En Quebec nos alojamos en el emblemático Hotel Fairmont Château
Frontenac.
Ubicado en el corazón del casco
antiguo de Quebec, el edificio fue declarado patrimonio urbano, por su encanto
histórico, es la imagen más vista de la ciudad de Quebec.
En cualquiera de sus 618
habitaciones elegantemente amuebladas se pueden observar vistas impresionantes
sobre el río San Lorenzo, o del casco antiguo de la ciudad, sus huéspedes
sienten un toque de elegancia histórica europea. Las habitaciones elegantemente
decoradas ofrecen un incomparable nivel de lujo y un servicio al que tiene
derecho cada huésped a nivel de tratamiento real. Este señorial hotel de lujo
está situado sobre la antigua ciudad (Old Quebec), declarado de las Naciones
Unidas Patrimonio de la Humanidad.
En Quebec encontramos la única ciudad norte-americana amurallada, Quebec, a través de un tour
guiado que nos llevará a visitar sus puertas ornamentadas de la ciudad, el
Lower Town, la Citadel y el parque Battefields.
Su extensión es de 9.000 kms
cuadrados. Ubicada en el corazón del Valle de San Lorenzo, en la región de
Quebec ha sido bendecida con un magnífico escenario conformado por las montañas
Laurentian, y los 1.200 kilómetros del
río San Lorenzo.
Una de las particularidades de la
Ciudad de Quebec que sorprendente es que está dividida en dos partes bien
diferenciadas: un promontorio sobre el río San Lorenzo (Upper Town – Ciudad
Alta ) y una zona de tierras bajas a lo largo de la costa donde los colonos
pisaron por primera vez Nueva Francia (Lower Town – Ciudad Baja).
Para salvar estos desniveles hay
unas 30 escaleras, un funicular y varios ascensores, destaco dos de las
escaleras más emblemáticas.
Escaliers do Faubourg (99 peldaños)
También conocidas como la
Sainte-Claire o Stairs Le Soleil, fueron construidas en madera sobre el año
1858 y reconstruidas en hierro en 1889. La versión actual data de 1931. Desde
lo alto, se tiene una espléndida vista del barrio de Saint-Roch y las montañas
Laurentian.
Lépine Stairs (118 peldaños)
Construida en madera en 1857, esta
escalera fue demolida y reconstruida en hierro en 1883. Oficialmente recibió el
nombre de Lépine en 1986 por una funeraria cercana, esta escalera es sin duda
uno de las más bellas de la ciudad. Los arcos finamente trabajados en hierro
forjado, en cada extremo aparece tejida de símbolos florales. También llevan
escritos los nombres de las personalidades que hicieron posible la
construcción. El arco en la parte inferior es el original, mientras que el que
está en la parte superior es una copia.
Algunos afirman que, en algún
momento mientras se bajan las escaleras nos podemos encontrar con algún
fantasma. Y es que en la parte posterior de la funeraria, lavan los cadáveres,
y sus almas ascienden las escaleras. ¿Verdad? O simplemente una leyenda
urbana?.
La mejor manera de tomar un primer
contacto con Quebec es contemplarla desde el río. En los muelles donde anclan
los gigantescos cruceros, hay ferries que cruzan cada media hora a la orilla
opuesta. El Vieux-Port no es la estampa pintoresca que el nombre evoca, ni
tampoco el mercado (Marché du Vieux-Port). Así que mejor adentrarse en la
Place-Royale, punto cero donde la cosa empezó. La iglesia
Notre-Dame-des-Victoires ocupa el solar donde Champlain levantó su cabaña.
Luego podemos tomar un funicular, o empezar a practicar escaleras (hay tantas
que incluso celebran un maratón o Défi des escaliers, de 14 kilómetros), y
subir a la Terrasse Dufferin, un mirador o paseo entre la Ciudadela y el
Château Frontenac, que no es un castillo, sino el hotel más fotografiado del
mundo, construido en 1893, y donde nos alojamos en nuestro viaje. En torno a
él, los grandes hitos del Vieux-Quebec: el ayuntamiento, las dos catedrales
(católica y anglicana) y el inmenso Seminario, que no aloja ya seminaristas, pero
sí un interesante Museo de la América Francesa.
Quebec cuenta con el privilegio de
tener seis de los sitios naturales o culturales más extraordinarios reconocidos
oficialmente por la UNESCO, al igual que la isla de Menorca o el Alcázar de
Sevilla.
Los tesoros de estos lugares que
justifican su reconocimiento por parte de esta organización internacional son:
El barrio histórico de la ciudad de
Quebec en la lista de bienes del Patrimonio Mundial que tienen un valor
excepcional para la humanidad. La ciudad de Quebec, fundada por el explorador
francés Champlain en 1608, es la única ciudad al norte de México que conserva
aún sus murallas, bastiones, puertas y obras de defensa. El conjunto urbano
formado por la Haute Ville, situada en la parte superior del cabo, con sus
iglesias, conventos, la Citadelle y el famoso Château Frontenac, y la Basse
Ville, con su Place-Royale y sus casas antiguas, es un bello ejemplo de ciudad
colonial fortificada.
