Es un punto estratégico para visitar la zona del Cabo de Gata y la capital Almeria, si vamos hacia el Sur, mientras que al Norte encontramos Cartagena, Murcia, Lorca..... localidades que no hay que dejar de visitar, desde aquí o alojandonos en la Comunidad de Murcia.
Tras este pequeño comentario personal, os paso la información que adquirí de la localidad, en mi viaje con el Imserso.
Sin más quizás, lo cierto es que Mojácar, pueblo situado en la costa levantina almeriense, es un bellísimo pueblo que en muchos detalles de su arquitectura parece de otra época y de otra cultura; que posee numerosos encantos y atractivos turísticos, como su paisaje y sus playas; que merece la pena visitarlo y disfrutarlo.
La belleza de la imagen de Mojácar, majestuosa amalgama de blancas casas, arremolinadas y colgado de la última estribación de la Sierra de Cabrera, nos sorprende, nada mas llegar. Luego, una vez dentro del laberinto bello de sus calles estrechas, cada rincón nos cautiva y nos muestra, tanto la intimidad de su pasado como los más bellos horizontes, a través de sus miradores, un claro ejemplo de los típicos pueblos blancos que se encuentran en Andalucía.
17 kilómetros de costa, hacen de Mojácar un enclave ideal para el disfrute de sus playas. Muchas de ellas, galardonadas por la FEE (Foundation of Environmental Education) por su calidad, con bandera azul. Practicar de deportes marinos, o descansar en sus calas protegidas, son otras de las posibilidades que ofrece el Municipio, teniendo en cuenta que hay que buscar aquellas con arenas, (nada a ver con las del Levante o Catalunya, de arenas doradas, aquí son de arenas grises) ya que hay bastantes con rocas o pedregosas.
La calidad de vida que nos aporta el especial micro clima de Mojácar, la han convertido en uno de los secretos mejor guardados del mediterráneo. Las horas de sol, el mediterráneo y la Sierra protectora, garantizan tanto inviernos como veranos muy suaves y benignos, esto compensa la calidad de las arenas.
Sus servicios.
La planta hotelera de Mojácar, tanto en Pueblo como en Playa, se completa con otros establecimientos más familiares o incluso rurales y un Parador Nacional de Turísmo. A ello, se suman tanto los restaurantes, bares, cafeterías, tiendas, oferta de ocio etc. como los servicios sanitarios, de seguridad etc. todos ellos encaminados a que el visitante disfrute de su visita cubriendo todas sus necesidades.
El pasado histórico, que se adivina en sus muros, nos atrae y nos proyecta desde la prehistoria hasta el siglo XX, en un recorrido interesante e ilustrativo.
El Deporte.
Las posibilidades que ofrece para la práctica del deporte son innumerables. Su dotación de instalaciones, es de las más recientes. Se puede practicar deporte todo el año. Entre ellos, podemos citar el senderismo, mountain bike, ciclismo, equitación, bicicleta, golf, tenis y padel, fútbol, surf, vela, natación, etc.
La Gastronomía.
La diversidad y la calidad de la oferta gastronómica mojaquera puede disfrutarse todo el año en los restaurantes y bares que podrá encontrar tanto en el Pueblo como en la zona de la Playa. Productos de la tierra y el mar, cocinados de forma sencilla, platos internacionales, junto con recetas tradicionales y muy elaboradas, son ofrecidos al paladar más exigente.
Sus Fiestas.
Mojácar, tranquila y calmada, se torna bulliciosa en sus Fiestas, en las que se adivina su pasado, su cultura y el arte de sus gentes. De especial mención son las fiestas de carnaval (febrero), Las de San Agustín (Agosto) y las de Moros y Cristianos (Junio), estas últimas fiestas de recreación histórica de gran belleza y colorido.
El Arte.
En sus múltiples expresiones siente una especial predilección por este rincón del sureste almeriense. Su luz, su encanto, su paisaje y la atmósfera especial que le otorga una sociedad multicultural, hacen de Mojácar un lugar ideal para la creación. Prueba de ello son los numerosos artistas que han elegido Mojácar para vivir y crear. Así mismo dos importantes fundaciones de arte se establecen aquí.
Su gente.
Desde antiguo diversos pueblos y culturas han habitado este Municipio, pieza codiciada por todos. Debido al enclave vigía de su pueblo, su costa, la benignidad de su clima y actualmente su calidad de vida, es un lugar muy apreciado. El carácter de su gente es abierto y amigable, acostumbrados a compartir y departir con el visitante que finalmente en muchos casos se convierte en un vecino más.
Montaña: Sol, montañas y mar son los elementos básicos que forman el peculiar horizonte mojaquero. Su paisaje lo forman las cumbres escarpadas y erosionadas de Sierra Cabrera, en la que abundan los manantiales; sus laderas, con abancalamientos y tierras de labor; y la costa, con sus playas y calas. Esta sierra tuvo en el siglo pasado varias explotaciones de hierro, cobre y plomo. También aparecen en la zona restos de actividad tectónica, con rocas volcánicas y metalizaciones en la línea costera que va desde las Herrerías (Cuevas del Almanzora) a Mojácar.
Contrastando con la orografía de la zona destacan los cañones excavados por el río de Aguas en su ruta hacia el mar, donde el agua da vida a las huertas y campos de olivos y naranjos.
La natural dinámica de las playas, en las zonas dónde no existen protecciones artificiales, propicia playas de desniveles más profundos y ciertas concentraciones de fondos arenosos en las zonas internas alejadas del rompeolas. Las corrientes forman, por consiguiente, cordones de arena y guijarro, en las zonas externas.
Los dos protectores (espigones) propician las acumulaciones de arena en dichas playas.
Así mismo, a pesar de su ubicación geográfica no propicia fuertes vientos, la alternancia de los mismos, incidiendo en las mareas, genera arrastres arenosos que hacen modificar los perfiles de la playa.
La leyenda de Walt Disney
¿Nació Walt Disney en Mojácar?
Hace más de cincuenta años, concretamente en el año 1940, llegaron a Mojácar tres hombres enfundados en llamativos trajes grises. Decían que eran representantes de Walt Disney Estudios, y buscaban el certificado de nacimiento de José Guirao Zamora, nacido en Mojácar en 1901. Decían que José Guirao y Walt Disney eran la misma persona. Pasaron varios días investigando los archivos municipales, pero los documentos de la esa época se habían perdido durante la Guerra Civil (el resto, imposible de archivar y ordenar se había vendido a una fábrica de papel). En el Mojácar de 1940 no había aún ni luz ni teléfono, y nadie por supuesto sabía quién era el tal Walt Disney, pero sí se sabía muy bien quién era Isabel Zamora, la bella lavandera que con su hijo aún pequeño, había emigrado a Chicago, dónde tenía un hermano. El largo viaje con el niño la dejó cansada y desorientada. Su hermano le aconsejó dejar el niño en manos de unos vecinos, Elías y Flora Disney, quienes, le aseguró eran buenas personas y ya tenían tres hijos.
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