Ubicada en el departamento de Puno, con una superficie de 36 180 hectáreas, esta reserva nacional se encuentra, casi en su totalidad, en el lago navegable más alto del mundo.
La reserva del Titicaca está dividida en dos sectores separados: el primero, en plena bahía de Puno, protege los totorales que sirven de sustento a las comunidades Uros-Chulluni; el segundo, ubicado en la zona de Huancané, conserva extensiones de totoral menos visitadas pero igualmente ricas e interesantes.
Una vasta superficie de 8.560 km² que los lugareños surcan hábilmente en embarcaciones hechas de totora, una especie de junco que crece en las orillas del lago (o en lanchas, cuando se trata de atender al visitante).
En la isla de los Uros, cuyos habitantes descienden de uno de los pueblos más antiguos
de América, se encuentran las típicas viviendas hechas con totora,. En Taquile, por
otro lado, se practican aún las antiguas técnicas del tejido que el turista puede aprender si decide aceptar la habitual hospitalidad de sus moradores. En otras ciudades del departamento, como Pucará, es la alfarería la que ha alcanzado renombre internacional, y en Sillustani aún se pueden apreciar las chullpas (construcciones de piedra) de los Tiahuanaco.
Por lo demás, sus fiestas y bailes tradicionales, como las de la Virgen de la Candelaria o la famosa danza de la "Diablada", celebradas en el mes de febrero, son el marco ideal para un viaje realmente inolvidable.
Por lo demás, sus fiestas y bailes tradicionales, como las de la Virgen de la Candelaria o la famosa danza de la "Diablada", celebradas en el mes de febrero, son el marco ideal para un viaje realmente inolvidable.
En sus inmediaciones se han registrado 60 variedades de aves, entre las que destaca el endémico zambullidor del Tticaca; 14 especies de peces nativos y
18 de anfibios, entre ellas la rana gigante del Titicaca.
La sorpresa fue después del almuerzo, cruzarnos con una boda, que de entrada parecía más bien una ceremonia triste, las mujeres engalanadas con ropas negras.
Y para una muestra, las pieles de los corderos, ya puestos al sol para poder confeccionar alguna prenda de abrigo, que aquí por el día el sol abrasa, pero por la noche hay que abrigarse bien.
Mientras que los niños jugaban y los hombres iban llegando para deleitarse con el rico asado de cordero, afortunadamente nosotros acabábamos de almorzar, en caso contrario creo que hubieramos invadido la ceremonia.
Y para una muestra, las pieles de los corderos, ya puestos al sol para poder confeccionar alguna prenda de abrigo, que aquí por el día el sol abrasa, pero por la noche hay que abrigarse bien.
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