ISLA DE MADEIRA - Funchal

La primera vez que visitamos Madeira fue el año 2007, con un viaje que realizamos de una semana de estancia en la isla, una estancia que más nos pareció corta que larga, Funchal fue nuestra base, ofrece tantas opciones de viaje y excursiones que el tiempo nos paso volando.

El clima es subtropical con temperaturas que oscilan entre los 19 y los 24 grados, aunque en determinadas zonas la temperatura puede descender algunos grados, por lo que siempre es recomendable llevar una prenda ligera de abrigo.

Al contrario de lo que se pueda  pensar, no es necesario realizar un largo vuelo para encontrar un destino ideal de vacaciones.

¡Son muchas las razones para visitar Madeira!
Además del deslumbrante paisaje caracterizado por montañas densas y verdes, este destino también impacta sus visitantes por su agradable clima a lo largo de todo el año y por el cariño con el que somos recibidos, así como por la tranquilidad y seguridad que se vive en el archipiélago. 

Para conocer verdaderamente Madeira, hay que subir a lo alto de una montaña y deslumbrarse con escenarios fantásticos que cortan la respiración, recorre los senderos y las veredas, en pleno Bosque Laurisilva, que se extienden por más de1.400 km de "levadas" y que proporcionan un encuentro único con el alma de la isla. Siente la energía que fluye del ambiente cosmopolita delas pintorescas calles de Funchal, y aprovecha para adquirir algunos recuerdos como los famosos Bordados y el popular Vino de Madeira o algunos objetos de mimbre. 

Una vuelta por la isla, parando en las principales localidades para admirar el paisaje o saborear algún manjar tradicional y, para los más activos, practicar buceo, surf, windsurf o jet ski constituyen otros agradables programas. 

Para los más románticos, está reservado un maravilloso paseo en velero bordeando toda la costa para observar la puesta de sol. Pero para que este sea el viaje de tus sueños, tendrás que prolongar su estancia en la paradisíaca isla de Porto Santo, situada a 40Km de la Isla de Madeira, distancia salvada  en15 minutos de avión o en 2h30 de ferry-boat. Con una impoluta playa de arena fina de 9 Km de extensión, bañada por un mar limpio y en calma, la "isla dorada"  constituye un destino de vacaciones paradisíaco. Al final, ¡la felicidad puede estar tan cerca!

Las islas de Madeira y Porto Santo, y las inhabitadas Islas Salvajes (Selvagens) y Desiertas (Desertas), constituyen el archipiélago de Madeira que en 1418 fue descubierto por los portugueses. 

El archipiélago de Madeira se encuentra situado en el océano Atlántico a una distancia de 500 km de la costa africana y1.000 km del continente europeo, distancia que, traducida en minutos, representa 90 minutos de vuelo desde  la ciudad de Lisboa. La isla de Madeira tiene un área de 741 Km2, 57 km de longitud y 22 km de ancho. 

Su posición geográfica privilegiada y su orografía montañosa confieren a la isla de Madeira un maravilloso clima moderado con temperaturas medias muy suaves que oscilan entre los 23º en  verano y los 17ºC en invierno unidas a una humedad moderada. Por influencia de la corriente cálida del Golfo, el agua del mar es igualmente muy templada, presentando medias en verano de 22°C y en invierno de 18ºC.

¡Descubra una isla encantada!
A pesar de tener una superficie pequeña, Madeira es rica en escenarios majestuosos y de entrañable belleza. ¡Sal al descubrimiento de los rincones más encantadores de este jardín flotante! Madeira presenta sus localidades repartidas entre Funchal, capital del archipiélago, Caniço, la Costa Este (Santa Cruz y Machico), la Costa Oeste (Câmara de Lobos, Ribeira Brava, Ponta do Sol y Calheta), la Costa Norte (Porto Moniz, São Vicente y Santana) y Porto Santo. Saliendo de Funchal en dirección oeste, encontramos la ciudad de Câmara de Lobos, típica villa pesquera y el Cabo Girão, el promontorio más alto de Europa y el segundo más alto del mundo (580 m). 

