AMAZONAS

Esta es, sin lugar a dudas la región de Brasil que más misterio y leyendas se puedan contar, comenzando por el nombre que recibio el río, de las amazonas, aquellas guerreras que se seccionaban un seno para poder disparar mejor sus arcos.


MANAUS


La ciudad de ayer y de hoy. 


Manaus, ciudad de tiempos duros y de tiempos muertos; ciudad de la riqueza y la decadencia; desafío a la naturaleza a orillas del río Negro.


En los años setenta del siglo XIX, no era más que una pequeña población de menos de 5.000 habitantes, construida sobre la escarpada orilla del río Negro, al abrigo de los mosquitos y de las inundaciones.


Luego llegó la fiebre del caucho, y en poco más de treinta años, Manaus vio multiplicarse por cien su población; Los reyes del caucho, los ricos mercaderes, los aventureros audaces, hicieron de ella una ciudad moderna de edificios lujosos y un teatro de la ópera para 1.200 localidades.


La ciudad se vio poblada de "extraños" palacios, de estilo bávaro para una fabrica de cerveza, fuentes con alevines rococó, para embellecer las plazas, un teatro de la ópera, donde llego a actuar el gran Carusso. La mayoría de ellos fueron transportados, piedra a piedra desde el continente europeo.


Cuentan que, algún facendeiro, se hacia lavar y planchar las camisas en París.


La caída, en 1914, fue tanto más penosa cuanto excepcional había sido el apogeo; un verdadero sopor se abatió sobre la ciudad, que se vació de habitantes condenados al paro. Pronto no quedo más que la leyenda.


La esperanza renació después de 1960. La  creación de la SUDAM (Superintendencia para el desarrollo de la Amazónia), y el establecimiento de un puerto franco, infundieron nueva sangre a Manaus, sobre todo a partir de 1968. Se retomó el flujo comercial, reaparecieron las mercancías costosas con un importante valor agregado, como los aparatos de radio y televisión; afluyó el material electrónico y óptico. Pero Manaus se ha convertido tan solo en un centro de distribución del material japonés o norteamericano hacia el resto de Brasil, y los países vecinos. Se han creado industrias con una mano de obra barata.


Pero la creación del puerto franco ha dado un fuerte impulso al desarrollo económico; la ciudad tienen hoy algo más de medio millón de habitantes. Siempre hay cargueros en el muelle del puerto flotante construido por los ingleses; los muelles de acero y cemento soportados por enormes boyas no sufren las importantes variaciones del nivel de las aguas (en algunas épocas el nivel asciende o desciende cerca de 20 mts.)



La capital de la Amazonia ha salido también de su aislamiento, en especial por la construcción de la carretera hacia Porto Velho, que la une a las metrópolis económicas del Sur. En algunos años, ahora que la carretera hacia Venezuela está concluida, Manaus será también el punto de partida de la penetración económica brasileña en Venezuela y las Guayanas.



El turismo se ha desarrollado con rapidez en estos últimos años, y las posibilidades de realizar excursiones terrestres o fluviales a crecido considerablemente y es posible alquilar barcos fluviales de pequeña o gran capacidad, ofreciéndose al turista la posibilidad de realizar excursiones que oscilan desde una noche hasta una semana.


No hay que dejar de ver o encontro das aguas, el rió Negro (aguas cobrizas), no se mezcla más que al cabo de varios kilómetros con el Solimôes (amarillo, cargado de cieno y de vegetales a la deriva), para formar el Amazonas, inmenso río que en algunos lugares tiene ya 25 km. de anchura.

Desde Manaus se pueden realizar cruceros por el río, bajo mi opinión, hoy en día el más recomendable es, el Iberostar Grand Amazon un crucero de lujo que nos conduce a través de un emocionante recorrido por el Río Amazonas con todo el confort y que los cruceros nos ofrecen.

Una aventura, sin renunciar al lujo y el confort.

El viaje se inicia en Manaus, haciendo escalas en diversos puntos de la selva amazónica para realizar excursiones en pequeñas embarcaciones, que exploran la densa vegetación, la de mayor riqueza del planeta, árboles; plantas y los animales más exóticos del Amazonas. En las distintos paseos que se realizan, se incluye la observación de aves, paseos ecológicos, pesca de pirañas, observación de Jacarés (cocodrilos amazónicos), y si hay suerte tambien se pueden admirar a los bellos delfines rosados de agua dulce.

