La primera mención a Bielsa se realiza en un documento, probablemente falso, fechado en 1080.
Bielsa fue una villa de realengo hasta fines del siglo XIII, 1280, cuando fue transferida a la familia de los Viella, pasando después al dominio de los señores.
A mediados del siglo XV, Ramón Muntaner, escudero y habitante de Bielsa, se la entrego al rey Alfonso V con una serie de condiciones favorables para sus moradores:
No volver a ser separados del dominio de la corona.
Que los vecinos tuvieran los puertos y términos con las hierbas como propios comunales.
Que todos los hombres quedaran exentos de pagar pechas o cualquier otro tributo real.
Que los vecinos disfrutaran de los privilegios, fueros y libertades de los caballeros infantones del reino.
La proximidad a Francia, junto con la dificultad para superar las barreras naturales que los separaban del resto del territorio nacional, ha condicionado enormemente la vida de Bielsa.
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