Encontrará también en este concejo la peculiar freguesía de Curral das Freiras. Situada en un valle profundo, Curral das Freiras presenta uno de los paisajes más impresionantes de la isla que, con sus vertiginosas vistas, causan la admiración de todos los visitantes. Siguiendo hacia el oeste, visitamos la agradable villa de Ribeira Brava antes de subir hasta la Encumeada en un recorrido repleto de miradores que permiten observar las cimas de las montañas circundantes. 

Si lo prefieres, sigue en dirección a las costas solariegas de Ponta do Sol y de Calheta, donde no faltan zonas de baño que invitan a darse un chapuzón. Los deportistas encontrarán en las playas de las pintorescas villas de Jardín y de Paul do Mar las mejores olas de Europa para la práctica del surf. Subiendo en dirección a Paul da Serra, la mayor meseta de Madeira, hay que hacer una pausa para apreciar la bella vista existente sobre las laderas norte y sur. 

Siguiendo en dirección a Porto Moniz, recupera fuerzas con un baño revitalizante en las piscinas naturales de la localidad, cuya formación se debe a restos de lava que, de forma natural, se deslizan al encuentro con el Océano. El viaje continúa ahora rumbo a São Vicente por una carretera salpicada de saltos de agua, donde destaca el contraste del verde majestuoso con el azul cristalino de las aguas del mar.

En São Vicente podremos visitar las Grutas y el Centro de vulcanismo, o simplemente pasear por las calles de esta simpática villa. Aquí el visitante podrá optar por subir nuevamente hasta la Encumeada, recreando sus sentidos con la espectacular vegetación del bosque Laurisilva, o continuar hasta Santana, descubriendo pequeños miradores a lo largo del recorrido. 

En Santana es obligatoria la visita a las casas típicas, al Parque Temático y a la zona de las Queimadas, que constituye el lugar de partida hacia bellísimos paseos a pie como el Caldeirão Verde. 

El descenso hacia Faial sorprende una vez más por la belleza y grandiosidad de las montañas. Llegando a Faial tendrás que optar por seguir hacia Machico, o continuar visitando el interior de la isla por la carretera que lleva a las localidades de Ribeiro Frio, Poiso y Pico do Areeiro. Este pico constituye el tercer punto más alto de la isla (1.818 m), y en él se encuentran bellas formaciones rocosas que se proyectan en el cielo como imponentes estatuas. 

Si continúamos hacia Machico, podremos visitar Caniçal y Ponta de São Lourenço, el punto más oriental de esta isla. Ya de regreso a Funchal, en la punta do Garajau, freguesía de Caniço, no podemos perdernos la vista de las Islas Desertas y, en la antigua carretera que sigue hasta Funchal, en el mirador de São Gonçalo, una panorámica fabulosa sobre la bahía.

¡Déjate seducir por las diferentes perspectivas naturales de esta isla de extraordinaria belleza!

Funchal
La capital del archipiélago se encuentra situada en la costa sur de la isla de Madeira, en una bella bahía bañada por las aguas cálidas do Océano Atlántico, rodeada por altas montañas verdes y valles profundos. Con categoría de ciudad desde el 21 de Agosto de 1508, Funchal es el más importante centro comercial, turístico y cultural de todo el archipiélago de Madeira. 

Descubra esta ciudad tradicional, pero al mismo tiempo cosmopolita, deambulando por sus características calles flanqueadas por bonitas casas donde las flores constituyen un adorno común. Pasee por sus antiguas plazas cuidadosamente recuperadas con la típica calzada portuguesa y compuestas por edificios de arquitectura madeirense. Aprecie los museos y los monumentos ciudadanos o las galerías de arte que permiten conocer colecciones de obras de artistas nacionales e internacionales. 

