Monasterio fundado en 1177 como cenobio cisterciense femenino por monjas procedentes de Tulebras (Navarra).
De estas fechas es la impresionante cabecera, inspirada en el de Moreruela (Zamora).
Como veremos de manera pormenoriza más adelante, la cabecera es una espacio amplio con arcos, columnas y ventanas que dan gran luminosidad y sensación de amplitud. Rodeando el ábside hay un deambulatorio en el que se abren tres capillas radiales.
Desgraciadamente tan prometedora construcción debió quedarse sin fondos y no pudo completarse como se proyectó.
Desgraciadamente tan prometedora construcción debió quedarse sin fondos y no pudo completarse como se proyectó.
Se pueden diferenciar tres fases en la construcción de la iglesia: un primer momento, que se corresponde con la etapa fundacional del último cuarto del siglo XII, cuando se construyó el crucero y la cabecera con el deambulatorio, siguiendo la estética del románico tardío; una segunda fase en el siglo XIV, cuando se realizaron las bóvedas de la girola y se construyó el primer tramo del cuerpo de la iglesia; y un tercer momento, ya en el siglo XVII, al que obedece la prolongación de la nave central y la de la epístola, y la construcción del coro.
En un primer momento, la iglesia preveía una gran monumentalidad, tal y como se puede ver en el crucero y el deambulatorio. Aunque la girola se cubre con bóvedas de arista, realizadas en el siglo XIV, los soportes revelan que el proyecto original proyectaba un abovedamiento románico. Sin embargo, a lo largo del siglo XIII, la comunidad atravesó serias dificultades económicas, y esto impidió que se finalizase la construcción de la iglesia según el proyecto original. Las obras se paralizaron, aunque es posible que se avanzase en la construcción de la sala capitular y las dependencias monásticas. En el siglo XIV se terminó el templo, añadiendo a la cabecera un primer tramo de tres naves, que siguen ya la estética gótica.
La cabecera de la iglesia tiene planta semicircular. El ábside se precede de un presbiterio, y se comunica con el deambulatorio por medio de arcos apuntados. Sobre estos, una pequeña moldura lo divide en dos cuerpos, situándose en el superior cinco ventanas con arcos de medio punto que permiten la iluminación del edificio.
El deambulatorio se divide en siete tramos, y en los centrales se abren tres absidiolos, que tienen su reflejo en el exterior del edificio, y que presentan pequeñas ventanas en forma de aspillera. Quizás también formaba parte del proyecto inicial construir dos absidiolos más en los tramos laterales.
En el segundo tramo de la girola hay dos sepulturas yacentes, que se han identificado con los sepulcros de García Pérez y su esposa, Teresa Petri, fundadora del monasterio. Estos sepulcros fueron trasladados desde el monasterio de San Benito de Sahagún (León), donde fueron enterrados en un primer momento, atendiendo a las mandas testamentarias.
El ábside central se abre a la iglesia por medio de un gran arco de medio punto, que apoya en estilizadas medias columnas adosadas al muro.
Son dos las peculiaridades de la iglesia de Gradefes. En primer lugar, el deambulatorio, que ya había aparecido en el monasterio de Moreluela (Zamora), fundado en el año1132. Y en segundo lugar, y unido a este deambulatorio, las capillas que lo rodean, y que se encuentran en la cabecera del templo. Gradefes es el único ejemplo de esta singular tipología arquitectónica en un monasterio cisterciense femenino; aunque sí que pueden verse en varios monasterios masculinos, como Santa María de Moreruela (Zamora); Santa María de Fitero (Navarra); Santa María de Veruela (Zaragoza); Santa María de Poblet (Tarragona), así como en la catedral de Ávila.
El profesor Isidro Bango afirma que estas capillas obedecen a una función práctica, ya que de esta forma se podían celebrar diferentes oficios a la vez, lo que indica el gran número de capellanes y la intensa actividad que debía de haber en estos monasterios. Según este profesor, en todos estos monasterios este modelo responde a una interpretación libre de la tipología creada por Claravall II.
En pocos lugares como en la cabecera de Gradefes puede percibirse tan claramente las sensación de orden, perfección y esencialidad de las construcciones cistercienses.
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