LOGROÑO

Logroño es un municipio situado en el norte de España, capital de la comunidad autónoma y provincia de La Rioja. También es la localidad de mayor población —concentrando casi la mitad del total de la comunidad—, así como el centro económico, cultural y de servicios. Bañada por el río Ebro, Logroño ha sido históricamente un lugar de paso y cruce de caminos, tales como el Camino de Santiago, y de fronteras, disputada entre los antiguos reinos de la península ibérica durante la Edad Media. En el último siglo, la ciudad ha experimentado un crecimiento demográfico lento pero significativo respecto a las poblaciones cercanas, provocado principalmente por los movimientos migratorios desde otras comarcas de la región. Ha sido la capital gastronómica española en 2012.
Logroño es una ciudad muy agradable para el paseo, debido a que es muy cómodo desplazarse a cualquier punto de la misma en un corto espacio de tiempo. Ciertamente, es uno de sus grandes atractivos y no es de extrañar que el visitante pronto se integre en la dinámica de una ciudad que ha sabido encontrar el equilibrio entre tradición y modernidad; entre las antiguas construcciones de antaño y las nuevas edificaciones; entre la memoria histórica de toda ciudad, como lo es el Casco Antiguo, y los nuevos barrios que están logrando esa configuración de Logroño como una ciudad ya no tan pequeña y  con una dotación de servicios más propia de las grandes urbes.
En el recorrido por toda la ciudad se pueden encontrar diversos edificios y zonas singulares, entre los que caben destacar las iglesias de La Redonda, Santa María de Palacio, Santiago El Real, San Bartolomé; o el Palacio de los Chapiteles, antiguo Ayuntamiento de Logroño; el Palacio de Espartero, convertido en el Museo de La Rioja; el Convento de la Merced; la Puerta del Revellín, lugar importante del que se alimenta nuestra historia; o el mismo edificio del actual Ayuntamiento, proyectado por Rafael Moneo y referencia en diversos manuales sobre arquitectura.
El Camino de Santiago, la oferta comercial, la gastronomía y los entornos naturales integrados en la misma ciudad o a muy poca distancia de la misma, como los distintos parques de la ciudad, entre los que destaca el del Ebro; o el de La Grajera, a tan sólo cinco minutos del centro, se convierten en cita obligada para el visitante y en importante motivo para la relajación para el vecino logroñés. Lo dicho, un paseo siempre mejora la calidad de vida de las personas. Logroño se presta para ello.

Sobre las antiguas calles empedradas del Centro Histórico podrá descubrir, paso a paso, el valor patrimonial de los edificios religiosos y civiles que le presentamos a continuación.
Sala Amós Salvador
Sobre las antiguas calles empedradas del Centro Histórico podrá descubrir , paso a paso, el valor patrimonial de los edificios religiosos y civiles que le presentamos a continuación.
Parlamento de La Rioja y Antiguo Convento de La Merced
Construido en su mayoría en el Siglo XVI, el acceso que se observa al exterior fue reformado en el Siglo XVII.  El Convento formaba junto a la muralla una de las entradas a la ciudad  El edificio tuvo posteriormente otros usos, entre ellos Hospital en el Siglo XIX y Fábrica de Tabacos, a finales de esa misma centuria y hasta 1978. Hoy  el antiguo convento se encuentra dividido en tres espacios diferenciados. El Parlamento de La Rioja - el central- donde se encontraba la iglesia y que conserva el claustro de dos plantas donde tiene su ubicación el hemiciclo riojano, bajo una espectacular bóbeda acristalada; la Biblioteca - en la este- situado en lo que fue la zona conventual; y la Sala de Exposiciones Amos Salvador, que ocupa lo que fue el ala oeste del edificio que lindaba con la muralla de la ciudad.
Biblioteca de La Rioja
La biblioteca tiene su origen en los fondos de los conventos suprimidos por la desamortización de Mendizábal.La organización de la Biblioteca se inicia en 1852 gracias a la labor llevada a cabo por los catedráticos del Instituto D. Antonio Osés y D. Lázaro Manso, quienes confeccionaron un índice general de todos los volúmenes de la colección, siguiendo una ordenación temática por series. 
La Biblioteca Central de La Rioja tiene su sede en el edificio de "La Tabacalera" ( antiguo convento de la Merced ) que se encuentra situado en la zona oeste del Casco antiguo de Logroño, junto a otros edificios rehabilitados para albergar instituciones de carácter público y cultural. Este conjunto arquitectónico consta de cuatro zonas claramente diferenciadas: el primitivo convento con la iglesia, el claustro, la zona conventual alrededor de un patio y un pabellón en la zona oeste de construcción mucho más reciente, siendo en la zona conventual donde se ubica la Biblioteca.