Pasee por el Puerto de Recreo de Funchal y aproveche para observar los veleros y, más adelante, los cruceros provenientes de los más diversos parajes, que temporalmente atracan en el puerto de Funchal. Podrá también recorrer uno de los jardines de la ciudad y observar una gran diversidad de flores exóticas y multicolores, primorosamente cuidadas.

Para descubrir la costa madeirense desde otra perspectiva experimentar la frescura del mar que nos rodea, programe un paseo en velero, catamarán o, recordando la época delos Descubrimientos, en la réplica de la Nao de Cristóbal Colón. El final del día es ideal para pasear a pie por las distintas promenades situadas a la orilla del mar. Si aprecia las vistas panorámicas, no pierda la oportunidad de efectuar dos recorridos inolvidables en teleférico. 

Los teleféricos que unen Funchal y Monte, y el Jardín Botánico y Babosas (Monte) le permiten llegar a estas dos atracciones turísticas de forma rápida, rodeado de escenarios espectaculares. Podrá también vivir otra experiencia, igualmente memorable, subiendo a los cielos de Funchal en el globo panorámico. Sea cual sea la opción, aproveche las magníficas condiciones que esta ciudad ofrece para darle a conocer un maravilloso “mundo" nuevo, donde la tranquilidad y la simpatía de la población marcan la diferencia.


¡Déjese fascinar por el contraste del azul profundo del mar con el verde esmeralda de las montañas del archipiélago! Así es Madeira, una isla cuya belleza destaca en la madre naturaleza. Uno de los mayores atractivos turísticos de Madeira se basa en su exuberante y variada vegetación, que presenta una combinación de las características tropicales con las mediterráneas, originando un mosaico vegetal rico en diferentes tonalidades de verdes. 

Madeira es también conocida por las armoniosas formas y contrastados colores de las numerosas plantas exóticas, originarias de casi todos los continentes y que se encuentran aquí tan bien adaptadas como en su ambiente natural. Debido a las características climáticas existentes podrá, a lo largo de todo el año y en ambiente natural, admirar flores como las orquídeas, las aves del paraíso, los anturios, las magnolias, las azaleas y las proteas entre muchas otras. 

Descubra la gran variedad de jardines y parques exquisitamente tratados que completan el paisaje con tonos y aromas inimaginables jardines.

Jardín Botánico
En sus áreas ajardinadas, que superan los 35.000 m2, más de 2.000 plantas exóticas originarias de todos los continentes conviven y se dan aquí tan bien como en su ambiente de origen. Atendiendo a la creciente pérdida de biodiversidad y de hábitats a nivel mundial, este jardín ha llegado a convertirse en un polo de ciencia y cultura, con vistas a la conservación de las plantas amenazadas de extinción. Ya sea amante de la naturaleza, botánico o turista, si desea dar una vuelta al mundo por el reino vegetal, conocer un Museo de Historia Natural y un Herbolario, visite el Jardín Botánico que se encuentra en el Caminho do Meio, en Funchal. 

Jardín Quinta das Cruzes 
Localizado en el parque anexo al Museo de la Quinta das Cruzes, este jardín dispone de una variadísima gama de plantas autóctonas y exóticas.

Jardín Quinta Magnólia 
Bello ejemplar de una Quinta madeirense, en este jardín con amplios espacios verdes se pueden observar varias plantas exóticas. Localizado en la Rúa Dr. Pita, en Funchal.

Además de las vistas panorámicas que ofrecen, los jardines do Palheiro, compuestos por amplias zonas de césped y lagos, poseen algunas de las más raras y valiosas plantas exóticas del mundo.

Jardín Tropical Monte Palace
En la Quinta Monte Palace, propiedad de la Fundación José Berardo, se encuentra el Jardín Tropical de Monte Palace. La vegetación de este jardín se ha visto completada con plantas provenientes de todo el mundo. Ya se han plantado cerca de 100.000 especies vegetales, entre azaleas, brezos y diferentes tipos de árbol, además de una gran variedad de helechos. 

