Túnez está en el corazón del Mediterráneo, en el punto de confluencia del Mundo árabe, de África y de Europa. Desde las épocas más remotas, los tunecinos llegaron a tejer lazos comerciales y culturales con los demás pueblos del Mediterráneo.
Fundada en el año 814 antes de la era cristiana, Cartago, metrópoli brillante y dinámica, prospero tanto que terminó atrayendo las codicias del imperio romano, entonces en plena expansión. La caída de Cartago en el siglo II antes de la era cristiana señaló el comienzo de la dominación romana que duró cerca de 700 años.
Los numerosos sitios arqueológicos, esparcidos por todo el territorio tunecino, y conservados con mucho esmero, dan prueba del lugar preeminente que ocupaba Túnez en el antiguo imperio romano. En el transcurso del los siglos V y VI de la era cristiana, la influencia romana dejó sitio a los Vándalos, y más tarde, a los Bizantinos.
En el siglo VII de la era cristiana, la conquista islámica se extendió a Túnez. La ciudad de Kairuan será el centro de la vida religiosa y la sede de una de las mezquitas más antiguas y más veneradas en el mundo islámico. En el transcurso de los siglos siguientes, la civilización islámica aportaba a Túnez, bajo el reino de cinco dinastías sucesivas, riqueza y prosperidad. Los acontecimientos sobresalientes durante aquella época correspondieron a la fundación, en Túnez, de la Gran Mezquita y de la Universidad islámica Ezzeituna, y a la aparición de grandes pensadores, como Ibn Jaldún, ilustre historiógrafo y padre de la sociología moderna, cuyas obras siguen inspirando hasta hoy en día la enseñanza de dicha disciplina así como la llegada de inmigrantes andalusíes musulmanes procedentes de España.
En el siglo XVI, Túnez cayó bajo la dominación del imperio otomano y a partir de aquella época, el país fue gobernado por una dinastía de beyes.
En el siglo XIX, Túnez llegó a ser el primer País árabe que se dotaba de una Constitución y que iba a abolir la esclavitud. Sin embargo, los problemas económicos, los abusos de los reyes y las codicias extranjeras se conjugaron para desestabilizar el país. En 1881, Francia estableció en Túnez su protectorado, provocando violentas reacciones anticoloniales en todo el país.
En 1920, un grupo de nacionalistas tunecinos fundaron el Partido Liberal Constitucionalista Tunecino o Destur. En 1934, a consecuencia de una escisión en el seno del Destur, un nuevo partido (el Neodestur) se impuso rápidamente como el partido que llevaría a Túnez a la independencia. Después de un combate áspero y largo, Túnez accedió a la independencia el 20 de marzo de 1956. El 25 de julio de 1957, fue proclamada la Republica y Habib Burguiba fue elegido Presidente de la Republica Tunecina. El 1º de junio de 1959 fue adoptada la primera Constitución de la Republica. El 7 de noviembre de 1987, basándose en un informe medico establecido por los siete médicos habituales del antiguo presidente Habib Burguiba, este fue declarado incapacitado para seguir asumiendo los cargos de la magistratura suprema, y en aplicación del articulo 57 de la Constitución, el Primer Ministro Zine El Abidine Ben Ali accedió a la presidencia.
El segundo presidente de la joven república tunecina proclamó que "los tunecinos estaban preparados para la democracia y que Túnez era de todos los tunecinos". Nadie podía imaginar el calvario que pasaron los tunecinos durante los 23 años que Ben Ali estuvo en el poder.
Corrupción y abusos, Túnez se convirtió en durante los 23 años, de gobierno de dicho personaje con su familia y allegados, en una de las peores dictaduras conocidas, y uno de los regímenes policiales mas férreos, acallando todos los medios de expresión y con la colaboración de un partido en el poder, y un parlamento serviles y mezquinos, se aportaban todas las enmiendas necesarias a la constitución, para hacer de la misma, un traje a medidas de los deseos y aspiraciones de presidencia vitalicia de Ben Ali.
