Uno de los puntazos que tienen los Picos de Europa es que te dan todo tipo de posibilidades: son el escenario perfecto tanto si quieres ir de escalada a subir o bajar escarpadas pendientes, como si buscaras un bucólico valle para un paseo tranquilo con los niños. Situados entre Asturias, León y Cantabria, los Picos de Europa tienen algo para todo el mundo, y ese algo siempre es mucho más impresionante de lo que te esperas.
Hay mucho que ver allí con la boca abierta, pero si tuviésemos que elegir cinco puntos imprescindibles que todo visitante nunca debería perderse, te proponemos los siguientes:
Sería imperdonable privarte de visitar los Lagos de Covadonga. Los lagos son dos más uno, porque el tercero sólo se llena de agua durante el deshielo o en una época de lluvias muy fuertes. Si quieres verlos en coche, mejor vete cuanto antes, porque en temporada alta la carretera se cierra y sólo se puede conducir hasta ellos a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, aunque hay buses desde Cangas de Onís que van parando por todos los pueblos.
Con sus 2519 metros de altura, los asturianos lo conocen como Pico Urriellu, y no es que se llame así por la presencia de naranjos en sus laderas: se especula que su nombre puede provenir del término Naranco o acaso del color anaranjado de su piedra. Al precioso pueblo de Bulnes puedes llegar andando o mediante un funicular subterráneo, y desde aquí solo tienes que caminar unos 15 minutos para tener las mejores vistas del impresionante Naranjo.
No todo iban a ser montañas en nuestra lista, así que citamos como imprescindible un buen paseo por este río que nace en los Picos de Europa. Es uno de los mejores de España para pescar salmones, y su puente romano a la altura de Cangas de Onís es una de las imágenes más emblemáticas de Asturias. El río Sella es sobre todo conocido por su famoso y multitudinario descenso en canoa, que tiene lugar el primer sábado de agosto si no coincide que es día 1 ó 2. Pero el descenso lo puedes hacer más tranquilo en otras épocas del año para disfrutarlo a tus anchas sin tener que ir esquivando otras canoas.
A este desfiladero lo llaman también Garganta Divina. La ruta son solamente doce kilómetros que unen León y Asturias. Es recomendable caminarlo con botas de montaña pero no tiene peligro y se puede hacer con niños. El camino está bien marcado y si lo quieres hacer entero y volver andando te parece demasiado, puedes tomar un taxi al final del camino para que te lleve hasta tu coche. Las vistas a las aguas cristalinas del rio a tus pies, las caídas vertiginosas de los canales cayendo en el río, las cimas a 2000 metros de altura… seguro que te harán experimentar sensaciones únicas. Si lo empiezas en León, tienes que ir hasta Caín, y desde Asturias lo puedes empezar en Poncebos o Arenas de Cabrales.
Si quieres sentirte como volando sobre los paisajes mas impresionantes del macizo central de los Picos de Europa, ve al pueblo de Fuente Dé, en la comarca de Liébana, y toma el teleférico que sube al mirador de El Cable. El alucinante paseo dura unos cuatro minutos y sube un desnivel de 753 metros. En determinados momentos el teleférico no funciona, básicamente por razones metereológicas, pero debes tener en cuenta que puede ser que en Fuente Dé este lloviendo y con una densas nubes, pero, que arriba a más de 700 metros puede lucir un sol para asarse, yo lo he vivido en una ocasión, y es un espectáculo, a medio camino estar envuelto por unas densas nubes, y allí encontrarte con un sol de justicia,, una imagen imborrable.
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