En la ciudad del río Neckar persiste un ambiente romántico que ha sido adorado por muchos poetas y pintores. El casco antiguo se ha conservado bien durante los últimos siglos y es muy fácil descubrirlo paseando por una de las zonas peatonales más largas de Alemania.
Deje que sus ojos vaguen: descubrirá los más bellos monumentos e iglesias a su alrededor. Entre medias, encontrará boutiques exclusivas, acogedores pubs estudiantiles, cervecerías, vinotecas y muchos más lugares que invitan a un agradable descanso.
Lo más destacado son las ruinas del castillo de Heidelberg, situado en lo alto de la ciudad. El acceso a las ruinas es fácil, se puede subir a pie o en el cómodo funicular que también lleva al «Königstuhl», la «montaña local» de Heidelberg. Desde arriba, se disfruta de una maravillosa vista sobre el río, las colinas boscosas y la ciudad, conocida como lugar innovador de la ciencia y la investigación.
La oferta de actividades culturales en Heidelberg es más variada que en cualquier otra ciudad de tamaño comparable, desde el evento musical «Heildelberger Frühling» (Festival de Primavera de Heidelberg) hasta el «Heidelberger Schlossfestspiele» (Festival del Castillo de Heidelberg) en verano, pasando por el festival «Enjoy Jazz». Especialmente encantadoras son las iluminaciones del castillo con final de fuegos artificiales, que se celebran en junio, julio y septiembre. En diciembre puede darse un capricho con un vino caliente y una bratwurst en el mercado navideño.
Castillo de Heidelberg
En el terreno de un castillo medieval, sobre las calles y una pintoresca maraña de tejados del casco antiguo, se yerguen hoy majestuosas las ruinas del castillo de Heidelberg. Aquí se encuentran testimonios arquitectónicos del gótico y del renacimiento. Es ineludible un paseo por los jardines del castillo y no se puede dejar de ver el Gran Tonel (el tonel más grande del mundo) y el singular Museo Farmacéutico.
Desde la destrucción a manos de los franceses, el probablemente más noble ejemplo de la arquitectura del Renacimiento es considerado el castillo en ruinas más grandioso de Alemania. La antigua residencia de los príncipes electores del Palatinado se encuentra por encima de la ciudad, donde numerosos poetas y pensadores del Romanticismo encontraron su inspiración. Desde allí se abre una vista maravillosa del laberinto de techos del casco antiguo de la ciudad, del río Neckar y del conocido camino de los filósofos. Especialmente interesantes son el Museo Farmacéutico Alemán con productos farmacéuticos de los siglos pasados y el “Gran Tonel", símbolo del espíritu vinícola de los príncipes electores
El casco antiguo de la ciudad y el puente viejo
Sobre el casco antiguo de la ciudad reina el castillo de Heidelberg. Sobre el camino de los filósofos que tiene una vista sobre la ciudad, paseaban ya poetas, pensadores y eruditos. El casco antiguo deja que el pasado reviva, sus numerosas callejuelas seducen con un romántico encanto. La calle principal Hauptstraße es considerada una de las más hermosas zonas peatonales y comerciales de Europa. En la ciudad universitaria, el escenario juvenil está presente en bares y snack-bares por doquier. Una parte de las murallas de la ciudad se ha conservado como puerta "Brückentor" medieval. Los predecesores del puente viejo estaban hechos de madera, pero como siempre eran destruidos por el efecto de las inundaciones, las heladas o por el fuego, el príncipe elector Carlos Teodoro hizo construir el actual puente de piedra (1786-1788).
La universidad
El 24 de junio de 1712 se puso la primera piedra del edificio de la universidad más antigua de Alemania, hoy llamado “Alte Universität”. Un punto de atracción es la fuente de los leones "Löwenbrunnen" en la plaza Vorplatz. En la cárcel estudiantil, detrás de la universidad los estudiantes de los años 1778 a 1914, tenían que pagar por sus delitos de caballeros
Tengo que reconocer que el castillo me decepcionó bastante, ya que por los muchos comentarios leídos, me esperaba más que una pared de lo que fue un fantástico castillo.
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