El jardín presenta también una colección de cicas (encephalartos) que son consideradas fósiles vivos; de las 72especies conocidas, este jardín cuenta con cerca de 60variedades.El jardín presenta también un espacio dedicado a la flora madeirense, en el cual se encuentran la mayor parte de las variedades de la Laurisilva de Macaronesia, además de otras especies en vías de extinción, como el Pittosporum coriaceum, popularmente conocido como azarero de Madeira.

Jardines de la Quinta da Boa Vista 
Una de las principales aspiraciones de la Quinta da Boa Vista es sacar provecho del inigualable clima de Madeira parare crear hábitats semejantes a los originales de las muchas especies en peligro inminente de extinción. En este jardín hay sectores dedicados a Bromeliads de Sudamérica, Martinetes de Australia y Aloes de África. El principal centro de atracción de la quinta es, tal vez, la exposición de orquídeas, que han sido coleccionadas y galardonadas a lo largo de 20 años. 
De diciembre a mayo, los invernaderos de orquídeas constituyen exposiciones florales verdaderamente espectaculares: Cymbidums, Paphipedilums (zapatos de Venus) y Lycastes son las predominantes, mientras que el resto del año, una colección de híbridos soberbios y especies raras despiertan la curiosidad de los visitantes. El Jardín Quinta da Boa Vista está situado en la Rúa Lomboda Boa Vista, en Funchal.

Jardín Orquídea 
Con más de 50.000 plantas, este jardín, único en Europa, se presenta como una auténtica selva de orquídeas. En él se puede observar un interesante trabajo de reproducción en laboratorio. Sus plantas florecen durante todo el año. Está  situado en la Rúa Pita da Silva, 37, debajo del Jardín Botánico.

Jardines do Imperador. Los jardines de la emblemática Quinta do Monte, que un día sirvió de residencia al Emperador Carlos de Austria y que le vio fallecer, y residencia también de otras figuras ilustres, como la artista plástica Lourdes de Castro, han sido recuperados y hoy se conocen como "Quinta Jardines do Imperador".

En la emblemática torre Malakof se instaló una cafetería para dar servicio a los visitantes.

Esta torre de innegable belleza, no sólo por su configuración arquitectónica sino también por el hecho de permitir apreciar el romántico paisaje de Monte hasta Funchal, presenta cerca de ella un jardín con el mismo nombre, formado por una pequeña fuente y, a su alrededor, una amplia área repleta de rosas de los más variados colores. Estos jardines están situados en el Caminho do Pico.

El Jardín Municipal, también conocido por Jardín Doña Amelia, está situado en el lado norte de la Avenida Arriagay ocupa un área de 8.300 m2.En este espacio se encontraba antiguamente el Convento de San Francisco, del cual resta la Piedra de Armas expuesta en una de las áreas de césped. El jardín posee bellos ejemplares de la flora de Madeira y de muchas otras partes del Mundo, cuyas especies de mayor interés están identificadas. Con una localización privilegiada en el centro de la ciudad, este jardín posee también un lago y un riachuelo con peces y aves. 

Son de destacar también algunas obras de arte y un auditorio donde se celebran diversas actividades culturales. Jardín Panorámico El Jardín Panorámico está localizado en plena zona turística de Funchal. Se sitúa entre el “Passeio Público Marítimo” y la “Estrada Monumental”, en el sitio de “Ajuda”. La vegetación existente se agrupó en cuatro temáticas distintas: Flora Indígena del Litoral, Flora Indígena de Media Altitud, Cactus y Suculentas y Zona Tropical. Ofrece una magnífica vista panorámica sobre el Atlántico.

Jardín de Santa Luzia
La zona de la antigua fábrica de Hinton, fábrica de aguardiente y azúcar de caña hace mucho tiempo abandonada, fue transformada en un espacio verde en el centro de Funchal. Se mantuvo la enorme chimenea que pertenecía a la vieja fábrica para realzar la importancia que tuvo para la Industria Sacarina de Madeira. 

