El Archivo General de Indias de Sevilla se creó en 1785 por deseo del rey Carlos III, con el objetivo de centralizar en un único lugar la documentación referente a la administración de las colonias españolas hasta entonces dispersa en diversos archivos: Simancas, Cádiz y Sevilla.
El archivo conserva unos 43.000 legajos, con unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden, fundamentalmente, de los organismos metropolitanos encargados de la administración de las colonias. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, junto a la Catedral y los Reales Alcázares.
La Casa Lonja de Mercaderes de Sevilla, construida en época de Felipe II, entre 1584 y 1598, fue elegida como sede del archivo, tarea que desempeña hasta el día de hoy.
Se trata de una edificación exenta, con planta y patio central en forma cuadrada, asentado sobre un podio, cuenta con dos pisos de altura, combina en su exterior ladrillos rojos y elementos de piedra, combinación que se continuaría en distintos edificios sevillanos. En su interior está el patio central, construido en piedra y de amplias proporciones, mostrando arcos sujetados en los pilares con medias columnas. Destaca la actual escalera principal del edificio, proyecto de Lucas Cintora.
Entre 1999 y 2005 tienen lugar las obras de conservación y recuperación del inmueble llevadas a cabo por el arquitecto Antonio Campos Alcaide. En ellas se plantea una redefinición del programa funcional del edificio, con la intención de salvaguardar el edificio sin ninguna alteración espacial y aprovechando la existencia de un pequeño sótano.
AYUNTAMIENTO
En siglo XV, con el descubrimiento de América y la importancia y riqueza que va adquiriendo la ciudad, se decide crear una nueva sede del Cabildo, más amplia y de mayor calidad. Se decide colocar el Ayuntamiento de Sevilla en la plaza de San Francisco, que era lugar céntrico y comercial. Su construcción supuso la independencia del poder civil frente al religioso.
Durante el siglo XIX el Convento de San Francisco sufrió una ocupación militar, dos incendios y la exclaustración debida a la desamorización de Mendizábal, con lo que estaba casi en ruinas. Un primer proyecto se aprueba por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al año siguiente, pero no puede ser llevado a cabo por problemas económicos del Ayuntamiento, aprobándose un segundo proyecto en 1855.
Las obras sufrieron continuas interrupciones y el proyecto tuvo varias reformas. En la parte de la plaza de San Francisco se decidió hacer una fachada que prolongase el edificio plateresco; sin embargo la decoración de este sector nunca llegó a terminarse y hoy podemos ver la fachada con los bloques de piedra preparados para ser tallados. La fachada principal que da a la plaza Nueva se culminó en 1867, y la decoración del Salón Colón en 1871.
El edificio del Ayuntamiento de Sevilla constituye una de las muestras más notables de la arquitectura plateresca en Andalucía. El edificio inicial ocupa el sector meridional del actual Ayuntamiento, con el “arquillo” que comunicaba con el compás del monasterio franciscano. Se guardan en el edificio algunos elementos de elevado interés artístico e histórico, como el pendón de la ciudad. Bien de Interés Cultural, el Ayuntamiento de Sevilla está catalogado como Monumento desde su publicación en 1931.
La Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, también conocida popularmente como Basílica de La Macarena es un templo católico situado en el número 1 de la calle Bécquer, en el barrio de La Macarena. El edificio constituye la sede de la Hermandad de La Esperanza Macarena, que hace estación de penitencia en La Madrugada del Viernes Santo con las imágenes de María Santísima de la Esperanza Macarena y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia.
Su construcción fue iniciada en 1941, cuando el 13 de abril, Pedro Segura y Sáenz, arzobispo de Sevilla, bendijo los terrenos en los que se edificó y colocó la primera piedra del templo; y finalizada el año 1949, siendo bendecida el 18 de marzo por el mismo arzobispo y actuando como padrinos Queipo de Llano y Serafina Salcedo, y consagrada por el cardenal José María Bueno Monreal, arzobispo de la ciudad, el 7 de octubre de 1966. La obra fue llevada a cabo por el arquitecto sevillano Aurelio Gómez Millán, y se trata de un edificio de una sola nave con capillas laterales. El templo obtuvo la dignidad de Basílica Menor por una bula de 12 de noviembre de 1966 concedida por el papa Pablo VI, siendo de este modo el primer templo sevillano en ostentar esta dignidad.
BASÍLICA DEL GRAN PODER
El edificio data del año 1965, basado en el proyecto de los arquitectos Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado y Roig y su construcción está inspirada en el Panteón romano de Agripa. Junto a él se sitúa la Parroquia de San Lorenzo (siglo XIII), de estilo gótico-mudéjar, que fue reformada en el siglo XVI. El conjunto se ubica en la Plaza de San Lorenzo, cerca de la Alameda de Hércules, en el casco antiguo de la ciudad. En 1992 el Papa Juan Pablo II declaró el templo como Basílica menor, siendo el segundo de Sevilla en tener esta dignidad, tras la Basílica de La Macarena.
La plaza de San Lorenzo fue en tiempo de los árabes, patio de abluciones de otra mezquita de anterior existencia (de la que queda el antiguo alminar árabe) sobre la que se edificó la ya nombrada Parroquia de San Lorenzo. Dentro de la Basílica se venera la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (con la cruz al hombro), talla realizada por Juan de Mesa en 1620 y que es sacada en procesión en la madrugada del Viernes Santo. Igualmente, son veneradas las imágenes de San Juan Evangelista y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. El resto del año los elementos de los pasos de gran valor orfebre y económico se exhiben en una sala-museo cercana a la Basílica.
CALLEJÓN DEL AGUA
La Calle Agua se encuentra en el barrio de Santa Cruz, en el distrito Casco Antiguo de Sevilla. Con unos 140 metros de longitud, comienza en la Plaza de Alfaro y desemboca en la calle Vida. También llamada "Callejón del agua" y antiguamente "Muro del agua". Es un adarve, es decir, una calle que circula pegada a la muralla de la ciudad. Este tramo de la muralla lleva en su interior dos tubos que conducían el agua de los Caños de Carmona hasta los jardines de los Reales Alcázares; y de aquí tomó el nombre la calle. Hasta la reforma del Barrio de Santa Cruz en los primeros años del siglo XX.
Los jardines son fruto también de una cesión en 1911 de otra porción, situada al noroeste, de la Huerta del Retiro del Alcázar, tienen una extensión de 8.854 metros cuadrados, se construye entonces un nuevo muro de cerramiento de los jardines del Alcázar, desde el callejón del Agua hasta el Paseo de Catalina de Ribera, tal y como se encuentra en la actualidad.
Al final de este callejón se encuentran los jardines de Murillo, que presentan una composición basada en caminos en retícula formados mediante setos y pavimentos.
El antes Concejal del Ayuntamiento de Sevilla y abogado, Baldomero Laguillo Bonilla fue el que propuso el nombre de Jardines de Murillo a dichos jardines por encontrarse cerca de la casa donde nació el célebre pintor Bartolomé Esteban Murillo.
CASA DE LOS PINELO. REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES SANTA ISABEL DE HUNGRIA
Es una corporación pública, que se integra en el conjunto de entidades que se encuentran asociadas al Instituto de España y cuyos objetivos son el fomento y la difusión de las Bellas Artes mediante actividades de promoción, difusión y divulgación pública, estudios, conservación y restauración de obras de arte y materiales que constituyan parte del legado cultural de Sevilla. Se encuentra ubicada en la Casa-Palacio de los Pinelo.
Sus orígenes se hallan en la Academia de Pintura creada por Bartolomé Esteban Murillo, Francisco de Herrera el Mozo, Juan de Valdés Leal y otros artistas de la época en la Lonja de Sevilla con el fin de favorecer la enseñanza de las bellas artes.
La Academia sobrevivió a sus propios creadores y, continuada su labor por otros artistas hispalenses, el periodo ilustrado español permite que, en 1771, el rey Carlos III, al igual que hiciera con otras instituciones similares como la de Bellas Artes de San Carlos, la Academia quedase bajo su protección.
La Escuela se convierte en Academia en 1843, durante la Regencia de María Cristina de Borbón, dentro de la reforma liberal de la época y se le denominó Real Academia de Nobles Artes de Santa Isabel, como homenaje a la todavía menor de edad reina Isabel II.
La consideración de Academia amplía sus cometidos, encargándose a partir de ese momento del cuidado y mantenimiento del patrimonio histórico-artístico de la ciudad y creando el Museo de Bellas Artes.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, se cambia de nuevo el nombre por el de Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría .
La unificación de normas que rigen las distintas Academias se manifiesta con el establecimiento de una regulación más homogénea para todas ellas, siendo los estatutos de la de Santa Isabel de Hungría asimilados a los de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1942.
La Casa de Pilatos es una combinación de los estilos renacentista italiano y el mudéjar español. Es considerada prototipo de palacio andaluz. La construcción del palacio se inició en 1483, por iniciativa y deseo de Pedro Enríquez de Quiñones (IV Adelantado Mayor de Andalucía) y su segunda esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. La obra se levantó sobre varios solares que habían sido confiscados por la Inquisición. El fallecimiento en 1493 de Pedro Enríquez, llevó a que Doña Catalina fuese la encargada de acometer la configuración inicial del palacio. Su hijo Fadrique Enríquez de Ribera y su nieto Per Afán de Ribera y Portocarrero ampliaron y completaron la decoración de la Casa.
Fadrique Enríquez (primer Marqués de Tarifa) fue un noble a caballo de la baja Edad Media y la modernidad, representada por el Renacimiento. Entre los años 1518 y 1520 realizó un viaje de peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén, en el que atravesó toda Italia, y en el que quedó profundamente impresionado del arte renacentista que imperaba en las ciudades italianas. A su regreso trasladó esas maneras renacentistas que había observado a la Casa de Pilatos, combinando el estilo renacentista italiano con el mudéjar sevillano, en las ampliaciones que realiza del palacio, ocupando varios solares anexos al mismo. Per Afán de Ribera, sobrino y heredero de Don Fadrique, fue un gran coleccionista de arte que acopió durante su estancia como virrey de Nápoles, realizó reformas entre 1568 y 1571 que acogieron su vasta colección.
CASA DE LAS SALINAS
El mejor Renacimiento se combinó con el Gótico y el Mudéjar en una armonía de estilos única en el mundo. En ese contexto se levantó la Casa de Salinas. Situada en el área monumental del casco Antiguo de Sevilla, a dos pasos de la catedral, La Giralda y Los reales Alcázares, esta casa compartió junto a otras mansiones un barrio de gente ilustre y acaudalada. Baltasar Jaén, primer propietario de la casa y fundador de mayorazgo propio, perteneció a uno de estos linajes.
A principios del siglo XX la casa pasó a ser propiedad de la familia Salinas, que la sometió a un delicado y minucioso proceso de restauración para devolverle su aspecto original, que había sido alterado en parte con intervenciones realizadas a lo largo de sus cuatrocientos años de historia, y muy especialmente hacia 1900. En la actualidad, luce sus primitivas estructuras del siglo XVI con elementos propios de la época de su construcción, armonizados estéticamente como se refleja en sus interiores cálidos y confortables.
CASINO DE LA EXPOSICIÓN
El Casino de la Exposición fue, durante la Exposición Iberoamericana de 1929, sede del Pabellón de la ciudad de Sevilla, junto con el anexo teatro Lope de Vega. Está situado en la glorieta de San Diego, en la entrada al parque María Luisa. El Casino de la Exposición es obra del arquitecto valenciano Vicente Traver y Tomás en 1926 y en sustitución de Aníbal González, quien utilizó elementos de estilo barroco no sólo en la ornamentación sino en todo el conjunto, como el salón circular del Casino y el pórtico columnario con que se abre, le imprimió el carácter barroco levantino típico de sus edificios. El edificio esta compuesto por un hall cerrado con una cúpula decorada con cerámica.
Durante la exposición estaba iluminado, como otros edificios de la exposición, el Liberal del domingo 31 de marzo destacaba la luz de los potentes reflectores, además del bello aspecto del Hall encendido. La guerra civil al igual que otros edificios como la Casa de Pilatos, donde se perdieron frescos flamencos por pintar las paredes de blanco, se convirtió en Hospital. Tras la guerra quedo en desuso, tras múltiples restauraciones parciales y usos varios como feria de muestras en el año 1985 se procedió a la restauración integral de cara a la exposición de 1992, en 1988 se finalizó la restauración.
CASTILLO DE SAN JORGE (CENTRO TEMÁTICO DE LA TOLERANCIA)
La importancia defensiva del Castillo fue disminuyendo con los siglos y en 1481 se convertiría en sede de la Inquisición Española, que lo abandonaría en 1626.Tras esto, fue cedido al Conde Duque de Olivares. En 1639 volvería a ser de la Inquisición hasta su marcha definitiva en 1785. En el siglo XIX el Castillo fue demolido para crear un ensanche desde la Plaza del Altozano hasta la Calle Castilla
En 1823 se instala en el solar del Castillo el Mercado de Triana, que ha seguido en funcionamiento hasta la actualidad. En 2009 el Ayuntamiento de Sevilla inaugura el proyecto del Castillo de San Jorge, creando así un centro de interpretación de las ruinas y de la represión religiosa que supuso la Inquisición Española.
