Logroño
es un municipio situado en el norte de España, capital de la comunidad autónoma
y provincia de La Rioja. También es la localidad de mayor población
—concentrando casi la mitad del total de la comunidad—, así como el centro
económico, cultural y de servicios. Bañada por el río Ebro, Logroño ha sido
históricamente un lugar de paso y cruce de caminos, tales como el Camino de
Santiago, y de fronteras, disputada entre los antiguos reinos de la península
ibérica durante la Edad Media. En el último siglo, la ciudad ha experimentado
un crecimiento demográfico lento pero significativo respecto a las poblaciones
cercanas, provocado principalmente por los movimientos migratorios desde otras
comarcas de la región. Ha sido la capital gastronómica española en 2012.
Logroño
es una ciudad muy agradable para el paseo, debido a que es muy cómodo
desplazarse a cualquier punto de la misma en un corto espacio de tiempo.
Ciertamente, es uno de sus grandes atractivos y no es de extrañar que el
visitante pronto se integre en la dinámica de una ciudad que ha sabido
encontrar el equilibrio entre tradición y modernidad; entre las antiguas
construcciones de antaño y las nuevas edificaciones; entre la memoria histórica
de toda ciudad, como lo es el Casco Antiguo, y los nuevos barrios que están
logrando esa configuración de Logroño como una ciudad ya no tan pequeña y con una dotación de servicios más propia de
las grandes urbes.
En
el recorrido por toda la ciudad se pueden encontrar diversos edificios y zonas
singulares, entre los que caben destacar las iglesias de La Redonda, Santa
María de Palacio, Santiago El Real, San Bartolomé; o el Palacio de los
Chapiteles, antiguo Ayuntamiento de Logroño; el Palacio de Espartero,
convertido en el Museo de La Rioja; el Convento de la Merced; la Puerta del
Revellín, lugar importante del que se alimenta nuestra historia; o el mismo
edificio del actual Ayuntamiento, proyectado por Rafael Moneo y referencia en
diversos manuales sobre arquitectura.
El
Camino de Santiago, la oferta comercial, la gastronomía y los entornos
naturales integrados en la misma ciudad o a muy poca distancia de la misma,
como los distintos parques de la ciudad, entre los que destaca el del Ebro; o
el de La Grajera, a tan sólo cinco minutos del centro, se convierten en cita obligada
para el visitante y en importante motivo para la relajación para el vecino
logroñés. Lo dicho, un paseo siempre mejora la calidad de vida de las personas.
Logroño se presta para ello.
Sobre las antiguas calles
empedradas del Centro
Histórico podrá descubrir, paso a paso,
el valor patrimonial de los edificios religiosos y civiles que le presentamos a
continuación.
Sala Amós
Salvador
Sobre las antiguas calles empedradas del Centro Histórico podrá descubrir , paso a paso, el valor patrimonial de los edificios religiosos y civiles que le presentamos a continuación.
Sobre las antiguas calles empedradas del Centro Histórico podrá descubrir , paso a paso, el valor patrimonial de los edificios religiosos y civiles que le presentamos a continuación.
Parlamento
de La Rioja y Antiguo Convento de La Merced
Construido en su mayoría en el Siglo XVI, el acceso que se observa al exterior fue reformado en el Siglo XVII. El Convento formaba junto a la muralla una de las entradas a la ciudad El edificio tuvo posteriormente otros usos, entre ellos Hospital en el Siglo XIX y Fábrica de Tabacos, a finales de esa misma centuria y hasta 1978. Hoy el antiguo convento se encuentra dividido en tres espacios diferenciados. El Parlamento de La Rioja - el central- donde se encontraba la iglesia y que conserva el claustro de dos plantas donde tiene su ubicación el hemiciclo riojano, bajo una espectacular bóbeda acristalada; la Biblioteca - en la este- situado en lo que fue la zona conventual; y la Sala de Exposiciones Amos Salvador, que ocupa lo que fue el ala oeste del edificio que lindaba con la muralla de la ciudad.
Construido en su mayoría en el Siglo XVI, el acceso que se observa al exterior fue reformado en el Siglo XVII. El Convento formaba junto a la muralla una de las entradas a la ciudad El edificio tuvo posteriormente otros usos, entre ellos Hospital en el Siglo XIX y Fábrica de Tabacos, a finales de esa misma centuria y hasta 1978. Hoy el antiguo convento se encuentra dividido en tres espacios diferenciados. El Parlamento de La Rioja - el central- donde se encontraba la iglesia y que conserva el claustro de dos plantas donde tiene su ubicación el hemiciclo riojano, bajo una espectacular bóbeda acristalada; la Biblioteca - en la este- situado en lo que fue la zona conventual; y la Sala de Exposiciones Amos Salvador, que ocupa lo que fue el ala oeste del edificio que lindaba con la muralla de la ciudad.
Biblioteca
de La Rioja
La biblioteca tiene su origen en los fondos de los conventos suprimidos por la desamortización de Mendizábal.La organización de la Biblioteca se inicia en 1852 gracias a la labor llevada a cabo por los catedráticos del Instituto D. Antonio Osés y D. Lázaro Manso, quienes confeccionaron un índice general de todos los volúmenes de la colección, siguiendo una ordenación temática por series.
La biblioteca tiene su origen en los fondos de los conventos suprimidos por la desamortización de Mendizábal.La organización de la Biblioteca se inicia en 1852 gracias a la labor llevada a cabo por los catedráticos del Instituto D. Antonio Osés y D. Lázaro Manso, quienes confeccionaron un índice general de todos los volúmenes de la colección, siguiendo una ordenación temática por series.
La Biblioteca Central de La Rioja
tiene su sede en el edificio de "La Tabacalera" ( antiguo convento de
la Merced ) que se encuentra situado en la zona oeste del Casco antiguo de
Logroño, junto a otros edificios rehabilitados para albergar instituciones de
carácter público y cultural. Este conjunto arquitectónico consta de cuatro
zonas claramente diferenciadas: el primitivo convento con la iglesia, el
claustro, la zona conventual alrededor de un patio y un pabellón en la zona
oeste de construcción mucho más reciente, siendo en la zona conventual donde se
ubica la Biblioteca.
Horario de lunes a viernes de 8,15h
a 21,15h. <br> Fines de semana de 10h a 14h y de 17h a 20h.
