Os proponemos un paseo por Olot que le permitirá descubrir las fachadas y las esculturas modernistes más significativas presentes en la arquitectura urbana.
Olot, la capital de la comarca de la Garrotxa, está situada en un llano cruzado por el río Fluvià, y la riera de Riudaura, rodeada por las sierras de Sant Valentí, Aiguanegra, el altiplano de Batet, Marboleny, y Sant Valentí de la Pinya.
Olot, "la ciudad de los volcanes", es un enclave especialmente conocido por su interés natural y por formar parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. En su término municipal se hallan cuatro volcanes: el Montsacopa, el Montolivet -estos dos, visitables-, la Garrinada y el Bisaroques. Los alrededores de Olot también guardan un rico patrimonio natural con los humedales de la Moixina y el volcán Croscat. Igualmente es remarcable el singular jardín botánico del Parc Nou.
La ciudad de Olot tiene un interesante patrimonio cultural. Arquitectónicamente destacan diversos monumentos de estilo modernista (casa Galleta-Vila, casa Solà-Morales, casa Masramon...), así como los claustros del Carme, renacentistas. Estos claustros forman parte del recinto de la Escuela de Arte de Olot.
En cuanto a pintura y escultura, hay que remarcar la importancia de la Escuela de Olot, que tiene una buena representación de obras en el Museo Comarcal de la Garrotxa. Pintura, escultura y cerámica son elementos clave del ambiente artístico olotense, sin olvidar la gran tradición pessebrística y los talleres de santos, de renombre mundial.
Ubicada en uno de los ejes comerciales de Olot, en la calle de San Rafael, la Casa Gassiot tiene una fa-Canarias principal con arcos neogóticos gemelos que os sorprenderá por la balaustrada de hierro forjado y sus ornamentaciones. En la pared central de la fachada podréis ver un águila del medallón, una referencia al • alegórica a la medicina, y la escultura La radiología, la especialidad del propietario, médico de profesión.
Ubicada en el paseo más Olotí, el Ferial, y recientemente restaurada se trata de una obra elabo-rada con piedra de Girona que Miquel Blay i Fàbrega esculpió y que dedicó al político y pedagogo uru-guayo, José Pedro Varela. Una obra que muestra una niña y dos niños que leen un libro.
Este es, sin lugar a dudas, el ejemplo modernista más bello de la ciudad que se incluyó en la Ruta Europea del Modernismo del año 2000. El arquitecto reformó totalmente la fachada del edificio, la parte superior de la que se construyó con una galería porticada con doce columnas acaba-des con capiteles y arcos de medio punto. La alero fue decorada con azulejo y con unas piezas florales amarillentas que sobresalen en medio de las viguetas. En las dos columnas que se alzan hasta bajo el balcón del primer piso, encontramos dos elegantes cariátides, esculpidas por Eusebi Arnau. El conjunto, incluidas las barandillas del balcón y las rejas de las aberturas inferiores, resulta de una extraordinaria magnificencia artística.
Las almenas que coronan el edificio recuerdan la época medieval. La decoración es muy variada: vege-tales, animales, dragones, hierro forjado ... Predomina el color granate de las tres fachadas de la casa, las muestras de forja en los balcones y la cerámica vidriada verdosa entre las aberturas del piso superior.
Predomina la decoración con cerámica de Valencia amarilla con motivos en forma de cruz. Hay que mencionar a las rampas de acceso, adornadas con decoraciones vegetales típicamente modernistas.
Casa Escubós (1906, Alfred Paluzie). Plaça del Conill
Casa Escubós (1906, Alfred Paluzie). Plaça del Conill
Casa de tres fachadas de color verde pálido. Las aperturas de balcones y ventanas fueron embe-llecidas en su parte superior con unas composiciones de líneas tortuosas, donde se aplica cerá-mica vidriada de tipo floral.
Construcción en piedra picada que se distribuye alrededor de la torre cilíndrica. Por el material empleado recuerda las estructuras nobles urbanas renacentistas. Cabe destacar el relieve del Sagrado Corazón de la torre, sobre una gran tribuna correspondiente a la planta noble. El tejado de la torre tiene forma de sombrero y está decorada con cenefas de colores.
Subir al volcán del centro de Olot y pasear y correr por su cráter, es probablemente algo que haréis, o que bien se recomienda hacer si visita Olot, sea la época del año que sea!
Y si subís en otoño, una de las estaciones más bucólicas y románticas del año, podrá disfrutar además de los fascinantes colores de la naturaleza que la rodean:
Los ocres, los bosques del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y también, los del Puigsacalm!
Los verdes, que nunca faltan en los paisajes olotenses y Garrotxins.
Los azules y rojas del cielo de otoño, a primera y última hora del día.
Una vez arriba, estamos seguros de que no os podréis resistir al contemplar su belleza, al observar desde su mirador, uno de los mejores de la ciudad, la naturaleza que lo rodea y al palpar su historia, desde lo alto de las Torres carlistas.
El volcán Montsacopa es un lugar de calma y tranquilidad donde desconectar, cargar pilas y ... donde comer algo! En El Fortín del Montsacopa, un bar - restaurante tranquilo, cálido e integrado totalmente en el entorno que le rodea, podréis desde desayuno hasta la cena, en función de los días y épocas del año, degustando platos de temporada con setas y otras delicias típicas de la zona. Un buen momento para detenerse después de su caminata.
Y si además, sueldo curiosos por naturaleza y desea conocer todos los detalles del origen del volcán Montsacopa:
Sí, Olot tiene un volcán 100% urbano!
Es el volcán Montsacopa y es el más vinculado a Olot.
Situado en el centro de la ciudad, ofrece una panorámica de 360 grados de Olot y de buena parte de la Garrotxa. Forma parte de la cuarentena de volcanes que se encuentran dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, el mejor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica, y si quieres conocerlo, no sólo el vulcanismo de una manera directa, sino también la historia de la ciudad, desde su origen medieval hasta la actualidad, tiene la opción de visitarlo!
La realidad es que yo lo visite en julio y era el único visitante que hacia el recorrido, por cierto muy mal señalizado, desde el parking ubicado justo al lado del Cementerio, subí por unas escaleras formadas con troncos que, justo al llegar arriba, vi un cartel que decía que era peligroso, que era mejor ir por otro lado.
En general la caminata me decepció bastante, encuentro mucho más interesante el entorno. Para mayor detalle, el "famoso" Fortín estaba cerrado y era alrededor de la una del mediodía de un jueves, lo mismo que la iglesia que corona el volcán, una pena. Es aquello que siempre comento, todo el mundo quiere turismo, pero no se hace ningún esfuerzo para tenerlo, o mantenerlo.
La Oficina de Turismo de Olot tiene programadas unas visitas guiadas, con salida desde la misma Oficina, que le permitirán visitar y descubrir todos los detalles de las gredales del volcán Montsacopa, entrar en el cráter, subir a las torres de vigilancia y descubrir los secretos que esconde la ermita de San Francisco.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué las piedras volcánicas son de colores y formas diferentes?
Las gredales del volcán Montsacopa son, sin lugar a dudas, un museo natural al aire libre!
Allí es donde se puede observar y tocar con nuestras propias manos los diferentes tipos de piedra volcánica. Con la visita aprenderéis que según la forma y composición de la piedra se pueden decir bomba o escoria, y que según el tamaño se llaman bloques, greda o cenizas. Y si es aún más cu-serios y desea descubrir cómo es que algunas de estas rocas presentan un color más rojizo o anaranjado y en cambio hay otros que son totalmente negros, apúntate a la visita guiada al volcán Montsacopa para descubrirlo!
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