SANTO TORIBIO DE LIÉBANA

En el corazón de la comarca de Liébana, a unos dos Kms. al sur del núcleo urbano de Potes y medio escondido entre los pliegues orográficos del monte de la Viorna, en las estribaciones de los Picos de Europa, hallamos este lugar escogido por unos monjes en los albores del cristianismo en nuestra región para retirarse del mundo y vivir según la regla benedictina.

El Santuario al igual que Roma o Santiago de Compostela celebra periódicamente su año Santo, el año de celebración es aquel que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio coincide en domingo. 

Tras la invasión musulmana del año 711 y la rápida conquista de la Península, los cristianos que defendían el estado hispano-visigodo se replegaron hacia las montañas cantabroastúricas e hicieron frente con éxito en la batalla de Covadonga (722), así como en otras escaramuzas que tuvieron lugar en nuestros montes, como en el cercano lugar de Cosgaya, que sirvieron para tomar confianza de sus fuerzas e iniciar la Reconquista. Se constituyó el reino asturiano con don Pelayo, a quien sucedió Alfonso I, hijo de su colaborador el duque Pedro de Cantabria, casado con Ermesinda, hija del caudillo de Covadonga.
Este rey de sangre cántabra pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta, para crear un vacío estratégico como frontera frente a los islamitas en el valle del Duero. Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de nuestra comarca, fundando monasterios comoe el de San Martin de Turieno, que andando el tiempo se convertiría en Santo Toribio de Liébana.

Es posible que a mediados del siglo VIII, una vez consolidada la Reconquista en esta zona, se trajesen aquí los restos del obispo Toribio de Astorga y las reliquias del Lignum Crucis -que según la tradición él había traído de Jerusalén- para depositarlas en un lugar seguro como era este monasterio, que ya había adquirido cierto prestigio en el territorio cristiano.

Monasterio

Nabe centralLas primitivas construcciones que conformarían el monasterio serían sencillas, dentro del estilo prerrománico, quizás de estilo asturiano o mozárabe. Durante los siglos X y XI se había producido una gran expansión del monasterio por los valles de Liébana. En el año 1256,  se construye la actual iglesia, con el apoyo económico de los fieles, por medio de indulgencias concedidas para tal fin por el obispo palentino Fernando.
El templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense, con la claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza a la arquitectura de la Orden de San Bernardo. Posee una cabecera de tres ábsides poligonales y un cuerpo de tres naves de similar altura. Todas las bóvedas son de crucería y algunas llevan nervios de refuerzo.

La escasa decoración se concentra en los capiteles. Los del ábside mayor llevan decoración figurada de cabezas humanas y de animales, el toro y el oso, que según la leyenda ayudaron a Santo Toribio a construir la iglesia. En el ábside central se venera la imagen de la Virgen de los Angeles, del siglo XVI.

En el ábside del evangelio se conserva la estatua yacente de Santo Toribio. Tallada en madera de olmo de Burgos consta que existía en el monasterio al menos desde el año 1316. Conserva la policromía original.

Al exterior destaca la fachada meridional en donde se encuentran las dos portadas. La más amplia es la principal, en arco apuntado rodeado de arquivoltas, que apoyan en capiteles cuyas representaciones simbólicas hacen referencia a los sacramentos. A su derecha y embutida junto a un contrafuerte se construyó la Puerta del Perdón, que se abre solemnemente para el Jubileo. A los pies de la edificación se eleva una maciza torre de campanas, en cuyo interior se encuentra el coro.

Durante la Edad Moderna se inicia la decadencia del monasterio, al transformarse en parroquias un gran número de las iglesías lebaniegas que de él dependían, acabando su vida monástica con la desamortización de Mendizábal, en 1837.

En 1960, tras la restauración del ruinoso edificio, se hace cargo de él una comunidad de PP. Franciscanos, que actualmente lo regenta, recordando la tradición que señala a San Francisco como visitante de Santo Toribio en su peregrinar a Compostela.
Las arcadas apuntadas del átrio, junto a los ábsides del templo, dan acceso al claustro monástico, edificado en el s. XVII, de tradición herreriana, a cuya entrada se encuentra un admirable relieve de Jesús Otero, que representa a Beato en su scriptorium.

La capilla del Lignum Crucis fue construida a principios del siglo XVIII por el que fuera inquisidor en Madrid y arzobispo de Santa Fe de Bogotá (Colombia) don Francisco Gómez de Otero y Cossío, (1640-1714) -natural del vecino pueblo de Turieno, donde aún se conserva su casa natal- cuya estatua orante se erige en un lucillo junto al altar.

Destaca la extraordinaria calidad de la labra pétrea de la cúpula, en cuyas pechinas están representados los evangelistas, entre una exhuberante decoración de guirnaldas y amorcillos, elementos simbólicos que junto con los signos de la Pasión y motivos heráldicos se repiten en la linterna.

El camarín que cobija el "Lignum Crucis" fue diseñado hacia 1705 por Fr. Pedro Martínez de Cardeña. En sus hornacinas presenta diversas esculturas de los Santos Padres, apóstoles y santos, aunque algunas de sus tallas son modernas.
Lignum Crucis

La tradición la relaciona con el origen del monasterio, pero lo más verosímil es que fuese traída al mismo tiempo que los restos de Santo Toribio de Astorga, alrededor del siglo VIII. Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde  al "brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reyna Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo".

Se encuentra incrustado en una cruz de plata dorada, con cabos flordelisados, de tradición gótica, realizada en un taller vallisoletano en 1679.

Las medidas del leño santo son de 635 mm. el palo vertical y 393 mm. el travesaño, con un grosor de 38 mm. y es la reliquia más grande conservada de la cruz de Cristo, por delante de la que se custodia en San Pedro del Vaticano.

Un análisis científico del sagrado leño, determino que "la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus Sempervivens L., tratándose de una madera extraordinaria-
mente vieja y que nada se opone a que alcance la edad pretendida".

Esta reliquia si la uniéramos a las otras que hay de la supuesta santa cruz, posiblemente podríamos construir una gran mansión de varios pisos de alto, pero, creencias hay para todos los gustos.

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