Horario especial en julio, agosto y
septiembre de lunes a viernes de 8,15h a 14,15h y de 17h a 21h. (fines de
semana cerrado).
Centro
Cultural Caja Rioja - La Merced
Expone en su planta baja muestras variadas relacionadas con las tradiciones, la Historia y el Arte.
Expone en su planta baja muestras variadas relacionadas con las tradiciones, la Historia y el Arte.
Santa María
de la Redonda
Enclavada en el corazón del Casco Antiguo, con portada principal a la Plaza del Mercado y dos portadas laterales a las calles Caballerías y Portales, la Redonda es seguramente una de las imágenes más conocidas de nuestra ciudad.
Enclavada en el corazón del Casco Antiguo, con portada principal a la Plaza del Mercado y dos portadas laterales a las calles Caballerías y Portales, la Redonda es seguramente una de las imágenes más conocidas de nuestra ciudad.
Las primeras noticias de esta
iglesia datan de finales del siglo XII. Parece que se trataba de un templo
románico de planta poligonal o circular de la que hoy sólo queda el sobrenombre
con el que se la conoce "La Redonda".
En 1453 obtiene el rango de
colegiata, al fusionarse con la de San Martín de Albelda, lo que ocasiona una
reedificación más amplia. Fue reconstruida en el siglo XVI y sufrió,
posteriormente, un gran número de transformaciones. Fue declarada
"insigne" por el Papa Benedicto XIII según bula del año 1727. Y en
1959 fue promovida a Concatedral.
El edificio tiene tres naves, de
igual altura, divididas en cinco tramos. En el siglo XVII, el templo fue objeto
de una ampliación por su cabecera y en el siglo XVIII por sus pies. De esta
época se pueden destacar las dos portadas laterales, edificadas al sur y al norte,
y dedicadas a la Asunción y a San martín, así como la gran portada principal,
que da a la Plaza del Mercado. Se trata de la Portada de los Ángeles, un gran
retablo de tres cuerpos flanqueado por dos torres conocidas como "las
gemelas", ejemplo emblemático del llamado barroco riojano.
Las torres fueron proyectadas por
Juan Bautista Arbaizar y finalizadas por Martín Beratúa. En 1756 finalizaron
las obras de las torres y de la capilla. Su diseño tuvo una gran influencia en
otras torres de nuestra región y hay otras similares en Briones o Haro. Todas
ellas se construyeron con varios cuerpos superpuestos; los más bajos de sección
cuadrada, el superior octogonal y un chapitel cuajado de pináculos como remate.
Al acceder a su interior sorprende
el retablo mayor, de estilo barroco, que representa la imagen del árbol de
Jesé. Esta considerada una obra maestra con obras de Becerra, Navarrete el Mudo
o Gil de Siloé.
Destaca también la sillería del
coro, esculpida por Arnao de Bruselas. Además en las distintas capillas de las
naves laterales pueden contenplarse lienzos de Navarrete el Mudo, "La
Magdalena Penitente", la talla de la Inmaculada de Gregorio Fernández y el
mausoleo del General Espartero, así como la escultura del Santo Sepulcro, una
imagen de extraordinario valor escultórico.
En el interior de La Redonda se
conserva un cuadro titulado "El Calvario" atribuido a Miguel Ängel.
Santa María
de Palacio
Esta es una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés, situado entre las calles Mayor y Ruavieja y muy próxima al Albergue de Peregrinos. Su elemento más significativo es una torre de planta octogonal que los logroñeses denominan "la aguja".
Esta es una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés, situado entre las calles Mayor y Ruavieja y muy próxima al Albergue de Peregrinos. Su elemento más significativo es una torre de planta octogonal que los logroñeses denominan "la aguja".
En el actual edificio de la iglesia
se advierte una amalgama compleja de construcciones que se superponen y
dificultan la percepción de su estructura primitiva, ya que ha sido
reedificada, ampliada y reconstruida en numerosas ocasiones a lo largo de su
historia.
Inicialmente pudo ser edificada en
los siglos XII-XIII y ampliada y reformada posteriormente en los siglos XVI y
XVII. La aguja se considera del siglo XIII.
El edificio está edificado en
sillería y cuenta con tres naves de tres tramos, crucero y triple cabecera. Se
cierra con bóvedas de crucería estrellada.
La aguja de Santa María de Palacio
es uno de los signos identificativos del Logroño medieval. Por ello, ha sido
objeto del interés de los logroñeses para conservarla a lo largo de los siglos
XVII y XVIII. La aguja es una flecha o chapitel en forma de pirámide de ocho
lados con varios pisos. En el interior hay ocho buhardillones con una ventana
apuntada en cada uno.
La portada principal está protegida
por una arcada y se configura como un retablo clasicista. El conjunto,
enmarcado con dos pares de columnas estriadas, esta presidido por una homacina
con frontón curvo que alberga una imagen de la Asunción de la Virgen rodeada
por seis ángeles con instramentos y completado con dos escudos imperiales.
Santiago el
Real
El templo de Santiago el Real se alza en el Casco Antiguo logroñés, en la calle Barriocepo, junto a la Plaza y a la fuente del mismo nombre, dedicadas al recuerdo del Camino de Santiago y al descanso de los peregrinos.
El templo de Santiago el Real se alza en el Casco Antiguo logroñés, en la calle Barriocepo, junto a la Plaza y a la fuente del mismo nombre, dedicadas al recuerdo del Camino de Santiago y al descanso de los peregrinos.
La iglesia de Santiago ha estado
vinculada al concejo logroñés y, en su interior, se guardaron documentos del
Ayuntamiento. Al parecer, en este templo se reunieron los representantes de la
ciudad para tomar las decisiones pertinentes ante el asedio de 1521.
Se trata de una nave de tres tramos
con cruceero y cabecera ochavada. La fábrica original es, por tanto, del
sigloXVI. Posteriormente, fueron añadidas en el siglo XVII la portada, la sala
capitular y los tres espacios de los pies.
Aunque algunos historiadores recogen
noticia del emplazamiento en este lugar de otros templos anteriores, la actual
iglesia de Santiago el Real se comenzó a construir en 1513 y fue terminada
posteriormente por el cantero Pedro de Urruzono.