En 1805 Beethoven estrena su ópera Fidelio, sobre una prisión sevillana donde a finales del siglo XVIII existen presos de conciencia. Si bien no lo nombra específicamente en el texto, es muy probable que el compositor se estuviera refiriendo al Castillo de San Jorge).
CATEDRAL
También conocida como Catedral de Santa María de la Sede. Por su tamaño es la catedral católica más grande del mundo y el tercer templo cristiano tras San Pedro en Roma y San Pablo en Londres.
Desde la conquista de la ciudad, el 23 de noviembre de 1248, el edificio de la aljama, o Mezquita Mayor, pasó a ser catedral de la archidiócesis del Reino de Sevilla. El edificio cambió la orientación litúrgica de la mezquita, que era hacia el sur por la orientación cristiana hacia el este, colocando la Capilla Mayor en el lado de levante.. Con el paso del tiempo los muros, paredes y pilares se fueron cubriendo de retablos y pinturas. A finales del siglo XIV la mezquita estaba muy estropeada, con riesgo de ruina. El Cabildo catedralicio pensó derribar el edificio almohade para construir una catedral de formas cristianas.
Su construcción será llevada a cabo en varias fases a lo largo de más de 500 años. Dando lugar a la mezcla de varios estilos arquitectónico que la dotan de una especial belleza. Estas fases son:
Gótica (1403-1528) conforme se iba desmontando el edificio almohade simultáneamente se iba edificando la nueva catedral Renacentista (1528-1593) Corresponde al periodo iniciado en 1528, cuando se crea una notable serie de dependencias anexas al templo gótico como son: la Sacristía Mayor, la Sala Capitular y otras dependencias anejas, y el conjunto de la cabecera con la Capilla Real, Barroca (1618-1758) Corresponde casi exclusivamente a la construcción de la Parroquia del Sagrario.
Académica (1758-1823) Son obras neoclásicas.
Neogótica (1825-1928) Etapa dedicada a la terminación de las partes que habían quedado inconclusas en las etapas anteriores.
El patio de los Naranjos es el sahn de la antigua mezquita Mayor, o aljama, de Isbiliya. Al edificarse el edificio gótico pasó a ser empleado con funciones de claustro, aunque al estar abierto a la ciudad siempre ha sido lugar de paso, plaza pública, lugar de mercado y patio de juegos infantiles.
En la calle Ximénez de Enciso, en pleno barrio de Santa Cruz, puede visitarse el Centro de Interpretación de la Judería de Sevilla, un proyecto de titularidad privada que tiene como objetivo primordial recuperar y poner en valor toda la cultura de este colectivo, que vivió una época esplendorosa en España hasta que fue expulsado. Cabe destacar que en el barrio de Santa Cruz es donde se ubicó la Judería hispalense y que llegaba hasta la zona de San Bartolomé.
El objetivo es dar a conocer una parte de la cultura judía que ha quedado muchas veces olvidada y forma parte de la historia de España como es nuestro pasado judío. Se expone una serie de piezas y objetos que narran cómo era la Judería de Sevilla, sus límites físicos en la ciudad, su historia, sus figuras más destacadas, sus leyendas, sus logros sociales y culturales y las persecuciones que en ellas se vivieron, tejiendo un hilo narrativo que hará que el visitante aprenda en la visita sobre el pasado de una de las zonas más bellas de Sevilla.
El centro cuenta en su colección con una joya de la pintura española: «La expulsión de los judíos de Sevilla», un cuadro de Joaquín Turina Areal, pintor de la Escuela Sevillana del XIX. «Es una de las escasas obras pictóricas que han tratado el tema de la expulsión de los judíos en España, y el lamento de éstos por la pérdida de la que fue su patria, España, desde el siglo I después de Cristo».
CENTRO DEL MUDEJAR – PALACIO DE LOS MARQUESES DE LA ALGABA
Este museo viene a culminar los deseos expresados por el Consistorio, allá por febrero del año 2012, cuando hizo público su interés por reorganizar el patrimonio arqueológico de la ciudad, que desde 1945 se encontraba depositado en los almacenes del Museo Arqueológico hispalense y también, desde 1975, en los del Museo de Artes y Costumbres Populares.
Así, 20 piezas vienen de la colección arqueológica municipal, conservadas en depósito en los almacenes del citado Museo Arqueológico, entre las que destacan algunas tinajas, sellos y utensilios domésticos de la época de especial valor. Además, y también procedentes del mismo museose mostrarán prestadas otras 44 piezas entre las que figura una pila bautismal regalada por el pintor Virgilio Mattoni, canes polícromos del siglo XV que estaban en la sevillana iglesia de San Marcos, fragmentos de yeserías procedentes del convento de Madre de Dios y otros elementos de madera de especial singularidad, que se exhibirán con las piezas ahora restauradas por la Delegación de Participación Ciudadana.
Del Museo de Artes y Costumbres Populares se muestran 19 azulejos que son un buen ejemplo de las técnicas de arista, cuerda seca y azulejos por tabla.
Y del Museo de Bellas Artes de Sevilla se expone una acuarela de Joaquín Guichot del año 1872, que representa la fachada del Palacio de los Marqueses de la Algaba, sede del nuevo museo. Finalmente el conjunto se completa con las 20 piezas pertenecientes a la colección municipal que se hallaban en la Torre de don Fadrique de Santa Clara, donde pueden verse lápidas góticas, rejas, basas de pomas, capiteles de cardina y renacentistas; un ejemplo de la coexistencia cultural y del fenómeno de mestizaje vivido por la sociedad mudéjar, donde coexisten alarifes y maestros que trabajan a la manera morisca y a la moderna, usando de forma avanzada para el momento la estética del renacimiento.
EL RÍO GUADALQUIVIR
Es el único río de España con un tráfico fluvial significativo. A pesar de que en la actualidad sólo es navegable desde el mar hasta Sevilla, en tiempos de los romanos era navegable hasta Córdoba y en momentos de crecidas las naves podían llegar hasta Andújar. Su curso alto comienza a unos mil trescientos cincuenta metros sobre el nivel del mar, en la Sierra de Cazorla, donde confluyen varios arroyos de curso intermitente en verano. Su nacimiento se encuentra en la Cañada de las Fuentes, término municipal de Quesada. Antes de que el río parta desde este, su manantial, el Guadalquivir recibe aguas desde las zonas más altas de las Sierras de Cazorla y el Pozo. Sevilla, es el lugar donde el Guadalquivir cobra una mayor importancia y es que a fin de facilitar la navegación fluvial hasta su desembocadura, su cauce ha sido modificado por la acción del hombre construyéndose canales, esclusas y dragándose su fondo.
Tras atravesar las poblaciones de Coria y La Puebla del Río, se divide en varios brazos y zonas semipantanosas llamadas las Marismas del Guadalquivir; desde donde se dirige a morir hacia al Océano Atlántico, junto a Sanlúcar de Barrameda y siempre bajo la hermosa presencia del Parque Nacional de Doñana. El Guadalquivir es el río más importante de Andalucía y uno de los importantes de España, pero en Sevilla el Guadalquivir es algo más que un río. Es vida e historia de la ciudad y está presente en todas sus manifestaciones artísticas.
COSTURERO DE LA REINA
En el siglo XIX Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, se instala a vivir en el Palacio de San Telmo de Sevilla. Los enormes jardines del Palacio serían adaptados conforme a los gustos románticos. En 1893 edifican en el área de los jardines cercana al Río Guadalquivir un pequeño castillete para el guarda, siendo el arquitecto Juan Talavera y de la Vega. Es el primer edificio neomudéjar de Sevilla, pudiéndose apreciar el estilo árabe en los grandes ventanales. En 1890 fallece el Duque de Montpensier y en 1893 su esposa, Luisa Fernanda de Borbón, cede los jardines del Palacio a la ciudad de Sevilla.
Tras esto, se aparta una pequeña extensión al Norte que continuará siendo jardín privado del Palacio de San Telmo, hoy sede del Gobierno de la Junta de Andalucía, la mayor parte de los jardines pasarían a convertirse en el Parque de María Luisa y el castillete y una pequeña extensión de jardín circundante se cercarían. La zona es poblada de otros edificios neomudéjares, como la Plaza de España, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
Actualmente es utilizado como Oficina Municipal de Información Turística del Ayuntamiento de Sevilla. Se realizó una restauración durante la primavera de 2007 para arreglar algunas deficiencias estructurales y acondicionarlo como dependencia del Consorcio de Turismo y como mirador. Además de sus funciones como Oficina Municipal de Información Turística en la planta baja, se ha habilitado la primera planta como sala de exposiciones y dependencias administrativas de Turismo.
Aprovechando las obras, la azotea ha sido habilitada como mirador. También se han recuperado los jardines que forman parte del recinto así como se ha renovado su iluminación. El Costurero de la Reina inspiró la portada de la Feria de Abril del año 2008.
HOSPITAL DE LA CARIDAD
Sede de la Hermandad del mismo nombre, constituye un conjunto arquitectónico y artístico cumbre del arte barroco español, fundada en Sevilla a mediados del siglo XV tenía entre sus cometidos la asistencia a enfermos abandonados y el enterramiento de ajusticiados y ahogados así como elevar sufragios por sus almas. Tuvo su sede en una capilla, dedicada a San Jorge, construida en una de las Atarazanas Reales. Las tres grandes salas del hospital se construyeron aprovechando las naves de las Atarazanas Reales de Sevilla que se habían construido en época de Alfonso X. En 1644, por ruina de la antigua capilla, se decide la construcción de una nueva iglesia según planos de Pedro Sánchez Falconete. Miguel Mañara, elegido como hermano mayor en 1663, se convirtió en el principal impulsor del proyecto y agilizó las obras del templo. Los planos de la Iglesia fueron reformados por iniciativa de propio Mañara y la fachada fue rematada por Leonardo de Figueroa. Destaca el patio de acceso, dividido en dos partes separadas por un pasaje volado sobre columnas. El patio se encuentra flanqueado por tres de sus lados por columnas toscanas rematadas con arcos de medio punto y decorado con siete paneles de azulejos de 1700, de origen holandés, que representan escenas bíblicas que en un principio pertenecieron al Convento de los Descalzos de Cádiz. En cada uno de los espacios del patio se levanta una fuente de mármol con grupos escultóricos de la Fe y la Caridad, respectivamente, realizadas en Génova en 1682. Desde el patio se accede a la antigua sala de cabildos, en la que se conservan distintos algunos objetos relacionados con Miguel de Mañara, como una de las espadas que le pertenecieron o la mascarilla mortuoria Las paredes recogen interesantes pinturas entre las que destaca un retrato de Mañara pintado por Valdés Leal y un crucificado obra de Zurbarán.
HOSPITAL DE LAS CINCO LLAGAS (PARLAMENTO ANDALUZ)
El antiguo Hospital de las Cinco Llagas, también conocido como Hospital de la Sangre, es un edificio que se encuentra situado en la ciudad de Sevilla y que actualmente constituye la sede del Parlamento de Andalucía.
Su construcción se inició en 1546 por voluntad de Don Fadrique Enríquez de Ribera, muerto en 1539. Fue diseñado por Martín de Gainza, quien dirigió las obras hasta su muerte, en 1556. Dos años más tarde se encarga la continuación de la obra a Hernán Ruiz II, inaugurándose aunque incompleto dos años más tarde.
Su planta es rectangular y se articula en torno a 10 patios, de los que solo se construyeron nueve, si bien sólo se conservan en la actualidad ocho. El elemento más característico del edificio es sin duda su iglesia, situada en el patio central de los siniestros, exenta, posee planta de cruz latina y un amplio carácter renacentista. Es más alta que el resto del edificio. En su interior es donde se celebran actualmente los plenos, destaca su retablo mayor, construido por Diego López Bueno con pinturas de Alonso Vázquez según diseño de Asensio de Maeda.
El edificio funcionó como hospital hasta el año 1972. Tras años de abandono, en 1986 se redactan los proyectos para su conversión en la sede del Parlamento de Andalucía, inaugurándose el 28 de febrero (día de Andalucía) de 1992. La restauración total del edificio finalizó en el año 2003, con la conclusión de los trabajos de recuperación de los patios y estancias que no se habían acometido durante los años ochenta.
Para la construcción de la nueva fábrica presentaron sus diseños los arquitectos Luis de Villafranca, Martín de Gaínza, Francisco Rodríguez Cumplido y Luis de Vega, siendo elegido entre todos ellos el proyecto de Martín de Gaínza, quien se encarga del comienzo de las obras en 1546, dirigiéndolas hasta su muerte en el año 1556. En todo ese tiempo levantó los patios de poniente, las fachadas y las torres, sin los remates.
