SALSBURGO



Salzburgo es la ciudad de Mozart y de los magníficos festivales de verano, enclavada en un hermoso territorio, con una estructura urbana plagada de bellos monumentos y rincones típicos, como el palacio de Mirabell, la casa de Mozart, la Catedral y el castillo Hohensalzburg, desde donde se aprecia una magnífica vista sobre la urbe.

Qué hay para ver en Salzburgo?

Uno de los puntos de referencias más claros de la ciudad es el Río Salzach, que atraviesa la ciudad y pasa justo por los lugares históricos. Una de las atracciones del centro de Salzburgo son los jardines de los antiguos palacios, hoy convertidos en Museos. El más bonito de los jardines es el del Palacio Mirabell (Schloss Mirabell), con fuentes y esculturas con escenas de la antigua Grecia. Hoy este Palacio alberga la Universidad Mozart, la auténtica universidad de música clásica de Salzburgo. También es interesante una visita a los jardines del Museo Barroco.

Mozart es una palabra que se repite constantemente durante los paseos por Salzburgo. Es el personaje más famoso que ha vivido en esta ciudad y ha dejado su impronta en cada rincón. En Salzburgo se respira música clásica y, en el aire flotan las melodías de Mozart. Hay dos puntos turísticos vinculados al gran compositor: su casa natal y su residencia.
Durante veintiséis años, en el periodo comprendido entre 1747 y 1773, la familia Mozart habitó la tercera planta de la “Casa Hagenauer”, situada en el número 9 de la Calle Getreidegasse. Aquí nació el día 27 de enero de 1756 su famoso hijo Wolfgang Amadeus Mozart y hoy la casa se ha convertido en un museo en su honor. Se pueden visitar las habitaciones originales, con su mobiliario, su vajilla, utensilios cotidianos y sobre todo, los instrumentos musicales del gran compositor austríaco (por ejemplo, el violín que Mozart tocaba en su infancia, un clavicornio y su piano). Si bien es interesante la visita a la casa natal de Mozart para conocer un poco de su historia, lo más interesante que permite conocer esta visita es el estilo de vida de una familia burguesa en el siglo XVIII.

Otro lugar para visitar en relación al gran compositor es su Residencia (en la calle Makartplatz). Allí vivió Mozart desde el 1773 al 1780. Se exponen objetos sobre la vida de la familia Mozart y la historia de la casa. Fue en esta casa donde Mozart compuso sus más reconocidas sinfonías, conciertos para piano y violín, y sus creaciones de música sacra.  Si bien la casa sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, fue restaurada y actualmente es museo.
La plaza más visitada de Salzburgo, es obviamente la Plaza Mozart. En su centro se ubica la estatua del compositor y a su alrededor se alzan los edificios públicos más importantes. Salzburgo fue históricamente un principado eclesiástico, es decir, regenteado por un arzobispo: fue desde siempre una ciudad en la que la Iglesia tuvo un lugar importante en el ejercicio del poder.  Ahora bien, la “Residence Platz”, “Plaza de la Residencia” es el centro cívico de la ciudad y allí se ubica la catedral el Dom, con sus enormes puertas de bronce, y algunas obras de arte bastante particulares: un tablero de ajedrez gigante y una esfera con una persona esculpida en su cima.

Otro lugar para visitar es el Museo de Salzburgo, también ubicado en la Plaza de Mozart, un museo con obras de arte, pintura, con salones dedicados a Mozart también, y otros salones dedicados a la arqueología y los tesoros de la Edad Media.  Se exponen, entre otros el Jarrón Celta y el “Yelmo de Pass Lueg”. 

Desde el centro cívico de la ciudad se inicia el camino hacia la máxima atracción de Salzburgo: el Festung Hohenalzburg, el gran castillo ubicado en la cima de una colina que domina todas las vistas de la ciudad. Es una auténtica fortaleza medieval que se yergue sobre la ciudad y vigila cada uno de sus rincones.
El castillo de Hohensalzburg es una edificación medieval inmensa ubicada sobre una colina frente a la ciudad de Salzburgo. Es una fortaleza enorme, con más de 250 metros de largo y 150 metros de ancho, algo realmente destacable para su estilo. Se comenzó a construir en el 1077, por supuesto, con otras dimensiones, con madera y piedra para ser sede del Arzobispado que gobernó durante siglos la ciudad.