También inscribió el Parc national
de Miguasha, en Gaspésie. Este parque de 87 ha, situado en la bahía Des
Chaleurs, cuenta con un acantilado de peces y plantas fósiles que permiten
conocer la vida de hace 380 millones de años. La buena conservación de los
fósiles y su importancia para comprender una parte de la evolución de la
Tierra, han hecho del parque un lugar de gran importancia científica. Su Museo
de Historia Natural muestra este precioso patrimonio de fósiles.
Las reservas de la biosfera son
lugares reconocidos por la UNESCO a través de su programa sobre el hombre y la
biosfera, que innovan y cuyos objetivos son la conservación y el desarrollo
sostenible. Quebec cuenta con cuatro reservas de este tipo:
Mont-Saint-Hilaire
Gracias a la Reserva Natural Gault,
los excursionistas disfrutarán de un magnífico lugar tranquilo a tan sólo 40 km
al sur de Montreal. Su red de senderos permite descubrir una parte de este
territorio protegido de 10 km2 y disfrutar de magníficos paisajes de la gran
llanura fluvial de la Montérégie.
Charlevoix
Territorio modificado hace millones
de años por el impacto de un meteorito que produjo un cráter de 28 km de
diámetro, este espacio está ocupado mayoritariamente en la actualidad por dos
parques nacionales: Grands-Jardins y Hautes-Gorges-de-la-Rivière-Malbaie. Su
litoral, con su relieve muy accidentado y cubierto de bosques, presenta una
espectacular sucesión de cabos y ensenadas.
Lac-Saint-Pierre
Este lago, prolongación del río San
Lorenzo, es una importante parada migratoria de aves acuáticas, como los gansos
blancos. En él se pueden observar más de 280 especies de aves. Acoge, por
ejemplo, la mayor concentración de garzas de Norteamérica. El visitante podrá
explorar en barco los pintorescos canales que surcan el archipiélago.
Manicouagan-Uapishka
Este amplio territorio forestal de
55 000 km2 situado al norte de Baie-Comeau (Manicouagan) abarca los Monts
Groulx (el más alto tiene 1100 m), el cráter de origen meteoritito de
Manicouagan, la isla René-Levasseur y grandiosas obras hidroeléctricas, como la
impresionante represa Daniel-Johnson.
El Parque de los Campos de Batalla
(en francés Parc des Champs-de-Bataille, en ingles The Battlefields Park) es
uno de los pocos parques urbanos de Canadá. Incluye las Llanuras de Abraham y
Des Braves Park.
Su importancia radica en que en el
lugar se libró la batalla de las Llanuras de Abraham, con el resultado de la
victoria británica sobre los franceses y que decidió el fututo del Canadá. Fue
creado como parque el 17 de marzo de 1908 y cuenta con un centro de
interpretación y caminos en su interior para pasear. A veces es usado para
celebrar conciertos al aire libre, especialmente durante la fiesta nacional de
Quebec. El parque contiene una colección de unas 50 piezas históricas de
artillería diseminadas por los jardines.
El Parc de la Chute-Montmorency se encuentra a pocos minutos de la
ciudad de Quebec. Entre los acantilados y el río, es uno de los lugares más
espectaculares de la provincia. La cascada de Montmorency está formada por el
río de su mismo nombre. Divide la ciudad de Quebec y la municipalidad de
Boischatel. La cascada tiene 83 metros de altura y es la más alta de la
provincia de Quebec, siendo 30 metros más alta que las cataratas del Niágara.
Su lecho de caída tiene 17 metros de profundidad.
La cascada esta situada en la
desembocadura de río Montmorency sobre el río San Lorenzo, frente a la isla de
Orleans. Fue llamada así por Samuel de Champlain, en honor a Enrique II de
Montmorency, virrey de la Nouvelle-France de 1620 a 1625.
La cascada se encuentra en un parque
de la provincia de Quebec. Hay numerosas escaleras que permiten observar la
cascada desde diferentes puntos de vista. Un puente colgante que ofrece una
vista espectacular de la caída. Hay también un teleférico que trasporta
turistas desde la base hasta la cima. Durante el verano se desarrolla en el
parque una competencia internacional de fuegos artificiales, llamada Les grands
Feux Loto-Quebec. Durante el invierno el vapor del agua se solidifica formando
una importante masa de hielo que se trasforma en un sitio popular de escalada
sobre hielo.
y visitamos de la Basílica de Ste. Anne
de Beaupré, primer lugar de peregrinaje de norte-América.
Este día, como final de viaje, cenamos en L'Astal, es el único restaurante
giratorio de la ciudad, se encuentra en la parte superior del Hotel Loews Le
Concorde a 182 metros de altura. Su experimentado equipo culinario ofrece una
exquisita cocina regional, la promoción de los productos de mejor calidad a los
productores locales. L'Astal ofrece una memorable excursión panorámica de la
ciudad en 90 minutos, con espectaculares vistas de las atracciones de Quebec,
al tiempo que ofrece una experiencia gourmet con platos de elaborada cocina
estacional.
Es uno de los favoritos de los
quebequenses, L'Astal ha sido premiado varias veces por la excelencia de su
cocina y, su selecta bodega. El brunch de los domingos es uno de los más
populares de la ciudad y, la variedad de su buffet es una delicia única.
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