En el interior de la iglesia estuvo
el lugar en el que se recogían los documentos más importantes de los que era
propietario el Ayuntamiento. Su emplazamiento estaba en el hueco practicado en
uno de los paños que conforman la capilla mayor. Bajo su reja figura la
inscripción: "Éste es el archivo de la muy noble y muy leal ciudad de
Logroño".
San
Bartolomé
Se trata de una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés y está situada entre las calles Rodríguez Paterna, La Cadena, Herrerías y la plaza y calle de San Bartolomé, a la que da nombre la misma iglesia. Se cree que su torre formó parte de la línea de defensa de la ciudad, dedicada a proteger una de las puertas de Logroño.
Se trata de una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés y está situada entre las calles Rodríguez Paterna, La Cadena, Herrerías y la plaza y calle de San Bartolomé, a la que da nombre la misma iglesia. Se cree que su torre formó parte de la línea de defensa de la ciudad, dedicada a proteger una de las puertas de Logroño.
Fue edificada en el siglo XIII,
época de la que procede su monumental portada y cuenta con elementos de otros
siglos, principalmente en los cuerpos superiores de la torre, que son del siglo
XVI.
El edificio es de tres naves con dos
tramos -es más ancha la central- crucero alineado y tres ábsides.
Destaca en esta iglesia la portada
gótica del siglo XIII, bajo arco apuntado y seis arquivoltas con molduras. En
el tímpano aparece la figura de Cristo Redentor, en pie con sudario, flanqueado
por las imagenes de la Vírgen y San Juan. También se pueden contemplar las
figuras de los doce apóstoles conversando y coros de ángeles. Igualmente, parte
de esta bella portada se dedica a la historia del apóstol San Bartolomé a quién
está dedicada esta iglesia.
La torre es de base cuadrangular y
consta de cuatro cuerpos de diferentes épocas. El cuerpo inferior está
construido en sillería; el segundo en sillería y ladrillo; y sólo en ladrillo
los dos últimos -datados en el siglo XVI- en los que se pueden apreciar claras
influencias mudéjar.
Palacio de
los Chapiteles
Este palacio ubicado al inicio de la calle Portales fue propiedad de los Marqueses de Someruelos hasta 1862, cuando la Corporación Municipal lo adquirió con la idea inicial de que sirviera como residencia del Obispo. Abandonado el proyecto de trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño, se decidió utilizar el edificio como Casa Consistorial. Durante los 115 años en que fue Ayuntamiento (1865-1980) el palacio fue testigo de importantes acuerdos y momentos de la historia de la ciudad, además de acoger a ilustres visitantes. Al construirse el actual Ayuntamiento, el Palacio de los Chapiteles fue destinado en 1987 a sede de la Consejería de Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno de La Rioja.
Este palacio ubicado al inicio de la calle Portales fue propiedad de los Marqueses de Someruelos hasta 1862, cuando la Corporación Municipal lo adquirió con la idea inicial de que sirviera como residencia del Obispo. Abandonado el proyecto de trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño, se decidió utilizar el edificio como Casa Consistorial. Durante los 115 años en que fue Ayuntamiento (1865-1980) el palacio fue testigo de importantes acuerdos y momentos de la historia de la ciudad, además de acoger a ilustres visitantes. Al construirse el actual Ayuntamiento, el Palacio de los Chapiteles fue destinado en 1987 a sede de la Consejería de Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno de La Rioja.
Museo de la
Rioja
Tras el fallecimiento de sus propietarios, el Estado se hizo cargo del palacio y lo reformó para ser residencia del obispo que, por aquel entonces, planteaba trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño.
Tras el fallecimiento de sus propietarios, el Estado se hizo cargo del palacio y lo reformó para ser residencia del obispo que, por aquel entonces, planteaba trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño.
Este proyecto nunca se llegó a
realizar y el edificio fue destinado a diversos usos institucionales.
Finalmente, en la década de los 70 abrió sus puertas como Museo de la Rioja,
consideración que aún mantiene y bajo la cual se han realizado diversas
reformas en la fachada y el interior. En estos momentos, el Museo está
pendiente de acometer unas obras de ampliación con edificios colindantes
adquiridos por el Ayuntamiento.
Construido en el siglo XVIII, este
hermoso edificio fue propiedad de doña Jacinta Martínez de Sicilia, duquesa de
la Victoria y esposa del general Espartero. Durante los años en los que el
general residió aquí, esta causa fue lugar de encuentros y tertulias políticas
y sociales de alto nivel nacional. En ellos llegaron a participar en varias
ocasiones los reyes Amadeo de Saboya y Alfonso XII.
Puerta de
Carlos V
La puerta de Carlos V es la única que queda de las antiguas que servían de acceso a la ciudad. Junto a este arco, que cuenta con un gran escudo imperial en su parte superior, se pueden observar restos de la muralla que desde el siglo XII custodiaba a los logroñeses. Año tras año sirve como escenario de la celebración más importante de las fiestas patronales en honor a San Bernabé, al evocarse la gloriosa gesta que los logroñeses protagonizaron en 1521 contra las tropas francesas. De manera simbólica, la Cofradía del Pez conmemora aquella hazaña con el reparto del pez, pan y vino como alimentos que sirvieron de sustento a los logroñeses sitiados tras estas murallas, de las que hoy sólo quedan estos vestigios en pie y restos que se van encontrando en sucesivas excavaciones realizadas en el perímetro de lo que era la antigua ciudad.
La puerta de Carlos V es la única que queda de las antiguas que servían de acceso a la ciudad. Junto a este arco, que cuenta con un gran escudo imperial en su parte superior, se pueden observar restos de la muralla que desde el siglo XII custodiaba a los logroñeses. Año tras año sirve como escenario de la celebración más importante de las fiestas patronales en honor a San Bernabé, al evocarse la gloriosa gesta que los logroñeses protagonizaron en 1521 contra las tropas francesas. De manera simbólica, la Cofradía del Pez conmemora aquella hazaña con el reparto del pez, pan y vino como alimentos que sirvieron de sustento a los logroñeses sitiados tras estas murallas, de las que hoy sólo quedan estos vestigios en pie y restos que se van encontrando en sucesivas excavaciones realizadas en el perímetro de lo que era la antigua ciudad.