Horario de lunes a viernes de 8,15h a 21,15h. <br> Fines de semana de 10h a 14h y de 17h a 20h.
Horario especial en julio, agosto y septiembre de lunes a viernes de 8,15h a 14,15h y de 17h a 21h. (fines de semana cerrado).
Centro Cultural Caja Rioja - La Merced
Expone en su planta baja muestras variadas relacionadas con las tradiciones, la Historia y el Arte.
Santa María de la Redonda
Enclavada en el corazón del Casco Antiguo, con portada principal a la Plaza del Mercado y dos portadas laterales a las calles Caballerías y Portales, la Redonda es seguramente una de las imágenes más conocidas de nuestra ciudad.
Las primeras noticias de esta iglesia datan de finales del siglo XII. Parece que se trataba de un templo románico de planta poligonal o circular de la que hoy sólo queda el sobrenombre con el que se la conoce "La Redonda".
En 1453 obtiene el rango de colegiata, al fusionarse con la de San Martín de Albelda, lo que ocasiona una reedificación más amplia. Fue reconstruida en el siglo XVI y sufrió, posteriormente, un gran número de transformaciones. Fue declarada "insigne" por el Papa Benedicto XIII según bula del año 1727. Y en 1959 fue promovida a Concatedral.
El edificio tiene tres naves, de igual altura, divididas en cinco tramos. En el siglo XVII, el templo fue objeto de una ampliación por su cabecera y en el siglo XVIII por sus pies. De esta época se pueden destacar las dos portadas laterales, edificadas al sur y al norte, y dedicadas a la Asunción y a San martín, así como la gran portada principal, que da a la Plaza del Mercado. Se trata de la Portada de los Ángeles, un gran retablo de tres cuerpos flanqueado por dos torres conocidas como "las gemelas", ejemplo emblemático del llamado barroco riojano.
Las torres fueron proyectadas por Juan Bautista Arbaizar y finalizadas por Martín Beratúa. En 1756 finalizaron las obras de las torres y de la capilla. Su diseño tuvo una gran influencia en otras torres de nuestra región y hay otras similares en Briones o Haro. Todas ellas se construyeron con varios cuerpos superpuestos; los más bajos de sección cuadrada, el superior octogonal y un chapitel cuajado de pináculos como remate.
Al acceder a su interior sorprende el retablo mayor, de estilo barroco, que representa la imagen del árbol de Jesé. Esta considerada una obra maestra con obras de Becerra, Navarrete el Mudo o Gil de Siloé.
Destaca también la sillería del coro, esculpida por Arnao de Bruselas. Además en las distintas capillas de las naves laterales pueden contenplarse lienzos de Navarrete el Mudo, "La Magdalena Penitente", la talla de la Inmaculada de Gregorio Fernández y el mausoleo del General Espartero, así como la escultura del Santo Sepulcro, una imagen de extraordinario valor escultórico.
En el interior de La Redonda se conserva un cuadro titulado "El Calvario" atribuido a Miguel Ängel.
Santa María de Palacio
Esta es una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés, situado entre las calles Mayor y Ruavieja y muy próxima al Albergue de Peregrinos. Su elemento más significativo es una torre de planta octogonal que los logroñeses denominan "la aguja".
En el actual edificio de la iglesia se advierte una amalgama compleja de construcciones que se superponen y dificultan la percepción de su estructura primitiva, ya que ha sido reedificada, ampliada y reconstruida en numerosas ocasiones a lo largo de su historia.
Inicialmente pudo ser edificada en los siglos XII-XIII y ampliada y reformada posteriormente en los siglos XVI y XVII. La aguja se considera del siglo XIII.
El edificio está edificado en sillería y cuenta con tres naves de tres tramos, crucero y triple cabecera. Se cierra con bóvedas de crucería estrellada.
La aguja de Santa María de Palacio es uno de los signos identificativos del Logroño medieval. Por ello, ha sido objeto del interés de los logroñeses para conservarla a lo largo de los siglos XVII y XVIII. La aguja es una flecha o chapitel en forma de pirámide de ocho lados con varios pisos. En el interior hay ocho buhardillones con una ventana apuntada en cada uno.
