Se piensa que el nombre tuvo su origen en una casa romana que existía aquí, "Vila Reguela", pero el gran desarrollo de Peso da Régua se registró después de 1756 con la creación de la Real Compañía General de Agricultura de las Viñas del Duero, que estableció la primera región con denominación de origen de producción de vino de todo el mundo.
Situada junto al Río Duero, Peso da Regua tuvo un papel preponderante en la comercialización del Vino de Oporto, pues de aquí partían los toneles que lo transportaban en barcos "rabelos" hasta Gaia, donde el vino envejecía en las bodegas.
En esta región, las viñas cultivadas en bancales en las laderas junto al río, ofrecen bellísimos pano-ramas que se pueden admirar desde los muchos miradores de la zona, entre los que destacamos el de San Leonardo en Galafura y el de San António do Loureiro.
En los alrededores, la estación termal de Caldas de Moledo, situada en la orilla derecha del Duero, posee un embarcadero propio, y es un lugar agradable para unas vacaciones de reposo.
Rodeada por plantaciones de vid y hermosas haciendas rurales, Régua ha ido evolucionando, de callado pueblo provinciano a pequeña ciudad animada que ofrece variadas atracciones e iniciativas en las que el río juega un papel protagónico.
En la ribera se encontrará un malecón que es centro de partida para cruceros por el Río Douro, paseos peatonales, canchas de tenis, piscinas e instalaciones para la práctica de la pesca, así como tiendas de artesanía, bares, restaurantes y cafeterías que permanecen abiertos hasta altas horas de la noche.
En Régua, vale la pena admirar la Casa do Douro, con sus ventanas de coloridos vitrales que reproducen la historia y la producción del Oporto, la Iglesia Matriz y las fincas solariegas del siglo XVIII, por ejemplo, el Solar dos Vaz.
Muchas quintas (fincas) tradicionales dan la bienvenida ofreciendo recorridos por sus viñedos, lagares y bodegas, que incluyen degustar los distintos vinos del lugar; es el caso de la bonita Quinta da Pacheca, a unos cuatro kilómetros de Régua, fundada en 1738 y que recibe nueve mil visitantes cada año.
No lejos de allí, el maravilloso mirador de San Leonardo, en Galafura, ofrece vistas impresionantes del valle del Duero y sus profundas gargantas en forma de terrazas escalonadas cubiertas de famosos viñedos.
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