore menorquín. Pasear por sus calles y por los bellos caminos rurales que rodean la población es todo un placer, pero si preferimos playa, Es Migjorn Gran tiene tres pequeñas joyas en la costa con las que complacernos: San Adeodato, Santo Tomás y Binigaus.

COVA DES COLOMS
Esta impresionante cueva, escondida en el barranco de Binigaus, hace que uno se sienta diminuto ante tan colosal obra de la naturaleza. Con sus 24 metros de altura, 15 de ancho y 110 de profundidad, parece una catedral esculpida en la roca del acantilado. Su visita es obligada para los amantes del senderismo y la naturaleza. A ella podemos llegar desde el camino del cementerio de Es Migjorn, descendiendo por el barranco (preciosa excursión), o desde la playa de Binigaus, como el complemento ideal al día de playa.

SANT CLIMENT
Villa acogedora y familiar, situada de camino a Cala en Porter, Calescoves, Binidalí o Canutells, puede ser el lugar ideal donde parar a degustar algunas tapas de la cocina tradicional menorquina. En las cercanías de este pueblo podemos encontrar numerosos yacimientos prehistóricos como el talaiot de Torelló, la basílica des Fornàs, la taula de Talatí o las taules de Binimaimut, por lo que, aunque como pueblo no tiene más de 200 años, podemos imaginar que históricamente ha sido una de las zonas más pobladas de la isla.

SAN LUÍS
Aunque sólo fueron 7 años, de 1756 a 1763, la dominación francesa de Menorca dejó un legado en forma de pueblecito blanco al que bautizaron San Luís, en honor al monarca Luis XV. Aproximadamente de esa época data el emblemático molino que nos recibe a la entrada del pueblo y al cual sigue una hilera de casitas bajas de estampa mediterránea. El Molí de Dalt (‘molino de arriba’, pues hubo un molino de en medio y un molino de abajo) acoge hoy un museo etnológico y el punto de información. Justo en el centro de este pueblecito blanco, nos encontraremos con la plaza de Sa Creu, de trazado cuadricular y sencillo, como todo su entorno. Esta pequeña plaza reúne la iglesia parroquial y el ajuntament , y es escenario del mercadillo, conciertos y eventos de toda clase. Pero uno de los mayores atractivos de este municipio son sin duda sus pueblos de costa y sus playas de finísima arena blanca y agua turquesa, como Punta Prima, Binisafúller, Binibeca o Binidalí. 
CAMI DE CAVALLS
Mucho más que un camino: historia del «Camí de Cavalls»

El Camí de Cavalls tiene, para todos los habitantes de la isla, un significado que va más allá de lo puramente histórico. Su recuperación para abrirlo al público de manera definitiva ha sido el fruto de un trabajo intenso y persistente hecha por mucha gente con el convencimiento de que ésta era una justa reivindicación basada en motivos históricos, culturales y sociales.
Sus origen parecen situarse en tiempos del rey Jaime II, quien ordenó a los caballeros de aquel tiempo mantener un caballo armado para la defensa de la isla y de sus habitantes. El camino es una consecuencia de este orden real. Poco se podían esperar aquellos caballeros cuando vigilando la costa dieron origen a este camino, que siglos más tarde debería costar tantos esfuerzos conseguir que el antiguo camino volviera a quedar libre y franco al paso de los ciudadanos.

La historia del Camí, es pues, antigua y bien documentada. Durante la primera dominación inglesa, por ejemplo, el gobernador Richard Kane, 1736, lo consideró como un "camino real" y, como consecuencia, ordenaba mantenerlo "limpio y transitable como se hacía antiguamente"
No demasiado años más tarde, en 1758, era el gobernador francés, el Conde de Lannion, quien mandaba su mantenimiento y ensanchamiento. De 1780, fecha el primer mapa de la isla que se conoce, realizado por el cartógrafo Louis Stokes de Arco de la Rochette, que contiene el Camí de Cavalls. Un par de años después el Conde de Cifuentes, gobernador español de la isla dice "los caminos llamados de caballos estén abiertos y del todo libres y compuestos de poderse libremente transitar

Ya dentro de este milenio, respondiendo a una demanda social, se aprobó en el Parlamento de las Islas Baleares la ley del Camí de Cavalls (Ley 13/2000 de 21 de diciembre) con el objetivo de consolidar el uso general, libre y gratuito de dicho camino. Ahora les invitamos a todos a recorrer el Camino, a dar la vuelta a Menorca. Con la información que encontrarán en esta página esperamos despertar su curiosidad por el conocimiento y el respeto a los valores naturales de Menorca, su idiosincrasia y su historia. Conocer es disfrutar, amar y respetar.

LAS MEJORES CALAS Y PLAYAS DE MENORCA

ZONA NORTE
Las calas y playas de la zona norte son famosas por el aire que suele correr en ellas y por ser algo más agrestes que las del sur. Muchas son de piedras y otras de un increíble color rojo. Para nosotros, las mejores, pero para muchos las del sur son el paraíso.
  • Cala Pregonda
  • Cala Tortuga
  • Cala Morrell
  • Cala d’Algairens
  • Cala Morrell
  • Cala Brut (Oeste)

ZONA SUR
Las calas del sur son las que suelen aparecer en las fotografías en las postales, con esos fondos de color turquesa y esas playas de arena blanca. En su contra, que en temporada alta están arrebatadas, pero cuando están vacías son un verdadero paraíso.
  • Playa Binissafuller
  • Cala Mitjana
  • Cala Turqueta
  • Cala Macarella y Macarelleta
  • Cala Galdana
  • Playa de Son Bou

DATOS PRÁCTICOS

GASTRONOMIA
Las raíces de la gastronomía menorquina se encuentran en la Edad Media, con influencia de la cocina árabe, catalana y francesa. Se trata de una cocina muy elaborada, utilizando muchos pescados y verduras. Los platos más importantes son caldereta de langosta, arroz de langosta, perdiz menorquina, Coques de carne o pescado, cordero asado estilo Maó, salsa mahonesa (inventada en la isla y de uso mundial) berenjenas rellenas, sopa de oliaigua con tomate, ensaimada (originaria de Mallorca, pero que se hace en todas las islas) carquinyolis de Mercadal, vino Malvasía, gin Xoriguer i pomada.



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