BRASIL - Historia

Resumen Histórico

Fruto de la expansión mercantilista europea, Brasil fue oficialmente descubierto en el año 1500 por el navegante portugués Pedro Alvarez Cabral, quien tomó posesión de las tierras en nombre del rey portugués Manuel I. En 1530 se envió la primera expedición colonizadora y en 1549 se nombró al primer Gobernador General, que residió en la recién fundada ciudad de Salvador (Bahía), primera capital del país.

En 1554, los padres José de Anchieta y Manuel de Nóbrega fundaron el Colegio de Sâo Paulo, núcleo y origen de la futura ciudad de ese nombre; en 1556, Estácio de Sà, sobrino del entonces Gobernador General, fundó el fuerte que dio origen a la ciudad de Sâo Sebastiâo do Rio de Janeiro.

Se desarrolló, así, una incipiente civilización sobre la franja costera, explotándose los bienes agrícolas y materias primas para la Corona Portuguesa, y defendiéndose de los ataques de piratas ingleses, franceses y holandeses. Aunque designada por su descubridor como "Terra de Vera Cruz" y también llamada "Terra de Santa Cruz" e "Ilha da Cruz", en 1511 se impone el nombre de "Terra do Brasil", originado por el árbol "pâu brasil" (así llamado por su color rojizo, semejante a la brasa), que constituyó uno de los primeros productos exportados a Europa.

En el siglo XVII prosiguen las exploraciones y fundaciones en el interior, y entre 1624 y 1654 se producen sucesivas invasiones holandesas en el norte del país, parte del cual llegan a dominar, dejando huellas culturales patentes en la actualidad. Las plantaciones de caña de azúcar, iniciadas en la segunda mitad del siglo anterior, constituyen la base de la economía nacional. Las exportaciones azucareras se desarrollan tanto que este período pasa a ser conocido como el del "Ciclo del Azúcar". Hacia 1670 se produce el importante descubrimiento de oro en Minas Gerais, lo que dará inicio al "Ciclo del Oro". Comienzan entonces las expediciones hacia el interior, llamadas "bandeiras", formadas por grupos humanos unidos por el afán de encontrar oro y piedras preciosas.Los bandeirantes extienden así, inintencionadamente, los límites geográficos del Imperio Portugués.

A partir del siglo XVIII se crean las Capitanías Hereditarias que demarcan regiones administrativas y que darán origen a las regiones geoeconómicas que caracterizan al Brasil actual. En la década de 1770 surgen las primeras plantaciones de café, coincidiendo con el declive, por agotamiento de los yacimientos, de la producción de oro y diamantes. Pero el café no llegará a constituir un nuevo ciclo económico hasta mediados del siglo XIX, cuando la extensión de las plantaciones comienza a alcanzar volumen considerable.

Durante este período intermedio, la economía brasileña se sustenta en base a los cultivos de algodón y tabaco, sin alcanzar mayor relevancia en el plano internacional.

El inesperado fin del status colonial se produce en 1808, a raíz de la llegada de la Corte Portuguesa. Efectivamente, ese año, huyendo de los ejércitos napoleónicos, la reina D. María I de Bragança y su hijo Joâo, quien actuaba como Príncipe Regente por la enfermedad mental de su madre, con su familia y su séquito, tuvieron que trasladarse a Brasil, desembarcando en Salvador (Bahía), desde donde, pocos meses después, se fueron a Rio de Janeiro, entonces convertida en nueva capital. En este período Brasil experimentó un gran desarrollo material y cultural, con el resurgir de las primeras industrias (hasta entonces prohibidas) y la apertura de los puertos a las naciones amigas (que acabó, en la práctica, con el Pacto Colonial, que obligaba a Brasil a comerciar exclusivamente con Portugal). En 1815 D. Joâo elevó a Brasil a la categoría de Reino Unido a Portugal e ao Algarve.