La inmolación de un vendedor ambulante, Mohamed Bouzazi (Graduado universitario en paro), el 17 de diciembre de 2010, después de la confiscación de sus productos por la policía, dio la señal a unos primeros motines en la ciudad de Sidi Bouzid. Los enfrentamientos de los manifestantes y de las fuerzas de represión se extendieron rápidamente a varias regiones, y llegaron a la Capital.
Los discursos de Ben Ali dirigidos a la nación, tratando de retomar el control de la situación, en los que califico los manifestantes de extremistas y agitadores incendiarios, amenazando con dura represión, exacerbaron aun mas los ánimos de la población y convirtieron la rebelión popular en insurrección..
El 14 de enero de 2011, Ben Ali huyo del país, refugiándose en Arabia Saudita.
TÚNEZ
La ciudad de Túnez es la capital de la República de Túnez y sin duda la ciudad más europea de todas. Está situada en el norte, muy cercana a las ruinas de Cartago.
Es la capital ininterrumpidamente desde que los almohades le dieran ese título en 1159 y la dinastía de los háfsidas confirmase su estatus en 1228.
La ciudad moderna (Nuovelle Villese) se alcanza al cruzar la puerta de Francia, antiguamente llamada «puerta del mar», por estar en la época de su construcción justo a la orilla del mar. Esta parte de la ciudad moderna ha sido levantada de los terrenos ganados al mar. Está atravesada por la gran avenida Bourguiba (considerada por muchos como los Campos Elíseos tunecinos), cuyos edificios de estilo colonial de principios de siglo XX contrastan con la arquitectura de estilo árabe de la ciudad antigua, que vino a llamarse la «ciudad de los indígenas».
La Medina de Túnez
La medina de Túnez fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. La medina es el centro de la ciudad de Túnez: un grupo de callejuelas y pasadizos cubiertos, llenos de densos olores y colores, bulliciosos y activos centros de comercio y trueque, un sinfín de productos en oferta que van desde la marroquinería hasta el utensilios de plástico, desde la mejor filigrana hasta la hojalata, del gran bazar de souvenirs para el turista hasta el minúsculo taller de artesanato.
Está construida sobre una colina que desciende en suaves pendientes hasta la laguna del Behira por el este y se correspondería con el casco antiguo de las ciudades medievales europeas.
Nada a comparar con las medinas o barrios comerciales de Marrakesh, El Cairo, Rabat, Estambúl....... aquí nos encontramos con un deteriorado recinto con escasos comercios, quizás debido a la actual situación que atraviesa el país, pero inundado, como en todas las ciudades árabes de pesados vendedores de toda clase de productos locales.
Muy recomendable visitar la cercana población de Sidi Bou Said. Ubicada en lo alto de una montaña este pueblo blanco y azul, y sus múltiples puestos ambulantes es uno de los lugares que encanta a todos sus visitantes. Seguid cuesta arriba hasta llegar a uno de los bares que nos ofrecen una cara bebida y una extraordinaria visita sobre la población y la bahía.
Por último, recomiendo la visita a las termas de Antonino, un amplio recinto, que aunque su maqueta muestre una construcción de inverosímil creencia, sus ruinas son realmente de un gran interés.
Lo mejor de Túnez, mejor dicho de La Goulette es el Village Comercial que hay en el recinto portuario, donde podemos comprar todo aquello que se nos ofrece durante la excursión, y a precios realmente interesantes, y si lo deseamos podemos degustar la gastronomía local, en alguno de los muchos restaurantes que hay, o incluso disfrutar de un masaje en la sauna local.
Desde este Village se puede tomar un taxi que por unos 100-200 € (según duración) nos paseará por las zonas turísticas de la ciudad con plenas garantías, teniendo en cuenta que se paga al final del viaje, al regresar a puerto.
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Por último, recomiendo la visita a las termas de Antonino, un amplio recinto, que aunque su maqueta muestre una construcción de inverosímil creencia, sus ruinas son realmente de un gran interés.
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