Posteriormente fue ampliando y, la construcción tomó dimensiones extraordinarias. Hoy en día el castillo de Hohensalzburg es una atracción turística para la ciudad (se construyó un funicular para llegar a su portal fácilmente) pero en este lugar ha transcurrido parte importante de la historia de la región: a principios el siglo XX fue el lugar donde se confinaron los nazis capturados antes de 1930 y a los prisioneros italianos durante la Segunda Guerra Mundial.


Un poco de historia…

El castillo de Hohensalzburg es uno de los más importantes símbolos de la ciudad de Salzburgo.

Traducido del nombre alemán el castillo significa “High Salzburgo Fortress”, o sea, la fortaleza de lo alto en Salzburgo y esto se debe, evidentemente a su ubicación, visible desde cualquier punto. De la ciudad por estar en la cima del monte Festunsberg.



La construcción del castillo comenzó bajo las órdenes del príncipe de Salzburgo en 1077, el arzobispo Gebhard von Helffenstein. Necesitaba para sí mismo un lugar con mucha protección dado que son tiempos de lucha entre el papado y el emperador. La cima de la colina era una buena ubicación para sentirse protegido, dado que solo había un camino de acceso al castillo, era posible custodiarlo.  La primera etapa de la construcción de la fortaleza incluyó la construcción de algunas residencias e iglesias, que hoy se ven en la parte superior del castillo. Luego en los siglos XII y XIII el castillo tuvo algunas ampliaciones. También en el siglo XVI cuando el arzobispo Lang decidió mejorar sus defensas, fue la época en la que los levantamientos campesinos alcanzaron su punto más alto. A comienzos del siglo XIX el castillo fue ocupado por los franceses tras logar vencer la resistencia de la ciudad. En ese momento el arzobispo de la ciudad, Hieronymus huyó a Viena y en 1803 comenzó el proceso de secularización de Salzburgo, ya no sería más un territorio gobernado por la Iglesia.
Durante las Guerras Napoleónicas, el castillo fue entregado al enemigo sin luchar. Después de eso, durante más de un siglo el castillo fue utilizado como almacén. Durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo de Hohensalzburg fue utilizado como prisión, posteriormente fue el lugar elegido por el ejército americano para iniciar su avance hacia el este. Sin lugar a dudas, un lugar con mucha historia.
 Que hay para ver en el castillo de Hohensalzburg?

El acceso al castillo se realiza a través de una enorme rampa que va subiendo la colina hasta llegar al portón principal. A medida que se avanza, Salzburgo va quedando abajo y la vista panorámica se hace más y más bonita, pero también se puede utilizar el moderno funicular que en pocos minutos y a velocidad vertiginosa nos lleva hasta la cima.
El interior del castillo esta restaurado y a medida que se recorren los diversos sectores se pueden ver los diferentes usos que tuvo la fortaleza a lo largo de la historia. Lo mejor es ver las habitaciones de los príncipes y sus salas de estar cotidianas. Muchas de ellas conservan sus muebles originales y las colecciones de arte del arzobispado. Uno de los lugares más bonitos es el Salón Dorado, que data del 1500 y tiene una enorme chimenea y decoración turca.
En el Museo de la Fortaleza se puede visitar la capilla privada de Leonhard von Keutschach donde se exhiben una amplia colección de objetos religiosos. Hay un museo dedicado a la tortura, donde se exhiben máscaras de tortura y aterradores cinturones de castidad. También hay un museo de marionetas muy simpático, dado que aquí se ubica el teatro de Marionetas de la ciudad.


El exterior del castillo está conformado una sucesión de patios, torres y galerías. Desde las murallas y las torres, las vistas de la ciudad son realmente impresionantes. La parte posterior del castillo nos reserva unas magníficas vistas de los Alpes.


Tomamos un almuerzo típico de Salzburgo, en el Restaurante K&K.  
             

Ubicado en una casa burguesa de la Edad Media, está catalogado como monumento histórico nacional, cerca de la catedral de Salzburgo y de la plaza Mozartplatz considerado como uno de los puntos de encuentro culinarios más tradicionales de Salzburgo. Los salones pequeños y bien dispuestos en cuatro plantas forman un conjunto arquitectónico único y aportan al bloque su carácter inconfundible. Aquí se degustan especialidades austríacas e internacionales. Y posee una de las mejores bodegas de la ciudad.



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