En 1820 una revolución en Portugal exigió el retorno de D. Joâo a su patria, entonces libre de las amenazas francesas. Con el título de D. Joâo VI el monarca asumió el trono de Portugal y dejó en Brasil, para actuar como Principe Regente, a su hijo Pedro de 17 años de edad. Instado poco después a acudir también a Portugal, Don Pedro se niega y el 7 de septiembre de 1822 declara la independencia de Brasil y su condición de Imperio, proclamándose Emperador, bajo el nombre de Pedro I.

En 1831 el Emperador abdica en favor de su hijo Pedro II y se va a Lisboa para reasumir el trono portugués. Debido a la minoría de edad de Pedro II, Brasil queda gobernado por un triunvirato, pero la presión política hace que en 1840 asuma la corona a los 14 años. Comienza entonces un extenso gobierno asistido por notables estadistas y desafiado por diversos movimientos políticos rebeldes en varias regiones del Brasil. Durante el reinado de Pedro II la esclavitud fue gradualmente abolida. Primero se aprobó el fin del tráfico negrero (1850), luego la Ley del Vientre Libre (1871), que dejaba libre a los hijos de los esclavos y, finalmente, la abolición total de la esclavitud, con la Ley Aurea (1888). En la década de 1870 se efectuó el primer censo de Brasil, que estimó la población brasileña en unos 10,000.000 de habitantes, la mayoría negros y mestizos.

Con el progreso de la producción cafetera, poco a poco el poder de los Barones del Café excede el ámbito económico para abarcar también el político. El fin del sistema de producción basado en el brazo esclavo determina la ascensión de nuevas fuerzas políticas. Así, las presiones de estos nuevos agentes económicos conducen a la caída del régimen monárquico, prácticamente derrumbado sin oponer resistencia a un golpe militar incruento, consecuencia de una activa campaña republicana conducida por grupos políticos dentro del Parlamento Nacional. En 1891 se promulga una nueva Constitución que sustituyó a la Constitución Monarquista anterior (de 1824) y estableció el régimen republicano presidencialista.

Brasil se adentró en el siglo XX con una economía basada casi exclusivamente en sus materias primas y productos primarios. La rentabilidad del café era seguida por el caucho, que en 1912 llega a abarcar el 40% de las exportaciones del país. La presidencia era ocupada alternativamente por políticos de los Estados de Sâo Paulo y Minas Gerais (política del café con leche, en alusión a los productos principales de estos Estados), de forma autoritaria y centralizada, con marcadas influencias del Positivismo, doctrina que inspiró a los militares y políticos que instauraron la República en Brasil (el lema Orden y Progreso de la bandera brasileña es una máxima positivista).

Su población, todavía reducida y básicamente costera, estaba constituida por negros, indios, blancos y mestizos de tres tipos: mulatos (negros y blancos), cafusos (negros e indios) y caboclos (blancos e indios). En el primer cuarto del siglo se produjo una fuerte corriente de inmigración europea, que determinó un predominio de blancos y mulatos claros en la totalidad de la población. Con el apoyo del Gobierno brasileño, interesado en atraer hacia el país mano de obra cualificada para la agricultura y la industria, se instalaron en distintas regiones, entre otros, grupos de inmigrantes alemanes, italianos, españoles, polacos, rusos y japoneses (solamente de Japón llegaron más de un millón de inmigrantes, que formaron la mayor colonia de japoneses fuera del Japón).

Pero exceptuando breves brotes de desarrollo industrial, impulsados por pioneros aislados (como Irineu Evangelista de Souza, Barón de Mauá, que construyó las primeras industrias de bienes de equipo de Brasil), la economía brasileña seguía siendo básicamente agrícola.
En 1930 Brasil es alcanzado por la gran crisis económica mundial, que derrumba la estructura de exportación del café. Ya años antes había finalizado el esplendor del "Ciclo del Caucho", con la competencia de las plantaciones del sureste asiático y del caucho sintético. Getúlio Vargas asume entonces la presidencia, después del triunfo de la Revolución del 30, insurrección popular apoyada por sectores del Ejército. En 1937 Vargas disuelve el Congreso, promulga una nueva Constitución (marcadamente autoritaria), implanta el "Estado Nuevo" y pasa a gobernar como dictador.