De un refinamiento exquisito e insuperable clasicismo, su racionalidad y mesura sirvió de exponente de una nueva arquitectura, contrapuesta a la abigarrada y caótica ciudad medieval de intramuros que existía en la Sevilla de su época; y representa una de las mejores muestras de la arquitectura renacentista en toda Andalucía.
IGLESIA DE OMNIUM SANCTORUM
Levantada durante la segunda mitad del siglo XIII, este es uno de los templos más antiguos de la ciudad y de los que mejor conservan el aspecto medieval de las construcciones religiosas de aquella época.
A consecuencia del terremoto del año 1356 la iglesia fue reconstruida durante los siglos XIV y XV. Más tarde, fue incendiada y saqueada en 1936 reponiéndose de nuevo sus cubiertas en el año 1993.
Su silueta es de las más representativas de las iglesias medievales sevillanas. Presenta una fachada principal muy interesante, con la habitual portada de piedra adelantada respecto al resto del paramento y arcos apuntados en el centro con arquivoltas abocinadas. Sobre ella tiene una singular ventana mudéjar de pequeñas dimensiones y abundante decoración, y un rosetón gótico para la iluminación de la nave central, así como dos más pequeños para las naves laterales. Cuenta esta iglesia, además, con otras dos buenas portadas laterales de estructura gótica similar, situadas en las naves laterales.
Levantada a finales del siglo XIV o principios del XV, tiene en sus paramentos interesantes paños de sebka similares a los de la Giralda, en la que se inspira, a base de pequeños arcos ciegos entrelazados.
Entre sus bienes muebles cabe destacar un Crucificado de Andrés de Ocampo de 1592, una imagen de la Virgen de todos los Santos de Roque Balduque y las pinturas de Juan de Espinal. Bien de Interés Cultural, esta iglesia está catalogada en la categoría de Monumento.
IGLESIA DE SAN ESTEBAN
Este templo fue levantado sobre lo que era una antigua mezquita, presentando tres naves con ábside, dos portadas ojivales en piedra de principios del siglo XV y una torre del siglo XVIII con campanario. Tras el terremoto de Lisboa de 1755, el templo quedó muy afectado, por lo que tuvo que ser reconstruido. En su interior existen retablos, imágenes y lienzos de gran valor, tanto artístico como histórico y cultural, atribuidos a importantes artistas como Miguel Polanco y Zurbarán. Es iglesia filial de la parroquia de San Bartolomé, atendida por sacerdotes de la Obra de la Iglesia, y acoge las hermandades del Cristo del Buen Viaje y de Nuestra Señora de la Luz. La iglesia cuenta en su exterior con dos magníficas portadas ojivales en piedra, abocinadas y con arquivoltas; La más artística, con bellas imágenes sobre columnas y bajo doselete, se sitúa a los pies de la iglesia, y luce superiormente un magnífico cuerpo de arcos ciegos polilobulados con paño de sebka que se remata por una fina línea de canes labrados en piedra en forma de cabeza de león. La otra, situada en el lateral de la epístola, donde sobresale la línea de puntas de diamante del arco interior. La fecha de estas portadas se estima de principios del siglo XV. La torre, adosada al testero de la nave de la Epístola, es producto de varias restauraciones. Edificada a finales del siglo XVII por Juan Gómez, padeció los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, siendo entonces reconstruida según proyecto de Pedro de Silva en 1758 y ejecutada por su hijo Andrés.
La iglesia de San Gil Abad se encuentra situada en el nº 125 de la calle San Luis.
Su fundación data de la segunda mitad del siglo XIII, o sea, casi inmediatamente después de ser reconquistada la ciudad por Fernando III el Santo, correspondiendo los primeros años de su construcción a una antigua mezquita, cuyos restos todavía hoy se conservan en la base de la torre y en la Capilla del Sagrario.
Pronto sería reformada en el siglo siguiente, cuando se levantaron sus tres naves, las dos portadas góticas de arcos apuntados, una en el lado del evangelio y la otra en el de la epístola, y la torre.
Posteriormente sería remodelada y ampliada en el XVIII, cuando se edificó la capilla transversal, se sustituyeron por otras las viejas techumbres de madera, y se levantó el cuerpo de campanas de la torre.
Su estructura en planta es de tres naves de dos tramos cada una, más un cuerpo transversal a modo de crucero, y un ábside poligonal. El falso crucero cuenta con un antepresbiterio rectangular en el centro, la torre mudéjar a la izquierda, y la capilla del siglo XVIII a la derecha.
Del exterior, uno de los detalles que merecen especial atención por su singularidad se encuentra en su ábside, donde los tradicionales contrafuertes se presentan apoyados sobre columnas de acarreo. Al parecer fueron colocadas en tiempos del rey Pedro I el Cruel.
Situada en las proximidades de la muralla de la Macarena, la iglesia está adosada a la basílica de su mismo nombre, y comunicada interiormente con ella a través de un pequeño paso de conexión.
Bien de Interés Cultural, la iglesia de San Gil está catalogada como Monumento, y así aparece publicado en la Gaceta de Madrid de fecha 1931.
El Salvador es un templo religioso de culto católico romano bajo la advocación de Nuestro Señor San Salvador, se encuentra ubicado en la plaza del Salvador de Sevilla y constituye la iglesia más grande de la ciudad, después de la Catedral. Despojada de su rango parroquial tras las últimas obras de restauración, funciona en la actualidad como iglesia exenta, dentro de la jurisdicción parroquial de San Isidoro. En su patio pueden apreciarse resquicios de la época romana y visigoda.
El edificio fue levantado sobre los restos de Ibn Adabbas, Mezquita Mayor de la Sevilla musulmana (siglo IX); este templo religioso, así como su entorno, ostentaba gran importancia incluso en el desarrollo cotidiano de las gentes, por lo que cuando los cristianos conquistaron Sevilla, permitieron en un principio su uso como mezquita, pero en el año 1340 fue convertida en la parroquia del Salvador. Además, se convino mantener el rango ostentado de segundo templo de la ciudad; para ello le fue otorgado el carácter de colegiata.
Así este edificio sostendría un uso religioso hasta el año 1671, cuando el paso del tiempo consiguió escribir sobre ella un fuerte deterioro. Su construcción tal y como la vemos hoy dio comienzo en 1674 con el arquitecto Esteban García, finalizando en 1712 de manos del arquitecto Leonardo de Figueroa. Más tarde volvería a ser sometida a un profundo trabajo de restauración que ha finalizado a principios de 2008 devolviendo al templo todo su esplendor.
IGLESIA DEL VALLE (Hermandad de los Gitanos)
El Santuario Diocesano de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Nuestra Señora de las Angustias Coronada, situado en la calle Verónica, es la sede canónica de la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad de Sacramental, Ánimas Benditas y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada, conocida popularmente como Hermandad de Los Gitanos. Construido en la antigua iglesia del convento del Valle, situado en la calle Verónica. El 20 de noviembre de 1996, el Ayuntamiento de Sevilla cedió la iglesia a la Hermandad de los Gitanos.
El 14 de febrero de 1996 la Hermandad hizo el traslado desde la iglesia de Santa Catalina, donde se asentaba provisionalmente su sede, a su nueva sede en la iglesia del Valle. Las obras de restauración finalizaron en febrero de 1999. El 9 de septiembre de 2007, bajo decreto pontificio, el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, consagró el templo en santuario.
JARDINES DE MURILLO
Los jardines son fruto también de una cesión en 1911 de otra porción, situada al noroeste, de la Huerta del Retiro del Alcázar, tienen una extensión de 8.854 metros cuadrados, se construye entonces un nuevo muro de cerramiento de los jardines del Alcázar, desde el callejón del Agua hasta el Paseo de Catalina de Ribera, tal y como se encuentra en la actualidad. Los jardines también fueron diseñados por Juan Talavera y Heredia, pocos años antes del Paseo.
Los jardines de Murillo presentan una composición basada en caminos en retícula formados mediante setos y pavimentos que, en sus encuentros, crean glorietas de planta octogonal en las que se disponen fuentes centrales y bancos de fábrica recubiertos de azulejería. Los parterres resultantes están ocupados por densas masas de vegetación que otorgan al recinto un ambiente íntimo.
El antes Concejal del Ayuntamiento de Sevilla y abogado, Baldomero Laguillo Bonilla fue el que propuso el nombre de Jardines de Murillo a dichos jardines por encontrarse cerca de la casa donde nació el célebre pintor Bartolomé Esteban Murillo. Entre los espacios abiertos destaca la glorieta dedicada al pintor José García Ramos que queda delimitada por arcos de entrada y muretes en los que existen paños de azulejos que recrean obras famosas de dicho artista, ejecutados por otros pintores del entorno del maestro como Miguel Ángel del Pino Sardá, Santiago Martínez Martín, Alfonso Grosso Sánchez, Manuel Vigil, y Diego López. En sus proximidades se encuentra una construcción de estilo regionalista dedicada a vivienda. Los jardines terminan en la plaza de Refinadores, presidida por una estatua de Don Juan Tenorio.
LA GIRALDA (En la visita se incluye la Iglesia del Divino Salvador)
La entrada se puede comprar también en el Salvador. Precio reducido: 3 € (estudiantes < 26 años, pensionistas). Gratuita para nacidos o residentes en Sevilla capital y provincia, desempleados, minusválidos y 1 acompañante, < 16 años acompañados, grupos autorizados. Gratis Lunes: de 16.30-18 h previa reserva en reservas@catedraldesevilla.es La Giralda es la torre campanario de la Catedral, que es una de las más grandes del mundo y verdadera joya del gótico, del renacimiento y del barroco.
En su día fue la torre más alta del mundo con sus 97,5 m de altura y, aunque dejará de ser el techo de la ciudad en 2010 por el futuro proyecto que está en marcha para construir un edificio de oficinas de aproximadamente 178 m, seguirá siendo su icono mundial por excelencia, además de ser una de las imágenes más famosas de la ciudad y de toda Andalucía. La torre está constituida por dos cuerpos diferentes aunque perfectamente unidos, mostrando un ejemplo perfecto del crisol de culturas existente en la ciudad. El cuerpo musulmán es el más antiguo, fue iniciado en 1184 por orden de Abu Yaqub Yusuf para ser el alminar de la mezquita almohade de Sevilla. Su construcción se comenzó en piedra, tal y como se puede apreciar en su base, y se emplearon los restos de algunos edificios y lápidas romanas.
La muerte de Abu Yacub trajo un cambio en la obra, al encargarse de ella Alí de Gomara, quien contunuó la construcción en ladrillo. Se basó en el alminar de la mezquita Kutubia (70 metros) de Marrakech, (Marruecos) y considerada obra maestra del arte hispano-magrebí. También se la considera hermana de la gran Torre Hasan (60 metros) de Rabat. Como curiosidad cabe destacar el hecho de que la Giralda no tiene escaleras, sino 35 rampas suficientemente anchas para permitir que el sultán subiera por ellas montado a caballo para ver la bella estampa que se divisa. A raíz de un terremoto ocurrido en 1365 se perdió el yamur original, conjunto de cuatro esferas o "mazanas" de tamaño decreciente en cobre dorado que coronaba la torre. En aquel momento fue sustituido por una sencilla espadaña.
Posteriormente en el siglo XVI, se añadió el actual cuerpo cristiano, el campanario que remata la torre. La construcción de este cuerpo estuvo a cargo del arquitecto cordobés Hernán Ruiz, encargado para realizarlo con un remate en forma de estatua que representara la Fe. Ya desde principios del año 1558 este arquitecto presentó ante el Cabildo las trazas para la construcción de un modelo para el campanario, junto con las de la Sala Capitular, sus dos obras emblemáticas para la catedral hispalense. El conjunto fue comenzado en ese mismo año, y aunque las obras de la catedral estaban abiertas por varios frentes (también por entonces se trabajaba en la Capilla Real), en aquellos años la principal ocupación de Hernán Ruiz II estaba en la realización del cuerpo de campanas de la torre, obra que acabó en el año 1568. Originalmente Giralda era el nombre que tenía la figura de la Fe, una enorme estatua realizada por el escultor Juan Bautista Vázquez El Viejo sobre el modelo previamente diseñado por el pintor Luis de Vargas, que con más de 4 m de altura (7 con el pedestal) corona el campanario y que fue instalado en el mismo año 1568. El nombre proviene de los giros que se producían en la figura con los cambios de viento, pues hace las veces de veleta. Con el paso del tiempo, ese nombre pasó a denominar a la propia torre, conociéndose la figura como el Giraldillo.
El siguiente cuerpo que tiene encima del de campanas es el cuerpo de las azucenas, que cuenta con cuatro jarras de azucenas de bronce, una en cada esquina. Las actuales azucenas son reproducciones de las antiguas, casi desaparecidas por el deterioro del tiempo. Son obra del conocido y recientemente fallecido orfebre Fernando Marmolejo Camargo, que incluso tuvo el honor de colocarlas por lo que se le conoce cariñosamente como "el prioste de la Giralda". Y encima de este existe otro cuerpo más de estilo renacentista formado por el cuerpo de carambolas, cuerpo de estrellas, cúpula y cupulín y sobre éste la estatua de la Fe. El 29 de diciembre de 1928, fue declarada Patrimonio Nacional; en 1987, integró la lista del Patrimonio de la Humanidad.