Posee unos 17.000 m2 de áreas verdes que incluyen cinco jardines temáticos diferentes: Jardín del Anfiteatro, Jardín Tropical, Jardín del Agua, Jardín de las Terrazas de Cultivo y Jardín de Laurisilva. 

Rosas de la Quinta do Arco
En los jardines de la Quinta do Arco, situada en el Arco de São Jorge, en la costa norte de la isla, podrá conocer una de las mayores colecciones de rosas de Portugal, de la cual forman parte algunas especies de rosas raras y otras en vías de extinción. Guía madeira y porto santo.13La colección está compuesta por más de mil especies diferentes de esta flor. Podrá observar rosas antiguas y contemporáneas, trepadoras y no trepadoras. Las más importantes y raras se encuentran identificadas por los nombres y respectivas clases.

El Parque de Santa Catarina, con un área de cerca de36.000 m2, está situado entre la Avenida do Infante y la Avenida Sá Carneiro. 

Con una bellísima vista de Funchal desde su bahía hasta Ponta do Garajau, este parque posee una gran área de césped, rodeada por diversos cuadros donde se muestran las numerosas especies arbóreas, arbustivas y herbáceas provenientes de todo el mundo.

Parque Forestal das Queimadas
Las Queimadas constituyen un lugar aislado, a 5 km de Santana. Éste es un lugar excelente para realizar picnic o caminar. Para llegar tendrá que seguir hacia el oeste de Santana hasta encontrar un desvío. 

En ese desvío, hay una carretera que rápidamente se transforma en un camino accidentado que sube a la montaña. Pasando entre manojos de hortensias, tojo y flores salvajes, este camino va a dar al centro de un maravilloso bosque. 

Aquí cerca se encuéntrala Casa das Queimadas, una gran construcción de tejado de paja destinada a los guardabosques. Bosque laurisilva, patrimonio de la humanidad Visite el bosque autóctono de la Isla de Madeira, aquél que João Gonçalves Zarco y sus compañeros de viaje encontraron cuando, en 1419, ¡llegaron a Madeira!

En Madeira, pasear a pie constituyera la actividad al aire libre con mayor tradición. Son muchos los visitantes que solicitan este destino, casi exclusivamente para recorrer sus diferentes circuitos, explorando el placer de estar en profundo contacto con la naturaleza. 

Al caminar por las veredas y "levadas" de Madeira accederá al interior de la isla, pudiendo así disfrutar de un deslumbrante paisaje virgen y desconocido. Las "levadas" son un ingenioso y admirable sistema de irrigación. 

Estos canales constituyen el documento vivo del esfuerzo titánico realizado por sus antepasados para repartir, por las laderas y valles, el abundante agua que brota de fuentes situadas casi en la cima de las sierras. 

Encontrará en Madeira cerca de 1.400 km de levadas para explorar, descubriendo paisajes que cortan la respiración. La naturaleza agreste del relieve madeirense y su ambiente propio de media montaña posibilitan la realización de trayectos de una extraordinaria y rara belleza paisajística, pero el archipiélago ofrece alternativas muy interesantes, donde es posible elegir circuitos exclusivamente de montaña, de bosque, a la orilla del mar o mixtos. 

La mayoría de los recorridos son accesibles a cualquiera, existiendo, sin embargo, varios grados de dificultad, por lo que se aconseja la consultarlos en agencias de viajes o en publicaciones específicas sobre el tema, así como la utilización de un equipamiento adecuado. 

Si estuviese realmente interesado en caminar por la naturaleza, recomendamos que adquiera un programa organizado por una Agencia de Viajes o por una Empresa de Animación Turística, las cuales organizan Paseos a Pie debidamente acompañados por un guía de montaña. En ningún caso deberá realizar solo estos recorridos y deberá llevar siempre agua, avituallamiento, calzado apropiado, una linterna y ropa de abrigo. 

A través de estos magníficos paseos, los caminantes, sean jóvenes o veteranos, podrán descubrir los fantásticos paisajes de esta isla, que perdurarán para siempre en su memoria.

