Palamós, es quizás una de las más importantes poblaciones de la Costa Brava, por su amplia oferta y por ser uno de los puertos más activos de la región, donde, desde los últimos años están llegando los cruceros, algo muy deseado por mucho puertos, pero que para atracar hay que reunir una serie de facilidades que pocos, fuera de las grandes ciudades reúnen, que es el caso de Palamós.
Pero además la población nos ofrece una serie de encantos que trataremos de enumerar, sin olvidar el entorno natural con magnificas y agrestes playas, calas de ensueño, donde los pinos llegan hasta el mar, algo único que se encuentra junto a la población o a escasos kilómetros, no lejos de los Parques Naturales dels Aguamolls del Emporda y del Cap de Creus, y poblaciones tan emblemáticas como Cadaqués o el MOnasterio de San Pere de Roda, que hac que Palamós se coinvierta en una base para la visita de esta magnifica zona mediterránea.
1. Los cascos antiguos de Palamós y San Juan
El tejido urbano de Palamós se forma a partir de la villa vieja, el ensanche industrial, el pueblo de San Juan, la ladera y las masías. El casco antiguo de Palamós tiene su origen en el emplazamiento intramuros de las viviendas de los pobladores temerosos de los embates que por vía marítima y terrestre sufría la población, ya sea por piratería como por las disputas militares.
Por otra parte, el trazado antiguo del pueblo de San Juan arranca con la vecindad de casas de campo y de viviendas menestrales alrededor de la plaza y de la iglesia. El anexión de San Juan de Palamós en el término municipal se produjo en 1942. Son notables los elementos siguientes:
Iglesia de Santa María, la iglesia parroquial erigida en 1417 sobre una capilla construida en el 1349. Encontraremos una colección de arte sacro y el retablo mayor, obra de Isaac Hermes Vermey, originario de Utrech (Países Bajos) realizado a finales del siglo XVI.
Iglesia de Santa Eugenia de Vila-romano, del antiguo municipio de San Juan de Palamós, del siglo XVIII, edificada sobre una primitiva capilla del siglo X.
Capilla del Carmen, la iglesia del antiguo hospital de los pobres, y génesis del actual Hospital Comarcal. Del siglo XVIII, es hoy un equipamiento cultural, puerta de entrada al patrimonio local y espacio de arte Ezequiel Torroella.
Cementerio de Palamós, donde encontrarán la Cruz del Portal, cruz de término de 1593 que se encontraba ubicada en la plaza de los Árboles, o del Portal, situada a la entrada del cementerio desde 1904.
Cementerio de Palamós, donde encontrarán la Cruz del Portal, cruz de término de 1593 que se encontraba ubicada en la plaza de los Árboles, o del Portal, situada a la entrada del cementerio desde 1904.
Barrio del Pedró y ensanche. El barrio del Pedró, con una luminosidad característica y gusto popular mediterráneo culmina en el Parque del convento de los Agustinos (1568-1835) y en la plaza del mismo nombre.
El ensanche, en la zona de la playa, se construyó a finales del siglo XIX y dio respuesta a las demandas de la industria del corcho ya la implantación del tren pequeño entre Palamós y Girona.
El territorio de la villa de Palamós fue comprado el año 1277 por el rey Pedro II, movido por el afán de poseer un enclave estratégico al norte de Barcelona en la lucha por la expansión y dominio del Mediterráneo.
En 1279 el mismo rey otorgó una carta puebla y de franquicia a todos aquellos que quisieran habitar ese aldea llamado “Palamors”.
Actualmente el puerto de Palamós es la puerta marítima de las comarcas de Girona y tiene una dimensión comercial, pesquera, turística y cultural. No puede dejar de visitar:
El Museo de la Pesca, situado en un antiguo cobertizo portuario es el primer museo dedicado a esta temática del Mediterráneo. El Museo se complementa con las Barcas del Pescado un auténtico museo flotante con embarcaciones visitables.
La Lonja del Pescado, desde donde se puede asistir cada tarde de lunes a viernes, a la subasta del pescado descargado por los pescadores locales.
El Espacio del Pescado, un aula gastronómica del Museo de la Pesca para identificar el pescado y aprender a prepararlo y cocinarlo, de la mano de la tradición gastronómica marinera. Se hacen cursos, show-cooking, talleres y degustaciones de los platos típicos de pescado.
El Espacio del Pescado, un aula gastronómica del Museo de la Pesca para identificar el pescado y aprender a prepararlo y cocinarlo, de la mano de la tradición gastronómica marinera. Se hacen cursos, show-cooking, talleres y degustaciones de los platos típicos de pescado.