Parque del
Ebro
Logroño recuperó la margen derecha del Ebro en 1993, año en el que fue inaugurado este parque de 153.000 metros cuadrados de superficie. En él se pueden distinguir tres zonas:
Logroño recuperó la margen derecha del Ebro en 1993, año en el que fue inaugurado este parque de 153.000 metros cuadrados de superficie. En él se pueden distinguir tres zonas:
La zona inundable, de 70.000 metros
cuadrados, es la más próxima al río y permanece cubierta por sus aguas durante
buena parte del año.
La zona no inundable, comienza en el
puente de piedra y conecta con una escollera que la separa de la anterior zona
y de la que parte un paseo que llega
hasta el final del parque, junto a General Urrutia. En sus 72.000 metros cuadrados
se distribuyen grandes praderas de césped serpenteadas por caminos, un bar
junto a un estanque y juegos infantiles y una chimenea sobre la que anidan las
cigüeñas.
El entorno de la iglesia de
Santiago, enclavada en la Ruta Jacobea. Destaca un mirador al que se accede
mediante unas grandes escalinatas y un juego de la oca alegórico a las
diferentes etapas del Camino de Santiago
Plaza de
Santiago
Situada en un costado de la iglesia de Santiago, en cuyo pavimento se ha encastrado un singular Juego de la Oca con motivos jacobeos por lo que se conoce popularmente como Plaza de la Oca. A un lado de esta Plaza se yergue la Fuente del Peregrino, recuerdo de otra más antigua que el Ayuntamiento rehabilitó en los años ochenta.
Situada en un costado de la iglesia de Santiago, en cuyo pavimento se ha encastrado un singular Juego de la Oca con motivos jacobeos por lo que se conoce popularmente como Plaza de la Oca. A un lado de esta Plaza se yergue la Fuente del Peregrino, recuerdo de otra más antigua que el Ayuntamiento rehabilitó en los años ochenta.
Albergue de
Peregrinos
Los peregrinos en ruta hacia Santiago encontrarán tras estos muros mucho más que un lugar donde cobijarse y reponer fuerzas. La hospitalidad de los logroñeses queda de manifiesto en este albergue de propiedad municipal y gestionado por la Asociación Riojana de Amigos del Camino que en sucesivas encuestas es elegido por los peregrinos como el mejor de la Ruta después del de Santiago de Compostela. El albergue ocupa desde 1993 una casona del siglo XVIII situada en plena ruta jacobea, próxima a las iglesias de Santiago y Palacio. Dispone de 500 metros cuadrados para dormitorios, salones de estar, cocina, sala de usos múltiples... además de un patio de 125 metros cuadrados en el que los peregrinos descansan y conversan después de caminar durante una dura jornada. Este patio es también escenario en el verano de variadas actuaciones relacionadas con el Camino de Santiago.
Los peregrinos en ruta hacia Santiago encontrarán tras estos muros mucho más que un lugar donde cobijarse y reponer fuerzas. La hospitalidad de los logroñeses queda de manifiesto en este albergue de propiedad municipal y gestionado por la Asociación Riojana de Amigos del Camino que en sucesivas encuestas es elegido por los peregrinos como el mejor de la Ruta después del de Santiago de Compostela. El albergue ocupa desde 1993 una casona del siglo XVIII situada en plena ruta jacobea, próxima a las iglesias de Santiago y Palacio. Dispone de 500 metros cuadrados para dormitorios, salones de estar, cocina, sala de usos múltiples... además de un patio de 125 metros cuadrados en el que los peregrinos descansan y conversan después de caminar durante una dura jornada. Este patio es también escenario en el verano de variadas actuaciones relacionadas con el Camino de Santiago.
Ermita de
San Gregorio
En la calle Ruavieja de Logroño se encuentra la ermita de San Gregorio, reconstruida en el mismo lugar en el que estuvo la original, edificada en el siglo XVII.
En la calle Ruavieja de Logroño se encuentra la ermita de San Gregorio, reconstruida en el mismo lugar en el que estuvo la original, edificada en el siglo XVII.
San Gregorio, obispo de Ostia, fue
enviado a La Rioja por el Papa Benedicto IX. En el mismo lugar en el que vivió
y murió el santo en 1.044 se construyó una ermita que "hizo hacer a honra
y gloria suya" el Regidor perpetuo de la ciudad Alonso de Bustamante y Torreblanca
en 1.642.
La ermita original desapareció en
1971, aunque el Ayuntamiento pudo recuperar buena parte de las piedras con las
que estaba construida, las numeró y las guardó en sus almacenes para su
reedificación.
Con la rehabilitación de la calle
Ruavieja y la reedificación en ella de bloques de viviendas, el Ayuntamiento
reservó el espacio en el que anteriormente se había situado la ermita para su
reconstrucción.
Así, el 9 de mayo de 1994,
coincidiendo con la festividad de San Gregorio y en el 950 aniversario de su
fallecimiento, se inauguró la ermita nueva, en cuya reconstrucción se
utilizaron las piedras que el Ayuntamiento había conservado cuidadosamente.
También se colocó el cuadro de San Gregorio, que la preside desde entonces, y
que fue restaurado por el Club de Rotarios de Logroño. Para asistir a la
inauguración acudió a Logroño el párroco de Sorlada, localidad navarra que
acoge en su basílica los restos de San Gregorio, que trajo para la ocasión el
busto del santo que se encuentra en la basílica. Y también estuvo presente, en
forma de grabación musical, la voz de Pepe Blanco, que cantó a la ermita
"chiquitita" en uno de sus temas más populares.
Puente de
Piedra
Su verdadero nombre es "Puente de San Juan de Ortega", en recuerdo de una capilla que en el siglo XVIII existía en la orilla izquierda del Ebro en honor a este santo al que algunos historiadores consideraban el constructor del primer puente de piedra que existió sobre el Ebro a su paso por Logroño. El que ha permanecido hasta nuestros días fue proyectado por Fermín Manso de Zúñiga e inaugurado en 1884. Tiene 198 metros de longitud y cuenta con siete arcos sustentados sobre pilares cilíndricos.
