PANTANAL

Desde que lo ecológico se convirtió en un fenómeno mundial, muchas personas se han interesado en conocer esta lejana región, excitante, salvaje y maravillosa. Estas personas ahora descubren lo que ya sabían hace mucho tiempo los pescadores y cazadores que deambulaban por el Mato Grosso, en busca de trofeos y de historias fabulosas que los extranjeros saboreamos discretamente, teniendo como armas unos prismáticos, una cámara fotográfica o de vídeo y una disposición incansable para ver animales   Este gran espectáculo de voyeurismo colectivo esta echando raíces por que, con la caza oficialmente prohibida y la pesca limitada al período de febrero a octubre, el Pantanal se fortalece justamente con la expoliación ocular de sus visitantes. 


Esta es su vitrina propia. Las tierras, aguas y animales forman su patrimonio, y el turismo ecológico es la escalera que lleva a un altar desde donde se contempla sin desposeerla. Sin este turismo, con sus cerca de seis millones de cabezas de ganado esparcidas por descomunales haciendas, el Pantanal estaría condenado. 

Aquí sólo se produce Naturaleza y Ganado, dice Paulo Roberto Amaral, veterinario paulista de 29 años que desde hace algún tiempo guía a los huéspedes de la Posada Caimán; este es un mundo de 53.000 hectáreas (236 Km.) de Campo Grande poblado por 250 especies de aves, 28 de mamíferos, además de las innumerables de peces, todas al alcance del clic de una maquina fotográfica.

Cualquiera que sea la entrada al Pantanal, el destino es solo uno, los ríos portentosos, como el Paraguay, que recorre 1400 km. en territorio brasileño y cuyas aguas parecen estar estancadas, debido a que su desnivel es de poco más de un centímetro por kilómetro, pero que llegan a alcanzar los 80 m. de profundidad en las cercanías de Corumbá; las aguas de ríos menores, como el Taquari, Miranda y Sâo Lourenço, y de las lagunas, allí llamadas "Bahías", con una vegetación rastrera, en la cual se mezclan especies propias de los "cerrados", de los terrenos "alagadiços" y de una flora amazónica (pues el río Paraguay está ligado a las cabeceras de aquella área por pequeñas matas cerradas, en terrenos ligeramente elevados); las cordilleras, y animales, muchos animales.  

Se calcula que en los casi 230 Km. cuadrados del Pantanal viven 1500 especies de animales, incluyendo 600 de peces. Como el suelo es relativamente pobre, como el de la Amazonia, la desmantelación produce un efecto de desertización. Con las crecientes, de diciembre a marzo, la tierra se fertiliza por la sedimentación arcillosa y los detritus que arrastran los ríos. Esto es excelente para los bueyes, que así se alimentan de hierba de la mejor calidad. El buey del Pantanal es casi un animal sagrado, que necesita de tres a cuatro hectáreas para sentirse bien tratado. Estos son allí más numerosos que los hombres - una comunidad de 340 mil personas diseminadas por todo aquel espacio -caboclos y pantaneiros que solo tienen por amigos al caballo y el paisaje. 

El Pantanal no es un pantano, es una laguna de formación relativamente reciente, y que fue llamado "el útero más fértil del mundo", por la concentración de formas de vida que en él se cobijan. La cadena formada por los distintos animales forma su inflexible y propio círculo de vida y muerte. El puma pintado o jaguar, que llega a pesar 150 kg.., que come manadas de capibaras, que paulatinamente se van extinguiendo y entonces ataca al ganado; los caimanes, tan abundantes que pueden ser vistos en cualquier laguna, con sus ojos enigmáticamente abiertos, son cazados en un ritmo igualmente vertiginoso (se habla de más de un millón por año). Cuando un caimán desaparece, crece de inmediato la población de pirañas. Infelizmente, el aprovechamiento del caimán es limitado; con dos ejemplares a duras penas pueden fabricarse un par de zapatos. 



La lucha entre el agricultor y la naturaleza es dura, ya que si él no acaba con los animales, ellos acabarán con sus cosechas. Por ello, los estudios recientes van encaminados a generar un centro turístico no depredador, y a la cría masiva de ganado, con la protección del Estado, que ya ha creado parques naturales para la conservación de las especies. A pesar de la expoliación de los agricultores, que amenazan con quemar la región si el gobierno no modifica sus planes, la naturaleza que queda sin colonizar es inmensa. La salvación de esta área geográfica esta en la generación de una fabrica de belleza y vida que funciona armoniosamente las 24 horas del día, desde el comienzo de los tiempos y mucho antes de que el hombre blanco la descubriera en el siglo XVIII.

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