Mercado del Pescado, este mercado de la lonja complementa el Mercado Municipal y se sirve cada tarde el producto desembarcado por las barcas de la Cofradía de Pescadores de Palamós.
3. Castell
El Palamós marítimo se puede seguir por el camino de ronda que sale de la Playa Grande, sube hacia el Pedró, bordea la costa hacia levante y avanza hacia Cap Roig, en Calella de Palafrugell. Nos encontraremos el Puerto Marina, la cala del Morro del Vedell y Pots y unas escaleras llevan a cala Margarita a los pies de Cap Gros. El camino nos lleva hasta la playa de la Fosca, de poca profundidad y encarada a sureste. Hasta Castell destacamos:
El castillo de San Esteve de Mar, que data de los siglos XII-XIII y está en el origen de Palamós, aunque acabó sus días convertidos en masía.
La cala S’Alguer, una miniatura urbana junto al mar, y Bien Cultural de Interés Nacional, por sus valores paisajísticos. Era un barrio de barracas de pescadores que se remonta al siglo XV. Daban refugio a los pescadores y a los utensilios y aparejos de pesca y ahora son escenario de encuentros de recreo.
Playa de Castell: Este lugar se ha mantenido aislado y ha conservado, por voluntad popular, la más cruda limpieza del paisaje. Paisaje mediterráneo en estado puro.
Playa de Castell: Este lugar se ha mantenido aislado y ha conservado, por voluntad popular, la más cruda limpieza del paisaje. Paisaje mediterráneo en estado puro.
Poblado ibérico de Castell: la lengua de arena se detiene ante el promontorio de sa Cobertera, donde podemos acercarnos a los restos arqueológicos del yacimiento íbero (siglos VI aC hasta siglo II dC) descubierto en 1935, en proceso de excavación, y entre los acantilados, la Foradada.
Barraca de pescadores de Cala Estreta. A partir de la punta de castillo, la costa es recortada: cala Senià, cala Canyers con su fuente a ras de mar, cala de Corbs y cala Estreta, hasta el Cabo de Planes, punto donde comienza el municipio de Mont-ras. En esta última cala se ha restaurado una antigua barraca de pescadores, una construcción tradicional de piedra con bóveda catalana, al abrigo de la tramontana.
El paisaje de Palamós es la combinación armónica de la llanura del Aubi, las Gavarres y el Mediterráneo.
Las montañas de las Gavarres, incluidas dentro del Plan de Espacios de Interés Natural, son representativas de las cordilleras costeras del sistema mediterráneo septentrional y nos hablan de la explotación tradicional del tras-país de la villa con una vegetación característica de alcornocales, encinas, brezos, etc. y unos elementos arquitectónicos que le confieren identidad y carácter a esta ocupación milenaria.
Si siguiendo los senderos conoceréis muchas posibilidades de descubrimiento de:
El Castillo de Vila-Romà, se alza en un rellano de la ladera sur del Montagut, y es anterior al siglo XIII. El año 1812 el ejército francés lo voló mientras iba en retirada, y desde entonces se ha ido desgastando progresivamente. En la parte central se levanta un muro de unos 10 m, seguramente lo que resta de la torre del Homenaje.
El santuario de Bell-lloc, es un santuario mariano existente en 1272. San José Oriol poseyó un beneficio eclesiástico en el año 1675. Fue levantado por devoción marinera y es motivo de una romería anual en septiembre.
Para tener unas visiones panorámicas de la villa, diferentes lugares nos permiten hacerlo. Os proponemos:
La Plaza Murada, el mirador natural del puerto y la Playa Grande. Escritores como Josep Pla y Joan Gomis han sido unos fieles del lugar.
La Punta del Muelle Nuevo, el rompeolas es un tramo de paseo tradicional. Bajo la baliza de entrada al puerto, veremos el mar abierto, ante las maniobras de los barcos y la paciencia de los pescadores de caña.
El Far. Que nos ofrece una visión de la bahía y perspectivas de las Gavarres y la Ardenya. Son recomendables las puestas de sol y, a las siete de la mañana, la salida conjunta de las barcas de pesca de arrastre.
El Pedró, la parte más alta de la villa y donde quedan piezas arquitectónicas del antiguo Convento de los Agustinos, que miran hacia levante.
