PERATALLADA

El feudo de los Cruïlles

En una zona de dólmenes neolíticos, Peratallada es un conjunto medieval con un famoso castillo-palacio. Su historia está ligada a una de las familias feudales más conocidas de Cataluña.

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Este municipio está considerado como uno de los núcleos más importantes de Cataluña en cuanto a arquitectura medieval se refiere. Este paraje esconde rincones de enorme belleza como su  castillo, la Iglesia de Sant Esteve, los dólmenes de Tres Cantos entre otros.

Al tratarse de una localidad relativamente pequeña el recorrido se puede hacer en una mañana.

El término municipal está repleto de monumentos megalíticos que confirman una temprana ocupación. Los árabes ocupan la zona entre los años 713 y 725, fecha en que será dominada por caballeros dependientes del Imperio Carolíngio -como parte de la Marca Hispánica- hasta el año 801.


HISTORIA

Ya en el año 1062 aparece una referencia al elocuente nombre del Castro de Petra Taliata (piedra tallada) A lo largo de la centuria siguiente hubo un asentamiento estable vinculado al señorío de Peratallada. En 1153, Dalmau de Peratallada fue uno de los primeros terratenientes del lugar. Este linaje va ganando prestigio entre la nobleza catalana hasta que en 1266 -durante una época de profunda crisis en la comarca- el caballero Gilabert de Cruïlles se casa con Guillema de Peratallada, accediendo al control del castillo y la villa, donde residen habitualmente. Fue un personaje importante que, en 1283, figuró como uno de los tres caballeros elegidos para acompañar al rey Pedro II el Grande de Aragón en el célebre torneo que debería de tener lugar en Burdeos (entonces parte del reino de Inglaterra) frente al rey Carlos I de Anjou. El vencedor se debería quedar con ambos reinos pero el francés no se presentó. Dos años después, Cruïlles tendrá una actuación destacada en la batalla que tuvo lugar en la cercana Peralada. En 1315 el rey le confisca su feudo de Peratallada, devolviéndoselo a la familia tiempo después.


El siglo XIV supone una recuperación económica y el mantenimiento del prestigio de la familia Cruïlles, que en diversas ocasiones recibe como invitados a los reyes de Aragón.


La Plaça de les Voltes

Durante la Guerra de las Remensas, el caballero Bernat Gilabert de Cruïlles es uno de los nobles que se opone al rey Juan II. Su hijo, el príncipe Fernando de Aragón (llamado el Católico), en 1476 asedia y conquista el castillo con ayuda de otros miembros de su familia. Al finalizar la guerra el Señorío lo ostenta un miembro de la familia partidario del rey: Pere Galcerán de Cruïlles.

En el año 1964 el castillo pasa a ser propiedad del marqués de Torroella de Montgri, que al año siguiente comienza a rehabilitarlo.

QUE VER
Se puede comenzar la visita a Peratallada, declarado Conjunto Histórico-Artístico, paseando alrededor de la Muralla, construida en los siglos XII y XIII, y observando su foso. También sobresale el Portal de la Virgen, la única de las entradas medievales todavía visible.
El Castillo tiene un origen muy remoto, conservando en su compleja estructura alguna huella altomedieval, si bien la mayor parte es de los siglos XI al XIII. Destaca su bien conservada Torre del Homenaje, coronada por almenas. En el interior del recinto, frente a la plaza de armas, está el palacio bajomedieval  de estilo gótico habitado durante tantos siglos por los Cruïlles.
Asimismo es posible ver otra torre del homenaje, perteneciente al Castell de Peralta, cuyo origen estaría también en el siglo XI y que perteneció también al linaje que lleva el nombre de este municipio. Fue integrado en una masía y aún se observan las reformas bajomedievales en su fábrica.


Iglesia de Sant Esteve en Peratallada

El monumento más relevante que ver en Peratallada es la Iglesia de Sant Esteve (s. XII), valioso ejemplo del románico catalán que destaca por su sobrio frente en cuya parte inferior se abre la característica portada moldurada con un óculo. Entre los siglos XVI y XVIII se añadieron varias capillas al cuerpo de naves además de la nueva sacristía. Fue una auténtica iglesia-panteón de la familia Cruïlles e incluso se conserva alguno de los sepulcros medievales en su interior como el de Gilberto (1348).

En la Plaza Mayor, Plaça de les Voltes, forman un curioso conjunto los portales que permiten pasear bajo las casas, muchas de ellas del siglo XVI.

En la cercana Sierra de Cals se encuentran los dólmenes de Tres Cantos y Mas Estanyet. Por otra parte, llama la atención la cantidad de hornos de cal  existentes, como los de Fonteta. También hay ladrillares como el de Can Frigola (San Clemente de Peralta). Por último, resulta insólito el conjunto de las Canteras u Hoyos de San Julián, de gran interés geológico.
En Canapost se puede visitar una antigua necrópolis medieval en el entorno de la Iglesia de Sant Esteve, ejemplo del temprano románico con elementos prerrománicos. Ya en los siglos XI-XII se añaden la torre con cuerpo de campanas almenado y una nave. Sorprende la fachada inacabada, trazada en el siglo XVIII. En el interior hay pinturas murales románicas y góticas.



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