Poco hay que ver en esta renombrada localidad manchega, yo la incluyo en las ciudades que uno puede de visitar, sin pena alguna, aunque para mi tenía un recuerdo especial, en el año 1967 junto a un grupo de algo más de 300 italianos, mis compañeros guias y yo, -entonces un jovenzuelo de 22 años-. Les estábamos mostrando los paisajes de España, habiendo iniciado el viaje en la recién nacida Costa del Sol, aunque nosotros ya habíamos contactado con ellos en Nápoles, Civitavecchia y La Spezia, donde ellos embarcaban, para posteriormente pasearlos por Andalucía, pasar por Madrid, y paranos en el Mesón de Don Quijote para dirigírnos hacia Valencia, para finalizar viaje en Barcelona, embarcándolos en alguno de los barcos de Grimaldi Siosa, que venía de América, medio de transporte habitual de la época para ir o volver del nuevo continente.
En la población además de los Molinos de Viento, se puede visitar la Iglesia de San Miguel Arcángel. Hospital de Pobres. Pósito. Casas señoriales con escudos y fachadas típicas. Ermitas de Sta. Ana y S. Sebastián. Ermita de Nuestra Señora de Manjavacas y de Nuestra Señora del Valle. Museo de la Alfarería. Casa Museo Teresa Cano Lillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario