Montréal, es la capital cultural y de la moda de Canadá.
Realizamos un tour guiado de
Montréal, en el que tuvimos la oportunidad de conocer la encantadora “Old
Montréal”, la Universidad McGill, las calles residenciales de Mount Royal, la
bulliciosa St. Catherine Street y sus centros comerciales bajo tierra.
Montreal, una de las mayores
ciudades francófonas del mundo con una población de 1,7 millones de habitantes
(3,8 millones en toda la región metropolitana). Es una de las ciudades más
grandes y más populares de Canadá. Es una ciudad única que ofrece una vibrante
vida nocturna, restaurantes, bares, clubes y salones, algunos de renombre
internacional.
La ciudad es también un destino favorito para los ávidos
compradores, cuenta con más de 3.000 tiendas y servicios, la mayoría de los
cuales están en la zona de la calle St. Catherine Street. No hay que olvidar la
ciudad subterránea que está ganándose rápidamente una reputación como uno de
los mejores lugares del mundo para ir de compras. Este pasaje subterráneo
aparentemente interminable, se extiende 13 kilómetros y, ofrece a los
visitantes un sinfín de boutiques, tiendas especializadas, cafés y
restaurantes.
Montreal es una ciudad inmersa en la
cultura.
Entre sus internacionalmente conocidos festivales están el Montreal
Just for Laughs Festival, un festival de comedias que atrae a miles de personas
cada año, el Festival de Jazz de Montreal, que cuenta con cerca de 400
espectáculos diferentes y atrae a los grandes del jazz de todo el mundo.
Es
también la única ciudad de América del Norte donde se disputa un campeonato de
Fórmula-1. La ciudad es una de las ciudades más antiguas de América del Norte y
tiene una fascinante historia arquitectónica. Hay que hacer una parada para
poder visitar algunos de los sitios históricos, como el Canal de Lachine, el
Montreal Antiguo (Old Montreal) y los museos históricos. Los más notables son
el Museo de Bellas Artes de Montreal y el Museo McCord de Historia Canadiense.
Montreal también contiene algunas de las más importantes iglesias históricas de
América del Norte. Las más espectaculares de todas, son sin lugar a dudas las
de San Joseph Oratorio y la Catedral de Notre Dame.
Cuenta con una de las mejores
Universidades del Mundo, McGill, con cerca de 300 edificios, más de 37.500
estudiantes, donde se han graduado más de 215.000 alumnos y, McGill se ha
forjado un lugar entre las grandes universidades del mundo.
En el corazón del casco antiguo,
partiendo desde el monumento a Nelson y siguiendo la suave pendiente que nos
descubre una magnifica vista sobre el antiguo puerto, y tomando como eje
principal la plaza Jacques Cartier, lugar de encuentro de transeúntes,
visitantes, artistas callejeros, vendedores ambulantes, malabaristas....... es
donde encontramos el Viejo Montreal.
Luciendo en sus calles farolas
victorianas, flores por doquier, y con terrazas que en verano están a rebosar
durante el día y la noche.
Construido en 1804 y restaurado en
1998, el antiguo Château de Vaudreuil, de la Place Jacques Cartier fue
utilizado como un mercado público durante muchos años. La columna de Nelson, erigida
en 1809, y una serie edificios de esta mezcla armoniosa se mezcla con los
hoteles y las estructuras comerciales de los años 1850 y 1860. Frente al
Ayuntamiento, la Plaza de la Dauversière nos muestra un magnífico jardín
público restaurado en el año 1997. Durante años St. Paul Street, una de las
principales calles del casco antiguo, fue la calle principal vía de la ciudad.
Muchos de los edificios que datan del siglo XIX, algunos de los cuales eran
almacenes, hoy se han renovado y se han convertido en boutiques, estudios de
artistas y residencias privadas.
Mount Royal es la joya de Montreal
con sus 200 hectáreas de parques y jardines que ocupan parte de la montaña más
alta de la ciudad (234 mts), es el lugar residencia por excelencia, ubicado en
medio de la isla donde está enclavada la ciudad, formada por la desviación del
río San Lorenzo.
Paseo
por el Jean-Talon Market, fue inaugurado en mayo de 1933 en lo que
hasta el momento había sido una zona agrícola e industrial habitada
mayoritariamente por italianos . Su estructura original en estilo Art
Decó se componía de un pequeño edificio al que se podía acceder
indistintamente, desde el norte o desde el extremo sur del mercado.
En 1983, se añadió una cubierta retráctil que podría ser convertido en invierno en centro comercial con calefacción.
El mercado, tal y como la conocemos hoy, es el resultado de una serie de expansiones y remodelaciones.
Con
los años, muchos de los residentes, situados en el extremo norte y sur
del mercado, han visto sus garajes transformados en pequeños kioscos de
comida. Las numerosas tiendas que ahora podemos encontrar en todo el
mercado le dan un carácter peculiar.
En
2004 se realizó una importante renovación con un aparcamiento
subterráneo, una galería comercial en la planta superior, quioscos al
aire libre, para agricultores y artesanos.
Desde
2006, las calles de Place-du-Marché-du-Nord, que rodea el mercado
Jean-Talon, se ha habilitado como peatonal los viernes, sábados y
domingos de junio a octubre desde las 11de la mañana a 5 de la tarde.
Esta
transformación, fue difícil al principio, ya que algunos hábitos son
difíciles de cambiar, pero años más tarde, la mayoría, incluyendo a los
comerciantes saben apreciar este cambio.
Almorzamos en el Fourquet Fourchette,
una invitación a adentrarse en la perdida era de la New France y su cultura
nativa.
El " Fourquet "(conocido
como rastrillo de maceración en Inglés) es un instrumento usado
tradicionalmente por los cerveceros para mezclar el agua y los granos de malta
en el tanque con el fin de convertir el almidón en azúcares fermentables para
producir una masa de fluido llamado mosto.
La " horquilla "es un
tenedor.
Combinando los dos se obtiene el
logotipo del restaurant, que simboliza el matrimonio perfecto entre gastronomía
y cerveza.
Esa es la esencia del concepto.
La Fourchette Fourquet es una
invitación a sumergirse en la era perdida de la Nueva Francia y la cultura
nativa.
Aquí pudimos disfrutar de una
comida acompañada con cervezas locales Unibroue y, una selección de vinos
regionales.
Disframos toda la tarde visitando algunas de las tiendas, nuestro horario no nos permitia visitarlas todas.
Por la noche cenamos en el Entiché Restaurant, con
el novedoso concepto “Bring your own wine”, que consiste en llevar al
restaurante su propia botella de vino previamente adquirida en la ciudad.
Un concepto nacido en los
restaurantes del estado de Quebec en 1980 debido a las leyes locales que
otorgan un monopolio Estatal a la importación de bebidas alcohólicas a la SAQ
(Corporación de Licores del estado de Quebec), que también es el único distribuidor
autorizado a la vez que organismo que autoriza la concesión de licencias para
su venta a comercios, hoteles, bares y restaurantes tanto para los vinos como
para las cervezas.
El SAQ es una herencia del pasado,
una reminiscencia del pasado, que fue contrarrestado por los restauradores con
el slogan de, traía usted su propio vino, con lo que se consiguió recuperar la
crisis en la que habían caído los restaurantes, a la vez que permitió un giro
en la oferta culinaria.
Esta opción lejos de caer en desuso, no ha hecho más
que crecer en los últimos años.
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