BENI

El departamento del Beni se encuentra en la región noroeste de la república. Tienen una extensión de 213.654 km. cuadrados y una población aproximada de 180.000 habitantes (1976).
Trinidad es la capital del departamento, y fue fundada por los capitanes Tristán de Tejeda y Juan Salinas en 1556, consta de 8 provincias y 48 cantones.

Provincias General José Ballivián, Cercada, Itenez, Mamoré, Marban, Moxos, Vaca Diez y Yacuma.

El clima es tropical en su generalidad. Húmedo. En el invierno el Beni es atravesado por vientos fríos del sur que se conocen con el nombre de “surazos”, que producen descensos bruscos de las temperaturas.

La vida en este hermoso pedazo de Bolivia se desenvuelve entre contrastes. Jaguares y pumas se mimetizan con la densa vegetación; los caimanes y las anacondas pueblan ríos, curiches y lagos; las orquídeas lucen colores exóticos en contraste con el verde follaje; el bosque se hace fragancia con la hierba  Luisa y la vainilla; los curiches y lagunas parecen tener orillas de sangre cuando florecen los patojusales; en las quietas aguas nadan las victorias regias y los camalotes; la garza y el martín pescados vuelan en giros reflejando sus bellos plumajes en el espejo del agua; bandadas de loros chillones despiertan a la mañana o despiden el día; entre el pasto viven serpientes mortíferas como la cascabel, la víbora de la cruz, la coral, la yarará, la yoperojobobo y también el tatú (armadillo gigante), el yoche (roedor gigante), los osos hormigueros, la zarigüeya, el ñandú (avestruz americano) y la perdiz.

El Beni es la tierra de promisión de Bolivia. Hacia él se dirigen todas las miradas. Su economía va floreciendo con el cebú, el Santa Gertrudis y el ganado criollo. El puerco de monte, imposible de adaptarse a la domesticidad, va siendo suplido por animales de raza.

Las pampas son arroceras. El monte de castaña, quina y goma. Los árboles son de ochoa, de laurel, de maravillosa mara. Las praderas casi inalcanzables a la vista están pobladas de pastos naturales.

El Beni otrora visto como el territorio del oro de los paitisis, hoy día se transforma en la esperada riqueza que su industria agrícola, agropecuaria y maderera pueden dar como regalo magnifico de esta fabulosas tierras.

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