BAGNERES DE LUCHON


Por la tarde nos dirigimos hacia el Coll del Portillón, antiguo paso fronterizo (ahora ya no) entre España y Francia, desde lo alto, tras una parada obligatoria, para contemplar el hermoso bosque de abetos y la excelente vista que se nos ofrece desde el Còth de Bareja entre 1.200 y 1.800 metros de altitud.
El ascenso hacia el Portillón por la carretera asfaltada que comunicada con Francia, nos hará sentir la fuerza de la naturaleza en toda su plenitud. Las hayas dejan paso rápidamente a un bosque de abetos centenarios muy espeso, que em muchas ocasiones no dejan llegar los rayos del sol.
En el área más alta se encuentra una zona de pic-nic con mesas. Antes de llegar a la cima encontraremos un cruce a mano izquierda que nos conducirá por dentro de un fantástico bosque de abetos hasta el mirador de Còth de Baretja.
Desde el mirador se divisa todo el Valle de Luchón y todo el bajo Arán, llegando a Es Bordes, Vilamós y el Còth de Varradòs.
Seguimos hasta la ciudad balnearia de Bagnères de Luchon, encantadora y bien cuidada ciudad que aún mantiene como la mayoría de ciudades del pirineo francés el sabor de los años 70.

Paseamos por sus parques, jardines y avenidas, sin olvidar el balneario que hizo famosa la ciudad y el que años atrás era el mayor atractivo para el público español, el casino.
Tras un refrigerio en uno de los muchos bares que encontramos en la ciudad, comenzamos el regreso pasando por Marignac , Saint Béat y Les, primera localidad española.
Por la noche fuimos a Vielha a cenar, muy recomendable un par de bares de pinchos que encontramos junto a la Iglesia de la localidad.

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