La Segunda Guerra Mundial agudiza la necesidad de comenzar un rápido y sólido proceso de industrialización en Brasil. Tras vacilaciones de Vargas, Brasil participa en la guerra al lado de los aliados. Con eso obtiene créditos através del EXIMBANK para construir la primera gran siderúrgica, la Usina de Volta Redonda, inaugurada en 1942. En 1945, con el derrocamiento de los regímenes autoritarios del Eje, el pueblo exige la retirada de Vargas, que es substituido por el general Eurico Gaspar Dutra, vencedor en las elecciones libres. Se convoca una Asamblea Constituyente que, en 1946, promulga una nueva Constitución liberal.

En 1950, Vargas, figura carismática que, a pesar del autoritarismo de su gobierno, provocó cambios profundos en la sociedad brasileña (particularmente en el campo social, donde consolidó diversos derechos de los trabajadores), consigue volver a la Presidencia de la República, elegido por el Partido Trabalhista Brasileiro, que él había fundado. Forma un gobierno de corte populista de izquierda, hasta una nueva crisis político-militar que, cuatro años más tarde, le lleva al suicidio. Un año antes de su muerte, en 1953, crea la PETROBRAS, estatal petrolera, que hoy en día es la mayor empresa de Brasil.

Juscelino Kubitschek de Oliveira, que gobernó de 1956 hasta 1961, es el Presidente que concreta la idea, ya existente desde el siglo XIX, de situar la capital del país en su centro geográfico. Así, Kubitschek inaugura Brasilia el 21 de abril de 1960, tres años después de ser iniciada su construcción. Construyó, además, en menos de dos años, la primera de las grandes vías a través de la selva, la carretera Belém-Brasília, de 2400 Kms de extensión.  "JK", como era conocido, promovió un gran desarrollo de la economía nacional, particularmente de la industria, y fue el fundador del Brasil Moderno. Además del progreso en los sectores automovilístico y de bienes de equipo, amplió la red nacional de carreteras y construyó las centrales hidroeléctricas de Furnas y de Tres Marias, que viabilizaron el despliegue industrial del Sureste de Brasil.

JK, que cumplió su mandato bajo absoluta normalidad democrática, a pesar de las muchas presiones políticas de varios sectores, fue sucedido por Jânio da Silva Quadros, político de Sâo Paulo que tuvo una ascensión fulminante y que apenas 7 meses después de su toma de posesión como Presidente de la República, renuncio, dejando el país bajo una grave crisis político-institucional. Después de una corta experiencia parlamentista de pocos meses, el Vice-presidente Joâo Goulart asumió la Presidencia, pero vio su mandato interrumpido por el golpe militar del 31 de marzo de 1964. Asume entonces el cargo el General Castelo Branco, dando inicio al ciclo de Presidentes militares, que imponen un rígido programa de saneamiento financiero, acaban con el pluripartidismo y suprimen las elecciones, al tiempo que prosiguen de forma intensiva con la obra de industrialización y desarrollo del país.

Es un período de grandes obras: en enero de 1970 se inicia la carretera Transamazónica que, corriendo paralelamente al río Amazonas, une el puerto de Recife, en el Atlántico, con la localidad de Cruzeiro do Sul, cerca de la frontera peruana. En 1974 se inaugura el puente Río-Niterói, de 14 Km. de extensión, sobre la Bahía de Guanabara; se firma con Paraguay el Acta de Construcción de la Central Hidroeléctrica de Itaipú, en el río Paraná, cuya primera fase fue inaugurada en 1982. Con 12,600.000 Kv. de capacidad, Itaipú es la mayor central hidroeléctrica del mundo.

