A menos de dos horas de la ciudad de Santiago del Estero, capital de la provincia del mismo nombre, está la población de Río Hondo, famosa por sus fuentes que antiguamente le valieron la denominación de “Aguas del Sol”.
Hay veinte vertientes; la virtud de sus aguas termo-minerales ha sido reconocida por la ciencia que señala en Río Hondo uno de los lugares más indicados para las afecciones reumáticas y para la artritis. La región de los manantiales comprende una vasta zona en forma de rombo de unos treinta kilómetros cuadrados. Nombres cargados de nostalgias quechua como Intiyacú, Toro Yacú. Supay Yacú o Uturungu Huasi se alternan con otros hispánicos y cristianos: Agua Santa, Cascada de los Suspiros.
Las tardes santiagueñas lentas y quietas, casi fuera del tiempo, traen a quienes van a Río Hondo en busca de alivio a sus males físicos, una quietud espiritual, un sosiego callado y plácido. El clima es suave y benigno de mayo a setiembre, es decir durante la temporada de los baños.
El visitantes que desde la elevada barranca del arroyo Toro Yacú, donde está situada la Villa de las Termas, contempla el cielo oscuro del atardecer, siente la gravitación del silencio y de las crecientes estrellas.
Otro de los atractivos de Río Hondo es la pesca del Dorado, que en muchos casos alcanzan pesos considerables.
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