MOLINA DE ARAGÓN


CASTILLO
El Castillo fue edificado sobre un antiguo castro celtibérico utilizado por los árabes durante su dominación. Declarado Monumento Nacional en el año 1931, es sin duda la fortaleza más grande y expresiva de Castilla-La Mancha. De las ocho torres que llegó a tener este magnífico alcázar tan sólo cuatro han conseguido llegar en pie hasta nuestros tiempos : son las de Doña Blanca, de Caballeros, de Armas y de Veladores. Todas ellas se encuentran comunicadas entre sí por un adarve protegido de almenas. El recinto externo de la fortaleza, lo que podríamos denominar albácar de la alcazaba, o campo de armas, es muy amplio. En tiempos de Doña Blanca albergaba un barrio entero.
El Castillo ha sido protagonista a lo largo de la historia de  múltiples batallas, tanto en la Edad Media, como en la Guerra de la Independencia y guerras carlistas. En el castillo molinés destaca además la presencia de una gran torre aislada, al norte de la fortaleza, y en su punto más elevado, que se denomina la Torre de Aragón. Fue la primitiva construcción, sede del castro celtíbero, puesta en forma de defensa por los árabes, y diseñada por sí sola como un auténtico castillo independiente, que sin embargo estuvo siempre comunicado con el castillo mayor a través de una galería subterránea.

IGLESIA DE SANTA CLARA
Aparece adosada al Convento de las Clarisas por el norte y poniente. Es de la segunda mitad del siglo XII, protogótica. Los muros son de sillares y el interior de una nave con soportes románicos, coronados por capiteles de finales del siglo XII. El arco triunfal es ligeramente apuntado, y la cubierta de crucería simple, del tipo cisterciense en el crucero y bóveda apuntada en la capilla mayor. El ábside y la portada sur son románicos. Conserva una escultura del siglo XVII del Crucificado y una Inmaculada del XVIII.

IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE SAN GIL
Primero fue un edificio románico del siglo XII, siendo posteriormente reedificada en el XVI. Su interior es de tres naves, separadas por arquerías de medio punto sobre las que corre un ándito. La nave central se cubre por cañón y lunetos y la capilla mayor por cúpula semiesférica gallonada. La sacristía guarda buenos lienzos del siglo XVII. La gran portada principal y otra con pilastras adosadas son clasicistas. En su interior se conserva el magnífico retablo renacentista de la Parroquia de El Atance.
IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL CONDE
Junto al Ayuntamiento, en la Plaza de España, se levanta la Iglesia de Sta. María del Conde, la más antigua de las fundadas por Manrique de Lara, primer Señor y Conde de Molina<., en el siglo XII, de estructura románica. Fue completamente reedificada en los siglos XVI y siguientes. Es de planta de cruz latina con portada a poniente en la que parece una severa decoración clásica de pilastras y frisos. Fue restaurada en 1985. En la misma plaza hay una casa con escudo.
PUENTE ROMÁNICO
Sobre el río Gallo, que atraviesa la ciudad de noroeste a sur. Conocido popularmente como el Puente Viejo, fue construido en la época de la repoblación del burgo, hacia los siglos XII-XIII. Construido con sillar de arenisca roja, está formado por tres arcos escarzanos, tamajares triangulares y redondeados, con "giba" acentuada en el centro. Es uno de los símbolos más significativos del pasado medieval de la villa.
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
Fundado por la Infanta doña Blanca, Señora de Molina, en el siglo XIII; es gótico con añadidos clásicos y barrocos. En el lado de la epístola, una portada con escudos de la Orden Franciscana. La torre es barroca del XVIII, con sillería y con dos cuerpos, coronada con la popular veleta conocida como El Giraldo. La capilla de la Venerable Orden Tercera, del siglo XVIII, presenta al exterior un ábside semicircular y pequeña portada de rica decoración y molduraje barroco. Actualmente es sede del Museo Comarcal de Arqueología y Ciencias Naturales.

IGLESIA DE SAN PEDRO
Aunque de origen románico, fue rehecha totalmente en los siglos XVI-XVII. La cabecera y crucero son góticos del siglo XVI, y el cuerpo de la iglesia de la segunda mitad del XVIII.

CASONAS MOLINESAS
De gran interés son sus construcciones civiles que salpican sus calles estrechas y pintorescas. No deben dejar de admirarse, por ejemplo, la casona del llamado Palacio de los Molina (hoy un emblemático establecimiento de restauración), con escudos, rejas y el tradicional portón central adovelado, y la Casa del Obispo Juan Díaz de la Guerra, en el Arrabal de San Francisco, de finales del siglo XVIII. En la Plaza de Tres Palacios pueden observarse numerosos escudos y grandes portones. En la Plaza de San. Miguel se ve una portada renacentista con medallones de S. Pedro y S. Pablo, de fines del XVI



ARQUITECTURA CIVIL MOLINESA
Históricamente la urbe molinesa ha estado jalonada de numerosos y  palacios, de un tipismo constructivo muy acusado. Aunque muchos han desaparecido a lo largo de los siglos, entre los que quedan deben destacarse el Palacio del Virrey de Manila, del siglo XVIII, con su magnífica portada barroca. Mandado construir en 1740 por Don Fernando de Valdés y Tamón quien, después de diez años de mandatario en el virreinato de Filipinas, regresó a España y se casó con una molinesa, decidiendo construir su palacio en la ciudad de Molina. Entre los muchos valores que posee este palacio destaca el carácter que confiere al entorno urbanístico en que se ubica.

El Palacio del Marqués de Villel muestra igualmente en su portada blasón de armas y galería de arquillos bajo su pronunciado alero. El Palacio de los Montesoro y el de los Marqueses de Embid, son otros buenos ejemplos de esta inconfundible arquitectura civil molinesa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario