La Alpujarra o Alpujarras, como muchos gustan de decir, haciendo referencia a que están ubicadas en las provincias de Granada y Almería, es una de las comarcas andaluzas con mayor personalidad, la cual, en los últimos años, ha ido aumentando vertiginosamente en interés turístico. La belleza, fuerza y contraste de su paisaje, sobre todo por los cambios de altitud -del Mulhacén a la Costa del Sol en 50 km-, la estructura de sus pueblos y la amabilidad de sus habitantes, junto a un pasado histórico donde aún se pueden oír las resonancias musulmanas, hacen de esta región una zona completísima desde el punto de vista turístico. A estos factores principales se unen otros que le dan un mayor realce, como es el caso de la gastronomía, las fiestas populares (destacan las romerías a la sierra y las fiestas de moros y cristianos) y una climatología muy contrastada que permite excursiones o deportes con un fondo marino o nevado.
Algo que impresiona a todo viajero que llega a esta comarca es la arquitectura de sus pueblos, sobre todo la de los enclavados en el Barranco del Poqueira. Son pueblos de calles estrechas, torcidas, empinadas y adaptadas a posibles nevadas, con la característica de la privatización del espacio público. Los terraos (tejados planos), están hechos con losas de piedra dispuestas horizontalmente sobre vigas de madera y cubiertas de launa, una arcilla abundante en la comarca que impermeabilizaen tejado. En estos terraos se pueden ver, en los meses de otoño e invierno, mazorcas de maíz y ristras de pimientos. También destacan los «tinaos», terrazas particulares llenas de flores que invaden el espacio público, siendo los más famosos los de Pampaneira.
Otro aspecto original de la arquitectura de estos pueblos es el de las chimeneas, las cuales son de estructura cilíndrica y tienen que funcionar gran parte del año. Un elemento a destacar es la artesanía alpujarreña, que se pueda considerar clara heredera de su origen morisco. Lo más importante y que conserva mayor tradición es la confección de tejidos. En los últimos años se han instalado en la comarca numerosos talleres de artesanía que, además de los telares, han relanzado la cerámica e incluso la orfebrería. Esto ha hecho que numerosos artistas y artesanos, junto a músicos, pintores y poetas hayan escogido La Al pujarra como lugar de residencia.
El pasado árabe no sólo persiste en la artesanía sino también en las costumbres, fiestas y gastronomía; además se mantiene en nombres de pueblos, de zonas naturales e incluso administrat vas, como «la taha», especie de término municipal que todavía se usa con cierta frecuencia, como en Pitres, conocido como La Taha. Otra Taha histórica e importante es la de Juviles.
La Historia de La Alpujarra se remonta a la prehistoria, aunque la personalidad actual se forjo a partir de 1487 cuando empezo el cerco cristiano al Reino de Granada (aproximadamente las provincias de Granada, Málaga y Almería), lo cual se empeora con los problemas dinásticos entre Muley Hacén, El Zagal y Boabdil. Entre 1487 y 1488 caen las partes occidental y oriental del reino. Esta última parte, que estaba en manos de El Zagal, fue cambiada por un feudo perpetuo en Las Alpujarras para el contrincante de Muley Hacén y Boabdil, pero al poco tiempo fue expulsado a Africa, donde fue encarcelado.
El 2 de enero de 1492, Granada se rinde y Boabdil firma las capitulaciones. También se le concedió un feudo en Las Alpujarras, con residencia a orillas del Andarax (cerca de Ugíjar), pero, lo mismo que a su tío, le obligan a marchar a Africa; esto ocurre en octubre de 1493, estableciéndose en Fez. En los preparativos muere su mujer Moraima, enterrada, según se cree, en el castillo del Valle de Lecrín.
Por las Capitulaciones de 1492, los Reyes Católicos concedían a la población musulmana el respeto de sus creencias, usos y costumbres, así como de sus propiedades, pero los repartimientos de tierras a la aristocracia castellana y la política intransigente del Cardenal Cisneros provocaron sublevaciones, siendo la más grave la ocurrida en 1500 en Las Alpujarras; este primer levantamiento fue sofocado con dificultad. Con el reinado de Carlos V, las relaciones se suavizan, pero al llegar al trono Felipe II se renueva la intransigencia, que culmina con la pragmática de 1 567, por la que se prohíbe el empleo de la lengua árabe y la expresión de usos y creencias moriscas.
A fines de 1568, los cabecillas moriscos acuerdan un levantamiento general, pero el fracaso de la sublevación en la capital granadina hará que el conflicto se centre, durante más de dos años, en Las Alpujarras, controlando los rebeldes varios puertos por donde recibieron ayuda del norte de Africa. En el Valle de Lecrín, el 27 de diciembre de 1 568, es proclamado rey Aben Humeya. La solemne coronación se llevará a cabo días después en Cádiar, en un olivar. Aben Humeya, también conocido como Aben Omeya, procedía de una antigua familia musulmana emparentada con los Omeya. Su familia se había convertido al cristianismo, por lo que tenía el nombre de Fernando de Córdoba y Válor; al iniciarse el conflicto es cuando cambia su nombre.
Todavía en diciembre de 1568 los moriscos se hacen fuertes en el Valle de Lecrin, haciendo retroceder a las tropas cristianas mandadas por el marqués de Mondéjar, hasta que el 10 de enero éstas pasan el Puente de Tablate y entran en Las Alpujarras. Mientras, Aben Farag, lugarteniente de Aben Humeya, había hecho incursiones en Lanjarón y en otras localidades de La Alpujarra occidental, como en Órgiva. Las tropas cristianas, entre el 10 y el 18 de enero, fueron doblegando las tahas de Poqueira, Pitres, Juviles y Ugíjar.
Aben Humeya, que prefiere la guerrilla, marcha de nuevo a occidente retomando el Valle de Lecrín y el Puente de Tablate, por lo que deja incomunicadas a las tropas cristianas. En estos momentos entra en combate por la parte oriental, como refuerzo, el marqués de los Vélez. El de Mondéjar pasa de nuevo a la parte occidental pero los moriscos lo entretienen en el Peñón de los Guájares (camino de Salobreña), con lo que los moriscos penetran de nuevo en La Alpujarra.
Aben Humeya, que se esconde en la zona de Bérchules, Válor y Mecina Bombarón, es cogido en emboscada en esta última localidad, lugar de residencia de Aben Aboo, primo y luego sucesor del cabecilla morisco.
En los primeros meses de 1 569 se estaban produciendo atrocidades por ambos bandos, como los 800 muertos de Válor. En abril, toma el mando cristiano D. Juan de Austria, hermanastro de Felipe II. En mayo, la insurrección se abre y llega a la Axarquia, Sierra de Bentomiz, Baza y el oriente de Almería, aunque en junio serán derrotados los últimos moriscos malagueños (Frigiliana). Entre junio y julio, las tropas cristianas consiguen victorias en La Alpujarra oriental (Berja, Ugíjar, pero en agosto, los moriscos vuelven a tomar Padul y otros pueblos del Valle de Lecrín. El marqués de Mondéjar es alejado por D. Juan de Austria.
En octubre de 1569, se produce una conspiración contra Aben Humeya en Cádiar. Se mezclaron varios motivos: la ambición de Aben Aboo, el enfrentamiento de Aben Humeya con las tropas turcas, el odio de la familia de su mujer (por haber matado el rey morisco a varios de sus miembros) e incluso el móvil de los celos. Aben Humeya descansaba en Laujar de Andarax (al este de Ugijar). Fue asesinado por su primo, quien le sucedió. Fue enterrado allí, pero D. Juan de Austria, al terminar el conflicto, trasladó sus restos a Guadix. El segundo rey morisco empieza bien su reinado al vencer a los cristianos en Órgiva pero, al entrar en combate el hermano de Felipe II, tiene que retirarse a las alturas de la sierra. En estos momentos, los moriscos de Granada y La Vega ya habían sido expulsados a otras provincias. En octubre de 1570, tan sólo contaba el cabecilla morisco con 300 hombres. Al final es también asesinado y llevado a la capital granadina.
Tras ser sofocada la rebelión se procede a la expulsión de los moriscos supervivientes, que han sido calculados en unos 80.000; el destino fue Andalucía occidental, La Mancha y Castilla. Unos pocos millares pudieron permanecer hasta la expulsión general del país, en 1610, bajo el reinado de Felipe III. Gran parte del territorio de Granada fue devastado. Hubo una repoblación de campesinos de Galicia, León, Asturias y Castilla; en total 12.542 familias que repoblaron 270 lugares, perdiéndose para siempre unos 130 lugares. A partir de estas fechas se va produciendo un retroceso general de la comarca y un fuerte olvido histórico
Para aquellos que disponen de poco tiempo, como fue nuestro caso (1 día), nuestra amiga Ana Delgado nos propuso el siguiente itinerario, que seguimos al pie de la letra, y resulto perfecto.
ITINERARIO DEL VIAJE
Pampaneira, Capileira, Bubión los tres están en el famoso Barranco de Poqueira.
Hay una ruta absolutamente preciosa que va desde la Alpujarra hasta Sierra Nevada por el Barranco y se puede hacer noche en el Refugio de Poqueira.
En Pampaneira hay que dar un buen paseo, es muy bonito y sus calles con canalizaciones de agua, sus casas blancas (algunas prácticamente derruidas) están llenas de encanto para perderse. Aquí recomiendo una parada en la Fábrica de Chocolate “La Abuela Ili” (un placer para el paladar … sino se está a dieta claro)
En Bubión recomiendo dejar el coche y subir hasta Capileira andando. Por la carretera tendréis unas vistas preciosas de los pueblos y el barranco. Es una carretera llena de Castaños, en otoño se puede aprovechar el paseo para ir comiendo alguna que otra castaña, pero con cuidado de su cubierta (para los que sean poco de campo ese erizo que hay en el suelo… encierra el rico fruto)
En Capileira se puede aprovechar para almorzar. En cualquier sitio se come muy bien, mi amiga me recomendo un sitio que se llama “”El Asador”. Tienen una mini terracita que si llamáis y hace bueno a lo mejor os la pueden montar y reservar (958763109)
El caminito de vuelta desde Capileira a Bubión para recoger el coche puede servir para bajar la comida y el vino (que no puede faltar!! Ojo con el mosto de la Alpujarra, tumba al más fuerte…)
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