CHIANG RAI



Visita a Wat Phra Dhat Jom Kitti subiendo 383 escalones hasta la cima de la colina y al Wat Jedi Luang y su museo.
La compra-venta es algo que en Chiang Rai se vive las 24 horas y podemos encontrar de día gran cantidad de puestos con productos frescos traídos por la gente de las tribus cercanas. Por la noche hay que visitar su animado mercado nocturno, muy famoso por la zona y hacer las típicas compras: artesanía local, ropa falsificada, souvenirs varios…..Imprescindible comer a buen precio en los puestos de comida Thai que hay en el mercado. Probad el plato típico de esta zona, el Khao Soi, una sopa picante de fideos o el Pad Thai, el plato nacional tailandés.
Es importante aclarar que el Triangulo de Oro es una zona que está simbólicamente señalada en un punto fijo (Con un cartel) más por un tema turístico que por otra cosa. Se llama Triangulo de Oro porque abarcaba zonas de Tailandia, Laos y Birmania dedicadas al tráfico de Opio. Hace ya más de 40 años que en esta zona se cultivaba esta planta de manera masiva  y las Mafias campaban a sus anchas y se enriquecían cuando el negocio de la heroína en Estados Unidos y Europa estaba en su máximo apogeo. 


En la parte de Tailandia que se visita, se puede ver un pequeñito Museo que sirve más como excusa para quel guía nos pueda explicar más cosas sobre la zona sobre el cultivo y procesamiento de esta planta. También hay un curioso templo en la colina y desde el punto donde está el cartel que pone “Golden Triangle” se divisa una bonita visita del Rio Mekhong y se puede ver tanto Laos como Birmania.




Una vez que estemos en el Triangulo de Oro merece  la pena, sin duda, hacer un paseo en barca por el Rio Mekhong. Tendremos la oportunidad de atravesar de manera simbólica las aguas de Birmania y Laos podremos decir que en un corto espacio de tiempo hemos estado en 3 países. Se pueden hacer dos recorridos. Uno es en el entorno del Triangulo de Oro y , eventualmente, cruzando a Laos donde hay un pequeño pueblo que es, más bien, una mercadillo para turistas pero que nos permitirá decir que hemos pisado tierra de este país o bien una segunda opción, que consiste en descender el rio unos 3 o 4 km hasta llegar a la localidad de Chiang Sen.  Las barcas se encuentran en un embarcadero controlado por la policía y en el que habrá que dejarles vuestro pasaporte y recogerlo a la vuelta.

En los alrededores de Chiang Rai,  se tiene la oportunidad de acercarse a las aldeas de los akha y de los yao. Hasta hace pocos años estas tribus vivían de la cultura del opio, el cual consumían además de producirlo. Tan fuerte era su dependencia que hubo que hacerle frente mediante programas de integración de las tribus, reducción de la producción de opio y desarrollo sostenible, que se iniciaron en la década de 1970.

Hoy estas tribus viven en zonas determinadas por el gobierno, agregadas en aldeas en las cuales intentan mantener sus tradiciones y raíces y donde crean familias, trabajan los campos y viven del comercio con los turistas. Es una vida social totalmente controlada lo que conduce inexorablemente a la pérdida de su identidad.

Los primeros akha que llegaron a Tailandia eran de origen tibetano y se instalaron junto a la frontera con Myanmar, hace 100 años. Allí viven unas 350 personas que se ganan la vida con la agricultura y el comercio de tapicerías y adornos de plata. Las mujeres usan los vestidos tradicionales confeccionados por ellas, pero las nuevas generaciones empiezan a usar jeans.





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