En la década de los 70 se inició un período caracterizado por grandes inversiones de capital extranjero, préstamos internacionales e inflación alta, a pesar de la cual logra mantenerse un desarrollo acelerado y una expansión industrial. El comercio exterior se amplió notablemente y, a finales de esa década, las exportaciones de productos comenzaron a sobrepasar las de materia prima.

En 1979, al asumir la presidencia el general Joâo Batista Figueiredo, se inicia la apertura política, apenas esbozada en el anterior gobierno del general Ernesto Geisel. Con Figueiredo acaba la estructura existente de un partido oficilialista (ARENA) y de un partido opositor (MDB), permitiéndose nuevamente el pluripartidismo. Sin embargo, al mismo tiempo en que la sociedad brasileña volvía a la normalidad democrática, se observa que su situación económica se deterioraba cada vez más, a raíz de las crisis financieras y del petróleo.

En 1985, un civil, José Sarney, asume la presidencia, tras el súbito fallecimiento del Presidente Electo Trancredo Neves. Se crean nuevos Ministerios (entre los cuales está el de Cultura) y, en febrero de 1986, dentro de un osado plan de combate a la inflación, entonces en niveles altísimos, se instituye una nueva unidad monetaria, el Cruzado, que substituye al tradicional Cruzeiro. La persistencia de la inflación después del Plan Cruzado lleva al Gobierno a proponer nuevo plan económico, que crea el Cruzado Nuevo para sustituir al Cruzado.

Finalmente, en 1990, con la presidencia de Fernando Collor de Mello, se volvería al Cruzeiro. Una amplia reforma administrativa busca redimensionar la participación del sector estatal en la economía, extingue órganos de la burocracia, reduce el número de Ministerios y cesa a miles de funcionarios públicos. El combate a la inflación pasa a ser prioridad del Gobierno, que busca suavizar las duras medidas de control monetario con programas de fondo social, como el del Centro Integrado de Amparo a Criança -CIAC (proyecto Minha Gente), volcado hacia la recuperación y educación de menores.

En 1992 el Presidente Fernando Collor de Mello, fue obligado a dimitir, por estar envuelto en corrupciones financieras, asumiendo el gobierno el Vice Presidente Itamar Franco, quien tras un breve período de transición a realizado una remodelación del gabinete, para afrontar los problemas económicos del país.

La creación de una nueva moneda el Real, con cotización igual al dólar , una apertura de mercados, facilitando el libre comercio y acabando con el proteccionismo que imperaba en el país, se han conseguido  unos primeros resultados satisfactorios, consiguiendo detener la inflación a tan solo el 1% mensual, y manteniendo la paridad de la moneda, consiguiendo de esta forma  incentivar la industria nacional, que anteriormente estaba paralizada ya que los brasileños preferían invertir en fondos monetarios antes que realizar inversión industrial, ya que la desmesurada inflación llevaba a  altos tipos de interés bancario.

El día 1º de enero de 1995, un nuevo Presidente Constitucional, asumió la Presidencia de La República, Fernando Henrique Cardoso, que fue reelegido en 1998.


En las elecciones de 2002, el candidato opositor Luis Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores venció al sucesor de Cardoso en el PSDB, José Serra. De nuevo Lula volvería a vencer en 2006, esta vez a Geraldo Alckmin, también del PSD, y en 2010 fue elegida la primera mujer Presidente de Brasil Dilma Rousseff del partido de los Trabajadores, que volvió a derrotar al candidato del PSDB, José Serra.

Desde el inicio del mandato de Lula hasta el día de hoy, Brasil ha incrementado su posición en los mercados mundiales, situándose como una economía emergente que se situa entre los 20 mayores países del mundo.

Por fin Brasil es un país del presente, después de haber sido siempre un país del futuro.

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