Su verdadero nombre es "Puente de San Juan de Ortega", en recuerdo de una capilla que en el siglo XVIII existía en la orilla izquierda del Ebro en honor a este santo al que algunos historiadores consideraban el constructor del primer puente de piedra que existió sobre el Ebro a su paso por Logroño. El que ha permanecido hasta nuestros días fue proyectado por Fermín Manso de Zúñiga e inaugurado en 1884. Tiene 198 metros de longitud y cuenta con siete arcos sustentados sobre pilares cilíndricos.
Espolón
La plaza más emblemática de la ciudad comenzó a configurarse en 1757 como paseo publico fuera de las murallas que protegían la ciudad. En 1809 fue ampliado con unas huertas pertenecientes al Seminario, ubicado por aquel entonces en lo que hoy es la Delegación del Gobierno. El llamado "Paseo de las Delicias" o "paseo Extramuros" pasó a denominarse "Paseo de los Reyes" tras la nueva remodelación que sufrió en 1856, en la que se decidió colocar seis estatuas de piedra que representaban a otros tantos monarcas, esculturas regaladas a la ciudad por el General Espartero. Estas estatuas permanecerían en el paseo hasta la proclamación de la Segunda República, en 1931. Tras la construcción del monumento al General Espartero se determinó nombrarlo "Paseo del Príncipe de Vergara", denominación que ha permanecido hasta nuestros días . En el siglo XX; el Espolón sufrió dos importantes remodelaciones, una en los años 40 y 50 –en la que se incorporaron elementos tan singulares como "La Rosaleda", con los estanques de "las ranitas"; la Concha o la gran fuente central que rodea a la estatua ecuestre de Espartero– y otra reciente, en 1998, en la que se peatonalizó una de las calles adyacentes y se le dotó de mayor superficie verde e iluminación, además de acometer las necesarias obras de saneamiento y renovación del pavimento.
La plaza más emblemática de la ciudad comenzó a configurarse en 1757 como paseo publico fuera de las murallas que protegían la ciudad. En 1809 fue ampliado con unas huertas pertenecientes al Seminario, ubicado por aquel entonces en lo que hoy es la Delegación del Gobierno. El llamado "Paseo de las Delicias" o "paseo Extramuros" pasó a denominarse "Paseo de los Reyes" tras la nueva remodelación que sufrió en 1856, en la que se decidió colocar seis estatuas de piedra que representaban a otros tantos monarcas, esculturas regaladas a la ciudad por el General Espartero. Estas estatuas permanecerían en el paseo hasta la proclamación de la Segunda República, en 1931. Tras la construcción del monumento al General Espartero se determinó nombrarlo "Paseo del Príncipe de Vergara", denominación que ha permanecido hasta nuestros días . En el siglo XX; el Espolón sufrió dos importantes remodelaciones, una en los años 40 y 50 –en la que se incorporaron elementos tan singulares como "La Rosaleda", con los estanques de "las ranitas"; la Concha o la gran fuente central que rodea a la estatua ecuestre de Espartero– y otra reciente, en 1998, en la que se peatonalizó una de las calles adyacentes y se le dotó de mayor superficie verde e iluminación, además de acometer las necesarias obras de saneamiento y renovación del pavimento.
Monumento a Espartero. El elemento
más representativo de esta plaza, la estatua ecuestre del General Espartero,
que aún sigue erguida en el centro del Espolón, fue obra del arquitecto Luis y
Tomás y realizada materialmente por el escultor Pablo Gibert. Su construcción
se dilató durante años, fundamentalmente por problemas de financiación, pero
finalmente fue inaugurada en 1872. La estatua y los cuatro leones que completan
el conjunto monumental fueron fundidos con bronce procedente de cañones. La
fuente que en estos momentos rodea a la estatua ecuestre fue construida a
principios de los años 60.
La Concha. Este auditorium vino a
ocupar en 1954 el lugar que con anterioridad tenía el antiguo kiosco de la
música, obra del arquitecto Luis Barrón. Se construyó a modo de concha,
siguiendo el modelo de otra que se había instalado poco tiempo antes en la
ciudad norteamericana de San Francisco. Los motivos decorativos que luce La
Concha en su parte más alta son obra del escultor Lucarini, autor también de
las ranitas instaladas en los estanques de la Rosaleda. Hasta hace pocos años,
la parte trasera de la Concha, a modo de pérgola, fue ocupada por varios
comercios de gran tradición en la ciudad. Hoy este espacio completamente
renovado es utilizado como Oficina de Turismo, inaugurada por S.A.R. el
Príncipe Felipe en 1996.
Glorieta del Doctor Zubía
Entre castaños y plátanos de gran tamaño se levanta el Instituto Sagasta, el edificio alrededor del cual se suceden los parterres, sendas y espacios estanciales que componen la Glorieta del Doctor Zubía. Situada en el centro del casco urbano , prácticamente conectada por una de sus esquinas con el Paseo del Espolón, esta plaza ocupa uno de los lugares con mayor historia de la ciudad. En lo que fue paseo extramuros y próximo al antiguo convento de Carmelitas, los jardines de lo que hoy es la Glorieta fueron fuente de estudio para don Ildefonso Zubía, insigne catedrático de Historia Natural que daría nombre a este enclave desde 1899. En la zona más próxima a El Espolón destaca una singular pérgola y tres fuentes con figuras ornamentales.
Entre castaños y plátanos de gran tamaño se levanta el Instituto Sagasta, el edificio alrededor del cual se suceden los parterres, sendas y espacios estanciales que componen la Glorieta del Doctor Zubía. Situada en el centro del casco urbano , prácticamente conectada por una de sus esquinas con el Paseo del Espolón, esta plaza ocupa uno de los lugares con mayor historia de la ciudad. En lo que fue paseo extramuros y próximo al antiguo convento de Carmelitas, los jardines de lo que hoy es la Glorieta fueron fuente de estudio para don Ildefonso Zubía, insigne catedrático de Historia Natural que daría nombre a este enclave desde 1899. En la zona más próxima a El Espolón destaca una singular pérgola y tres fuentes con figuras ornamentales.
