TOURS
Catalogada como Ciudad de Arte y de Historia, Tours atesora un hermoso casco antiguo en el que se diferencian dos núcleos: el barrio de la catedral de Saint-Gatien, creado sobre las ruinas de la ciudad galo-romana, y el barrio de Châteauneuf, surgido en la Edad Media entorno a la Basílica de Saint Martin y de la Plaza Plumereau. El resto de la localidad quedó arrasada durante la II Guerra Mundial y fue después reconstruida.
Destacado emplazamiento en tiempos de los galos e importante foco de la cristiandad en la era romana, Tours (Francia) llegó a ser capital de Francia bajo el mandato de Luis XI. El rey se instaló en el Castillo de los Montils o del Plessis, en La Riche, periferia de la ciudad que se convertiría desde entonces en residencia habitual de los sucesivos monarcas del país y de la corte. Ya en la época del Renacimiento, tanto esta población como su región serían testigos de la edificación de varios palacios y majestuosos inmuebles que, en la actualidad, se agrupan bajo la denominación genérica de ‘Castillos del Loira’.
Cerca del puente que cruza dicho río, en el centro histórico, se levanta la Catedral de San Gaciano, erigida entre los años 1170 y 1547. Se trata, junto al castillo, de uno de los emblemas de la villa, también conocida por la perfección del francés que allí se habla. Otros enclaves interesantes son el Palacio de Justicia, la ya nombrada Basílica de San Martín y los museos de Bellas Artes, del Compagnonnage, de Historia Natural, del Gemmail, de los Vinos, del Hôtel Gouïn y de San Martin.
Además, Tours (Francia) puede ser el punto de partida ideal para desvelar los secretos que encierra el Loira, el río más largo del país y que discurre también por Orleans y Nantes, desembocando en el océano Atlántico. Su valle, calificado como ‘El Jardín de Francia’, atesora una herencia arquitectónica inigualable, con castillos tan impresionantes como el de Amboise, Villandry o Chenonceau y villas históricas tan fascinantes como Blois, Chinon o Saumur.
La declaración como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco de parte de esta zona corrobora la crucial importancia y el enorme interés que dicho destino tiene para los viajeros que se desplazan hasta el Valle del Loira, en cuyo paisaje queda constancia, a modo de monumentos, de los ideales de la Ilustración y del Renacimiento. Uno de los grandes reclamos de esta región son sus más de cuarenta castillos, muchos de los cuales conservan relevantes trazas arquitectónicas de la Edad Media, periodo al que se remontan sus orígenes.
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