MONTECARLO


Al menos una vez en la vida hay que ir a Mónaco. Lugar mítico situado a los pies de los Alpes y bañado por el mediterráneo, es a la vez un sueño y una realidad.
Quien no ha soñado conocer el Principado, con sus fabulosas tiendas, coches exclusivos, hoteles de ensueño, y para muchos de una determinada edad, su Casino, aquel paraíso que nos estaba vetado en la España de la pos-guerra. Con toda seguridad, veremos cumplidos nuestros sueños más exigentes, yendo solos, en pareja o en familia. El Principado de Mónaco nos ofrece un universo de múltiples facetas, sea para una escapada en crucero, una simple visita turística o un viaje de negocios. Mónaco, prestigioso centro de cultura, nos invita a descubrir sus numerosos museos, los más bellos hoteles del planeta, la mejor gastronomía en sus suntuosos restaurantes de renombre mundial, o disfrutar de la ligereza de una cocina hecha a nuestra medida en los restaurantes de la ciudad vieja, junto al palacio Principesco. 
El Principado de Mónaco, es la tierra de acogida de grandes eventos internacionales : el Gran Premio de Fórmula 1, el Rally de Montecarlo, el Montecarlo Rolex Masters entre los más famosos, a los que podemos añadir el Festival internacional de circo, el Foro internacional de Cine y Literatura, el Montecarlo Film Festival de la Comedia, el Concurso Internacional de fuegos artificiales piro-melódicos de Mónaco, Herculis, "les Sérénissimes de l’humour", el "Iron Man Show", el Internacional Jumping Montecarlo…
Entre las cosas que debemos visitar están:
La Catedral
Construida en 1875 con las puras piedras blancas de La Turbie, este edificio de estilo romano-bizantino es el lugar de enterramiento de los soberanos del Principado, entre ellos el príncipe Rainiero y la princesa Grace. 
Santa Devota, patrona de Mónaco
A principios del siglo IV, en Córcega (que era una provincia romana en ese momento), el gobernador romano, Diocleciano ordenó la gran persecución de los cristianos. Una joven cristiana que nunca negó su fe cristiana, Devota, fue detenida, encarcelada y torturada. Murió sin renegar de su fe. Después de su muerte, el gobernador de la provincia ordeno quemar su cuerpo, pero los cristianos lo ocultaron y lo pusieron en un barco con destino a África, donde se creía que iba a recibir cristiana sepultura. Desde las primeras horas de la travesía, una tormenta alcanzó el barco. Entonces, una paloma voló y guió a los marinos,  sin incidentes hasta Mónaco, donde encalló en la Gaumates (lugar donde se erigió la actual iglesia). En ella se veneran las reliquias sustraídas de la Santa. Los fieles, que eran residentes de Mónaco o marineros que pasaban por Mónaco, se acercaban para meditar en la tumba del santo, y aquí se produjeron los primeros milagros atribuidos a ella. Sin embargo, una noche, un hombre robó las reliquias de la santa con el fin de negociar su bendición. El sacrilegio salido mal, porque un grupo de pescadores le impidió escapar con las reliquias. Lo persiguieron y finalmente lo atraparon.  El barco del ladrón fue quemado en la playa de Mónaco como un sacrificio expiatorio. En el siglo XVI la protección divina de la Santa protegió a los monegascos, durante la guerra entre con los genoveses y los pisanos, que sitiaron la fortaleza. Durante más de seis meses, sus ataques fueron rechazados por los monegascos a quien San Devoto había aparecido asegurándoles la protección divina y la victoria. El 15 de marzo de 1507, los genoveses levantaron el sitio. Desde 1924 y bajo el reinado del Príncipe Luis II se instauró que un barco de pesca sea quemado en la noche del 26 de enero en homenaje a la Santa. El culto a la Santa es una imagen característica de todos los monegascos que se plasma en todas las iglesias del Principado y en algunas de sus monedas. Tengamos en cuenta que el primer libro escrito hablando de Mónaco por el poeta monegasco, Louis Notari, se titula "La legenda de Santa Devota”
Boulevard du Jardin Exotique
Este extraordinario jardín, que reúne varios miles de especies de plantas suculentas y cactáceas, fue inaugurado en 1933 y se plantó de una cierta forma, bastante complicada, en la ladera rocosa de la montaña donde actualmente florecen suntuosamente, hoy se ha convertido en objeto de admiración en todo el mundo. 
Palacio Real
El Palacio de Mónaco está construido en el siglo XVIII sobre los cimientos de una fortaleza medieval que data de 1215. Alberga una fabulosa colección napoleónica que perteneció al Príncipe Louis II.
Una colección de más de 1000 objetos desde el estilo Guelfes y Gibelins, hasta la época napoleónica (bustos, la bandera de la isla de Elba, insignias). Material de archivo, donde se conserva lo más destacable de los personajes famosos asociados unidos por la historia de Mónaco están presentes en ella. También se encuentra una fabulosa colección de condecoraciones y medallas de la orquesta oficial de Mónaco. Mapas, grabados antiguos y pinturas reflejan el pasado del Principado de Mónaco. La exposición se presenta en varias salas: una galería italiana con frescos de los artistas genoveses del siglo XVI, la exposición de Luis XV, la Sala Azul, el salón Mazarin, la sala del trono del Renacimiento, el Tribunal de honor y la Capilla Palatina. También es posible ser observar el cambio de la guardia de fusileros, que se realiza todos los días a 11:55 en la plaza del Palacio.