Esta plaza, que ha tenido sucesivas denominaciones con el correr de los tiempos, fue originariamente –en el siglo XVI– la "Plaza Mayor" que todas las ciudades tenían como centro y referencia, aunque el Ayuntamiento no empezó a controlar la disposición y ordenación de los edificios que se levantan a su alrededor hasta mediados del siglo XIX. En este espacio se celebraron tradicionalmente las ferias que tanta prosperidad trajeron a nuestra ciudad. Ya desde el siglo XI, con el otorgamiento del Fuero de Logroño y, sobre todo, la concesión real alcanzada en el 1195 de celebración de dos mercados francos (libres de impuestos) al año, marcaron la tradición comercial de nuestra ciudad. Esta consideración daría posteriormente origen a nuestras fiestas más conocidas, San Mateo, al hacer coincidir una de las ferias anuales con la festividad de este santo (el 21 de septiembre) por deseo de la reina Isabel II.
La última y profunda remodelación sufrida
por la plaza fue en 1986, quedando un amplio espacio que han ocupado
masivamente las terrazas de los bares que se han instalado en el perímetro de
la plaza. Es, en estos momentos, un lugar de referencia para el ocio en los
fines de semana; sobre todo en los meses de verano en los que se puede
disfrutar de la noche bajo la silueta de las torres de la Concatedral de La
Redonda.
La plaza fue sufriendo diversas
modificaciones y ampliaciones con el paso de los años. Los
"portalillos" –elemento que la caracteriza y establece un estilo
acorde con los "Portales" situados en frente, en la calle del mismo
nombre– fueron construidos en el siglo XIX.
Ayuntamiento
El edificio de la Casa Consistorial es obra de Rafael Moneo, uno de los arquitectos españoles actuales más conocidos y valorados en todo el mundo.
El edificio de la Casa Consistorial es obra de Rafael Moneo, uno de los arquitectos españoles actuales más conocidos y valorados en todo el mundo.
Nacido en Tudela (Navarra), Moneo es
autor de proyectos tan importantes como el Museo de Arte Romano de Mérida, la
estación de Atocha, los auditorios de Barcelona y San Sebastián o el Museo de
Arte Contemporáneo de Estocolmo. Actualmente trabaja en la reconstrucción de la
ciudad de Beirut, el proyecto de la catedral de Los Ángeles, entre otros.
Rafael Moneo recibió en 1996 el premio "Pritkzer", considerado el
"Nobel de la Arquitectura".
En el proyecto de este Ayuntamiento,
el arquitecto navarro trabajó durante los años 73 y 74, iniciándose las obras
en 1976 y finalizando cuatro años más tarde. Este edificio es hoy un ejemplo
singular para conocer y comprender la arquitectura civil española de los
últimos años y supone un lugar de atracción para numerosos profesionales y
visitantes de todo el mundo. Se encuentra enclavado en el centro de la ciudad,
sobre un solar ocupado anteriormente por un cuartel.
El Ayuntamiento está compuesto por
dos piezas en forma de triángulo que se articulan formando una gran plaza y
otra en forma de piano que alberga el auditorio y puede ser observada desde la
parte trasera del edificio. El exterior está revestido por piedra arenisca de
Salamanca, material también utilizado en parte del interior del edificio. En la
fachada Este destaca una fuente de bronce con dos caños, sobre uno de los
cuales se inclina una escultura de mujer (la "Dama de la Fuente").
Este conjunto, obra del escultor Francisco López, es elemento identificativo de
este Ayuntamiento
Casa de Correos
De estilo neobarroco, se encargó ejecutar el edificio a Agapito del Valle, y se construyó entre 1927 y 1932
De estilo neobarroco, se encargó ejecutar el edificio a Agapito del Valle, y se construyó entre 1927 y 1932
Teatro Bretón de los Herreros
Fue proyectado por el arquitecto Félix Navarro a finales del S. XIX. En 1900 se refuerza la decoración neoclásica en la fachada por Ignacio de Velasco. El interior se demolió entre los años 1978 y 1990 y, desde entonces, se puede disfrutar de una variada y prestigiosa programación en este nuevo y antiguo teatro.
Fue proyectado por el arquitecto Félix Navarro a finales del S. XIX. En 1900 se refuerza la decoración neoclásica en la fachada por Ignacio de Velasco. El interior se demolió entre los años 1978 y 1990 y, desde entonces, se puede disfrutar de una variada y prestigiosa programación en este nuevo y antiguo teatro.
Mercado de San Blas - Plaza de Abastos
El Mercado de San Blas, que se llama también la Plaza de Abastos, forma parte de la Historia de la Ciudad. En su interior se intercambian consejos culinarios pero también es un lugar de reunión para la gente.
El Mercado de San Blas, que se llama también la Plaza de Abastos, forma parte de la Historia de la Ciudad. En su interior se intercambian consejos culinarios pero también es un lugar de reunión para la gente.
Este edificio fue construido en 1927
por Fermín Álamo, un arquitecto logroñés. Antes, estuvo la Iglesia de San Blas
que fue derruida en 1837 para crear la Plaza de la Verdura donde se podía
adquirir lo mejor de la huerta riojana.
Este lugar no es sólo un proveedor
de los cocineros logroñeses y de sus restaurantes, si no también de los
peregrinos que vienen a Logroño por el Camino de Santiago. Durante todos estos
años, la transformación de la Plaza de Abastos ha sido paulatina y con ella la
del resto de la ciudad, llegándose en 1997 al reconocimiento por parte del
Ministerio de Economía, de Logroño como “Primera ciudad comercial de España”.
Escuela de Arte y Superior de Diseño
Es una construcción de comienzos del S. XIX, con una gran funcionalidad relacionada con su uso: clases y estudiantes deseosos de “Arte y Oficio”. En sus tres plantas se distribuyen las aulas, una magnífica escalera, el patio central y las salas de exposiciones y talleres. El exterior llama la atención por su decoración y colorido. Cerámica, ladrillo y piedra aportan los tonos característicos de este edificio.
Es una construcción de comienzos del S. XIX, con una gran funcionalidad relacionada con su uso: clases y estudiantes deseosos de “Arte y Oficio”. En sus tres plantas se distribuyen las aulas, una magnífica escalera, el patio central y las salas de exposiciones y talleres. El exterior llama la atención por su decoración y colorido. Cerámica, ladrillo y piedra aportan los tonos característicos de este edificio.