LAS SETAS (Metropol Parasol)
El Metropol Parasol, conocido popularmente como las Setas de la Encarnación es una estructura de madera con 2 columnas de hormigón que albergan los ascensores de acceso al mirador y que está ubicada en la céntrica plaza de la Encarnación. Tiene unas dimensiones de 150 x 70 metros y una altura aproximada de 26 metros, y fue el proyecto ganador del concurso abierto por el Ayuntamiento de Sevilla para llevar a cabo la rehabilitación de la plaza en la que se ubica; su diseñador fue el arquitecto berlinés Jürgen Mayer.
La estructura consiste en seis parasoles con forma de setas de grandes dimensiones, cuyo diseño se inspira en las bóvedas de la catedral de Sevilla y los ficus de la cercana plaza del Cristo de Burgos. En su conjunto dispone de cinco niveles. El nivel superior alberga una plaza mirador y un trayecto panorámico que sobre plataformas recorre la mayor parte del conjunto. En el interior de los parasoles centrales, a 22 metros de altura, se sitúa un restaurante de tapas y espacio para eventos. Bajo los parasoles se ubica una plaza elevada, umbría y diáfana (Plaza Mayor) diseñada para albergar eventos de distinto carácter. A nivel de suelo se encuentra el actual Mercado de la Encarnación, junto con locales comerciales y de restauración.
Finalmente, el sótano alberga el museo Antiquarium, en el que se exhiben los restos arqueológicos hallados en el lugar. Este Antiquarium fue proyectado por el arquitecto sevillano Felipe Palomino González, que participó en toda la dirección de obra del proyecto mayor.
MERCADO DE TRIANA (Abastos)
El Mercado de Triana es un mercado o Plaza de Abastos ubicado en la plaza del Altozano junto al Puente de Triana, en el barrio de Triana. En los bajos del mercado se encuentran los restos del Castillo de San Jorge, sede del antiguo tribunal inquisitorial. Este castillo fue sede de la Inquisición desde 1481, si bien su construcción inicial es de época árabe, data de 1171. Afectado por el continuo abandono y sucesivas crecidas del Guadalquivir, en 1823 se instaló en su solar el mercado, popularmente conocido como Plaza de Abastos. Con motivo de la Exposición Universal de Sevilla (1992) y con el objetivo de modernizar el citado mercado, se demolió, saliendo a la luz los restos del castillo y de un cementerio almohade.
El mercado se trasladó provisionalmente a la calle Pagés del Corro. En 2001 se inauguró el nuevo mercado de Triana en su tradicional ubicación.
Curiosidades: En el silencio de la noche, unas cadenas se arrastran bajo el suelo con un ruido incesante. El sonido estremecedor se une al de unos golpes en la pared. Mientras tanto, los sensores de las cámaras de seguridad registran movimientos cuando, aparentemente, nada ni nadie pasa por delante del objetivo. De una calle a otra del mercado, se cruza en la oscuridad una niña vestida de blanco. Aunque parezcan leyendas urbanas, empleados de Astarté Custodia, la empresa que gestiona actualmente la seguridad en el Mercado de Triana, y de entidades que anteriormente se encargaban de la vigilancia en el recinto, han vivido experiencias que bien podrían ser objeto de estudio de «Cuarto Milenio». ¿Realidad o sugestión? «En el silencio de la noche, el 90% de los ruidos que uno oye suele ser por sugestión, y el miedo es el peor enemigo que existe. Si vienes predispuesto a escuchar ruidos, los escucharás», apunta Eleazar Álvarez, uno de los socios de Astarté Custodia.
Y es que para realizar el turno de noche y hacer la ronda en el mercado, según explica Álvarez, «hay que echarle valor». Cualquier sonido puede ser susceptible de convertirse en una auténtica pesadilla. «Haces una ronda por las calles del mercado y oyes voces, te acercas a un puesto en concreto y resulta que es un transistor que alguien dejó encendido».
Antes de pasar a ser terreno monástico, los almohades en el siglo XII le dieron uso ubicando en el lugar hornos alfareros de cocción aprovechando su situación junto al río y dada la existente abundancia de arcillas que la extraían labrando cuevas (más tarde continuarían con la extracción de arcilla también los alfareros de Triana), y existe una leyenda de alrededor del año 1248 que cuenta que se halló una imagen de la Virgen María en una de las cuevas (se supone que la escondieron durante la época musulmana), a partir de entonces se construye la Ermita Santa María de las Cuevas para venerar el icono, a finales del siglo XIV, era dirigida por la Orden Franciscana.
Con el tiempo aumentó la devoción hasta llegado el año 1400 en que cambia a Monasterio, fundado por el entonces Arzobispo de Sevilla, don Gonzalo de Mena (fallecido al año siguiente debido a una epidemia) ayudado por el noble Ruy González de Medina, los franciscanos fueron trasladados al Aljarafe y al terreno se añadieron extensas propiedades. Al ser miembro de una de las familias de más renombre dejó huella en el monumento plasmando el escudo heráldico familiar en las entradas y principales estancias.
La muerte del Arzobispo deja el conjunto en una difícil situación pues los fondos donados por Gonzalo de Mena fueron utilizados por el regente don Fernando de Antequera (durante la infancia de Juan II) para sufragar sus campañas militares.
Años más tarde, otro miembro de la aristocracia sevillana, el Adelantado Mayor don Perafán de Ribera, de la Casa de Alcalá, subvencionó la construcción de la iglesia y se responsabilizó del mantenimiento del monasterio siempre que tuviera derecho a ser enterrado en el edificio y sus armas heráldicas ocuparan el lugar de las del Arzobispo. También la familia de los Veraguas aportó bienes para su supervivencia.
A finales del siglo XV se establece en el monasterio la Orden de los Cartujos, fundada por San Bruno, el cual fundó la primera cartuja en 1084 en las montañas del macizo de La Chartreuse de Francia.
MUELLE DE LAS DELICIAS
“Mercado de Las Delicias” es el nombre del nuevo proyecto que se ha planteado para dotar de vida al muelle del mismo nombre. La iniciativa consiste en la instalación de unos sesenta módulos donde pequeños empresarios podrán vender sus productos: moda, artesanía, flores... El proyecto se completa con un espacio para la celebración de eventos, como exposiciones, conciertos o actuaciones, para lo que se habilitará una carpa. La fecha prevista de inauguración: la próxima Semana Santa. Desde su inauguración hace ya varios años, el Muelle de Las Delicias no ha terminado de encajar en la ciudad. Una intervención demasiado árida y el permanente esqueleto del Acuario en obras no han ayudado a que la ciudadanía tome este espacio público. Tampoco ayuda la instalación de rejas en mitad del muelle. Sin embargo, un proyecto como el presentado puede aportar un nuevo e interesante atractivo a esta zona. El único problema que le veo es la falta de unidad en el conjunto. Se hicieron los restaurantes, cada uno ocupando el espacio que considera oportuno y con instalaciones efímeras que se han convertido en permanentes, el Acuario ha variado ya tres veces de proyecto sin que ninguno cuaje, luego se instaló el cierre para los cruceros... y ahora este mercado. Se debería establecer una hoja de ruta para que el resultado final no sea una suma de elementos inconexos, sino un proyecto pensado y atractivo que convierta Las Delicias en un nuevo lugar de encuentro ciudadano.
MUELLE DE LOS VIAJEROS A NUEVA YORK
El muelle de Nueva York comprendido entre los puentes de San Telmo y de Los Remedios, se concibe como un nuevo enclave turístico junto al Guadalquivir. Se ha dotado de pantalanes, un escenario, gradas al aire libre, espacios verdes y dos quioscos bar, entre otros atractivos. La recuperación de este muelle y su adaptación como espacio de ocio y turismo se enmarca en el Plan Turístico de Sevilla y ha contado con una inversión de 1.719.392,21 euros que se ha traducido en las obras ejecutadas por la unión temporal de empresas (UTE) constituida entre Copcisa S.A. e Istem S.L. El Ayuntamiento licitará la instalación de las pérgolas que también incluye el proyecto de adaptación y sacará a concurso la explotación de los quioscos bar. "Son pequeñas obras que quedan por realizar", ha manifestado Serrano. El muelle cuenta con iluminación nocturna, mobiliario urbano, aseos públicos, pantalanes para los atraques de embarcaciones turísticas y de recreo, un escenario y gradas permanentes al aire libre para representaciones, conciertos y otros actos públicos y dos quioscos bar con sus respectivos veladores. La actuación se enmarca en el Plan Turístico de Sevilla, una iniciativa estratégica consensuada por la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla y la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) con el objetivo de diversificar y ordenar la oferta turística de la ciudad, teniendo como eje vertebrador el río Guadalquivir. De hecho, son el Consistorio hispalense y la Junta quienes han financiado esta intervención.
MUELLE NUEVA YORK NORTE
Este muelle se construye en el año 1905, y se le denomina «muelle de Nueva York» porque desde él salían las líneas que partían hacia Estados Unidos. Desviado el cauce del río por detrás de la ciudad para impedir que se repitieran las frecuentes inundaciones que desde siempre se venían sucediendo en la ciudad, este tramo del río quedó limitado en su caudal y cegado una vez pasado su tramo urbano, quedando como una dársena o brazo sin salida, y trasladándose su puerto fluvial más hacia el Sur, sobre el nuevo cauce trazado.
MUELLE NUEVA YORK SUR
Dentro de la margen izquierda del río citada, el espacio existente entre el puente de San Telmo y el puente de los Remedios; discurriendo contiguo al paseo de las Delicias a lo largo de más de 700 metros y pertenece al barrio de Santa Cruz. Este muelle se construye en el año 1905, y se le denomina «muelle de Nueva York» porque desde él salían las líneas que partían hacia Estados Unidos. Desviado el cauce del río por detrás de la ciudad para impedir que se repitieran las frecuentes inundaciones que desde siempre se venían sucediendo en la ciudad, este tramo del río quedó limitado en su caudal y cegado una vez pasado su tramo urbano, quedando como una dársena o brazo sin salida, y trasladándose su puerto fluvial más hacia el Sur, sobre el nuevo cauce trazado.
Tras varias décadas de desuso y abandono, la ciudad decide recuperar este espacio como lugar ajardinado y de expansión, transformándolo en paseo urbano que se reinaugura el día 22 de octubre del año 2012. Debido a su excelente ubicación y a la importancia de su entorno, se ha llevado a cabo la reapertura de este espacio para su uso público, pasando primero por un proyecto de recuperación de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y siendo incluido luego en el plan turístico pactado con la Junta de Andalucía para convertirlo en un nuevo paseo fluvial.
Las obras se inician en el año 2008 según un proyecto presentado por la CHG y redactado en el año 2005 por los arquitectos Antonio Barrionuevo Ferrer y Julia Molino, inaugurándose en septiembre de 2010 la recuperación de esta ribera del río comprendida entre los puentes de San Telmo y Los Remedios. Luego siguieron las obras contempladas en el plan turístico de Sevilla, encaminado a integrar su espacio en la trama de paseos de la ciudad, pues enlaza el Paseo Cristóbal Colón con la avenida de la Palmera, así como la emblemática puerta de Jerez y los jardines de Cristina con el río.
MUSEO DE ARTE MODERNO
El Museo del Baile Flamenco de Sevilla, está situado en pleno centro de la ciudad, en el Barrio de Santa Cruz; entre la conocida Plaza de la Alfalfa y la Catedral. La práctica totalidad del Museo, está dedicado a una de las expresiones artísticas que más arraigo e importancia ha tenido en la cultura de Andalucía, como es el baile Flamenco. Es el primer, y único museo en el mundo conocido hasta la fecha, dedicado a dicho arte.
Visitantes de todas las partes del mundo, vienen a conocer de cerca los orígenes y evolución de una tradición y cultura centenaria. La creación del Museo se debe a la iniciativa de la bailaora sevillana Cristina Hoyos. Tras unas obras de remodelación sobre un edificio que data del siglo XVIII, el Museo se inaugura el día 7 de abril de 2006. Se compone de un espacio divido en cuatro plantas, cuyo sótano es también un elemento característico, y en donde se ha conservado el ambiente inicial del edificio.
En la planta baja, se encuentra un típico patio andaluz de estilo ecijano, que es de los pocos que quedan en Sevilla. En él, se ofrecen espectáculos de Flamenco, y de otros estilos y variantes que tengan algún tipo de vínculo con el baile Flamenco.
