Cabo Prior es el segundo punto en la ruta por los faros de Ferrolterra. Como Cabo Prioriño, ambos en el municipio de Ferrol, por su situación geográfica fue un lugar estratégico para la defensa de la base naval de Ferrol. Y aunque no existe ningún panel explicativo sobre esta historia, por las inmediaciones del faro se pueden ver las ruinas de un cuartel abandonado y de un complejo entramado de túneles y garitas de vigilancia camuflado en el relieve de la montaña, que fue una de las cuatro baterías de apoyo antiaéreo distribuidas a principios del siglo XX por todo el Golfo Ártabro.
El faro de Cabo Prior comenzó a funcionar en 1853. Con el paso del tiempo su estructura sufrió distintas modificaciones y ampliaciones hasta llegar a su actual forma en U, pero su torre octogonal se conserva en el lugar original, en la parte posterior de su antiguo patio.
El foco luminoso se eleva a 7 metros del suelo y 107 sobre el nivel del mar, encima de un acantilado salpicado de peñascos por el que se puede descender por una empinada escalinata de cemento. Allá abajo, la escalinata asciende sobre otro montículo, y es ahí donde, sintiendo el vértigo del vacío, mejor se percibe el espectáculo del mar batiendo y el incesante paso de las aves.
Arriba del todo, a un lado del faro sobresale entre las piedras una cruz de granito con una inscripción metálica que dice: “Javi, que sepas que te queríamos todos. 8/10/2001 D.E.P.”.
Esta escarpada costa da solo la primera idea de lo que son los acantilados de las Rías Altas, pues más al Norte se encuentran los de Vixía da Herbeira, que con sus 613 metros son los más altos de la España peninsular y figuran entre los más altos de Europa, o los de Cabo Ortegal, cuyas rocas, muy resistentes a la erosión, están consideradas las
más antiguas de Galicia.
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