Palacio del Marqués de Monesterio
El Palacio, que actualmente alberga la sede de la Seguridad Social es una extraordinaria muestra de la arquitectura civil renacentista en su zona de Herrerías. Al parecer, su origen se remonta al siglo XVI, cuando Francisco de Tejada e Inés de Sesma construyen una casa en la esquina de las calles San Bartolomé y Herrerías. A mediados del siglo XVIII, siendo ya propietarios los marqueses de Monesterio se levantó el Palacio que hoy en días podemos contemplar. Su actual rehabilitación concluyó en 2009. El Palacio de Monesterio cierra su fachada coincidiendo con la calle Herrerías y ya desde allí se dejan ver la Torre y las vidrieras de la Iglesia de San María de Palacio.
El Palacio, que actualmente alberga la sede de la Seguridad Social es una extraordinaria muestra de la arquitectura civil renacentista en su zona de Herrerías. Al parecer, su origen se remonta al siglo XVI, cuando Francisco de Tejada e Inés de Sesma construyen una casa en la esquina de las calles San Bartolomé y Herrerías. A mediados del siglo XVIII, siendo ya propietarios los marqueses de Monesterio se levantó el Palacio que hoy en días podemos contemplar. Su actual rehabilitación concluyó en 2009. El Palacio de Monesterio cierra su fachada coincidiendo con la calle Herrerías y ya desde allí se dejan ver la Torre y las vidrieras de la Iglesia de San María de Palacio.
Centro de la Cultura del Rioja
Edificio singular situado en pleno Casco Histórico de Logroño, delimitado por la calles Mercaderes, Ruavieja, Marqués de San Nicolás y las traseras del Casino.
Edificio singular situado en pleno Casco Histórico de Logroño, delimitado por la calles Mercaderes, Ruavieja, Marqués de San Nicolás y las traseras del Casino.
El Centro, obra del arquitecto Jesús
Marino Pascual, pretende ser un referente internacional en la difusión de la
cultura del vino constituyendo un referente turístico diferenciador respecto a
la oferta de otras ciudades o regiones.
Su diseño arquitectónico conjuga la
recuperación del patrimonio de la ciudad a través de la rehabilitación del
Palacio de los Yangüas con la propuesta contemporánea que supone el gran
botellero que preside la fachada principal del edificio. El gran calado
localizado en el subsuelo - ahora parte importante del edificio- constata la
creciente importancia que la elaboración del vino tenía para la ciudad.
Las catas arqueológicas realizas de
forma previa a la construcción del Centro de la Cultura del Rioja pusieron al descubierto un
importante número de infraestructuras vinícolas en su subsuelo: calados,
lagares, silos, prensas, ánforas y vasijas.
En su interior el Centro de la
Cultura del Rioja, se ordena a partir de una gran patio central, que distribuye
los distintos espacio y que al mismo tiempo, ofrece la posibilidad de realizar
conferencias, presentaciones, proyectos, conciertos y todo tipo de actividades
relacionadas con el vino.
La Rioja es la tierra con nombre de
vino, un lugar donde probar excelentes caldos, y también disfrutar de una excelente gastronomía.
Si hay algo que te hará sentirte
feliz en esta tierra será charlar con sus gentes, entre copa y copa, entre
pincho y pincho. En cada localidad de La Rioja encontrarás gente dispuesta a
enseñarte el mejor lugar, la mejor comida, el mejor vino.
Podrás sentir el cariño que cada
artesano de la cocina despliega en esos pequeños bocados, muchos de ellos,
especialidades únicas, que acumulan el saber y la experiencia de años y años de
trabajo.
Los pinchos y especialidades de esta
tierra son tan variados como variados son los ingredientes y la imaginación de
los cocineros que se esconden en cada uno de los bares de La Rioja.
Disfruta de lugares típicos como la
Calle Laurel de Logroño o la Herradura de Haro, del olor y sabor de sus
champiñones, pinchos morunos, embuchados, setas, patatas bravas, lecherillas,
anchoas rebozadas o en vinagre, tortillas, sardinas con guindilla.... Se hace
la boca agua.
Pero ante todo hay que tener presente que cada tapa, pincho, o como se le quiera llamar, en realidad está más cercano al bocadillo que a otra cosa.
Pero ante todo hay que tener presente que cada tapa, pincho, o como se le quiera llamar, en realidad está más cercano al bocadillo que a otra cosa.
Los 10 mejores pintxos de la calle
Laurel, la meca del tapeo logroñes.
Tío Agus en
el bar Lorenzo, el rey de todos los pinchos
Se trata del pincho por excelencia en Logroño. La carne adobada, a modo de pincho moruno pero sin la brocheta de madera, se hace a la plancha y se coloca sobre un pan increíblemente tierno y que previamente ha sido calentado. Hasta ahí, pudiera parecer una tapa de lo más corriente y moliente, pero no. El toque de gracia consiste en la salsa que lo acompaña. Ni siquiera las camareras del bar Lorenzo conocen la receta de este jugo divino, cuya elaboración corre a cargo exclusivamente del dueño del bar. En él se intuyen aceite, perejil y especias, pero es imposible adivinar los demás ingredientes que provocan semejante orgasmo gastronómico.
Se trata del pincho por excelencia en Logroño. La carne adobada, a modo de pincho moruno pero sin la brocheta de madera, se hace a la plancha y se coloca sobre un pan increíblemente tierno y que previamente ha sido calentado. Hasta ahí, pudiera parecer una tapa de lo más corriente y moliente, pero no. El toque de gracia consiste en la salsa que lo acompaña. Ni siquiera las camareras del bar Lorenzo conocen la receta de este jugo divino, cuya elaboración corre a cargo exclusivamente del dueño del bar. En él se intuyen aceite, perejil y especias, pero es imposible adivinar los demás ingredientes que provocan semejante orgasmo gastronómico.
Zorropito es
la tapa más famosa en la Gota de Vino
Exquisito bocatita de pan tierno, caliente y crujiente. Se puede elegir entre un interior de lomo o beicon. Eso sí, en ambos casos se sirve acompañado de jamón cocido a la plancha, queso fundido, y una salsa ali oli que hace las delicias de todos los comensales. La Gota de Vino también ofrece una variante del Zorropito conocida como Zorropo y que se diferencia por su mayor tamaño.