MUSEO DE CARRUAJES
El Museo de Carruajes de Sevilla se encuentra situado en el antiguo Convento de Los Remedios, en el barrio sevillano del mismo nombre. Se divide en cuatro dependencias temáticas. En la entrada el visitante podrá encontrar tres carros de campo y trabajo. La segunda sala se dedica al coche urbano y alberga carruajes de paseo y viaje. En la tercera sala, el espacio lo ocupan carruajes deportivos y de caza, así como una colección de arneses y lanzas para enganchar los carros, mientras que la cuarta sala trata del enganche y del caballo. Entre los valiosos carruajes que pueden contemplarse destaca, por su antigüedad y valor, la berlina de lujo de la Hermandad del Sagrario, antes situada en las caballerizas de los Reales Alcázares. El Museo tiene también contenidos formativos a través de audiovisuales, que narran la historia y distintos aspectos de los carruajes. Es también la sede del Real Club de Enganches de Andalucía. En su interior podremos ver una selección de todo tipo de carruajes tirados por caballos desde el Spider hasta el Tilbury.
MUSEO TAURINO – PLAZA DE TOROS
La Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla es el coso taurino más antiguo de España. Sede de las corridas de toros que se realizan en el marco de la Feria de Abril de Sevilla, uno de los festejos taurinos más reconocidos en el mundo. Es considerada uno de los centros de atracción turística más populares de la ciudad y está entre los monumentos más visitados de la misma. Como plaza es una de las más difíciles del mundo por su disposición y características, además de su público, del cual se dice es de los más duros y difíciles entre la afición taurina. En 1749 se comienza la construcción de un coso circular en el monte del Baratillo en sustitución de la plaza de toros rectangular ubicada en el lugar. Posteriormente, en 1761, se acomete la construcción por ochavas (equivalente cada ochava a cuatro arcos).
Son maestros de obra en esta primera etapa de construcción Francisco Sánchez de Aragón y Pedro y Vicente San Martín.
La fachada interior de la plaza llamada Palco del Príncipe se concluye en 1765, este palco consta de dos cuerpos: la puerta de acceso a la plaza y por la que salen los toreros triunfadores, y el palco propiamente dicho, de uso exclusivo de la Familia Real. Está compuesto en su parte superior por cuatro arcos sobre los cuales descansa una bóveda de media naranja, que en su parte superior está recubierta por azulejos blancos y azules. El grupo escultórico que lo remata es obra del escultor portugués Cayetano de Acosta. El Palco fue realizado para el Infante de España, Felipe de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio. Dada la prohibición de celebración de corridas de toros por parte de Carlos III en 1786, se paralizan las obras la cuales se dan por concluidas, aunque sólo se había construido un tercio de la plaza. De esta etapa es también el antiguo Palco de la Diputación posteriormente llamado de Ganaderos, situado sobre la puerta de toriles y frente al Palco del Príncipe.
La cubierta de las gradas de la mitad de la plaza se termina transcurridos 34 años, a la izquierda y derecha del Palco del Príncipe; quedando abierta una panorámica de la Catedral y la Giralda desde la gradería, como quedó reflejado en gran número de estampas de la época. Para 1868 el Palco de la Diputación se encontraba en tan lamentable estado que se acomete la mejora del mismo, colocándosele nuevo suelo y una balaustrada de mármol, además del escudo de la Real Maestranza de Caballería, obra del escultor italiano Augusto Franchy. Se realiza además la construcción de cinco balcones a cada lado del Palco de la Diputación, donde actualmente se encuentra el reloj de la plaza. Finaliza en 1881 la construcción de la plaza cerrándose completamente la misma, quedando entonces construida en sus dos terceras partes en cantería y el resto en madera. Entre los años 1914 a 1915 se reforma el tendido en piedra sustituyéndolo por otro en ladrillo bajo la dirección del arquitecto sevillano Aníbal González.
Se construyen de nuevo todos los tendidos con una pendiente más suave. El número de filas de tendido de sombra pasó de diez a doce y a catorce en los de sol, además de tres filas de barrera. En la parte superior del tendido de sombra, delante de los palcos, se edifica una fila de sillones de tendido. Ya por estas fechas comienzan a construirse viviendas adosadas a la plaza en torno a su perímetro, que continuarán construyéndose hasta la última intervención de Aníbal González en la denominada Casa de la Real Maestranza, con fachada al Paseo de Colón y unida a la Plaza mediante un elegante pasadizo o galería superior. Bien de Interés Cultural, la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla está catalogada como Monumento, según aparece publicado en el BOE con fecha de 1984.
PALACIO ARZOBISPAL
Después de la reconquista de Sevilla en 1248 por el santificado rey Fernando III de Castilla, son cedidas unas casas en 1251 por el mismo rey a Raimundo de Losana, obispo de Segovia, para que se estableciese en la ciudad. Estas casas estaban edificadas sobre construcciones almohades que a su vez estaban construidas sobre un conjunto termal de la época romana, hallados a un nivel más profundo. Del palacio mandado levantar para don Raimundo, que fue el primer obispo de Sevilla después de la reconquista, no queda prácticamente resto alguno.
A lo largo de los siglos se fue ampliando hasta que a mediados del siglo XVI una de las reformas lo deja con la estructura que se puede ver en el presente, alrededor de dos patios de estilo manierista que es lo primero que percibe el visitante del monumento. Tiene una extensión de 6.700 m² ocupando casi toda una manzana. La portada, de estilo barroco, obra de Lorenzo Fernández de Iglesias y Diego Antonio Díaz, fue construida en el siglo XVIII, está considerada una de las mejores del barroco sevillano, cabe destacar los colores albero y sangre de toro con que está decorada, colores que acompañan a otros edificios emblemáticos de la ciudad.
En las últimas décadas del siglo XVIII, el entonces arzobispo, Alonso Marcos de Llanes Argüelles, dotó y abrió la biblioteca del palacio. Además, realizó varios encargos al pintor José Suárez para la decoración del palacio, y también para el palacio arzobispal de Umbrete, utilizado por los arzobispos como residencia estival. Durante la guerra de la Independencia Española, fue utilizado como sede de la comandancia general del ejército y residencia del mariscal Soult y sus oficiales. Años después fueron los duques de Montpensier que estaban recién llegados a la ciudad, los que ocuparon sus estancias como vivienda ocasional mientras se realizaban obras en el palacio de San Telmo.
PALACIO DE SAN TELMO
El 10 de marzo de 1682 se inició la construcción del edificio sobre unos terrenos ubicados extramuros de la ciudad, que eran propiedad del Tribunal de la Inquisición, para instalar en él la sede del colegio-seminario de la Universidad de Mercaderes, institución que acogía y formaba a huérfanos de marineros, y que se convirtió un siglo después en el Colegio de la Marina, en el que ingresó en 1846 el poeta Gustavo Adolfo Bécquer. A partir de 1847 dejó de funcionar como tal, y fue destinado para diferentes usos, siendo sede de la Sociedad del Ferrocarril o de la Universidad Literaria, encontrándose infrautilizado y con sus obras paralizadas. En 1849 fue adquirido por Antonio de Orleans y Luisa Fernanda de Borbón, duques de Montpensier, que lo convirtieron en su residencia oficial. El salón principal del palacio fue escenario el 12 de diciembre de 1877 de la pedida de mano de su hija María de las Mercedes de Orleans por parte del duque de Sesto, José Isidro Osorio y Silva-Bazán, y el senador Francisco Marín de San Martín, marqués de la Frontera, en nombre de Alfonso XII de España, mediante una carta manuscrita del rey. Al fallecer en 1897 la infanta María Luisa Fernanda, duquesa viuda de Montpensier, legó el palacio a la Archidiócesis de Sevilla y cedió sus jardines, que hoy forman el Parque de María Luisa, a la ciudad de Sevilla. En 1901, siendo arzobispo de la ciudad Marcelo Spínola, el palacio se convirtió en seminario, hasta el año 1989 en que fue cedido por el arzobispado de Sevilla a la Junta de Andalucía, para albergar la sede del gobierno autonómico. En 1991 se comenzó su rehabilitación para convertirlo en sede oficial de la presidencia de la Junta de Andalucía, iniciándose en 2005 una segunda fase de restauración centrada principalmente en rescatar la estructura original y detalles del interior del edificio, que habían sido sometidos a múltiples intervenciones que los habían desvirtuado. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra.
PARQUE DE MARIA LUISA
El Parque de María Luisa situado en Sevilla (España), es el jardín público o parque más famoso de la ciudad y uno de sus pulmones verdes. Recientemente ha sido declarado Bien de Interés Cultural. En la ciudad se conserva otros parques históricos como Jardines de las delicias o los Jardines de Murillo y el Paseo de Catalina de Ribera. Estos espacios, que en principio formaban parte de los jardines privados del Palacio de San Telmo, fueron donados en 1893 por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón (duquesa de Montpensier) a la ciudad. Fueron reformados, por el ingeniero francés Jean-Claude Nicolas Forestier, conservador del bosque de Boulogne en París, que le dio un toque romántico, inspirado en los jardines del Generalife, la Alhambra y los Alcázares de Sevilla.
En el parque se abrieron las plazas de España y de América, que constituyen unos de sus principales atractivos. Se inauguró el 18 de abril de 1914. Goza de una extensa variedad vegetal, muy frondosa en muchos puntos, diáfana en otros de manera que invita al paseante a disfrutar de un apacible día reposando en la hierba. Repleto de múltiples avenidas y glorietas cada una tiene el nombre apropiado por el que es ampliamente conocido por sevillanos y foráneos como se ve en la relación expuesta más abajo. Monte Gurugú, también contiene gran variedad de especies avícolas entre las que se pueden destacar los pavos reales y pájaros cantores, cisnes y patos que esperan pacientemente a que un paseante les alimente con los granos que se venden en sus proximidades o el que traiga de su casa (típicamente pan).
Sus fuentes, dan ese toque arabesco que añaden el sonido y la paz al relax que puede disfrutarse entre sus muchos bancos azulejeados y detallistas, que describen obras de la literatura y otras artes donde se puede descansar sosegadamente. Después de un agradable caminar por sus calles nominadas con famosos nombres, se llega a la Plaza de América donde se puede disfrutar entrando en dos de los más famosos museos de la ciudad, el de Artes y Costumbres Populares y el Arqueológico y sede de la Exposición Iberoamericana de 1929. Esta Plaza de América tiene una particular característica, sus palomas, que al agruparse forman una blanca alfombra cuyo apetito resulta difícil de saciar. Por esta razón al Parque en general también se le conoce por el sobrenombre de "parque de las palomas".
PARROQUIA DE LA O
Tiene sus orígenes en una capilla consagrada a las santas Justa, Rufina y Brígida, donde se instituyó en el año 1566 la Hermandad de la Virgen de la O. En los últimos años del siglo XVII, y debido a las reducidas dimensiones de la capilla y a su mal estado de conservación, se decidió construir un nuevo templo, comenzándose las obras en el año 1697 bajo la dirección de los alarifes Pedro y Félix Romero, hijos del entonces Maestro Mayor de las Fábricas del Arzobispado, Pedro Romero, autor del proyecto. Realmente la dirección de las obras las llevó a cabo el primero de los hijos, Pedro, quedando Félix como director de la ornamentación arquitectónica.
En las obras intervinieron también otros personajes importantes, como Antonio Gil Gataón, quien labró la portada y las columnas, y el entonces oficial albañil Diego Antonio Díaz, yerno de Pedro Romero y su sucesor luego en las obras del Arzobispado como Maestro Mayor de las mismas. La iglesia quedó terminada en el año 1702. Adquirió la condición de sede parroquial, siendo la única de Sevilla erigida como tal en un templo de propiedad privada, pues pertenece a la Hermandad y no a la Diócesis. Esta iglesia, como tantas otras de la ciudad, sufrió un importante expolio en 1936.
PASEO CATALINA DE RIBERA
El origen del Paseo de Catalina de Ribera se encuentra en la cesión, en 1862, de parte de la Huerta del Retiro del Alcázar. Ese espacio público, que venía a atenuar la estrechez de la trama urbana de los barrios colindantes, no contaba con una ordenación especial. A fines del siglo XIX se acometió un primer proyecto de ajardinamiento y amueblamiento del denominado en esos momentos "Paseo de los Lutos" y, en 1920, con motivo de las intervenciones realizadas con vistas a la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el arquitecto Juan Talavera y Heredia, notorio representante del historicismo regionalista, formaliza las trazas conservadas en la actualidad.
El trazado en planta del paseo de Catalina de Ribera presenta una clara disposición longitudinal, concebida para el tránsito, mientras que el de los jardines de Murillo responde, por su ubicación y diseño, a un recinto más recoleto. El paseo se estructura mediante un eje central y dos ejes secundarios, paralelos a aquél y dispuestos a ambos lados, que se configuran por parterres delimitados por pretiles de fábrica y azulejería.