El barco dispone de cabinas dotadas con el equipamento más completo, varios restaurantes, bares, una oferta de entretenimiento muy variada, sala de conferencias para convenciones, tiendas, piscinas, jacuzzis, discoteca…

Se ofrecen dos itinerarios, el que recorre el Río Solimôes, de 4 días (3 noches), y el que nos lleva por el Río Negro, con una duración de 5 días (4 noches). 


SANTAREM
Ciudad situada junto al río Amazonas, entre las ciudades de Manaus y Belém, además de confortables hoteles, ofrece muchas de las alternativas turísticas de Manaus, quizás en forma menos explotada turísticamente, lo que la convierte en más aventurera si cabe.

Santarém es conocida como la perla del Tapajós, siendo el segundo municipio más grande del estado de Pará, en frente de la ciudad ocurre el encuentro de las aguas oscuras del río Amazonas con las aguas azules del río Tapajós, en un espectáculo similar al que acontece al frente de la ciudad de Manaus con los ríos Negro y Amazonas.

Es en el municipio de Santarém donde se localiza la villa Alter-do-Chao, a 30 km de la ciudad. Es un famoso balneario denominado como el Caribe brasilero por sus bellas playas y algunos lugares como el lago Verde y la isla del Amor que atrae a inumerables turistas.


BELEM (Pará)
Capital del Estado de Pará , es otro punto de acceso importante de la región. La ciudad, ubicada en la desembocadura del Amazonas, ha conservado restos del esplendor de los años del auge del caucho, incluyendo el Mercado Ver o Peso, diseñado y construido en Inglaterra.

También se puede observar sus maravillas de pelo y pluma, en el Museo Goeldi.  

Belém es el punto de partida para la mayoría de las excursiones a la hermosa isla de Marajó (la mayor isla fluvial del mundo), paraíso de los pescadores, con sus frutas tropicales, cerámicas, búfalos de agua y otras atracciones exóticas.

Aquí el río alcanza dimensiones desproporcionadas ya que en su desembocadura, el delta llega a alcanzar los 150 km. de anchura y sus aguas dulces llegan a más de 30 km. mar adentro, sin que lleguen a salinizarse.

Un fenómeno que ocurre en algunas ocasiones en la desembocadura del Amazonas es, la pororoca.

Se produce por la acción de las mareas al penetrar las aguas marinas sobre las fluviales durante la pleamar o flujo. La pororoca es más intensa cuando el ancho del río se estrecha, por lo que las aguas oceánicas del Atlántico pueden penetrar más fácilmente y con mayor velocidad y longitud en los cauces del delta de este río, lo que da origen a una verdadera inundación que llena de agua salada muchas zonas ribereñas.

Hasta a los niños más pequeños les enseñan en los colegios cómo puede llegar a ser devastador este fenómeno. Se ha mitificado a este fenómeno natural como un asesino o monstruo que llega a anegar tierras bajas de las orillas con agua salada. Su sonido, hasta media hora antes de llegar, es el de un oleaje intenso y continuado.

El que este oleaje dure tanto tiempo en avanzar es una consecuencia del enorme caudal del río Amazonas: las aguas de este río (más de 100.000 metros cúbicos por segundo) ocasionan que el agua marina rompa formando olas sobre ellas, pero estas olas se acercan mucho unas a otras por el desplazamiento inferior de las aguas fluviales en sentido inverso, lo que se traduce en una fuerte oposición entre ambas, oposición que es la causante del estruendo. Para que este fenómeno natural se produzca tienen que concurrir varios factores: las fases de Luna llena o Luna nueva, que dan paso a la subida de la mareas más intensas (mareas de sizigia, que son las que se producen cuando los tres astros, es decir, la Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados), las corrientes marinas y la oposición del océano sobre el río.

Las olas sucesivas de color marrón, que se adentran decenas de kilómetros río arriba y alcanzan en ocasiones hasta cuatro metros de altura en algunos puntos estrechos y encerrados de las orillas y en la misma parte central del cauce (donde la velocidad de las aguas fluviales es mayor), se forman con cierta frecuencia a través del año, aunque la ocurrencia de mareas excepcionalmente "vivas" o intensas es mucho menos frecuente. La altura máxima de la ola se alcanza en el momento de romper al acumularse las aguas superiores del mar sobre las fluviales que las frenan por debajo.

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