Por qué Fuerteventura?
Fuerteventura es la segunda isla más grande del archipiélago después de Tenerife (aprox. 98km de largo y 30 km en horizontal desde el punto más ancho) y generalmente es considerada como la más antigua de todas las Islas Canarias. Su contorno irregular es debido a varios episodios volcánicos, la última erupción ocurrió hace 7.000 años.
Fuerteventura tiene uno de los litorales más impresionantes de toda Europa y no hay ninguna otra isla en el archipiélago con playas tan grandes y con esa arena dorada (más de 150). Desde las dunas de arena blanca de Corralejo en el norte, hasta los kilómetros de playas llanas de Jandía en el sur, Fuerteventura es un destino ideal para los amantes de la playa.
Los deportes son muy populares en Fuerteventura. Cada año miles de surfistas, windsurfistas, kitesurfista y submarinistas bajan a Fuerteventura. Sotavento, en el Sur, ha sido la sede para los eventos de Grand Slam de la P.W.A ( Asociación profesional de Windsurfing).
Hay muchas otras atracciones que invitan a los turistas a descubrir los diferentes aspectos del paisaje y la cultura de la isla, tal como el Museo de arqueología y etnografía de Betancuria y el pueblo artesano de Tefia.
Desde Fuerteventura, es fácil hacer una excursión de un día a Lanzarote en uno de los ferrys de línea regular o un corto viaje a la pequeña y deshabitada isla de Lobos, llamada así, porque vivían allí numerosos lobos marinos, también llamados focas monje.los lugareños es Septiembre…
Fuerteventura también se caracteriza por sus largas llanuras onduladas, repletas de molinos, en donde hacen el gofio, la harina de cereales tostado que aún hoy en día es un ingrediente imprescindible de muchos y exquisitos platos isleños.
Sus pequeños pueblos costeros te mostrarán una arquitectura típica junto a iglesias y castillos. Además Fuerteventura también dispone de una interesante red de museos que sin lugar a dudas te cautivaran.
Entre volcanes
Hacia el oeste, en dirección a El Cotillo, se alcanza el volcán Calderón Hondo, uno de los mejor conservados y a cuya cima rojiza se puede ascender siguiendo un estrecho sendero. Las vistas desde lo alto son espectaculares. El camino se puede hacer circular (unos cinco kilómetros) y es bastante fácil, incluso para niños. La subida hasta el cráter (70 metros de profundidad y aproximadamente una hora y media de duración) también es factible, aunque, si hace viento, es mejor no rodearlo. Por cierto, al llegar se te acercarán ardillas buscando que les des de comer.
Están acostumbradas a los turistas.
Acantilados de El Cotillo
En la parte noroccidental de la isla domina un paraje extraordinario, en el que se respira el auténtico espíritu marinero y pesquero de Fuerteventura.
Es el típico pueblecito que se ha formado alrededor de un entrañable puerto. Desde allí la carretera transita por los acantilados y las playas de los Lagos. A unos cinco kilómetros al norte de El Cotillo, en Punta Ballena, un rincón interesante para detenerse un buen rato es el faro del Tostón, donde está el museo de la pesca tradicional y que muestra el instintivo vínculo que desde siempre han tenido los habitantes de esta isla con el mar.
El mar de dunas en Corralejo
Son 35 los kilómetros que separan Puerto del Rosario y Corralejo. El parque natural de las Dunas de Corralejo es un imprescindible. Es el magnetismo del desierto en estado puro. No en vano, África está a escasos 100 kilómetros de allí. Declarada reserva natural en 1994, lo que se vive allí son sensaciones de paz y tranquilidad. La franja cuenta con poco más de ocho kilómetros y el paisaje se rompe por las piedras rojizas del malpaís de Montaña Roja, una de las muestras de vulcanismo reciente en la isla.
A medida que avanzamos hacia el norte, va apareciendo una costa espectacular con grandiosas playas kilométricas con vistas a la costa sur de Lanzarote y a la isla de Lobos.
Excursión a isla de Lobos
Nosotros hicimos la excursión en 2020, pero si tienes un hueco, vale la pena coger un water taxi -15 € ida y vuelta– y visitar este pequeño paraíso. No se tardan más que 10 minutos en llegar. De hecho, puedes pasar el día allí porque ofrece una gran variedad de rutas de senderismo (la playa de la Concha está muy bien), hasta el faro Martiño y el volcán la Montaña de la Caldera (100 metros de altura).
