Famosísima por ser una de las joyas mejor conservadas, su restauración fue bastante polémica. Se quitaron todos los elementos de siglos posteriores dejando a la vista el románico más puro, aquel que viera su promotora Doña Mayor de Castilla, emparentada con los reyes navarros. No todos vieron con buenos ojos esta restauración.
Si por fuera es bonita, por dentro lo es aún más. En los muros exteriores se observan las pequeñas ventanas románicas, decorados todos ellos con molduras en piedra con una fuerte carga simbólica y religiosa. Los ábsides semicirculares son preciosos.
Durante el siglo XVII se le añadirán varias construcciones anexas que lo único que harán será sobrecargar la estructura que a inicios del siglo XX amenaza de ruina.
Tanto es así que se interviene de urgencia para rescatar la edificación desde el Estado. En esta restauración se decide eliminar todos los añadidos y dejar la construcción original limpia de toda manipulación posterior, y es así que llega a nuestros días.
En el interior de la iglesia se conserva una maqueta del estado previo a esta restauración en 1904.
Pero si esta es su iglesia más conocida y estandarte de Frómista, no es la única edificación interesante.
No muy lejos de San Martín de Tours encontramos la iglesia de San Pedro. Su interior es de estilo gótico tardío y su exterior es más renacentista; Posee una torre de cuatro cuerpos, de aspecto rotundo y macizo. Te sorprenderá la curiosa portada renacentista de esta iglesia, muy poco común en el norte de Palencia.
En el interior se guarda grupo escultórico del Descendimiento, de escuela castellana y las imágenes de San Pedro y San Pablo.
También importante es la Iglesia de Santa María del Castillo. De estilo gótico renacentista, fue declarada Bien de Interés Cultural y ha sido desacralizada para albergar el museo Vestigia, Leyenda del Camino, un un montaje multimedia sobre el Camino de Santiago.
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