Molino de Viento, atravesado su interior para refugios antiaéreos de la Guerra Civil y en la cima una batería de costa, posibilita una vista magnífica sobre el plan de la riera Aubi, con el pueblo de San Juan de Palamós en su regazo.
Cap Gros, la montaña de Palamós desde donde se divisa todo el término de la villa.
Pineda d’en Gori, entre el perfume y la sombra de los pinos, vemos las islas formigues y la cala Pallarida y S’Alguer. Mediterránea pura.
Sa Cobertera o su Corbatera de Castillo, el promontorio donde está situado el poblado íbero desde donde se observa el paisaje único de la playa y la llanura de Castillo, el último paraje virgen de la Costa Brava.
El dolmen de Montagut, la montaña más alta que conserva el elemento del patrimonio cultural más antiguo, el dolmen de Montagut, fechado entre el calcolítico y el bronce antiguo.
El puerto de Palamós se halla situado entre la playa Gran y el faro de Palamós. Se trata de un puerto deportivo, pesquero y comercial que cuenta con nueve muelles y un total de 1.549 metros lineales.
El puerto de Palamós se caracteriza por combinar la vertiente comercial con la turística y gastronómica, pues en él conviven a la perfección la lonja y el mercado de pescado con espacios como el Museo de la Pesca o el Espai del Peix.
El Museo de la Pesca, situado en el antigu rafal portuario, es el primer museo dedicado a esta temático de la Mediterranea. El Museo se complementa con las barcas de pesca, un auténtico museo flotante con embarcaciones visitables.
L’Espai del Peix, una aula gastronómica del Museo de la Pesca para identificar el pescado y aprender a prepararlo y cocinarlo, de la mano de la tradición gastronómica marinera. Se hacen cursos, show-cookings, talleres y degustaciones de platos típicos de pescado.
La Lonja del pescado, des de donde se puede asistir cada tarde, de lunes a viernes a la subasta del pescado descargado por los pescadores locales.
Mercado del pescado, este mercado de la lonja complementa el mercado municipal y se sirve cada tarde el producto desembarcado por las barcas de la Confraria de Pesadores de Palamós de 16 a 20 horas.
Pescaturismo. La pescaturismo es una nueva actividad para vivir una jornada de pesca a bordo de las embarcaciones del puerto de Palamós, una experiencia única, auténtica y con carácter. Se ofrecen tres actividades de pescaturismo diferentes:
Pesca de la Gamba:
Pesca de la Gamba:
La pesca de la gamba es una actividad de pescaturismo que convierte el turista en partícipe de la pesquería, en cómplice de la captura, en compañero de esperanza de los tripulantes. Asimismo, es una oportunidad única de compartir con el patrón sus conocimientos de experto, las costumbres a bordo de la tripulación, la plasticidad del medio y de las maniobras… de convertirse, en definitiva, en un pescador de gamba.
Un día largo, con un trabajo duro y que requiere de gente capaz de someterse a una experiencia única.
La flota de arrastre es la más importante en Palamós. Una parte está especializada en la captura de la cigala, producto estrella de la lonja de Palamós, un recurso estratégico de sabor incomparable. Este crustáceo vive enterrado en los fondos fangosos de la plataforma submarina y pescarlo requiere una habilidad que sólo unos pocos pescadores dominan.
La actividad de la pescaturismo permite compartir con la tripulación una jornada de pesca a bordo de las embarcaciones que se dedican a la cigala y el pescado blanco. La actividad da la posibilidad de conocer cómo son y viven las especies objetivo, dónde y cómo se pescan, qué significa ser pescador hoy y como lo era en el pasado, cuáles son sus costumbres, escuchar anécdotas e historias de un oficio que, haciendo lo mismo cada día, no es nunca igual.
Los pescadores artesanales de Palamós son muy selectivos. Bordeando la costa, capturan especies de alto valor —gallineta, cabracho, sepia, salmonete…— con aparejos de tradición milenaria, como el trasmallo, la nansa o el palangre. Ello exige una gran pericia y sobre todo un conocimiento profundo del medio natural que se explota, generalmente adquirido a lo largo de toda una vida y transmitido de generación en generación.
El pescador respeta y se adapta a las especies, conoce al detalle sus características, los rincones donde viven y por donde se mueven, siempre pensando en que su trabajo en el mar debe permitir mantener un oficio sostenible.
El artesanal es un pescador privilegiado que disfruta del amanecer desde el mar. Es un oficio paciente. A su lado se puede entender mejor la manera de ser de un pescador, los conocimientos que atesora, la experiencia que transmite y el respeto que siente por el mar.
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