Exquisito bocatita de pan tierno, caliente y crujiente. Se puede elegir entre un interior de lomo o beicon. Eso sí, en ambos casos se sirve acompañado de jamón cocido a la plancha, queso fundido, y una salsa ali oli que hace las delicias de todos los comensales. La Gota de Vino también ofrece una variante del Zorropito conocida como Zorropo y que se diferencia por su mayor tamaño.
Matrimonio
en Blanco y Negro, una de las exquisiteces de la calle Laurel
Este exótico pincho surge de una combinación de ingredientes que a priori parecen muy dispares y cuya mezcla produce sin embargo un resultado exquisito. Se trata de un bollito de pan con pimientos verdes fritos y anchoas. Además, el aceite impregna el pan por dentro y por fuera, con lo que los Matrimonios son aún más jugosos.
Este exótico pincho surge de una combinación de ingredientes que a priori parecen muy dispares y cuya mezcla produce sin embargo un resultado exquisito. Se trata de un bollito de pan con pimientos verdes fritos y anchoas. Además, el aceite impregna el pan por dentro y por fuera, con lo que los Matrimonios son aún más jugosos.
Champi en el
Soriano, un pintxo histórico
Se trata de champiñones hechos sobre una plancha, pero eso sí con una de esas salsas prodigiosas que los convierten en un manjar irrepetible. En ella se adivinan ajo y aceite, pero, como en el caso anterior, es imposible identificar el resto de los condimentos. Una vez cocinados, tres champiñones de talla grande se colocan sobre una rebanada de pan, se ensartan con un palillo y se les corona con una gamba.
Se trata de champiñones hechos sobre una plancha, pero eso sí con una de esas salsas prodigiosas que los convierten en un manjar irrepetible. En ella se adivinan ajo y aceite, pero, como en el caso anterior, es imposible identificar el resto de los condimentos. Una vez cocinados, tres champiñones de talla grande se colocan sobre una rebanada de pan, se ensartan con un palillo y se les corona con una gamba.
Solomillo al
roquefort en el Donosti, solo una de sus geniales tapas
Solo es uno de los excepcionales pinchos del bar Donosti. Una rebanada de pan con solomillo muy jugoso, y con un acompañamiento de roquefort o pimienta a escoger.
Solo es uno de los excepcionales pinchos del bar Donosti. Una rebanada de pan con solomillo muy jugoso, y con un acompañamiento de roquefort o pimienta a escoger.
Roto, el
pincho más contundente
Se trata de uno de los pinchos más populares por su contundencia, buen precio y gran sabor. De nuevo, un bollito de pan circular e increíblemente blando semiabierto por la mitad con múltiples rellenos a elegir: chistorra, setas, bacalao y gulas. Eso sí, siempre acompañados de huevo revuelto y patatas fritas. Imposible tener hambre después de un par de Rotos en el restaurante de mismo nombre.
Se trata de uno de los pinchos más populares por su contundencia, buen precio y gran sabor. De nuevo, un bollito de pan circular e increíblemente blando semiabierto por la mitad con múltiples rellenos a elegir: chistorra, setas, bacalao y gulas. Eso sí, siempre acompañados de huevo revuelto y patatas fritas. Imposible tener hambre después de un par de Rotos en el restaurante de mismo nombre.
Cojonudo en
La Simpatía
Un pincho que hace honor a su nombre. El Cojonudo está formado por una rebanada de pan cubierta de picadillo o chorizo y coronado por un huevo de codorniz frito. Existen diversas variantes de este pincho que sustituyen el chorizo por morcilla, el pan por volovanes, y que a veces incluyen tiras de pimiento rojo asado. Realmente Cojonudo.
Un pincho que hace honor a su nombre. El Cojonudo está formado por una rebanada de pan cubierta de picadillo o chorizo y coronado por un huevo de codorniz frito. Existen diversas variantes de este pincho que sustituyen el chorizo por morcilla, el pan por volovanes, y que a veces incluyen tiras de pimiento rojo asado. Realmente Cojonudo.
Wonderbra en
el Torrecilla, una tapa con nombre de sujetador
Los pinchos de la calle Laurel no solo son conocidos por su sabor, sino también por sus peculiares nombres. Como los Wonderbra que preparan en el bar Torrecilla. Se trata de una tostada con sobrasada, una especie de "chorizo" para untar típico de las Islas Baleares. Y para rematar la faena, un huevo de codorniz frito y pimentón.
Los pinchos de la calle Laurel no solo son conocidos por su sabor, sino también por sus peculiares nombres. Como los Wonderbra que preparan en el bar Torrecilla. Se trata de una tostada con sobrasada, una especie de "chorizo" para untar típico de las Islas Baleares. Y para rematar la faena, un huevo de codorniz frito y pimentón.
Zapatilla de
Jamón en el Villa Rica
Tradicionales, pero muy apreciadas entre los logroñeses. La Zapatilla de Jamón está compuesta por una gran rebanada de pan estilo campesino o payés untada con tomate y jamón serrano. Justo en el momento en que los clientes las piden el cocinero del bar Villa Rica la dobla por la mitad y las hace a la plancha, de forma que a la hora de comerlas aún están calientes.
Tradicionales, pero muy apreciadas entre los logroñeses. La Zapatilla de Jamón está compuesta por una gran rebanada de pan estilo campesino o payés untada con tomate y jamón serrano. Justo en el momento en que los clientes las piden el cocinero del bar Villa Rica la dobla por la mitad y las hace a la plancha, de forma que a la hora de comerlas aún están calientes.
Orejitas en
el Perchas
Incluso los más reacios hacia las vísceras, casquería y otros manjares varios que a priori no nos resultan muy apetecibles, reconocerán la calidad del pincho estrella del bar Perchas. Se trata de una oreja de cerdo que previamente ha sido cocida y que se sirve rebozada en huevo y frita sobre una rebanada de pan. La carne queda increíblemente tierna y con una textura muy peculiar. Su buen sabor es indiscutible.
Incluso los más reacios hacia las vísceras, casquería y otros manjares varios que a priori no nos resultan muy apetecibles, reconocerán la calidad del pincho estrella del bar Perchas. Se trata de una oreja de cerdo que previamente ha sido cocida y que se sirve rebozada en huevo y frita sobre una rebanada de pan. La carne queda increíblemente tierna y con una textura muy peculiar. Su buen sabor es indiscutible.
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