La portada principal está protegida por una arcada y se configura como un retablo clasicista. El conjunto, enmarcado con dos pares de columnas estriadas, esta presidido por una homacina con frontón curvo que alberga una imagen de la Asunción de la Virgen rodeada por seis ángeles con instramentos y completado con dos escudos imperiales.
Santiago el Real
El templo de Santiago el Real se alza en el Casco Antiguo logroñés, en la calle Barriocepo, junto a la Plaza y a la fuente del mismo nombre, dedicadas al recuerdo del Camino de Santiago y al descanso de los peregrinos.
La iglesia de Santiago ha estado vinculada al concejo logroñés y, en su interior, se guardaron documentos del Ayuntamiento. Al parecer, en este templo se reunieron los representantes de la ciudad para tomar las decisiones pertinentes ante el asedio de 1521.
Se trata de una nave de tres tramos con cruceero y cabecera ochavada. La fábrica original es, por tanto, del sigloXVI. Posteriormente, fueron añadidas en el siglo XVII la portada, la sala capitular y los tres espacios de los pies.
La torre está compuesta de cinco cuerpos de sección cuadrada. En la fachada principal hay dos imágenes del apóstol Santiago.
Aunque algunos historiadores recogen noticia del emplazamiento en este lugar de otros templos anteriores, la actual iglesia de Santiago el Real se comenzó a construir en 1513 y fue terminada posteriormente por el cantero Pedro de Urruzono.
En el interior de la iglesia estuvo el lugar en el que se recogían los documentos más importantes de los que era propietario el Ayuntamiento. Su emplazamiento estaba en el hueco practicado en uno de los paños que conforman la capilla mayor. Bajo su reja figura la inscripción: "Éste es el archivo de la muy noble y muy leal ciudad de Logroño".

Al costado de la iglesia se puede contemplar la Plaza de Santiago, un espacio singular frente al Parque del Ebro, en cuyo pavimento se ha encastrado un singular Juego de la Oca con motivos jacobeos. A un lado de esta Plaza se yergue la Fuente del Peregrino, recuerdo de otra más antigua que el Ayuntamiento rehabilitó en los años ochenta.
San Bartolomé
Se trata de una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo logroñés y está situada entre las calles Rodríguez Paterna, La Cadena, Herrerías y la plaza y calle de San Bartolomé, a la que da nombre la misma iglesia. Se cree que su torre formó parte de la línea de defensa de la ciudad, dedicada a proteger una de las puertas de Logroño.
Fue edificada en el siglo XIII, época de la que procede su monumental portada y cuenta con elementos de otros siglos, principalmente en los cuerpos superiores de la torre, que son del siglo XVI.
El edificio es de tres naves con dos tramos -es más ancha la central- crucero alineado y tres ábsides.
Destaca en esta iglesia la portada gótica del siglo XIII, bajo arco apuntado y seis arquivoltas con molduras. En el tímpano aparece la figura de Cristo Redentor, en pie con sudario, flanqueado por las imagenes de la Vírgen y San Juan. También se pueden contemplar las figuras de los doce apóstoles conversando y coros de ángeles. Igualmente, parte de esta bella portada se dedica a la historia del apóstol San Bartolomé a quién está dedicada esta iglesia.
La torre es de base cuadrangular y consta de cuatro cuerpos de diferentes épocas. El cuerpo inferior está construido en sillería; el segundo en sillería y ladrillo; y sólo en ladrillo los dos últimos -datados en el siglo XVI- en los que se pueden apreciar claras influencias mudéjar.
Palacio de los Chapiteles
Este palacio ubicado al inicio de la calle Portales fue propiedad de los Marqueses de Someruelos hasta 1862, cuando la Corporación Municipal lo adquirió con la idea inicial de que sirviera como residencia del Obispo. Abandonado el proyecto de trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño, se decidió utilizar el edificio como Casa Consistorial. Durante los 115 años en que fue Ayuntamiento (1865-1980) el palacio fue testigo de importantes acuerdos y momentos de la historia de la ciudad, además de acoger a ilustres visitantes. Al construirse el actual Ayuntamiento, el Palacio de los Chapiteles fue destinado en 1987 a sede de la Consejería de Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno de La Rioja.
Museo de la Rioja
Tras el fallecimiento de sus propietarios, el Estado se hizo cargo del palacio y lo reformó para ser residencia del obispo que, por aquel entonces, planteaba trasladar la sede episcopal de Calahorra a Logroño.
Este proyecto nunca se llegó a realizar y el edificio fue destinado a diversos usos institucionales. Finalmente, en la década de los 70 abrió sus puertas como Museo de la Rioja, consideración que aún mantiene y bajo la cual se han realizado diversas reformas en la fachada y el interior. En estos momentos, el Museo está pendiente de acometer unas obras de ampliación con edificios colindantes adquiridos por el Ayuntamiento.
Construido en el siglo XVIII, este hermoso edificio fue propiedad de doña Jacinta Martínez de Sicilia, duquesa de la Victoria y esposa del general Espartero. Durante los años en los que el general residió aquí, esta causa fue lugar de encuentros y tertulias políticas y sociales de alto nivel nacional. En ellos llegaron a participar en varias ocasiones los reyes Amadeo de Saboya y Alfonso XII.
Puerta de Carlos V
La puerta de Carlos V es la única que queda de las antiguas que servían de acceso a la ciudad. Junto a este arco, que cuenta con un gran escudo imperial en su parte superior, se pueden observar restos de la muralla que desde el siglo XII custodiaba a los logroñeses. Año tras año sirve como escenario de la celebración más importante de las fiestas patronales en honor a San Bernabé, al evocarse la gloriosa gesta que los logroñeses protagonizaron en 1521 contra las tropas francesas. De manera simbólica, la Cofradía del Pez conmemora aquella hazaña con el reparto del pez, pan y vino como alimentos que sirvieron de sustento a los logroñeses sitiados tras estas murallas, de las que hoy sólo quedan estos vestigios en pie y restos que se van encontrando en sucesivas excavaciones realizadas en el perímetro de lo que era la antigua ciudad.
Parque del Ebro
Logroño recuperó la margen derecha del Ebro en 1993, año en el que fue inaugurado este parque de 153.000 metros cuadrados de superficie. En él se pueden distinguir tres zonas:
La zona inundable, de 70.000 metros cuadrados, es la más próxima al río y permanece cubierta por sus aguas durante buena parte del año.
La zona no inundable, comienza en el puente de piedra y conecta con una escollera que la separa de la anterior zona y de la   que parte un paseo que llega hasta el final del parque, junto a General Urrutia. En sus 72.000 metros cuadrados se distribuyen grandes praderas de césped serpenteadas por caminos, un bar junto a un estanque y juegos infantiles y una chimenea sobre la que anidan las cigüeñas.
El entorno de la iglesia de Santiago, enclavada en la Ruta Jacobea. Destaca un mirador al que se accede mediante unas grandes escalinatas y un juego de la oca alegórico a las diferentes etapas del Camino de Santiago
Plaza de Santiago
Situada en un costado de la iglesia de Santiago, en cuyo pavimento se ha encastrado un singular Juego de la Oca con motivos jacobeos por lo que se conoce popularmente como Plaza de la Oca. A un lado de esta Plaza se yergue la Fuente del Peregrino, recuerdo de otra más antigua que el Ayuntamiento rehabilitó en los años ochenta.
Albergue de Peregrinos
Los peregrinos en ruta hacia Santiago encontrarán tras estos muros mucho más que un lugar donde cobijarse y reponer fuerzas. La hospitalidad de los logroñeses queda de manifiesto en este albergue de propiedad municipal y gestionado por la Asociación Riojana de Amigos del Camino que en sucesivas encuestas es elegido por los peregrinos como el mejor de la Ruta después del de Santiago de Compostela. El albergue ocupa desde 1993 una casona del siglo XVIII situada en plena ruta jacobea, próxima a las iglesias de Santiago y Palacio. Dispone de 500 metros cuadrados para dormitorios, salones de estar, cocina, sala de usos múltiples... además de un patio de 125 metros cuadrados en el que los peregrinos descansan y conversan después de caminar durante una dura jornada. Este patio es también escenario en el verano de variadas actuaciones relacionadas con el Camino de Santiago.
Ermita de San Gregorio
En la calle Ruavieja de Logroño se encuentra la ermita de San Gregorio, reconstruida en el mismo lugar en el que estuvo la original, edificada en el siglo XVII.
San Gregorio, obispo de Ostia, fue enviado a La Rioja por el Papa Benedicto IX. En el mismo lugar en el que vivió y murió el santo en 1.044 se construyó una ermita que "hizo hacer a honra y gloria suya" el Regidor perpetuo de la ciudad Alonso de Bustamante y Torreblanca en 1.642.
La ermita original desapareció en 1971, aunque el Ayuntamiento pudo recuperar buena parte de las piedras con las que estaba construida, las numeró y las guardó en sus almacenes para su reedificación.
Con la rehabilitación de la calle Ruavieja y la reedificación en ella de bloques de viviendas, el Ayuntamiento reservó el espacio en el que anteriormente se había situado la ermita para su reconstrucción.
Así, el 9 de mayo de 1994, coincidiendo con la festividad de San Gregorio y en el 950 aniversario de su fallecimiento, se inauguró la ermita nueva, en cuya reconstrucción se utilizaron las piedras que el Ayuntamiento había conservado cuidadosamente. También se colocó el cuadro de San Gregorio, que la preside desde entonces, y que fue restaurado por el Club de Rotarios de Logroño. Para asistir a la inauguración acudió a Logroño el párroco de Sorlada, localidad navarra que acoge en su basílica los restos de San Gregorio, que trajo para la ocasión el busto del santo que se encuentra en la basílica. Y también estuvo presente, en forma de grabación musical, la voz de Pepe Blanco, que cantó a la ermita "chiquitita" en uno de sus temas más populares.
Puente de Piedra
Su verdadero nombre es "Puente de San Juan de Ortega", en recuerdo de una capilla que en el siglo XVIII existía en la orilla izquierda del Ebro en honor a este santo al que algunos historiadores consideraban el constructor del primer puente de piedra que existió sobre el Ebro a su paso por Logroño. El que ha permanecido hasta nuestros días fue proyectado por Fermín Manso de Zúñiga e inaugurado en 1884. Tiene 198 metros de longitud y cuenta con siete arcos sustentados sobre pilares cilíndricos.
Espolón
La plaza más emblemática de la ciudad comenzó a configurarse en 1757 como paseo publico fuera de las murallas que protegían la ciudad. En 1809 fue ampliado con unas huertas pertenecientes al Seminario, ubicado por aquel entonces en lo que hoy es la Delegación del Gobierno. El llamado "Paseo de las Delicias" o "paseo Extramuros" pasó a denominarse "Paseo de los Reyes" tras la nueva remodelación que sufrió en 1856, en la que se decidió colocar seis estatuas de piedra que representaban a otros tantos monarcas, esculturas regaladas a la ciudad por el General Espartero. Estas estatuas permanecerían en el paseo hasta la proclamación de la Segunda República, en 1931. Tras la construcción del monumento al General Espartero se determinó nombrarlo "Paseo del Príncipe de Vergara", denominación que ha permanecido hasta nuestros días . En el siglo XX; el Espolón sufrió dos importantes remodelaciones, una en los años 40 y 50 –en la que se incorporaron elementos tan singulares como "La Rosaleda", con los estanques de "las ranitas"; la Concha o la gran fuente central que rodea a la estatua ecuestre de Espartero– y otra reciente, en 1998, en la que se peatonalizó una de las calles adyacentes y se le dotó de mayor superficie verde e iluminación, además de acometer las necesarias obras de saneamiento y renovación del pavimento.
Monumento a Espartero. El elemento más representativo de esta plaza, la estatua ecuestre del General Espartero, que aún sigue erguida en el centro del Espolón, fue obra del arquitecto Luis y Tomás y realizada materialmente por el escultor Pablo Gibert. Su construcción se dilató durante años, fundamentalmente por problemas de financiación, pero finalmente fue inaugurada en 1872. La estatua y los cuatro leones que completan el conjunto monumental fueron fundidos con bronce procedente de cañones. La fuente que en estos momentos rodea a la estatua ecuestre fue construida a principios de los años 60.
La Concha. Este auditorium vino a ocupar en 1954 el lugar que con anterioridad tenía el antiguo kiosco de la música, obra del arquitecto Luis Barrón. Se construyó a modo de concha, siguiendo el modelo de otra que se había instalado poco tiempo antes en la ciudad norteamericana de San Francisco. Los motivos decorativos que luce La Concha en su parte más alta son obra del escultor Lucarini, autor también de las ranitas instaladas en los estanques de la Rosaleda. Hasta hace pocos años, la parte trasera de la Concha, a modo de pérgola, fue ocupada por varios comercios de gran tradición en la ciudad. Hoy este espacio completamente renovado es utilizado como Oficina de Turismo, inaugurada por S.A.R. el Príncipe Felipe en 1996.
Glorieta del Doctor Zubía
Entre castaños y plátanos de gran tamaño se levanta el Instituto Sagasta, el edificio alrededor del cual se suceden los parterres, sendas y espacios estanciales que componen la Glorieta del Doctor Zubía. Situada en el centro del casco urbano , prácticamente conectada por una de sus esquinas con el Paseo del Espolón, esta plaza ocupa uno de los lugares con mayor historia de la ciudad. En lo que fue paseo extramuros y próximo al antiguo convento de Carmelitas, los jardines de lo que hoy es la Glorieta fueron fuente de estudio para don Ildefonso Zubía, insigne catedrático de Historia Natural que daría nombre a este enclave desde 1899. En la zona más próxima a El Espolón destaca una singular pérgola y tres fuentes con figuras ornamentales.
Plaza del Mercado
Esta plaza, que ha tenido sucesivas denominaciones con el correr de los tiempos, fue originariamente –en el siglo XVI– la "Plaza Mayor" que todas las ciudades tenían como centro y referencia, aunque el Ayuntamiento no empezó a controlar la disposición y ordenación de los edificios que se levantan a su alrededor hasta mediados del siglo XIX. En este espacio se celebraron tradicionalmente las ferias que tanta prosperidad trajeron a nuestra ciudad. Ya desde el siglo XI, con el otorgamiento del Fuero de Logroño y, sobre todo, la concesión real alcanzada en el 1195 de celebración de dos mercados francos (libres de impuestos) al año, marcaron la tradición comercial de nuestra ciudad. Esta consideración daría posteriormente origen a nuestras fiestas más conocidas, San Mateo, al hacer coincidir una de las ferias anuales con la festividad de este santo (el 21 de septiembre) por deseo de la reina Isabel II.
La última y profunda remodelación sufrida por la plaza fue en 1986, quedando un amplio espacio que han ocupado masivamente las terrazas de los bares que se han instalado en el perímetro de la plaza. Es, en estos momentos, un lugar de referencia para el ocio en los fines de semana; sobre todo en los meses de verano en los que se puede disfrutar de la noche bajo la silueta de las torres de la Concatedral de La Redonda.
La plaza fue sufriendo diversas modificaciones y ampliaciones con el paso de los años. Los "portalillos" –elemento que la caracteriza y establece un estilo acorde con los "Portales" situados en frente, en la calle del mismo nombre– fueron construidos en el siglo XIX.
Ayuntamiento
El edificio de la Casa Consistorial es obra de Rafael Moneo, uno de los arquitectos españoles actuales más conocidos y valorados en todo el mundo.
Nacido en Tudela (Navarra), Moneo es autor de proyectos tan importantes como el Museo de Arte Romano de Mérida, la estación de Atocha, los auditorios de Barcelona y San Sebastián o el Museo de Arte Contemporáneo de Estocolmo. Actualmente trabaja en la reconstrucción de la ciudad de Beirut, el proyecto de la catedral de Los Ángeles, entre otros. Rafael Moneo recibió en 1996 el premio "Pritkzer", considerado el "Nobel de la Arquitectura".
En el proyecto de este Ayuntamiento, el arquitecto navarro trabajó durante los años 73 y 74, iniciándose las obras en 1976 y finalizando cuatro años más tarde. Este edificio es hoy un ejemplo singular para conocer y comprender la arquitectura civil española de los últimos años y supone un lugar de atracción para numerosos profesionales y visitantes de todo el mundo. Se encuentra enclavado en el centro de la ciudad, sobre un solar ocupado anteriormente por un cuartel.
El Ayuntamiento está compuesto por dos piezas en forma de triángulo que se articulan formando una gran plaza y otra en forma de piano que alberga el auditorio y puede ser observada desde la parte trasera del edificio. El exterior está revestido por piedra arenisca de Salamanca, material también utilizado en parte del interior del edificio. En la fachada Este destaca una fuente de bronce con dos caños, sobre uno de los cuales se inclina una escultura de mujer (la "Dama de la Fuente"). Este conjunto, obra del escultor Francisco López, es elemento identificativo de este Ayuntamiento
Casa de Correos
De estilo neobarroco, se encargó ejecutar el edificio a Agapito del Valle, y se construyó entre 1927 y 1932
Teatro Bretón de los Herreros
Fue proyectado por el arquitecto Félix Navarro a finales del S. XIX. En 1900 se refuerza la decoración neoclásica en la fachada por Ignacio de Velasco. El interior se demolió entre los años 1978 y 1990 y, desde entonces, se puede disfrutar de una variada y prestigiosa programación en este nuevo y antiguo teatro.
Mercado de San Blas - Plaza de Abastos
El Mercado de San Blas, que se llama también la Plaza de Abastos, forma parte de la Historia de la Ciudad. En su interior se intercambian consejos culinarios pero también es un lugar de reunión para la gente.
Este edificio fue construido en 1927 por Fermín Álamo, un arquitecto logroñés. Antes, estuvo la Iglesia de San Blas que fue derruida en 1837 para crear la Plaza de la Verdura donde se podía adquirir lo mejor de la huerta riojana.
Este lugar no es sólo un proveedor de los cocineros logroñeses y de sus restaurantes, si no también de los peregrinos que vienen a Logroño por el Camino de Santiago. Durante todos estos años, la transformación de la Plaza de Abastos ha sido paulatina y con ella la del resto de la ciudad, llegándose en 1997 al reconocimiento por parte del Ministerio de Economía, de Logroño como “Primera ciudad comercial de España”.
Escuela de Arte y Superior de Diseño
Es una construcción de comienzos del S. XIX, con una gran funcionalidad relacionada con su uso: clases y estudiantes deseosos de “Arte y Oficio”. En sus tres plantas se distribuyen las aulas, una magnífica escalera, el patio central y las salas de exposiciones y talleres. El exterior llama la atención por su decoración y colorido. Cerámica, ladrillo y piedra aportan los tonos característicos de este edificio.
Palacio del Marqués de Monesterio
El Palacio, que actualmente alberga la sede de la Seguridad Social es una extraordinaria muestra de la arquitectura civil renacentista en su zona de Herrerías. Al parecer, su origen se remonta al siglo XVI, cuando Francisco de Tejada e Inés de Sesma construyen una casa en la esquina de las calles San Bartolomé y Herrerías. A mediados del siglo XVIII, siendo ya propietarios los marqueses de Monesterio se levantó el Palacio que hoy en días podemos contemplar. Su actual rehabilitación concluyó en 2009. El Palacio de Monesterio cierra su fachada coincidiendo con la calle Herrerías y ya desde allí se dejan ver la Torre y las vidrieras de la Iglesia de San María de Palacio.
Centro de la Cultura del Rioja
Edificio singular situado en pleno Casco Histórico de Logroño, delimitado por la calles Mercaderes, Ruavieja, Marqués de San Nicolás y las traseras del Casino.
El Centro, obra del arquitecto Jesús Marino Pascual, pretende ser un referente internacional en la difusión de la cultura del vino constituyendo un referente turístico diferenciador respecto a la oferta de otras ciudades o regiones.
Su diseño arquitectónico conjuga la recuperación del patrimonio de la ciudad a través de la rehabilitación del Palacio de los Yangüas con la propuesta contemporánea que supone el gran botellero que preside la fachada principal del edificio. El gran calado localizado en el subsuelo - ahora parte importante del edificio- constata la creciente importancia que la elaboración del vino tenía para la ciudad.
Las catas arqueológicas realizas de forma previa a la construcción del Centro de la Cultura  del Rioja pusieron al descubierto un importante número de infraestructuras vinícolas en su subsuelo: calados, lagares, silos, prensas, ánforas y vasijas.
En su interior el Centro de la Cultura del Rioja, se ordena a partir de una gran patio central, que distribuye los distintos espacio y que al mismo tiempo, ofrece la posibilidad de realizar conferencias, presentaciones, proyectos, conciertos y todo tipo de actividades relacionadas con el vino.
La Rioja es la tierra con nombre de vino, un lugar donde probar excelentes caldos, y también disfrutar de una excelente gastronomía.
Si hay algo que te hará sentirte feliz en esta tierra será charlar con sus gentes, entre copa y copa, entre pincho y pincho. En cada localidad de La Rioja encontrarás gente dispuesta a enseñarte el mejor lugar, la mejor comida, el mejor vino.
Podrás sentir el cariño que cada artesano de la cocina despliega en esos pequeños bocados, muchos de ellos, especialidades únicas, que acumulan el saber y la experiencia de años y años de trabajo.
Los pinchos y especialidades de esta tierra son tan variados como variados son los ingredientes y la imaginación de los cocineros que se esconden en cada uno de los bares de La Rioja.
Disfruta de lugares típicos como la Calle Laurel de Logroño o la Herradura de Haro, del olor y sabor de sus champiñones, pinchos morunos, embuchados, setas, patatas bravas, lecherillas, anchoas rebozadas o en vinagre, tortillas, sardinas con guindilla.... Se hace la boca agua.

Pero ante todo hay que tener presente que cada tapa, pincho, o como se le quiera llamar, en realidad está más cercano al bocadillo que a otra cosa.
Los 10 mejores pintxos de la calle Laurel, la meca del tapeo logroñes.
Tío Agus en el bar Lorenzo, el rey de todos los pinchos
Se trata del pincho por excelencia en Logroño. La carne adobada, a modo de pincho moruno pero sin la brocheta de madera, se hace a la plancha y se coloca sobre un pan increíblemente tierno y que previamente ha sido calentado. Hasta ahí, pudiera parecer una tapa de lo más corriente y moliente, pero no. El toque de gracia consiste en la salsa que lo acompaña. Ni siquiera las camareras del bar Lorenzo conocen la receta de este jugo divino, cuya elaboración corre a cargo exclusivamente del dueño del bar. En él se intuyen aceite, perejil y especias, pero es imposible adivinar los demás ingredientes que provocan semejante orgasmo gastronómico.
Zorropito es la tapa más famosa en la Gota de Vino
Exquisito bocatita de pan tierno, caliente y crujiente. Se puede elegir entre un interior de lomo o beicon. Eso sí, en ambos casos se sirve acompañado de jamón cocido a la plancha, queso fundido, y una salsa ali oli que hace las delicias de todos los comensales. La Gota de Vino también ofrece una variante del Zorropito conocida como Zorropo y que se diferencia por su mayor tamaño.
Matrimonio en Blanco y Negro, una de las exquisiteces de la calle Laurel
Este exótico pincho surge de una combinación de ingredientes que a priori parecen muy dispares y cuya mezcla produce sin embargo un resultado exquisito. Se trata de un bollito de pan con pimientos verdes fritos y anchoas. Además, el aceite impregna el pan por dentro y por fuera, con lo que los Matrimonios son aún más jugosos.
Champi en el Soriano, un pintxo histórico
Se trata de champiñones hechos sobre una plancha, pero eso sí con una de esas salsas prodigiosas que los convierten en un manjar irrepetible. En ella se adivinan ajo y aceite, pero, como en el caso anterior, es imposible identificar el resto de los condimentos. Una vez cocinados, tres champiñones de talla grande se colocan sobre una rebanada de pan, se ensartan con un palillo y se les corona con una gamba.
Solomillo al roquefort en el Donosti, solo una de sus geniales tapas
Solo es uno de los excepcionales pinchos del bar Donosti. Una rebanada de pan con solomillo muy jugoso, y con un acompañamiento de roquefort o pimienta a escoger.
Roto, el pincho más contundente
Se trata de uno de los pinchos más populares por su contundencia, buen precio y gran sabor. De nuevo, un bollito de pan circular e increíblemente blando semiabierto por la mitad con múltiples rellenos a elegir: chistorra, setas, bacalao y gulas. Eso sí, siempre acompañados de huevo revuelto y patatas fritas. Imposible tener hambre después de un par de Rotos en el restaurante de mismo nombre.
Cojonudo en La Simpatía
Un pincho que hace honor a su nombre. El Cojonudo está formado por una rebanada de pan cubierta de picadillo o chorizo y coronado por un huevo de codorniz frito. Existen diversas variantes de este pincho que sustituyen el chorizo por morcilla, el pan por volovanes, y que a veces incluyen tiras de pimiento rojo asado. Realmente Cojonudo.
Wonderbra en el Torrecilla, una tapa con nombre de sujetador
Los pinchos de la calle Laurel no solo son conocidos por su sabor, sino también por sus peculiares nombres. Como los Wonderbra que preparan en el bar Torrecilla. Se trata de una tostada con sobrasada, una especie de "chorizo" para untar típico de las Islas Baleares. Y para rematar la faena, un huevo de codorniz frito y pimentón.
Zapatilla de Jamón en el Villa Rica
Tradicionales, pero muy apreciadas entre los logroñeses. La Zapatilla de Jamón está compuesta por una gran rebanada de pan estilo campesino o payés untada con tomate y jamón serrano. Justo en el momento en que los clientes las piden el cocinero del bar Villa Rica la dobla por la mitad y las hace a la plancha, de forma que a la hora de comerlas aún están calientes.
Orejitas en el Perchas
Incluso los más reacios hacia las vísceras, casquería y otros manjares varios que a priori no nos resultan muy apetecibles, reconocerán la calidad del pincho estrella del bar Perchas. Se trata de una oreja de cerdo que previamente ha sido cocida y que se sirve rebozada en huevo y frita sobre una rebanada de pan. La carne queda increíblemente tierna y con una textura muy peculiar. Su buen sabor es indiscutible.

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