OVIEDO - CALDAS


Que puedo decir del fin de semana que pasamos en este magnífico Hotel-Balneario que dirige magnificamente D. Félix Álvarez. Todo lo que podamos decir es poco; las habitaciones, las instalaciones hoteleras, el centro termal, con un excelente recorrido, y como no, su sala de las columnas, y todo ello aliñado con unos increíbles alicientes gastronómicos.

Nuestro vuelo hacia el norte, nos recordó en una escala muy inferior a uno que tuvimos saliendo de Santiago de Compostela, pero ello quedo olvidado al llegar al Gran Hotel Las Caldas Villa Termal.
Por la noche una vez relajados  se nos ofreciendo una espicha asturiana.

"La espicha es uno de los principales exponentes de la cultura tradicional Asturiana como todos sabemos, formó y forma parte de nuestro tiempo, un pasado, el presente, y de un futuro venidero, como uno más del ejemplo de sus costumbres y tradiciones.
Es la fiesta propiamente dicha, el momento en que se celebra con gran alborozo y alegría la apertura de un tonel o una pipa de sidra, puesto que ya nos cercioramos que el proceso de fermentación ya ha acabado y la densidad de la sidra es la adecuada, en este acto se reúnen los familiares y amigos que han participado o simplemente invitados para degustar y probar la sidra y, claro es el momento oportuno en el cual cada uno dice su parecer de lo que esta bebiendo, a veces con alguna disparidad de criterios que suele ser por lo general un buen síntoma y, entonces van apareciendo poco a poco las opiniones y la discusión como producto también de saborear y tener los efectos de los primeros culetes, para mi entender se debe de hacer y tener una opinión lo suficientemente válida y ajustada de lo que personalmente estamos bebiendo a partir del 3º-4º culete aprox. tendríamos en esos momentos el paladar predispuesto para ese fin como es el de enjuiciar adecuadamente el trabajo que nos ha llevado el proceso de su elaboración y, es el momento también de que te agradezcan y valoren en su justa medida la labor desarrollada durante tanto tiempo, ésta que lleva tantos cuidados y tantos trucos y usos tradicionales que respetamos escrupulosamente…. con los resultados que están a la vista y por supuesto al gusto de cualquier persona, este proceso nos da algunos quebraderos de cabeza con algunas situaciones o resultados que nos son difíciles de entender, no todo es tan fácil.

Y por descontado todo ello acompañado de unos excelentes productos de la tierra".

Al día siguiente y tras el desayuno aprovechamos para dar un breve paseo por las instalaciones exteriores del complejo y posteriormente asistir a una presentación de las muchas posibilidades que nos ofrece la oferta turística de Asturias.

A continuación nos desplazamos a la capital Oviedo para visitar los principales puntos de interés de la ciudad, y para ser sinceros debo mencionar que lo que más nos impresiono fue, la boda que se iba a celebrar en la Catedral, cuyo momento culminante fue el descenso de la novia del Studebaker (ver web de la firma), me atrevería a decir un modelo 3C President Eight de 1937.


Comenzamos nuestra visita por la catedral de San Salvador que aunque predominantemente gótica, presenta elementos prerrománicos, románicos y barrocos. Al prerrománico pertenecen la Cámara Santa y joyas como la Cruz de los Angeles (808), la de la Victoria (908) y la Caja de las Ágatas (910). Los elementos románicos son la Torre Vieja y la ampliación realizada entre 1175 y 1185 en la Capilla Superior de la Cámara Santa que aportó una decoración, obra maestra del románico español, consistente en seis estatuas-columnas situadas en los extremos y el centro de los muros.

La obra gótica de la catedral comienza por la Sala Capitular (1293) y concluye en 1587 con el remate de la flecha de la torre, obra de Rodrigo Gil de Hontañón, considerada la mejor de todas las torres rematadas con flecha de España. En ella está instalada la gran campana Wamba (1219)de 1’22 metros de boca. Por lo que respecta a las obras barrocas hay que destacar la Girola (1621-1633) y Capillas como la del obispo Vigil de Quiñones (1640) o la de Santa Bárbara (1663).

Visitada la catedral y nada más tomar la C/ Santa Ana, se encuentra el muro final del ábside central de la iglesia de San Tirso (Prerrománico), que presenta la característica ventana trífora del estilo, con arcos de mediopunto realizados en ladrillo. Más adelante se encuentra el palacio de Velarde (Barroco 1771-1773), de planta cuadrada y tres pisos organizados entorno a un patio central. Es de destacar la escalera de estilo imperial y la galería de la planta superior. Es uno de los dos palacios que conforman el Museo de Bellas Artes de Asturias. 

La calle Sta. Ana desciende convertida en calle Mon desde la que, por el callejón Adolfo Alvarez Folgueras, se entra en la plaza de Trascorrales, uno de los rincones más recoletos del casco antiguo. Salimos de ella por la Calleja de los Huevos para pasar bajo el arco del Ayuntamiento de Oviedo (1622), de Juan de Naveda. El edificio se situó en la antigua entrada sur de la ciudad o puerta de Cimadevilla, lo que llevó al arquitecto a integrarla en él mediante un cuerpo central con arco de paso y balcón de honor en el primer piso, rematado por un frontón quebrado en cuyo interior se ubica el escudo real. 