También es muy recomendable ponerse unas gafas de bucear y hacer snorkel explorando el paisaje subacuático.
Encontrarás un restaurante bastante bueno en lo que a pescado se refiere, que conviene reservar justo al bajar del ferry, ya que no se admiten reservas por teléfono, y el aforo es pequeño. Hay críticas de todos los colores, pero la única alternativa a este lugar son, llevarte bocadillos y bebidas.
La montaña sagrada de Tindaya
Ahora el horizonte se alarga hacia un sur interminable. Tras bordear acantilados y calas por una carretera serpenteante, si nos desviamos ligeramente hacia el interior, el terreno se adentra en un paisaje plano típicamente majorero. En cierta manera, es como estar en el norte de África, un terreno árido, apenas ondulado por tímidas colinas, salpicado de palmeras y huertos verdosos. Es la llanura de Esquinzo. Un lugar monótono hasta que topa con la montaña grande -con 400 metros sobre el nivel del mar – cuya forma recuerda a una pirámide. Los antiguos pobladores, a principios del siglo XV, le otorgaron poderes espirituales que trascienden a la roca y la bautizaron como Tindaya (montaña grande en la lengua de aquellas gentes). Es recomendable ascender la montaña para observar los podomorfos, símbolo característico e identificativo, tanto de la isla, como de la zona sagrada, es un símbolo cultural importante.
Cerca de Tindaya se encuentra Oliva, que es el Municipio Norte, si aun está abierto, porque yo comía allí, hace años, el bar enfrente de la iglesia, que es un bar chiquitito, pero hacían tapas ricas, y recomendar probar la carne de cabrito, plato típico, por la ganadería la zona. Seguramente la carne de cabrito se hará en otros sitios, pero recomiendo que sean típicos y alejados del turismo de perfil extranjero. También hay diferentes casas que producen queso artesanalmente.
El encanto de Betancuria
Es uno de los pueblos más bonitos de las Canarias. Fundado en 1404, fue la primera capital del archipiélago y tuvo la primera catedral de las islas -la iglesia de Santa María-, que es una verdadera maravilla. Pero ante todo lo que vale la pena es darse una vuelta por unas calles estrechas y repletas de flores, que se mantienen con las fachadas encaladas de blanco y sus balconadas de madera originales. Ojo, si quieres catar la gastronomía majorera, sugiero detenerse en el restaurante Casa Santa María –cuenta con una terraza muy apetecible-, donde sirven buena comida canaria, en especial el mojo con papas, la crema canaria, el cabrito al horno y el queso majorero.
‘Star Wars’ en la península de Jandía
Ya estamos en pleno sur. Allí, en Jandía, en el valle de Pecenescal, las zonas de Cofete y la Pared, se rodó la película Han Solo, el último episodio de la saga de La Guerra de las Galaxias. Este parque natural es fascinante, salvaje y de una tonalidad parda alucinante. Son 12 kilómetros de playas vírgenes, inacabables, que parecen un mundo dividido en dos: la cordillera y el interior, la costa y el mar. Es como un rincón perdido.
La isla cuenta con más de 150 playas, Pero Cofete, al norte de la península de Jandia, ha sido elegida por los usuarios de Tripadvisor como la cuarta mejor playa de España. Y, por cierto, en el séptimo puesto, está otra playa de Fuerteventura: la playa de Sotavento, en Costa Calma (al este).
De vuelta por el Faro de la Entallada
Como colofón, se remonta la costa este de la isla para dirigirse de nuevo rumbo norte hacia la capital, Puerto del Rosario. Es una zona muy turística, con playas como la caleta del Fuste o Costa Calma. Sin embargo, hay un punto donde es aconsejable detenerse sin falta: el faro de la Entallada, construido sobre la cima de un acantilado a más de 200 metros de altura, tal vez el más bonito de Fuerteventura. Es la parte oriental de la costa más cercana a la costa africana. Se trata de un enclave privilegiado cuyo escenario lo forma un valle de volcanes y calderas, lo que permite llevarse el recuerdo de unas vistas espectaculares y muy significativas de lo que es esta isla.
® Fuente: Luís Martí—La Vanguardia Mayo 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario