NIKKO

Hoy realizamos una excursión en autocar a Nikko.
Novia esperando la llegada del que será su marido
Ya ha llegado el novio
Acaban de presentar a su hijo a los Dioses
Visitamos el Santuario Shintoísta de Toshogu que forma parte de los "Santuarios y Templos de Nikko", Patrimonio de la Humanidad, reconocido por la Unesco, a continuación por la carretera “I-Ro-Ha” (zigzag), el Lago Chuzenji y la Cascada Kegon.


Nikko, es al mismo tiempo una maravilla de belleza natural y un importante emplazamiento de obras maestras arquitectónicas de Japón. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999. El Santuario Toshogu, terminado en 1636 y dedicado al fundador del shogunato de los Tokugawa, es el punto de convergencia de la ciudad. La mayoría de los edificios de los santuarios, así como numerosos elementos, han sido catalogados como Tesoros nacionales o valioso patrimonio cultural.
Son Mizaru, Kikazaru e Iwazaru, los ‘tres monos sabios’ de la mitología japonesa. Sobre los establos sagrados del Templo de Toshogu, encontramos una escultura de madera obra de Hidari Jingoro que nos devuelve al relato de los monos. Allí están de nuevo, en pose relajada, cada uno interpretando el gesto que le corresponde.

Kikazaru, a la izquierda, se tapa los oídos para no escuchar. En el centro, Iwazaru cubre su boca con las manos: prefiere guardar silencio. Mizaru, a la derecha, no quiere ver lo que sucede ante sus ojos. El significado de sus poses no está claro. Tampoco la razón por la que fueron representados por Jingoro en un orden distinto del habitual. A partir de aquí, el relato recorre el sinuoso sendero de los mitos y leyendas.

¿Qué significan los tres monos?
La versión más extendida afirma que los monos del templo (hay más, aparte de los tres sabios) son una representación del Código de Conducta de Confucio, que llegó a Japón procedente de China en el siglo octavo a través de una leyenda budista y se instaló entre los seguidores del Koshin, que eran multitud a principios del S. XVII, cuando fue edificado el santuario sintoísta de Toshogu.

Según esta interpretación, el significado del nombre de los monos («No ver, no oír, no decir») tendría una finalidad moral: transmitir a los fieles la importancia de ignorar el mal en todas sus manifestaciones. Encaja con otra de las piezas del puzzle. Según se cuenta, Mahatma Gandhi, que renunciaba a todas las posesiones materiales, hizo una excepción con una figurita de los tres monos tallados en madera, probablemente porque los consideraba un buen símbolo de su concepto de resistencia no violenta.

No obstante, esta, que es la variante más plausible del mito y su significado, no es la más extendida en Occidente. Por estas latitudes usamos la imagen de los tres monos con una sentido similar al del refrán «ver, oír y callar», que tantas veces has oído en boca de tu madre. Se trataría entonces de no juzgar las acciones del prójimo; en román paladino, de hacer la vista gorda. De lo contrario, las tuyas también acabarán siendo juzgadas. Una lección, sin duda, poco edificante.



El lago Chuzenji brilla especialmente a principios de mayo, con la eclosión de las flores de colores de los cerezos y en octubre, cuando las hojas se ponen sus mejores galas otoñales. La cascada Kogen, una de las más famosas de Japón. Es posible acercarse a ella gracias a un ascensor.

Puente Shinkyo el puente sagrado, totalmente lacado de rojo, forma un gracioso arco sobre el río Daiya. Su refinamiento contrasta con la naturaleza salvaje de la garganta. La leyenda cuenta que el ermitaño que dio origen a Nikko atravesó el río a lomos de dos serpientes, representadas hoy en día por el puente. En la época feudal, sólo el emperador tenía derecho a cruzar el puente. Lleva a un parque de 16.000 cedros situado cerca de Toshogu.


Almorzamos en el Restaurante Chuzenji Kanaya Hotel (comida occidental)

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