Desde la plaza del ayuntamiento y por la calle Fierro se llega a la Plaza del Fontán (1795), edificada por la corporación municipal y algunos comerciantes como espacio comercial. De planta rectangular definida por una línea de edificios con pórticos adintelados sobre columnas, el acceso al interior se realiza mediante pasajes situados en la mitad de cada lateral. 

En la plaza anexa de Daoiz y Velarde se encuentran el Caño del Fontán (1657), el Palacio del Marqués de Sanfelíz (Barroco, 1723) y la antigua Casa de Comedias (actual Biblioteca de Asturias) construida en 1671 con diseño de Ignacio de Caxigal. Abandonando este rincón del Oviedo antiguo por las calles Arco de los Zapatos, Fontán, Rosal y Pozos se llega a la Plaza de Riego, con la Casa de Quirós (Renacentista, s. XVI-XVIII) y el edificio de la Universidad de Oviedo (1568), obra de Rodrigo Gil de Hontañón ordenada en torno a un patio interior con galería abierta, mientras que el piso superior está cerrado con ventanales. 

En la cercana Plaza de Porlier hay dos palacios barrocos; a la derecha el de Toreno (1673) y frente a nosotros el de Campo Sagrado (1757), de planta cuadrada estructurado entorno a un patio central. La decoración exterior del piso bajo es más barroca, mientras que la del primero anuncia el neoclasicismo. La cubierta ostenta un llamativo alero de madera con tresfilas de canecillos moldurados y un remate en frontón curvo. Es sede de la Audiencia Provincial. 

De vuelta a la plaza de la Catedral, cabe citar el Palacio de Valdecarzana, con un gran escudo de los Heredia y la casa de la Rúa, (Gótico, s. XV) cuya fachada presenta la disposición medieval típicamente desorganizada. Oviedo cuenta con una galería de escultura contemporánea diseminadapor calles y plazas del centro urbano con obras de Úrculo “Regreso deWilliams B. Arrensberg”, Fernando Botero “Maternidad”, Fernando Alba, Faustino Goico-Aguirre y Manolo Hugué “Mujer Sentada”.

Pero Oviedo es conocida además por el Prerrománico Asturiano (Patrimonio Mundial de la Humanidad). De los edificios situados a las afueras destacamos en primer lugar la iglesia de San Julián de los Prados (Plaza Santullano,años 812-842) relevante por ser el mayor de los edificos prerrománicos de España y por conservar también la muestra pictórica alto medieval mejor conservada del país. 

En segundo lugar el palacio de Santa María (MonteNaranco, primera mitad del s. IX) el más singular por ser el único edificio palaciego visigodo o carolingio conservado en España, carácter civil que perderá en el s. XII al ser convertido en iglesia bajo la advocación de SantaMaría. Destaca además por su espléndida decoración de influencia bizantina. Terminamos con la iglesia de San Miguel de Liño o Lillo, próxima al anterior y consagrada a Santa María en el año 848, hasta que en el siglo XII estaadvocación pasó al cercano palacio quedando la iglesia dedicada a San Miguel.
El conjunto arquitectónico Buenavista, en Oviedo, se debe al talento del ingeniero y arquitecto valenciano Santiago Calatrava Valls en el que destaca,como pieza central, el Palacio de Exposiciones y Congresos con actividad programada desde marzo de 2011. Se ubica en el barrio que le da nombre y aspira a convertirse en un nuevo emblema de la ciudad.La vinculación personal de Calatrava con Asturias también arranca de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999; entonces se valoró su obra por haber alcanzado un merecido prestigio internacional y aportar a la construcción de puentes y edificios un original entendimiento del volumen y el empleo de nuevos materiales y tecnologías en la búsqueda de una estética innovadora. 


Y para colofón a la visita y al grito de “Suenen esas gaitas”, una breve nuestra de la danza autóctona asturiana.
Reconocer que Oviedo es una ciudad limpísima, con infinidad de edificios históricos y modernistas e infinidad de esculturas en sus calles, da gusto pasear por ella.

Finalizado la visita nos dirigimos hacia Casa Fermín a deleitarnos con otro menú salido de sus fogones, ya que el matrimonio Martinez son los que llevan la cocina del Gran Hotel.

Ensalada de pulpo, caramelos de morcilla, sopa de nécoras, fabada asturiana, arroz con leche, sopa de tres chocolates……. fue nuestro “ligero” almuerzo que nos presento la Sra. Martinez.
El domingo por la mañana nos iniciamos con un súper relajante baño de flotación en el salón de las columnas.
Una vez desayunados, nos decidimos a recorrer los alrededores del complejo por las rutas verdes.
A mediodía y después de un “ligero” almuerzo nos despedimos de Caldas con el deseo de un pronto regreso a tan paradisiaco lugar.

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