El eje central es interrumpido en su punto medio por un amplio espacio circular centrado por una fuente, también circular, sobre la que se alzan, encima de un pedestal con bustos de Colón y los Reyes Católicos, dos columnas que soportan un entablamento coronado por la figura de un león y, a medio fuste, las proas de las carabelas. El monumento, que aporta el elemento vertical de compensación compositiva al paseo, fue diseñado por el arquitecto Talavera y ejecutado por el escultor Lorenzo Coullaut Valera, y está dedicado a Cristóbal Colón, en consonancia con los eventos de la Exposición Iberoamericana de 1929, momento en que se realizó.
Muy cercana a la fuente monumental está la fuente parietal, adosada al muro de cerramiento de los jardines del Alcázar, dedicada a Catalina de Ribera, benefactora de la ciudad con la fundación del Hospital de las Cinco Llagas. Cuenta con una estructura arquitectónica de estilo neomanierista diseñada por el mismo Talavera y Heredia con pinturas alusivas a la dama realizadas por el pintor locar Juan Miguel Sanchez, más los restos de otra fuente del siglo XVI.
Durante la estancia de los musulmanes en la ciudad y mientras habitaban la fortaleza, Abderramán III, en el siglo X, mandó construir este espacio como palacio y comenzó siendo conocido como la Dar Al-Imara o casa del Príncipe o casa del Gobernador al que se accedía por otra puerta que en estos momentos se encuentra cegada. En tiempos de Felipe V, mientras estuvo en Sevilla, en 1729, mandó organizar el espacio como armería (como lo indica una lápida conmemorativa), cumpliendo así la función para la que estaba destinada.
En 1816 fueron instalados bancos y una fuente en el centro, todo rodeado de árboles, en 1857 los bancos fueron desmantelados quedando solamente los árboles y la fuente, pasados unos años los árboles fueron sustituidos por naranjos, hasta el día de hoy que no se ha vuelto a cambiar. Con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929, se vuelve a remodelar la parte central, donde se encontraba una fuente totalmente destruida, se colocó una nueva, añadiendo albero a su alrededor y haciendo también posible la circulación de vehículos en su entorno. También fue picadero de caballos al tener tan cerca el apeadero, hoy puerta de salida del Alcázar, tiene una extensión de 1441 m².
PLAZA DE AMÉRICA
La Plaza de América de Sevilla, está en el Parque de María Luisa, flanqueada por el Museo de Artes y Costumbres Populares (de estilo mudéjar) por un lado y el Museo Arqueológico (de estilo renacentista) por el otro, el Pabellón Real (de estilo gótico, su propietario es el Ayuntamiento de Sevilla, usado como oficinas) forma parte del otro lado y por último y la más concurrida es la otra ala, conocida popularmente como parque de las palomas.
Los tres edificios nombrados de la plaza fueron construidos por Aníbal González entre 1913 y 1916 para la futura Exposición Iberoamericana de 1929, cada uno tiene un estilo arquitectónico distinto. Además forman parte de la plaza la Glorieta de Miguel de Cervantes, adornado con cerámicas recordando sus obras más famosas, así como la de Rodríguez Marín.
Rodea el conjunto una serie de columnas unidas por cadenas con globos de luz, y que sostienen victorias aladas debidas a las gubias de Manuel Delgado Brackembury y Lorenzo Coullaut Valera.
El 7 de abril de 1926, tras una cena en el Pabellón Real, tuvo lugar una fiesta en la Plaza donde el Rey Alfonso XIII pronunció un emotivo discurso sobre la importancia de que Sevilla fuera el centro económico del Sur de España y sobre la necesidad de volcarse con la Exposición de Sevilla.
PLAZA DE DOÑA ELVIRA
La Plaza Doña Elvira está situada en el distrito "Casco Antiguo" de Sevilla, en el famoso barrio de Santa Cruz. Esta plaza surgió en la reurbanización que se hizo del barrio entre 1911 y 1918, dirigida por el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia. En el siglo XVII estuvo en este solar un afamado corral de comedias. Y la leyenda popular sevillana dice que aquí estaba la casa de Don Gonzalo de Ulloa, padre de la Doña Elvira de quien recibe su nombre la plaza, del "Don Juan Tenorio" de Zorrilla.
De dimensiones no muy grandes y de planta cuadrada, la plaza se incluye en los clásicos recorridos turísticos más habituales de la ciudad, por lo que es muy frecuentada durante el día por numerosos grupos de visitantes, tanto nacionales como extranjeros. A su encanto contribuyen su carácter exclusivamente peatonal, sus accesos acodados, como por sorpresa, y una estudiada zona central de parterres, bancos, fuente y naranjos que se desarrolla en su zona central. Por añadidura, la plaza está rodeada por edificios de un marcado sabor sevillano, y en ellos se encuentran situados restaurantes, terrazas y tiendas de recuerdos y artesanía.
PLAZA DE LOS REFINADORES
Situada en el distrito Casco Antiguo de Sevilla, en el barrio de Santa Cruz. Se trata de una plaza de planta sensiblemente rectangular, que se presenta bordeada de casas y edificios residenciales de poca altura. Adosada a los Jardines de Murillo, de los que la separa una simple verja de hierro, la plaza está dotada de los buenos espacios de sombra que le proporciona su arbolado de porte medio y alto existente a su alrededor.
En el centro aparecen alcorques circulares y elevados a modo de bancos, de donde parten esbeltas palmeras, que ayudan a componer una agradable imagen de conjunto. Hasta la segunda mitad del siglo XIX todo el lado que da a los Jardines de Murillo estaba ocupado por la muralla de la ciudad, siendo la calle Cano y Cueto su salida hacia la Puerta de la Carne. En el centro de la plaza se encuentra el monumento a Don Juan Tenorio, del año 1975.
Se representa en una figura de pie con el atuendo clásico del siglo XVII, obra del escultor Nicomedes Díaz Piquero. En el pedestal figuran la descripción del personaje, según los versos de Zorrilla, y el inicio de la famosa escena del sofá.
PLAZA DEL SALVADOR
La plaza del Salvador en Sevilla es un espacio abierto de carácter peatonal ubicado en el barrio Alfalfa y distrito Casco Antiguo; debe su nombre a la iglesia del Salvador, obra manierista del siglo XVII que constituye la iglesia más grande de la ciudad, tras la propia catedral. Denominada antiguamente como plaza del Cementerio o plaza del cementerio del Salvador por albergar en parte el cementerio de la parroquia, debió ser desde sus orígenes un espacio de recreo y sociabilidad, desde el periodo andalusí por su cercanía con la mezquita aljama, y quizá por albergar el zoco descrito por Ibn Abdún en el siglo XI.
En la Edad Media albergó unos almacenes de agua de los Caños de Carmona, en el extremo sur de la vía, y en 1608 se autorizó la instalación de una cruz de piedra que se conserva actualmente en el chaflán con Villegas. A mediados del siglo XIX se remodeló el espacio, construyendo un paseo de salón en el centro por un proyecto de Balbino Marrón, que es eliminado por no agradar, y se vuelve a levantar por Isidoro Heredia Tejada.
En 1923 se instaló el monumento a Martínez Montañés, en 1970 se replantó de naranjos y finalmente en 1983 se llevó a cabo la última remodelación, con el fin de convertirla en peatonal. Los edificios más significativos de la plaza son la propia iglesia del Salvador, donde tienen su sede las hermandades de El Amor y La Pasión, y el Hospital de Nuestra Señora de la Paz.
PLAZA DE ESPAÑA
La Plaza de España de Sevilla constituye un conjunto arquitectónico encuadrado en el Parque de María Luisa, configura uno de los espacios más espectaculares de la arquitectura regionalista. Se construyó como edificio principal de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 y en sus bancos aparecen representadas todas las provincias de España, así como los bustos de españoles ilustres en sus muros.
La plaza es de grandes dimensiones (200 metros de diámetro), tiene una forma semielíptica, que simboliza el abrazo de España y sus antiguas colonias y mira hacia el río Guadalquivir como camino a seguir hacia América. Su superficie total es de 50.000 metros cuadrados aproximadamente, de los que 19.000 están edificados y los 31.000 restantes son espacio libre, está bordeada por un canal que recorre 515 metros y es atravesado por cuatro puentes.
Los edificios que envuelven la plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias que compensan una excesiva longitud y torres en los extremos. Esta planta responde de forma muy cercana al esquema formal del tipo de villa palladiana con alas curvas, como la Villa Badoer de Fratta Polesine o Villa Trissino en Meledo, mostradas por el arquitecto italiano Andrea Palladio en sus Cuatro libros de la arquitectura, que Aníbal González conocía.
PLAZA NUEVA
Se encuentra ubicada en el casco histórico de Sevilla, verdadero centro comercial y administrativo de la ciudad, al encontrarse aquí el edificio principal del Ayuntamiento. Con unos 500 metros de perímetro ocupa una extensión aproximada de 14.000 m². Aquí se encuentra uno de los extremos de la línea del tranvía "Metro-centro". Su Código Postal es 41001. Perteneciendo al distrito Casco Antiguo sirve de divisoria entre dos barrios, la plaza se encuentra dentro del barrio del Arenal, estando las manzanas de sus lados norte y este (ayuntamiento) dentro del barrio de la Alfalfa. Convergen en ella las calles Tetuán, Jaén y Méndez Núñez por el norte; Bilbao y Madrid por el oeste; Badajoz, Barcelona y Joaquín Guichot por el sur; Granada y la avenida de la Constitución por el este. Conocida como "laguna de la Pajería", era un humedal en la Edad Media, cuyas aguas, de un brazo del río Guadalquivir, procedían de la calle Sierpes y tenían salida por la avenida de la Constitución. Con la ampliación almorávide de la muralla se accedía a ella por la puerta de los Alfareros.Tras su desecación se convertiría en un cementerio, y en el siglo XIII se afincarían en este terreno los frailes franciscanos, quienes por sucesivas ampliaciones acabarían construyendo una casa conventual de enormes dimensiones, mucho mayor al actual perímetro de la plaza. Tras la guerra napoleónica de 1808 el edificio del convento quedó muy dañado, sufriendo además en 1810 un incendio que lo terminó de arruinar, hasta el punto que se acondicionó parte de la zona como plaza; no obstante, se acometería una lenta reconstrucción iniciada en 1813, que no se llegaría a materializar a causa de la desamortización de los bienes a la Iglesia de 1835 que paralizó definitivamente los trabajos.
La Plaza Nueva, y todas las pequeñas calles que la circundan, surgen en 1848 cuando se derriba el Convento "Casa Grande" de San Francisco, de la Orden Franciscana y sus anexos del Hospital de Terceros Franciscanos y el Colegio de San Buenaventura, que era el noviciado y casa de estudios de la orden. Se concluyó en 1853, aunque no se inauguró hasta 1857. El aspecto primitivo de la plaza era de un caserío de dos plantas, uniforme en las tres caras frente al Ayuntamiento, del que sólo se mantiene en pie como testigo el tramo comprendido entre el edificio de la Telefónica y la calle Barcelona. En el centro de la plaza hubo un gran quiosco para música, que desapareció para levantar el actual monumento a San Fernando, que se inauguró en 1924. EL primer nombre que se le dio fue el de plaza de San Francisco por el convento desaparecido, hasta 1857. En un primer momento se rotuló como "Plaza de la Infanta Isabel", por la hija de los Duques de Montpensier. Desde 1873, con la I República, la plaza pasó a llamarse "República" y "República Federal". Con la Restauración en 1875, el Ayuntamiento la denominó "de San Fernando". En 1931 la II República la bautiza como "Plaza Nueva". En 1936 vuelve a ser de "San Fernando", pero nunca se cambiaron las placas. Finalmente la democracia le puso oficialmente el nombre por el que siempre había sido conocida: "Plaza Nueva". Preside la plaza el monumento al rey santo Fernando III de Castilla. Destacan el edificio del Ayuntamiento, que presenta su fachada dieciochesca en el lado oriental de la plaza. También hay que señalar la pequeña Capilla de San Onofre embutida dentro de las construcciones del siglo XIX, único resto del desaparecido Convento de San Francisco, y el magnífico edificio de la Telefónica, obra de Juan Talavera y Heredia.
Convento de San Francisco, de la primitiva Casa Grande del convento de San Francisco sólo han sobrevivido la capilla de San Onofre, cuya fachada se adaptó al entorno, y la entrada principal al convento, que daba a la plaza de San Francisco y actualmente constituye el arco renacentista al lado sur del edificio del ayuntamiento. Durante unas recientes excavaciones se ha recuperado una fuente del convento, del fines del siglo XVI, que se encuentra en proceso de restauración. El Ayuntamiento de Sevilla se comienza a construir en 1526 siguiendo las trazas de Diego de Riaño en estilo renacentista-plateresco, del que constituye un magnífico ejemplo. Su fachada principal se abre a la antigua Plaza Mayor, ante el desaparecido convento de San Francisco, al cual se accedía a través del Arquillo, que comunicaba con su compás. Capilla de San Onofre, durante el siglo XIX el convento fue desamortizado y luego derribado en 1840, pasando los terrenos a ser propiedad municipal: un amplio espacio que luego se convirtiría en la actual Plaza Nueva. En 1852 se encarga al arquitecto municipal Balbino Marrón y Ranero la realización de una ampliación del Ayuntamiento con fachada a esta plaza, culminada en 1867 y en estilo Neoclásico, que además reorganizó parte de su interior alrededor de dos patios y una gran escalera.