Teleféricos da Madeira
Los dos teleféricos de explotación turística existentes en Funchal permiten realizar un programa de medio día por las verdes laderas del sur de la isla, y dan a conocer algunos de sus escenarios más bellos y recónditos.

Teleférico Funchal – Monte
Este teleférico, situado en la Zona Vieja de la ciudad, une Funchal con Monte en cerca de 11 minutos. Con un total de 41 cabinas de 8 plazas cada una, este medio de transporte proporciona espectaculares vistas sobre la bahía y los valles de Funchal. La estación de Funchal está situada en el Campo Almirante Reis y la de Monte en el Largo das Babosas.

Partiendo de Funchal podrá llegar, en pocos minutos, a la localidad de Monte, contemplando el paisaje de los alrededores. Después de conocer esta pequeña bella “Sintra” madeirense, regrese a la capital en un recorrido inolvidable, a través de un carro de cesto movido por los pies de dos “carreiros”.

 Teleférico del Jardín Botánico
El teleférico que une el Jardín Botánico con la localidad de Babosas (Monte) en cerca de 9 minutos realiza un circuito turístico muy atractivo. La estación principal está situada en el Jardín Botánico y la otra en Monte, junto al Largo das Babosas. 

Esta infraestructura ofrece a los visitantes un recorrido panorámico con vistas privilegiadas sobre la bahía de Funchal y sobre el Valle de Ribeira de João Gomes, lugar de rara belleza natural constituido por una mancha forestal de Laurisilva. Este teleférico ofrece también un excelente acceso a las levadas dos Tornos, Bom Suceso y a Curral dos Romeiros, polos de atracción turística muy demandados. 

Después de visitar el fantástico mundo natural del Jardín Botánico, podrá seguir hasta la romántica localidad de Monte. En el mirador de Largo das Babosas, cómodamente instalado en la terraza del bar, podrá disfrutar de una magnífica vista sobre el valle. En la estación del Jardín Botánico también se encuentra disponible un bar y un restaurante, ambos con terrazas desde las que se aprecian unas magníficas vistas. 

En la línea del teleférico del Jardín Botánico, que realiza un recorrido de 1.600 metros a una altitud entre los 10 y los100 metros.

Carros de cesto
El recorrido de estos tradicionales carros comienza en Monte y finaliza en Funchal. Hábilmente conducidos por  dos "carreiros", los carros de cesto proporcionan momentos de gran emoción y adrenalina. Este medio de transporte es ideal para complementar la subida a Monte por teleférico.

Mercado dos Lavradores
Vale la pena conocer este mercado, punto de referencia en el lenguaje urbanístico, arquitectónico y funcional dela ciudad de Funchal. Testimonio puro de la arquitectura denominada del Estado Novo, en un estilo que oscila entre el art deco de los años 30 y el modernismo, el Mercado dos Lavradores presenta dos paneles de azulejos en la entrada principal y varios paneles en el interior, cuya producción se realizó en la antiguamente famosa Fábrica de Sacavém, que mientras tanto fue clausurada. 

Situado muy próximo de la zona histórica de Santa Maria, allí se vive el ambiente de bullicio propio de cualquier mercado; sin embargo, éste destaca por la multiplicidad de colores y aromas de las bonitas flores que a todos embriagan. Aves del paraíso, orquídeas, proteas, rosas, anturios, catleyas y camelias se exponen y venden por las desenvueltas floristas, también ataviadas de vivos colores con el traje típico regional. 

En el primer piso están expuestas las frutas tropicales, las hortalizas y las especias. El pescado y la carne se encuentran en el piso inferior del edificio.

Casino de Madeira
El Casino de Madeira, situado en Funchal, se presenta como un amplio centro de animación que asocia el ocio al entretenimiento. Una vez en Madeira, pruebe su suerte en uno de los juegos disponibles. El Casino ofrece un amplio conjunto de juegos.

PORTO SANTO
Una isla dorada, bañada por aguas azul turquesa y donde reina la  más absoluta tranquilidad, es todo lo que necesita para disfrutar de unas vacaciones relajantes. La seguridad unida a la simpatía de un pueblo hospitalario, los placeres que la naturaleza ofrece con su bellísima playa de arena fina y su mar de aguas tranquilas, hacen de la isla de Porto Santo un lugar privilegiado respecto a otros destinos similares. 

Situada en pleno Océano Atlántico, esta isla presenta un arenal fino y dorado de 9 km de extensión, que invita a fantásticos baños de sol y de mar. Salud y bienestar van de la mano en esta magnífica playa, ya que, además de la transparencia de sus aguas, sus arenas poseen extraordinarias propiedades terapéuticas. Se caracterizan por su gran suavidad, finura y baja abrasividad, y se componen principalmente por carbonato de calcio en forma de calcita, poseyendo por ello propiedades térmicas muy particulares. 

Además de la playa, la ciudad de Vila Baleira revela historias y leyendas de un pasado más o menos remoto, como es el caso de la Casa Museo donde residió Cristóbal Colón. La belleza primitiva de los paisajes impacta a todos aquellos que se proponen pasear a pie por las veredas o pedalear por los caminos de la isla.

Al presentar un relieve relativamente bajo, la isla está muy expuesta al viento de todos los cuadrantes. Los molinos de viento surgieron en Porto Santo para la molienda de cereales, necesaria para la fabricación del pan. El primer molino de viento se construyó en 1794, y fue la obra más grandiosa que se realizó en Porto Santo durante el siglo XVIII. Años más tarde, Porto Santo poseía ya un aspecto muy pintoresco con la presencia de numerosos molinos de viento. 

Algunos de éstos, de madera y de tipo rotatorio, se mantienen activos en la actualidad.

CRUCEROS

Para aquellos que realizan la escala a Funchal en Crucero, lo más recomendable es realizar la visita con el Bus Turístico, un producto que acostumbro a recomendar en mis comentarios, en este caso lo que nos ofrece la visita es.

Hay dos compañías que realizan el servicio, no se porqué razón, pero la línea amarilla es la que más se llena y por consiguiente la que más rápido sale del punto de inicio del recorrido.

Pasear por la Avenida do Mar, desde donde parten los barcos de línea que hacen viajes alrededor de la isla. Podemos bajarnos la Monumental donde podemos encontrar una selección de restaurantes y gran variedad de tiendas, o iniciar un paseo por el Lido. 

Las personas con vértigo que deseen aprovechar las vistas espectaculares de la ciudad pueden tomar el teleférico, bajando en la parada 5,  el teleférico le dejará junto a la iglesia de Monte, donde los atrevidos pueden tomar las cestas que a velocidad vertiginosa desciende hasta Livramento. 

Al bajarse en la rotonda del Infante se descubre uno de los lugares más históricos de la isla -. La estatua del navegante portugués Infante D. Henrique Hide.

Entre otros muchos lugares que nos lleva el autobús está el Pico dos Barcelos, desde donde podemos divisar una extraordinaria vista sobre la ciudad y las islas desiertas al fondo.

El recorrido de aproximadamente unos 90 minutos nos dejará un excelente primer contacto, y ganas para regresar con más tiempo, o la inversa, como fue en nuestro caso, rememorar aquella semana que disfrutamos de los encantos de la isla y la hospitalidad de los madeirenses.

Para completar esta visita, recomiendo tomar el teleférico hasta Monte, para poder visitar la iglesia de la Protectora de la Ciudad, los Jardines del Jardín Tropical del Monte (a mi gusto el mejor de todos), y si uno no es temeroso, descender en uno de los "Carros de Cesto"  por las vertiginosas cuestas de la Isla.

GASTRONOMÍA

Junto a la estación del Teleférico de Monte, hay un barrio lleno de restaurantes típicos, donde podremos saborear las especialidades de la isla.

Los precios son razonables y la calidad excelente, aunque no recomiendo El Almirante ya que su servicio, hoy por hoy es nefasto, pena, porqué la calidad es buena.

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