Casino
Desde hace más de un siglo, el Casino de Monte-Carlo ha sido considerado como una referencia en todo el mundo. Que fascina a todo el mundo, la atmósfera, una brillante mezcla de lujo, la creatividad, la tradición y la audacia. Que ofrecen a los jugadores, una amplia selección de salas que se renuevan constantemente.
Para disfrutar de siempre nuevas experiencias, los jugadores pueden elegir entre 21 salas de juego: en el legendario Casino de Monte-Carlo o Casino de verano, o el futurista Sun Casino, el Casino Café de Paris y el Monte-Carlo Bay Casino.
Instituto Oceanográfico Fundación Príncipe Alberto I
El Instituto Oceanográfico es una fundación privada, aprobado por el estado, fundada en 1906 por el Príncipe Alberto I. Ella supervisa dos escuelas, el Instituto Oceanográfico de París y el Museo Oceanográfico de Mónaco.
"Por eso quise llenar un vacío mediante la creación de mi propio instituto en París y el establecimiento de un centro de estudios oceanográficos estrechamente relacionada con los laboratorios y las colecciones del Museo Oceanográfico de Mónaco, donde conocí a los veinte años los resultados de mis trabajos personales y los de eminentes colaboradores míos, de todos los países de Europa. "
Así es como el Príncipe Alberto I habla de los motivos que le llevaron a crear las dos instituciones que constituyen su fundación, en una carta de 1906 dirigida al ministro francés de Instrucción Pública.
El Instituto Oceanográfico de la Fundación Albert I pretende introducir a muchas personas en las ciencias del mar y de los océanos. Para ello, el instituto ha desarrollado su actividad museística, los ciclos de aprendizaje, acuarios, publicaciones, bibliotecas, clases y conferencias para sensibilizar al público. Estas actividades se dividen entre las escuelas de París y Mónaco.
La colección privada de coches antiguos del Príncipe Rainiero III 
Situada en las Terrasses de Fontvieille, esta notable exposición agrupa cerca de un centenar de automóviles de todas las épocas, y de las más importantes firmas de Europa y América, Maseratis, Rolls Royces y Mercedes Benz…, así como seis carrozas, que pertenecen a S.A.S. el Príncipe Rainiero III de Mónaco. Un legado que dejo el Príncipe Rainiero.
El Fort Antoine
Esta fortaleza construida a principios del siglo XVIII, es hoy en día un teatro al aire libre. Fue destruida en 1944, pero se reconstruyó en 1953 por iniciativa de S.A.S. el Príncipe Rainiero III.
Su arquitectura militar, la atalaya con la que está equipada, la casi soledad que allí reina, todo esto contribuye a conferirle un encanto particular. La plataforma se arregló de manera agradable. Una pirámide de balas de cañón ocupa el centro. La arquitectura militar del fuerte se ha puesto de manifiesto mediante un sendero de arbustos de la especie “pittosporum” que sirven para proteger los lugares donde no hay un parapeto.
La Iglesia Saint-Charles
De estilo renacentista, este edificio con una torre y campanario de 30 metros de altura, fue inaugurado en 1883. Diecinueve vidrieras alumbran su nave central, cuyos lustros dorados proceden de la antigua sala de armas del Palacio Principesco.
El Palacio de Justicia
Las obras de este Palacio se iniciaron a principios de 1924 por iniciativa del Príncipe Luís II e inaugurado el 1 de mayo de 1930.
Para su construcción se utilizó toba marina, piedra gris y porosa, con la que están hechas las murallas de Mónaco. Esta piedra contiene numerosas piedritas y cáscaras de moluscos. El busto del Soberano Honoré II que data de 1568 preside en una de las fachadas del Palacio.
El Palacio de Justicia no se visita.
La Capilla de la Misericordia
Situada en el Casco antiguo de la Ciudad, esta capilla, cuya primera piedra fue bendecida en 1639 bajo el reinado del Príncipe Honoré II, Prior de la Cofradía de los Penitentes Negros, está formada por una sola nave.
De esta capilla salió, durante cuatro siglos, el día de Viernes Santo, la tradicional procesión del Cristo Muerto, que fue suprimida en 1870, pero que ha vuelto a tener lugar desde hace algunos años. Alberga a un Cristo tallado de madera maciza por el monegasco François-Joseph Bosio, escultor oficial del Emperador Napoleón I.
Ello sin olvidar el pasear por sus calles y paseos, admirando la amplia selección de tiendas de moda internacional, representado por las mejores marcas. En nuestro camino también encontraremos estacionado en la puerta de sus hoteles, los más increíbles automóviles, con los que muchas veces hemos soñado poseer.
Una forma cómoda de visitar la ciudad es con el Azur Express Tourist Train es un trenecito pintado con los colores del Principado que ofrece recorridos guiados en varios idiomas (inglés, italiano, alemán y francés). La ruta cubre gran parte del centro y llega hasta el Palais du Prince.

Existen dos opciones para visitar la ciudad, el trencito que nos lleva por toda la ciudad, al igual que el bus turístico, con la ventaja de este último, que podemos escoger una locución en castellano.

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