Esta pequeña capilla, excelente ejemplar de la arquitectura barroca, constituye el único resto actual del ya desparecido convento de San Francisco, desamortizado y derribado durante el siglo XIX. Data del siglo XVI y está formada por una sola nave que se presenta cubierta por una bóveda de cañón donde aparecen arcos fajones y lunetos. Poco conocida por el público sevillano en general, pues pasa desapercibida embutida en la fachada de uno de los edificios que conforman la plaza, su interior guarda un retablo de finales del siglo XVII, obra de Bernardo Simón de Pineda, y esculturas de Pedro Roldán. También cuenta con otro retablo destinado a su titular, San Onofre, de fines del siglo XVI, cuya arquitectura y pintura se atribuyen a los artistas Juan Martínez Montañés y Francisco Pacheco, respectivamente. Edificio de la Telefónica, contiguo a la capilla de San Onofre y con diseño de Juan Talavera y Heredia de 1926, el Edificio de la Telefónica de Sevilla es una de las obras más representativas del regionalismo neobarroco local. Situada en una de las esquinas de la Plaza Nueva, en una ubicación excepcional, abierta hacia la Avenida de la Constitución, el edificio surge a partir del año 1926 cuando es encargado por la Compañía para establecer allí su central en Sevilla. Se caracteriza por su elaborada ornamentación, inspirada en algunos de los mejores edificios barrocos de la ciudad y por el acertado juego de la bicromía empleada en sus fachadas, combinando el color ocre-rojizo del ladrillo con el gris de la piedra labrada, con el que además se reviste toda la planta baja. Un elemento especialmente singular es su mirador, de tres cuerpos de altura y decrecientes en sección, que evoca la silueta de la Giralda. Monumento a San Fernando. la primera idea de este monumento partió del alcalde Francisco Javier Cavestany en 1848, cuando aún se estaba construyendo la plaza, a partir del solar de la Casa Grande franciscana, aunque la idea no cuajó.
En 1861 se retomó la iniciativa con el apoyo expreso de la reina Isabel II. Varios cambios de opinión y de circunstancias administrativas retrasaron la decisión hasta 1877, año en el que colocó la primera piedra el rey Alfonso XII. La obra se acabó al año siguiente, siendo su inauguración el 25 de agosto de 1924. En la elaboración definitiva del monumento colaboraron los artistas más afamados de la época. Así, el pedestal y la idea del conjunto es de Juan Talavera Heredia. Los lados del pedestal están flanqueados por las figuras de cuatro personajes que acompañaron al Santo Rey en la conquista de Sevilla: la figura de Alfonso X es obra de Enrique Pérez Comendador; el caballero Garci Pérez de Vargas es obra de Joaquín Sánchez Cid; el almirante Ramón Bonifaz es de José Lafitta y Diaz, y Alfonso López Rodríguez hizo la del obispo Don Remondo. En la cima, la estatua ecuestre de San Fernando es de Joaquín Bilbao Martínez. Casa Longoria, obra de estilo neobarroco, su diseño se debe al arquitecto de origen levantino y afincado en Sevilla Vicente Traver Tomás, quien lo diseña en el año 1917 para su promotor, don Miguel García de Longoria; quedando finalmente acabado en 1920. Es una espléndida obra cuya fachada a la plaza se dispone con perfecta simetría, realizada toda ella en ladrillo de color claro, donde incluye finos detalles en azulejo azul. Con tres plantas de altura, su composición focaliza la atención en la gran balconera de forja situada en el eje de la fachada, en el centro de la segunda planta.
Pero sin duda su elemento más sobresaliente y que más llama la atención es su bella torre-mirador situado en esquina. Es este un cuerpo de gran singularidad para el que su autor recupera elementos propios del barroco como son los roleos o los pináculos, y los combina sabiamente con otros más clasicistas como son los frontones curvos y los óculos. El edificio del Banco de Bilbao de Sevilla se levanta en una de sus esquinas. Data de 1950 y responde a la corriente racionalista clasicista propia de esta época, que se lleva a cabo especialmente en la arquitectura asociada a los edificios corporativos de las grandes entidades, tanto públicas como privadas. Edificio Philips, conocido por el nombre de esta marca comercial, está situado en la esquina de la calle Méndez Núñez con la de Bilbao, y asoma a la plaza; es obra de Alfonso Toro Buiza de 1960. Con cuatro plantas de altura con una muy estudiada composición de fachadas por niveles, es obra del arquitecto Galnares Sagastizábal, quien diseña una fachada monumental y severa presidida por seis majestuosas columnas jónicas de fuste liso y orden gigante. En el proyecto del Metro de 1975 se planificó una estación en la Plaza Nueva. Las obras se iniciaron excavando un profundo pozo de acceso a la futura estación, igual a los construidos en la Puerta de Jerez y la Alameda de Hércules. Durante la excavación aparecieron restos de un barco, probablemente vikingo.
La plaza era ya en el siglo XVI el corazón de la ciudad, actuando como plaza mayor. En ella se encontraban ubicados los principales poderes civiles. En esta plaza se celebraron los famosos autos de fe de la Santa Inquisición, las diversas fiestas de toros y cañas, y al igual que en la actualidad constituía uno de los lugares principales en la conocida como carrera oficial de las procesiones de Semana Santa y Corpus Christi.
Desde la Reconquista es conocida esta plaza como Plaza de San Francisco, sin embargo a partir del siglo XIX tras la aprobación de la constitución de 1812 se rotula como Plaza de la Constitución esculpido en una losa de mármol. Sin embargo, el 6 de mayo de 1814 los enemigos del nuevo régimen constitucional arrancaron y rompieron dicha losa, sustituyéndola por una tabla en la que ponía "Plaza Real de Fernando VII", que finalmente fue grabada en mármol.
De nuevo, en enero de 1820, los leales a la constitución derribaron la nueva placa de mármol y pusieron en su lugar un cartel impreso donde ponía "Plaza de la Constitución". Sólo unos meses duró este nombre, pues en septiembre de ese mismo año fue renombrada como "Plaza del Rey". Éste rótulo persiste durante más tiempo aunque no a falta de intentos por parte de los liberales de nombrarla como "Plaza de Isabel II". Con la llegada de la II república fue renombrada como "Plaza de la Libertad", aunque un año después fue renombrada como "Plaza de la Constitución".
En 1936 se la denominó "Plaza de la Falange Española" hasta que, finalmente en 1980 recupera el de "Plaza de San Francisco", nombre que se conserva actualmente.
PLAZA DE SANTA CRUZ
Su emplazamiento es el que antes ocupaba la primitiva Iglesia de Santa Cruz. En esta plaza convergen las calles Nicolás Antonio, Mezquita, Santa Teresa, y la plaza Alfaro. La primitiva Iglesia de Santa Cruz fue erigida en 1391 por el Cabildo de la ciudad, en tiempos de Enrique III de Castilla sobre una sinagoga preexistente en el mismo lugar. Este templo fue expropiado y derribado el miércoles 11 de julio de 1810 por el gobierno de ocupación francés del momento, dentro de un plan más amplio de reurbanización de la ciudad, dando lugar al espacio abierto que actualmente conforma la plaza. El aspecto actual de la plaza se debe a la urbanización proyectada por Juan Talavera y Heredia en 1918.
Presidida por una cruz de forja realizada por Sebastián Conde en el año 1692, situado en el centro del jardín que decora la plaza. Esta cruz estuvo situada hasta 1840 en la calle Sierpes, en su confluencia con la calle Rioja. La cruz está diseñada como una cruz farola de la que salen cuatro serpientes, que hacen referencia a la calle Sierpes, su primitivo lugar de emplazamiento, y sobre sus cabezas se apoyan unos angelitos que portan unos faroles forjados. Según algunos historiadores el verdadero nombre de la Cruz de la Cerrajería fue la Cruz de las Sierpes, o serpientes, según la obra “El Cicerone de Sevilla” de Alejandro Guichot. La Cruz de la Cerrajería fue trasladada al emplazamiento actual en 1918, con motivo de la remodelación de la Plaza de Santa Cruz proyectada por el arquitecto Juan Talavera y Heredia.
La cruz de guía con la que abre la procesión cada Martes Santo la Hermandad de Santa Cruz es una reproducción basada en esta Cruz de la Cerrajería que preside la plaza. Esta cruz de guía a imagen de la que preside la plaza es obra del taller de Orfebrería Hermanos Delgado López de Sevilla en 1998. En la fachada del edificio al oeste de la plaza, puede leerse una lápida colocada por la Academia de Bellas Artes en 1858 que recuerda que en ese lugar, en lo que fue el primitivo templo de Santa Cruz, fueron enterrados los restos del célebre pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo.
PUENTE DE ISABEL II (PUENTE DE TRIANA)
Los romanos desecharon la idea de unir las dos orillas mediante la construcción de un puente estable. Los árabes optaron por la solución de un puente de carácter no permanente, y así en el año 1171, bajo gobierno del califa almohade Abu Yacub Yusuf, se construyó el denominado puente de barcas, que constaba de trece barcas amarradas con cadenas sobre las que se apoyaban fuertes tablones de madera. Su emplazamiento coincidía con el del actual Puente de Isabel II, El Castillo, en el lado de Triana y a la altura de la puerta de la muralla, en el lado de la ciudad; solo en 1845 cuando se iniciaron las obras de construcción del actual puente, se trasladó su emplazamiento a la zona frente a la Plaza de toros de la Real Maestranza.
El diseño escogido era análogo al del Puente Carrousel, hoy desaparecido, que se levantaba, en París, sobre el río Sena, que había sido ejecutado en 1834 por el ingeniero francés Polonceau. El proyecto del nuevo puente del Guadalquivir se encargó a los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, que ya trabajaban en El Puerto de Santa María en la construcción de otro. Los materiales utilizados fueron pilares de piedra y hierro, sin utilización de madera. En la orilla de Triana se estableció una gran rampa de contención que llega hasta la calle de San Jorge. Se impuso que las piezas de fundición fuesen construidas en España, en concreto en Sevilla, en los talleres de los hermanos Bonaplata.
La construcción se inició en 1845 y se termino en 1852. La inauguración se realizó el 23 de febrero de 1852 con la celebración de un desfile militar. El puente fue declarado Monumento Histórico Nacional el 13 de abril de 1976. Un año más tarde, en 1977, fue restaurado según proyecto del ingeniero onubense Juan Batanero, dirigiendo las obras el ingeniero sevillano Manuel Ríos Pérez. Por esta reforma, se instaló un nuevo tablero y los arcos dejaron de tener función estructural, quedando como elementos puramente decorativos. Se reinauguró el 13 de junio de 1977.
Un alcázar es un castillo, la palabra viene del árabe القصر al qasr que significa 'fortaleza', y que en latín es castellum (castrum). La particularidad del alcázar es que es un palacio fortificado. Varias ciudades españolas tienen alcázar, siendo entre los más característicos el de Sevilla, el de Córdoba o el deToledo. El Alcázar de Sevilla ha sido utilizado como lugar de alojamiento para los miembros de la Casa Real y altas personalidades que visitan la ciudad. Se compone de diversos edificios de diferentes épocas. La fortificación original se edificó sobre un antiguo asentamiento romano y más tarde visigodo. Posteriormente pasó a ser una basílica paleocristiana (San Vicente Mártir), donde fuera enterrado San Isidoro.
Los Reales Alcázares de Sevilla empiezan a tomar su aspecto actual tras la toma de la ciudad por los árabes en el año 713. Éstos utilizaron sus dependencias como residencia de sus gobernantes desde el 720. En 884 la fortaleza contribuyó a evitar la invasión vikinga de la ciudad. En un principio se componía de varios recintos, como la Casa de los Príncipes, viviendas que en el siglo IX iban desde la Plaza del Triunfo hasta el Barrio de Santa Cruz. Uno de los palacios que rodea dos patios es de la misma época que la Alhambra de Granada. Para llevar a cabo la obra, fueron enviados por el rey nazarí Mohamed V importantes artesanos toledanos granadinos, así como locales. Se amplió con la vivienda de los emires en el siglo XI, también en el siglo XII se siguió fortificando y añadiéndole estancias como el Alcázar o Palacio de las Bendiciones, y un siglo después los almohades le añadieron más patios y palacios. Tras la Reconquista de la ciudad, en 1248, los Reales Alcázares fueron alojamiento del rey Fernando III, tomándose por costumbre ser hospedaje de los sucesivos monarcas. Alfonso X el Sabio hizo las primeras reformas creando tres grandes salones góticos.
Posteriormente Pedro I el Cruel, en 1364, decidió construir el que se convirtió en el primer palacio de un rey castellano que no estaba protegido tras los muros y defensas de un castillo, y logrando su definitivo aspecto mudéjar que hoy conserva y que aún asombra por su esplendor. Se levantó la Capilla Gótica, el apeadero, el Patio de la Montería y los Grutescos de los jardines. El Palacio de Pedro I es considerado el más completo ejemplo de la arquitectura mudéjar en España. Se conservan todavía restos del antiguo Palacio Islámico como el Patio del Yeso, de época previa a la Reconquista. Las obras iniciadas por Pedro I impulsaron a realizar más transformaciones a otros reyes posteriores como los Reyes Católicos. Aquí Carlos I (V de Alemania) celebró su boda con Isabel de Portugal el día 11 de marzo de 1526.
En una de sus estancias nació en 1848 la infanta Isabel, nieta de Fernando VII. Alfonso XIII, gran enamorado de la ciudad, también realizó diversas reformas. Justo en la entrada se encuentra la Puerta del León, de estilo almohade. Desde ahí, todo es un conjunto extraordinariamente mezclado de arte árabe y cristiano. Cruzando la muralla árabe del siglo XII se llega al Patio de la Montería, cuyo nombre se debe a los monteros que acompañaban al rey en sus partidas de caza. En el Patio del León se pueden contemplar magníficas filigranas del Palacio de Pedro I. A la derecha se conserva el Cuarto del Almirante, destinado por Isabel la Católica como Casa de Contratación tras descubrir el Nuevo Mundo. En él se guarda la Virgen de los Navegantes de Alejo Fernández, una obra de 1531, como recuerdo del hecho producido y que dio origen a los más célebres viajes de los descubridores, como la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes.
En el otro extremo del patio hay unos salones del siglo XVIII, construidos sobre restos de un palacio gótico del que aún se conservan los Baños de María de Padilla, la Capilla y el Salón de Carlos V. A lo largo de las galerías y salas decoradas con bellos azulejos y admirando los valiosos techos mudéjares, desde el vestíbulo se llega al Patio de las Doncellas, una obra maestra del arte mudéjar andaluz. Los Apartamentos Reales están en una primera planta con salas redecoradas en el siglo XVIII. Mención especial merecen la Sala de los Reyes, la Sala de Carlos V -conteniendo grandes tapices de Bruselas-, el Salón del Emperador -con azulejos del siglo XV y tapices flamencos- y el famoso Salón de Embajadores, una sala cubierta por una cúpula semiesférica adornada de complicados arabescos dorados. Todas tienen vistas al patio, y la última citada es la dependencia más importante del Alcázar. Desde la Sala de Felipe II se llega al Patio de las Muñecas, cuyo nombre se debe a los pequeños rostros visibles en uno de los arcos, con espléndida decoración de azulejos y arabescos de estuco; aquí se anima a los visitantes a que descubran la cara de muñeca tallada en una de sus columnas, pues según la tradición “trae suerte” a quien la encuentra.
El terremoto de Lisboa de 1755 afectó al conjunto arquitectónico teniendo que realizarse importantes modificaciones, dándole entonces un toque barroco en el patio del crucero. Pasear por los Jardines del Alcázar puede ser uno de los paseos más agradables de Sevilla, donde se aúnan caracteres árabes, renacentistas y modernos. Están dispuestos en terrazas, de vegetación verdeantes, multitud de naranjos y palmeras, con fuentes y pabellones donde se respira frescor y quietud; un lugar para el sosiego y el descanso en la calurosa ciudad. Se destacan los Jardines del Príncipe con la fuente de Neptuno, y los Jardines del Naranjal con la fuente del León, y el Pabellón de Carlos V, donde murió el rey Fernando III. El resto de jardines son más modernos, y en ellos podemos encontrarnos con el escudo y el nombre del rey Alfonso XIII.
Desde los jardines se llega Patio de Banderas, lugar donde se colocaban las banderas cuando se alojaba algún rey en palacio, y que además era una especie de Plaza de Armas del Alcázar. En la actualidad se utiliza sobre todo para realizar interesantes exhibiciones de objetos de época árabe en sus salones, cada verano se puede disfrutar de un concierto nocturno en sus bellos jardines. Aparte se puede disfrutar de su belleza arquitectónica.
Declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1987.
También ha sido escenario varias películas, como Rojos (1981) de Warren Beatty, El Reino de los Cielos (2005) de Ridley Scott, o Alatriste (2006) de Agustín Díaz Yanes.
REAL FÁBRICA DE TABACOS (Universidad de Sevilla)
Es un edificio construido en piedra durante el siglo XVIII como sede de la primera fábrica de tabacos establecida en Europa. Constituye una de las más espléndidas representaciones de la arquitectura industrial del Antiguo Régimen. Desde mediados del siglo XX alberga la sede del rectorado de la Universidad de Sevilla y de algunas de sus facultades. El edificio industrial del siglo XVIII, es uno de los de mayores dimensiones y mejor arquitectura de su género en España, a la vez que uno de los más antiguos de esa tipología que se conservan en Europa, de la época del Antiguo Régimen.
Como edificio, se extiende sobre una superficie de carácter rectangular de 185 x 147 metros, con ligeros salientes en sus ángulos. En España sólo el monasterio de El Escorial, que ocupa un área de 207 x 162 metros, supera su tamaño, el recinto se encuentra rodeado en tres de sus lados por un foso que lo aísla del exterior, presenta alzado en dos plantas y entresuelos en las áreas residenciales. Arquitectónicamente destaca su esquema general de referencias renacentistas, con aires herrerianos en su planta, patios y detalles de remate de las fachadas, sin olvidar las semejanzas con motivos de los arquitectos Sebastiano Serlio y de Palladio. Sus fachadas realizadas en cantería, se encuentran moduladas por pilastras que se elevan sobre un pedestal que recorre el inmueble. En su fachada principal se aprecia la influencia del estilo barroco, presenta una portada con doble columnas a cada lado y en la planta superior, balcón balaustrado y remate con tímpano decorado con atributos reales. Por encima, se levanta una estatua de la fama, y jarrones de azucenas, obras de Cayetano de Acosta; al mismo autor portugués, se deben también las fuentes de mármol blanco de los dos patios interiores y los pináculos que decoran las cuatro esquinas del edificio. En el arco de ingreso se destacan relieves con temas concernientes a la historia y elaboración del tabaco.
El inmueble se encuentra rodeado por un foso en la mayor parte de su perímetro debido a su construcción extramuros adosado a parte de las murallas de la ciudad por esa zona. Estas características le hacen merecedor de ser mencionado por el viajero inglés Richard Ford como El Escorial tabaquero y más modernamente como: Palacio de la Industria. En 1956 Antonio Cano Correa y su mujer Carmen Jiménez Serrano esculpieron la ornamentación de las nuevas puertas que se abrieron en las fachas este, sur y oeste de la antigua Real Fábrica para ser portadas de las nuevas facultades de la Universidad de Sevilla, correspondientes a Derecho, Ciencias y de Filosofía y Letras.
Las Atarazanas Reales se levantaron muy poco después de conquistada la ciudad a los musulmanes (año 1248) por el rey Fernando III de Castilla, cuando su hijo Alfonso X decide en 1252 la edificación de unas Reales Atarazanas para la construcción de galeras en unos terrenos fuera del recinto amurallado y muy cerca del Guadalquivir, en la zona comprendida entre la Torre del Oro, la Torre de la Plata, y las Puertas del Carbón y Postigo del Aceite.
Por ello, en el barrio de El Arenal se levantan 17 enormes naves de fábrica de ladrillo en sentido perpendicular al Guadalquivir y delante de la cerca almohade de la ciudad, donde los carpinteros de ribera se esforzaban en la construcción de barcos y los pescadores y almacenistas se dedicaban a la salazón del pescado. También ocupaban la primera nave procedentes de la plaza de San Francisco cuando se llevaron a las Atarazanas las mismas, así como los comerciantes a sus mercancías, más adelante, cuando se destinaron a almacenes reales y aduana, sirviendo a partir del siglo XVIII como fábrica y depósito de artillería, siendo el Ejército el último de los grandes inquilinos en la historia de la Reales Atarazanas sevillanas, hasta casi finales del siglo XX.
Arquitectónicamente se trata de una inmensa obra gótica y mudéjar construida toda ella en fábrica de ladrillo, que muestra del influjo del arte almohade en las construcciones medievales en la ciudad de Sevilla, donde asombran las enormes dimensiones de sus anchas y largas naves adosadas y cubiertas por bóvedas de arista, apropiadas para la construcción de los mayores barcos de la época. Estas naves se comunican lateralmente a través de gruesos arcos ligeramente apuntados y enfrentados entre sí que arrancan directamente desde el suelo, y que en su conjunto provocan en su interior perspectivas de una insólita belleza.
SEDE REAL MAESTRANZA DE SEVILLA
La Real Maestranza de Caballería de Sevilla es una institución de caballería creada en 1670 de la antigua Cofradía de San Hermenegildo o Hermandad Caballeresca y con la tutela de Nuestra Señora del Rosario, cuya intención original era el adiestramiento de la nobleza en las armas y la práctica ecuestre de carácter bélico al servicio de la corona española, además de la capacitación de oficiales para el ejército.
Diez años después redactará y aprobará sus propias ordenanzas, realizándose sucesivas reformas en los años 1732, 1793, 1913, 1966 realizándose la última en 1978. Es la primera de las maestranzas de caballería a la que se le concede el privilegio de que sea un miembro de la Familia Real el que la encabece, en el año de 1730.
Desde sus inicios la institución organizó eventos públicos en la ciudad de Sevilla siendo de las primeras en impulsar el deporte hípico en la misma; del interés de la institución por estas actividades y eventos nace la iniciativa de la creación de la Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
TEATRO MAESTRANZA
Obra de los arquitectos Aurelio del Pozo y Luis Marín, está ubicado en uno de los lugares más privilegiados de la ciudad junto a la Torre del Oro y a la Plaza de toros de la Real Maestranza, a orillas del río Guadalquivir, estando considerado uno de los mejores teatros vanguardistas de España.
La construcción del Teatro se inicia el 10 de febrero de 1987. Fue inaugurado por S. M. la Reina Sofía de España el 2 de mayo de 1991, y unos días más tarde, el día 10, se realizó el primer espectáculo, consistente en un recital lírico en el que actuaron las primeras figuras españolas del mundo de la ópera de final del siglo XX: Jaime Aragall, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, José Carreras, Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Pedro Lavirgen, Pilar Lorengar y Juan Pons.
La sala principal tiene forma cilíndrica con una capacidad para 1800 espectadores, poseyendo una cúpula de 47,20 metros y una boca de escena de 18,9 por 9,5 metros. Se distribuye en platea, dos terrazas, un balcón y paraíso. Gracias a su acústica variable, se pueden representar distintos espectáculos, desde óperas hasta conciertos de música clásica y recitales, pasando por flamenco, ballet y zarzuelas.
Además de la sala principal, el complejo contiene salas de teatro experimental, exposiciones, conferencias y un centro de investigaciones culturales. Es de destacar la sala Manuel García, en la que se representan óperas de cámara y pequeño formato. Asimismo, el Teatro de la Maestranza es sede de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla que no sólo participa habitualmente en las representaciones operísticas, sino que a lo largo de la temporada desarrolla aquí una intensa temporada de conciertos.
TORRE DEL ORO
Es una torre albarrana situada en el margen izquierdo del río Guadalquivir, en la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Su altura es de 36 metros. Posiblemente su nombre en árabe era Bury al-dahab, Borg al Azahar, o Borg-al-Azajal en referencia a su brillo dorado que se reflejaba sobre el río. Durante las obras de restauración de 2005, se demostró que este brillo, que hasta entonces se atribuía a un revestimiento de azulejos, era debido a una mezcla de mortero cal y paja prensada. Es una torre formada por tres cuerpos, El primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà.
El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el cruel en el siglo XIV. El cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula, fue construido en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931 y ha sido restaurada varias veces. En la Edad Contemporánea fue restaurada en 1900, entre 1991 y 1992, en 1995 y en 2005. En su conservación ha sido importante la labor de la Armada. Se encuentra en buen estado de conservación y alberga el Museo Naval de Sevilla. Fue construida entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà, con una base dodecagonal. Cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla que la unía con la Torre de la Plata, que formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar.
Existe una tradición de que para impedir la entrada al puerto fluvial, se extendió desde su basamento una gruesa cadena sobre el río hasta otra torre ubicada en la actual calle Fortaleza, situada al otro lado del río, en el actual barrio de Triana; dicha leyenda es falsa ya que La Calle Fortaleza en la orilla de Triana recibe ese nombre en el s. XIX, anteriormente denominada Calle Limones, por otro lado y con más acierto, en las Crónicas realizadas por Alfonso X el Sabio, donde describe al detalle la toma de la ciudad de Sevilla, sólo se menciona una cadena, la que sujetaba el conjunto de barcas que formaba el puente que unía la orilla de Sevilla y la de Triana, que unía además la ciudad con el Castillo, conocido posteriormente como Castillo de San Jorge, en la orilla de Triana.
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